Capítulo VI
POV. MANA.
Kev no es tan malo, a decir verdad fue muy agradable hablar con él, hablé con él toda la tarde y ni siquiera noté el tiempo que pasó.
No he visto a Atem en todo ese tiempo, Kev es muy agradable pero... Atem me preocupa.
—Kev disculpame, pero necesito ir a hacer algo, ya vuelvo —le digo a Kev alejándome y voy a buscar a Atem.
Pasé buscándolo mucho tiempo, empecé a asustarme de no encontrarlo y pensé lo peor. Recordé que él y yo solíamos subir a la parte más alta del palacio unos años atrás y mi instinto me hizo ir allá.
—¿Atem?
—¿Mana? —me dijo cuando me vio.
—Atem... —me senté a su lado.
—¿Y cómo fue?
—¿Cómo fue qué?
—Tú reunión que ese tal "Kev" —me dice molesto.
—Estuvo bien, me dijo que quería casarse conmigo.
—Pero... ¿Tú no quieres verdad?
—Atem, sabes que yo te quiero sólo a ti.
—Mana, ¿qué pasará si yo me caso y tú te casas?
—Estaremos casados pero... Eso no impide que tú y yo nos amemos.
—Mana... —me dice sonrojado.
—Atem... —me acerqué a él para darle un rápido beso en la mejilla.
Estuvimos allí toda la tarde que ni noté que ya estaban buscándonos. Hasta que...
—¡Aja! Con que aquí estaban...
—¡Mahad! —decimos ambos.
—Estuvimos buscándolos toda la tarde.
—Pero...
—Príncipe, su padre lo busca, quiere hablar sobre su boda. Igual tú, Mana.
—Pero... Yo no quiero —dice Atem en un puchero.
—Lo siento, pero yo no puedo hace nada, así que vamos.
Mahad se llevó a Atem, me quedé un rato más allí arriba...
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—Hola, preciosa...
—¡Ba... Bakura... Creí decirte que te fueras.
—Mana ¿triste por la boda de tu príncipe? —me dijo e inevitablemente empiezo a llorar.
—Yo tampoco quiero casarme con Kev, pero... Todo está en nuestra contra.
—Has lo que tu príncipe te dijo, escapa con él.
—¿Tú también me dices eso?
—Eso si tú quieres ser feliz...
—Pero... El pueblo.
—A veces debes ser un poco egoísta.
—¡Mana! —oigo a alguien llamándome.
—¡Bakura, no deben encontrarme! —le digo a Bakura pues él ya se iba.
—¿Y qué pretendes que haga?
—Llévame contigo...
—No creo que quieras eso.
—Sólo por ahora, luego regresaré.
—No estoy seguro de eso, pero esta bien.
Bakura y yo bajamos de donde estábamos, la parte más alta del palacio, y me llevó lejos de allí. Me llevó al mercado del pueblo en el que Bakura y yo nos detuvimos.
—¿Qué hacemos aquí? —le pregunto.
—¿Qué acaso no querías que te llevara lejos del palacio?
—Bueno, sí...
—¿Quieres? —me dijo Bakura acercándome una manzana.
—Sí... —iba a tomarla pues me moría de hambre cuando la alejó de mí y me dijo:
—¿Y qué harás por ella?
—¿Debo hacer algo para tener la manzana?
—Así es, en el palacio vives cómodamente, aquí debes dar algo por algo.
—¿Qué quieres que te de?
—Algo simple.
—¿Qué?
—¡Un beso! —me dice con cara de pícaro.
—¿Un beso?
—Sí, sólo eso y tendrás la manzana.
—No quiero nada —le digo dándome la vuelta.
—Bien, entonces la comeré yo solo —dice él.
No besaré a Bakura, estaba resignada, no lo haría.
—Mana, tú y yo hicimos cosas peores que un beso —me dice coqueto a lo que me sonrojo fuertemente.
—¡Callate! Está bien lo haré —le digo más sonrojada.
Ahora que lo pienso, ¿por qué él me hace sentir así?
Me acerqué a él lentamente a lo que él se apresuró y me besó tomándome de la cintura, ahora que lo pienso Atem es suave pero Bakura es tan brusco y... Bueno no es tan malo, aun así... Atem... También es bueno.
Luego de separarnos, me dio la manzana.
—Bien hecho, señorita refinada —me dice en forma de burla.
—¡No me digas así! —le grito a lo que el sólo muestra un pequeña sonrisa.
—Pero... Eso eres, vienes del palacio.
—No soy como crees.
—¿A enserio? Entonces, haber muestrame como eres.
Luego de terminar la manzana arrojo la basura al suelo, demostrándole a Bakura que no soy tan refinada como él dice. Bakura al ver eso, suelta una pequeña risa.
—¿Eso es todo?
—¿eh?
—Mirate, cualquiera al verte, sabe que eres del palacio, ropa fina, collar de oro, toda tú eres tan fina.
Me dice, ahora ya entendía porque todos me veían de esa forma cuando pasaban cerca de nosotros.
—Si yo no estuviera contigo fueras una presa fácil para los ladrones de aquí —sigue Bakura diciéndome.
—Tú eres un ladrón —le digo pasando mi dedo índice en su nariz y soltando una risita.
—Sí, pero yo no pienso hacerte daño —me dice, noté que se había sonrojado un poco.
—Gracias por protegerme, Bakura.
—Bueno, ¿cuando piensas regresar al palacio?
—¿Podrías llevarme de vuelta ahora?
—Creí que querías alejarte de tu maestro.
—Sí, pero... Creo que debo afrontarlo yo sola.
—¿Estás segura?
—Sí...
—¡Allí están! —Oímos a alguien gritarnos.
Cuando voltee a ver eran los guardias del palacio que se acercaban a nosotros.
—¡Bakura! —Bakura trató de escapar pero ya nos tenían rodeados.
—Es el famoso "Rey de los Ladrones" Bakura, uno de los más buscados, y lo encontramos con las manos en la masa, tratando de secuestrar a la señorita Mana —dice uno de los guardias atando las manos de Bakura.
—¡No! Esperen, él no me estaba secuestrado —trato de evitar que lo ataran.
—Señorita Mana, el faraón y el príncipe la han estado buscando.
—Pero, yo fui quien escapó. —De todas formas, Bakura es uno de los más buscados, ya debemos regresar al palacio, rápido —dijo el guardia.
Regresamos al palacio, todo era un lío y Atem estaba muy enojado y no sólo conmigo...
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Hola... He aquí este capítulo, ¿qué les pareció?
¿Qué dirá Atem cuando vea que Mana estaba con Bakura?
¿Qué pasará con Bakura?
Continuará... Sí, sí lo hará.
¡Hasta luego!
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