Narrado por Bella

26 de octubre 2024

Me giré para ver a Emma, quien estaba detrás de mí, sosteniendo la mano de Bear con fuerza, y algo en su mirada me decía que también compartía mi sensación de ansiedad y tristeza. Había traído a Bear conmigo porque Emma sabía que esta investigación podría alargarse y no soportaría dejarlo lejos.

Llegamos al hotel donde nos encontraríamos con los chicos, y ya en el lobby, Bear se abrazó a mí, mientras su pequeño cuerpo irradiaba el calor y la inocencia de su edad, algo que me recordaba tan dolorosamente a Liam. Sentí una punzada en el pecho cuando mis ojos se encontraron con los de Niall, quien acababa de llegar con Harry y Louis. Después de un breve abrazo, nos sentamos en una sala apartada para poder hablar en privado.

—Gracias por venir, Niall —le dije, intentando contener la emoción que crecía en mi garganta—. Necesitaba que estuviéramos todos aquí. Es como si cada día desde su muerte, las piezas de esto solo encajaran menos.

Niall asintió y miró hacia la ventana, donde la luz del sol comenzaba a inundar la sala, y después me miró con cierta preocupación. —Bella, hay algo en esto que no me deja en paz. Estuve pensando mucho en la última vez que lo vi... fue en mi concierto aquí en Buenos Aires, ¿te lo mencioné? —Sus palabras sonaban cautelosas, y mis ojos se clavaron en los suyos.

—¿Cuándo fue? —pregunté, agarrando su mano sin darme cuenta.

—Unos días antes de... bueno, antes de su muerte. Él vino al concierto, y hablamos después. Me dijo que tenía algunos problemas para volver a Estados Unidos por su visado. No parecía preocupado, más bien resignado. Y mencionó que Roger, su manager, estaba ayudándolo a arreglarlo. —Su expresión se volvió sombría—. Yo solo pensé que Roger se encargaría de todo, pero ahora, todo parece tan extraño.

Me quedé helada. El nombre de Roger Nores me traía recuerdos desagradables, ese hombre siempre me había parecido una sombra en la vida de Liam, alguien que lo manipulaba sutilmente.

—¿Dijo algo más? —insistí, mientras mi mente buscaba todos esos momentos en los que había visto algo raro en Roger, esos instantes en que noté cómo influía sobre Liam.

Niall negó con la cabeza, pero su rostro se veía frustrado. —No, solo recuerdo que me comentó que Roger estaba manejando todos los detalles. ¿Sabes? Hasta hubo un momento en el que me pareció raro que Liam se estuviera mudando tan lejos de Londres... siempre había querido estar cerca de su gente, de ti.

Sentí un escalofrío. Claro que sabía de Roger. Había algo en él que me molestaba, algo oscuro y poco fiable. Pero entonces... entonces pensé que quizás solo era yo, que estaba proyectando mis miedos porque Liam se iba de Londres, lejos de mí y de Bear. Apreté los puños al recordarlo, al recordar cómo lo miraba y trataba de advertirle sin éxito.

—Le dije a Liam que Roger no me daba buena espina, le aconsejé que se alejara de él, especialmente después de que lo convenció de irse a vivir a Estados Unidos —confesé, con un tono de tristeza que no pude ocultar. Me dolía recordar esa conversación, cómo Liam lo había defendido diciendo que Roger solo quería lo mejor para su carrera—. Pero Liam pensó que solo estaba siendo... paranoica.

Emma, que había estado en silencio todo este tiempo, se acercó a mí y me acarició el brazo con una mirada comprensiva. —Bella, si realmente tienes dudas sobre Roger, tal vez deberíamos investigar un poco más sobre él.

—Es que no es solo eso... —mi voz tembló—. Revisé las fotos de los días antes de que muriera Liam. En muchas de ellas, se ve a Roger con él. ¿Y luego? De repente no se sabe nada de Roger. Desapareció de las imágenes, de los testimonios, como si hubiera borrado su rastro.

Harry asintió, su expresión seria y decidida. —Entonces eso es una pista. Algo no cuadra aquí. Si Roger era su mano derecha, debería haber estado cerca o al menos disponible para explicar lo que pasó esos días.

Niall respiró hondo y finalmente dijo, en un tono decidido: —Bella tiene razón. Si hay un hilo del que tirar, ese es Roger. Liam me dijo que Roger estaba al tanto de sus problemas con el visado y que él se encargaría de arreglarlo. Fue casi como una señal de confianza absoluta... o al menos así lo interpreté.

—Es cierto —Louis intervino, con una mirada que reflejaba tanto enfado como tristeza—. Liam era de confiar en la gente, de ver lo mejor en los demás, pero Roger... nunca nos pareció de fiar. No sé por qué no actuamos antes, por qué no hablamos de esto con él, pero ahora...

Miré a mi alrededor y vi en los ojos de cada uno de ellos el mismo dolor y la misma determinación. Nos habíamos reunido no solo para honrar la memoria de Liam, sino para encontrar respuestas. Y ahora sentíamos que había una verdad mucho más oscura esperando a ser revelada.

—Roger es el punto de partida —dije con firmeza, sintiendo cómo mi corazón se aceleraba—. Sé que es un riesgo, pero estamos en esto juntos. Liam merece que sepamos la verdad. No descansaré hasta descubrir qué pasó, y aunque me duela, hasta que todo esto termine, tendré una razón para luchar.

Niall me puso una mano en el hombro y me miró con una seriedad que rara vez mostraba.

—Entonces vamos a hacerlo, Bella. Porque él siempre fue nuestro hermano.