23. El hogar del lobo
N/A: Les advierto que este capítulo estará cambiando de puntos de vista constantemente. Cada vez que cambie aparecerá el nombre en mayúsculas, negritas y en cursiva, ¿de acuerdo? Ah, y probablemente tengan que buscar los pañuelos. Just in case.
PAYTON
Las palabras de Melissa hacen eco en el interior de mi cabeza, taladrando y creando un hueco en mi cráneo que no me deja procesar con facilidad mis sentimientos. El aire me falta, siento una presión en mi pecho como si alguien estuviera parándose en él, apretujando mi caja torácica hasta quebrarla, y mis sentidos se nublan por completo. Las lágrimas queman en mis ojos y salen de ellos como mares.
Antes de que pueda anticipar mis actos estoy cayendo al suelo, mis rodillas impactando el frío suelo del hospital con rapidez. El dolor en ellas no se compara al que siento en mi alma. Me abruma, me corroe, todo en mi interior se siente como los días después de saber que había matado a Tommy, mi hermano. Todos los sentimientos me azotan como un rayo y sin ser consciente me encuentro gritando. Lo sé porque mi garganta vibra y se siente rasposa y quemada cuando de mis labios sale un sollozo que interrumpe mi voz.
«Scarlett está esencialmente muerta», vuelvo a recordar las palabras de Melissa. Se reproducen en mi mente como un disco rayado. Es lo único que puedo escuchar y no soy capaz de detenerlo, aunque lo intente con todas mis fuerzas.
Mi prima, mi mejor amiga, aquella que es como mi hermana no puede estar muerta. Ni siquiera esencialmente. Me rehúso a la idea de un mundo sin ella, de saber que esto nos esté sucediendo. Todo a mi alrededor es un completo borrón. No puedo controlar lo que estoy sintiendo y no puedo respirar.
Mis sentimientos son un huracán de máxima categoría que busca arrasar todo a su paso. Incluso puedo sentir mis huesos doler por mi estado emocional.
— Mamá, por favor dime que es una broma —escucho la voz suplicante y ahogada de Scott.
Al levantar la vista, puedo ver que él luce como un cachorro desesperanzado, un niño buscando en su madre la seguridad que lo protegerá de ser herido. Conozco la expresión porque era la misma que Scarlett llevaba cuando creyó que Derek había muerto. Es en ese momento que logro reconocer las semejanzas que ambos tienen; a veces olvido la verdad de que son hermanos.
— Desearía que lo fuese —dice Melissa, sus ojos llenos de lágrimas cuando abraza a su hijo, quien se desmorona por completo en sus brazos.
Yo perdí a mi prima, pero Scott... Scott perdió a su hermana sin saberlo.
Observo cada detalle desde el suelo, todo moviéndose en cámara lenta, la manada colapsando como un edificio ante la noticia de Scarlett. Todos lloran y niegan con sus cabezas, rehusándose a creer la realidad. Scarlett era lo que nos reunió en primer lugar, fue quien nos mantuvo juntos cuando estábamos cayéndonos en pedazos.
¿Cómo haríamos ahora que no la teníamos?
— ¿Cuánto tiempo? —pregunta Lydia, sorbiendo de su nariz—. Dijiste que ella está esencialmente muerta, lo cual significa que tiene una muerte clínica, su cerebro no está vivo. ¿Cuánto tiempo antes de que la desconecten?
— Tenemos que decirle a su madre. Ella... ella tomará la decisión que nosotros no podemos —explica Melissa.
— ¡No! —grito de inmediato—. No pueden decirle a Sandra.
— Payton...
— No —digo con firmeza—. No lo entienden. Sandra odia a Scarlett, haría cualquier cosa por deshacerse de ella. Si le dicen, vendrá al hospital y firmará el papel para que la desconecten antes de que podamos hacer algo.
— Payton, no creo que pueda recuperarse de ello, cariño —intenta de decirme Melissa, agachándose para quedar a mi altura. Sus manos limpian mis mejillas en vano porque sigo llorando a mares—. Desearía que pudiéramos tener una última jugada para salvarla, pero... Ya no está en mis manos.
Y así, todas mis esperanzas se rompen. Vuelvo a quebrarme en un lío de sollozos, hipidos y lamentos.
Scarlett dejó una quemadura en mi alma que no sanaría.
* * *
Por órdenes de Melissa, nos marchamos del hospital luego de que nos asegurara de que haría todo lo posible para mantener a Scarlett conectada a las máquinas y darnos la oportunidad de despedirnos.
Allison era quien tenía su auto y entre ella y Lydia se comprometieron a no dejarme sola en estos momentos difíciles. A veces siento que olvidan que puedo escucharlas, aunque estén hablando en susurros, pero no me molesta. Tampoco quiero estar porque tengo miedo de lo que mis pensamientos oscuros logren hacer.
— Scarlett y Scott son hermanos —confieso en un murmuro cuando Allison detiene el auto frente a su complejo de apartamentos—. Ella murió antes de que pudieran conocer la verdad que los unía. Tal vez ella sabía, tengo la sospecha de que se enteró, pero nunca pudo decirle.
— Payton —dice Lydia, pero se queda callada sin saber cómo continuar.
— Ella solía llamar a su amistad con Scott y Stiles «Los tres fenómenos» —menciono con mis ojos cerrados en un vago intento de retener las lágrimas—. Y sé que ella no quería que terminaran de este modo.
No se suponía que terminara de este modo.
* * *
SCOTT
La habitación de Scarlett es fría, demasiado para mi propio gusto. Las paredes blancas e insípidas no trasmiten emoción alguna, excepto por la sensación de vacío. La máquina conectada a Scarlett emite un pitido que me resulta irritante y que me recuerda que mi mejor amiga solo está respirando a cuenta de ella. Mis ojos arden cuando las lágrimas se acumulan en ellos e intento apartarlas al apretarlos con mis dedos.
Habíamos perdido a Scarlett y no teníamos ni la menor idea de dónde estaba Stiles desde que desapareció de Eichen House en la noche. Ya no nos quedaba mucho por luchar. Estábamos en un callejón sin salida, intentando de prolongar lo inevitable.
Y ese es el hecho de que mi mejor amiga está muriendo frente a mis ojos y no soy capaz de hacer algo al respecto para ayudarla. Lo cual me hace preguntarme: ¿de qué sirve ser un alfa verdadero, uno que solo ocurre cada cien años, cuando ni siquiera puedo proteger a los que están más cerca de mí?
Fijo mi vista en Scarlett y tengo miedo de acercarme a la camilla. Si toco algún cable que no debo, podría terminar quitándole el oxígeno que la mantiene con vida, aquel que todavía hace que su corazón lata aún cuando su cerebro no está trabajando. Así que solo me quedo al lado de la puerta, observándola desde la distancia.
Luce diferente a Isaac, principalmente porque él todavía puede sentir. Cuando le pregunté a mi madre si Scarlett estaba en algún tipo de dolor, solo negó y me explicó que, si no hay alguna señal neurológica, no se puede sentir en realidad. De modo que ver a Scarlett es saber que es una caja vacía sin nada que la llene; es un caparazón. Se ve como ella, tiene el mismo físico, pero no tiene esa chispa que la hace tan especial, aquella que siempre me apoya.
Estos son los momentos en los que verdaderamente la necesito diciéndome sus expresiones llenas de un humor sardónico. Scarlett es lo que nos mantiene unidos y temo que, si algún día ella no está con nosotros, todos nos quebraremos. Es ella quien nos mantiene enfocados, es la que nos motiva a continuar luchando, incluso cuando es quien más ha perdido en esta imparable batalla.
Simplemente apesta.
Todo apesta.
Y no porque tenga un mal olor, sino porque toda la situación me acorrala y me deja sin opciones. Si soy un alfa, ¿tan malo soy? ¿No tengo al menos una idea de qué hacer, de cómo recuperar a mis mejores amigos y salvarlos en el proceso? Porque la realidad es que se siente como si te estuvieras ahogando y tu cabeza duele, queriendo abrir la boca para dejar el agua entrar.
Pero se supone que yo soy el que tiene la esperanza, se supone que yo sea el positivo. ¿Cómo serlo cuando lo único que te mantenía siendo optimista es lo mismo que se te está escapando de las manos?
* * *
LYDIA
Quiero escuchar las voces.
Creo que es la primera vez que quiero escuchar las voces que realmente me aterran porque quiero saber si puedo ayudar a unan de mis mejores amigas, a una persona que me vio cuando nadie más lo hacía. Quiero que las voces me guíen, quiero que me digan la verdad de lo que está sucediendo, que me digan si puedo hacer algo para ayudar a Scarlett, que me digan que en realidad está viva.
Mi esperanza quiere creer que Scarlett solo está atrapada en un sueño y que se recuperará milagrosamente cuando menos lo esperamos, que entraré a la habitación y la escucharé mofándose de algún suceso. Pero solo encuentro el vacío cuando abro la puerta y la veo postrada en la camilla.
El silencio me rodea. Es la primera vez en mucho tiempo que mi mente está tan callada. No hay voces, ni susurros, ni impulsos que me lleven a lugares que nunca he estado antes. Nada. Un abismo se abre en mi cabeza, solo hay una completa oscuridad, nada de luz o esperanza. Solo vacío.
Y como me abruma, decido ser yo quien rellene ese vacío. Después de todo, los agujeros están hechos para llenarlos.
Me acerco a la camilla y agarro la mano de Scarlett, sintiendo la piel fría y tiesa, similar a la de un cadáver. Trago el nudo de mi garganta y separo mis labios antes de comenzar a hablar, buscando mi voz interior para sonar calmada.
«Espero que puedas escucharme, Scar», digo en el interior de mi mente al mismo tiempo que dejo salir un suspiro.
— Vas a estar bien, Scarlett —comienzo a decir en un susurro, mis ojos clavados en su mano porque es la única parte de ella que realmente luce normal, pues su rostro está lleno cintas adhesivas que mantienen en posición el tubo que llena sus pulmones de oxígeno, el tubo que la mantiene viva—. Creo que este es el momento donde me dices que deje de ser tonta y utilice mi cabeza. Mis tiempos de chica tonta quedaron en el olvido, ¿no?
Una risa brota de mis labios cuando seco unas lágrimas rebeldes que salieron de mis ojos. Los cierro e intento una vez más de escuchar algo. Solo necesito un mínimo susurro que me guíe. Algo que me dé esperanzas.
Pero me encuentro de nuevo con el ruidoso silencio que me llena de emociones contrariadas.
— No sé cómo lo haremos. No sé cómo salvaremos a Stiles, pero quiero creer que, si lo hacemos, tú volverás a nosotros, Scar —digo y en mi mente casi puedo escuchar los recuerdos de su voz gritando que no la llamemos de ese modo—. No le hemos dicho a Derek todavía. Stilinski está buscando una forma de retirar los cargos antes de decirle la verdad. La verdad es que no sabemos cómo va a reaccionar teniendo en cuenta que ya ha perdido bastante. Él verdaderamente te ama, aunque no sé si han querido compartir ese sentimiento, o siquiera afrontarlo. Pero lo sé. Y tú tienes que seguir luchando para volver a la vida.
Incluso si es considerado como un milagro.
* * *
DEREK
Me sorprende cuando el oficial de apellido Parrish nos libera a Argent y a mí de la celda, alegando que los cargos fueron retirados y que vamos a poder irnos. Una parte de mí sospecha que Scarlett tiene que ver en esto y casi puedo verla sonriendo lobunamente en la oficina de Stilinski demostrando que se ha salido con la suya una vez más al poder controlarlos a su antojo.
Al guiarnos al mostrador, comienza a repartirnos nuestras pertenencias. Meto mi cartera en el bolsillo trasero y observo cuando Parrish comienza a protestar respecto a un objeto peculiar que tiene Argent.
— Lo siento, pero no puedo dejarte ir con esto —le deja saber, mientras sostiene el batón eléctrico en sus manos—. Está por encima del límite legal de voltaje.
— Solo lo utilizo para cazar —se defiende Argent.
Y todos sabemos a qué tipo de cacería se refiere.
— Estoy seguro de que lo pueden utilizar para encender un 747.
— Esta propiedad me pertenece, y se retiraron los cargos. Pero no estoy muy seguro de quién es responsable de ello —añade lo último.
— Yo —habla Stilinski—. Me encargaré de esto, Parrish.
El oficial se apoya en el mostrador en un intento de hacerle ver a su jefe qué tipo de armas carga Argent.
— Sheriff, no estoy bromeando. Esta a pocos vatios de ser un sable de luz.
Volteo para mirar a Argent de forma recriminatoria porque su familia me ha estado pegando ese batón desde que tengo uso de razón. Él me dedica una expresión un tanto exasperada, pero no dice nada al respecto mientras Stilinski le quita el batón a Parrish, alegando que se encargará de ello.
Nos hace un gesto de que lo sigamos a su oficina y es cuando todo comienza a sentirse mal porque el corazón del sheriff está latiendo tan fuerte y el olor de sus nervios y angustia llena el lugar. Traga con fuerzas cuando entramos. Mis esperanzas de ver a Scarlett en el interior se desmoronan por completo, a pesar de que sabía que no se encontraba en el lugar porque su olor es demasiado especial para mí. Lo que realmente me preocupa es que Payton sí esté en la oficina.
— ¿Qué está sucediendo? —pregunto ante el silencio, incluso Argent permanece apartado cera de la puerta.
Los ojos de Payton lucen hinchados y se llenan de lágrimas cuando me mira.
— Scarlett...
— Sí, ¿dónde está ella? ¿Por qué no está aquí? —quiero saber.
— Scarlett fue declarada clínicamente muerta anoche —responde—. Lo siento, Derek.
— Estás mintiendo —acuso, rehusándome a creerle. Payton solloza contra sus manos y el sheriff coloca una mano en mi hombro para ofrecerme apoyo, pero no lo quiero—. Dime que estás mintiendo.
— Derek, escucha mis latidos —pide—. Scarlett... Scarlett —se ve incapaz de continuar hablando.
Y esas palabras son suficientes para que todo mi mundo se derrumbe al saber que la he perdido por completo. Para mí se siente como si estuviera perdiendo a mi familia en el incendio de nuevo.
Jamás había pensado que podría doler de este modo, que volvería a sentirme así. Al menos no desde el incendio que me arrebató a mi familia. Todo a mi alrededor deja de ser real, lo único que puedo hacer es intentar de respirar mientras me siento atrapado entre las paredes de la estación, las cuales parecen encogerse con cada segundo que transcurre.
Doy la vuelta y salgo de la oficina dando grandes zancadas en busca del aire que me falta, mientras que los recuerdos de Scarlett llenan mi cabeza.
*
«— ¿Sabes que esto puede contar como secuestro? —preguntó, mirándome con los brazos cruzados desde el asiento del copiloto.
— No es secuestro si entras en mi carro por elección propia —le respondí, mirándola de reojo y desde mi posición pude ver cómo frunció su ceño.»
*
«— Por enésima vez, no te voy a comprar doritos en la gasolinera —le dejé saber, exasperado por su insistencia.
— ¡Por Dios! Me atrevo a apostar que tienes mucho dinero. ¡Tienes un carro súper! —exclamó—. Aunque tu casa deja mucho que decir —añadió con rapidez—. El punto es que: puedes invertir un poco en mí, tacaño.
Pero no fueron sus palabras lo que me convencieron, sino la forma en la que frunció sus labios y estrechó los ojos de forma retante. Me había desafiado con la mirada sin saber que esa era mi debilidad.»
*
«— Eres inteligente, Scarlett —reconocí—, y demasiado curiosa para tu propio bien.
— No sé si te has dado cuenta, pero ya lo sé. Mi curiosidad me llevó a dónde estoy y no se puede hacer nada al respecto. Sin embargo, si no respondes mi pregunta creo que estoy muy cerca de poder quemar el bonito rostro que tienes —advirtió en un tono serio, pero no pude evitar concentrarme en un pequeño detalle de su discurso.
— ¿Bonito rostro? —inquirí arqueando una ceja con diversión.
Porque molestarla era de las pocas cosas de la vida que me resultaban divertidas.»
*
«— Sí, igualita a tu mujer perra —masculló colocándose el guante nuevamente—. Eso es pedofilia, Derek.
Arqueé una de mis cejas.
— ¿Celosa?
— ¿Qué? No. Jamás. Por Dios, ¿qué pasa por tu cabeza de alfa? —preguntó con rapidez, su corazón acelerándose en la negativa, detalle que me hizo acercarme a ella.
— ¿Hubieras preferido que fueras tú en su lugar? —cuestioné, las palabras saliendo de mis labios antes de que pudiera detenerlas porque, incluso si la estaba molestando, yo deseaba que hubiera sido ella en lugar de Erica.»
*
«Agarré su brazo con rapidez antes de que se escabullera y ese acto la hizo retroceder lo suficiente como para que su espalda chocara con la madera de la puerta del baño. En mis oídos puedo escuchar su corazón retumbar.
— Yo no envié a que te hicieran la prueba. Confío en ti. Además, he estado contigo todas las veces en las que apareció el kanima —dije, mis ojos recorriendo su rostro. Ella no se dio cuenta de cuando relamió sus labios antes de hablar, pero yo estaba pendiente a cada acto.
Mi boca se secó al instante.
— ¿Se supone que simplemente te crea? —preguntó y di un paso al frente, mi pecho casi tocando el suyo. La respiración de Scarlett se volvió más agitada y su corazón latió desbocado—. Derek, mi espacio personal.
— Tu corazón esta latiendo excesivamente rápido —la delaté, una media sonrisa asomándose en mis labios.
— Sí, bueno, soy claustrofóbica y me estás acorralando contra una puerta. Sería mejor que te alejaras.
— Mentirosa —acusé.
— Derek, en serio debes alejar...—la interrumpí cuando acerqué mis manos a su rostro, mi pulgar rozando su labio inferior, el cual me llamaba a gritos.
— ¿Realmente quieres eso? —pregunté.
Si me respondía sinceramente y me decía que me alejara, lo haría, pero en lugar de eso, Scarlett permaneció en silencio. Sus ojos verdes me pedían que cerrara la distancia entre nosotros, así que lo hice. Me incliné y atrapé sus labios con los míos, saboreándolos como un fruto prohibido por primera vez.»
*
«— Tranquilo, cachorro, tu padre y yo no te traumatizaremos con una imagen visual que no necesitas —se dirigió a Isaac, quien estaba en el asiento trasero del camaro luciendo bastante incómodo.
Pero no me importó cuando Scarlett se acercó a mi rostro, pero antes de que sus labios tocaran los míos, desvió el camino y los pegó en mi mejilla. Se apartó con rapidez y pude ver una sonrisa malvada que me dejó confundido y ligeramente decepcionado.
— Scarlett...
— Tsk, Derek, el cachorro está presente. —Inevitablemente sonreí y justo antes de que se bajara del auto, volteo para verme—. Cuida al cachorro, ¿de acuerdo?
Rodé mis ojos sin poder creer que realmente me estuviera enamorando de esa chica.»
*
«— No te preocupes, Derek. Tengo experiencia lidiando con serpientes —dijo, mirando de una manera muy obvia a Peter.
— Sigo estando aquí —replicó mi tío.
— Lo sé, por eso mismo lo dije. Y, por cierto, no soy su novia.
Pero una parte de mí deseaba que lo fuera.»
*
«Mis manos en su cintura la acercaron un poco más a mi cuerpo mientras la besaba. Sus manos se enredaron en mi cuello, jugueteando con mi cabello y acercándome más a ella si es que eso era posible.
— ¿Qué se supone que esto significa? —preguntó, nuestras narices rozándose, incapaces de separarnos por completo.
— Significa que no solo somos amigos que se besan desesperadamente en ocasiones y que no me molesta que las personas asuman que eres mi novia —respondí con sinceridad antes de volver a besarla.»
*
«— No quiero que esto termine —reconocí.
— ¿Pero?
— Pero lo de hoy fue nada en comparación con lo que ellos van a hacer. Si no me uno a ellos, me van a matar y no quiero que...—me detuve a mí mismo antes de que terminara exponiendo mis verdaderos sentimientos. Si lo hacía, Scarlett no sería capaz de alejarse de mí.
Entonces envolvió sus manos en mi cuello, jalándome hacia ella antes de impactar sus labios contra los míos. Casi gemí ante su repentina acción porque su boca me sabía a despedida. Nuestros labios se movían desesperados y me aferré a sus caderas como si fuesen lo único que me mantenían en pie. Abandonó mi cuello unos segundos para quitarse la chaqueta.
— Si esta es una despedida, quiero una apropiada —dijo, tomándome por sorpresa antes de volver a conectar nuestros labios.
Y fue esa la primera vez que supe qué se sentía querer a una persona.
*
«— ¿Por qué me estás dando explicaciones, Derek? —me preguntó, su voz sonando ahogada—. ¿Por qué la detuviste? Estar con ella podría ser mucho más sencillo que interesarte por mí.
Llevé mis manos a su rostro y ahuequé sus mejillas, mis pulgares rozando la piel con cariño mientras me debatía entre si confesarle mis sentimientos o no hasta que tomé una decisión.
— ¿No me escuchante antes? Te quiero, Scarlett —confesé.»
*
— ¿Crees que debo hacerlo? —le pregunté.
Scarlett suspiró.
— No quiero perderte —admitió—, pero tu familia siempre debe ser primero que yo, Derek. Tu hermana te necesita. Es tu oportunidad de ser esa persona que yo sé que eres.
La rodeé con mis brazos sin poder evitarlo porque ella veía en mí un lado que ni siquiera yo era capaz de ver.
— Tú eres mi familia también, Scarlett —susurré en su oído.»
*
«— No puedo creer que le pegaras un arma en la cabeza solo para detenerla —murmuré todavía sin creerlo.
Su risa llenó mi audición.
— Soy una mujer peligrosa —dijo, guiñándome un ojo.»
*
«— ¿Por qué no me dijiste? —le pregunté en voz baja.
Ella evitó mi mirada.
— ¿Cuál parte, Derek? ¿La parte en la que probablemente no pueda tener hijos o en la que estoy perdiendo mi cabeza poco a poco?
— Ambas, supongo —murmuré mi respuesta, mi pulgar trazando círculos imaginarios sobre el dorso de su pequeña mano.
Por primera vez, Scarlett me miró.
— Realmente nunca tocamos el tema de los hijos. Nunca hablamos del futuro en realidad —respondió.
— Deberíamos hacerlo —reconocí porque yo sí quería un futuro con ella. Quería todo lo que pudiera ofrecerme—. De un futuro juntos, pero tienes que reponerte para ello —añadí.»
*
«— Ha vuelto —susurró de forma dolorosa.
Ahuequé sus mejillas, obligándola a mirarme.
— Por favor, quédate conmigo. Lucha contra él —supliqué.
Negó con su cabeza.
— Es demasiado fuerte —sollozó—. Y duele. Luchar duele demasiado.
Apoyé mi frente contra la suya, cerrando mis ojos. Podía sentir mis labios temblar mientras buscaba qué decirle, de qué forma lograr que continuara luchando por le poder de su mente.
— Te quiero —susurré sin encontrar forma de que se quedara conmigo.
— Yo también te quiero, Derek.»
*
Y fue entonces cuando me percato de un pequeño detalle, uno que significaba demasiado en mi vida. Las llamas consumieron mi casa, pero fue Scarlett quien se llevó mi hogar.
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Creo que no tengo ni palabras para describir lo que he sentido al escribir este capítulo. Cada punto de vista se metió en mi piel y pude sentir su dolor como si fuera mío, en especial cuando comencé a poner los recuerdos que enlazan prácticamente toda la historia Derett porque la realidad es que Derek lo ha perdido todo.
Díganme qué teorías y opiniones tienen.
Love,
Thals♥
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