ENCONTRÉ EL AMOR 

CAPÍTULO 37

Aisha Jiménez

El fin de semana se ha asomado entre nosotros, ansiado todos los días por mí gracias a que son unos de los pocos días que puedo descansar y pasar junto a Lucas. No es fácil esto de sentir extrañarlo cada día ya que hay semanas que solemos no vernos, y cada día se vuelve angustiante no saber el uno del otro, no es nada fácil llevar una vida fuera de la universidad, cada vez son más trabajos y nuestro estrés aumenta por cómo pasa el tiempo eso se va acumulando volviéndose tan degenerativo sino se logra descansar adecuadamente. Muy pronto Lucas y yo estaremos de aniversario, si le preguntan a mi yo del pasado de que pensaba sobre esta relación, sé que mi respuesta hubiera sido «No durará, solo fracasará como siempre, y se irá como todos» pero ver ahora que ya pronto serán ocho meses juntos llenos de felicidad ante cualquier cosa, porque no puedo negar que él me hace tan feliz, que suelo sentir que no me cabe tanto en el pecho.

Lucas llegará a mi casa el día de hoy, si no me equívoco pasaremos la noche juntos ya que mis padres no están —como siempre — pero me gusta que él pueda venir acompañarme y acurrucarme a su lado durante la noche así mismo calentar nuestros cuerpos. De repente despierto de mis pensamientos al escuchar el timbre — mi amor ha llegado— inmediatamente prosigo mis pasos hasta abrir la puerta y recibirlo deprisa con un fuerte abrazo y un pequeño besos de nuestros labios.

— ¿Cómo estás? — Le pregunto a Lucas después de tanto tiempo sin vernos.

—Muy bien, y mucho más con este gran recibimiento, creo que deberías hacerlo más seguido.

— ¿Tú crees? No quiero que te a costumbres mucho —Suelto una pequeña sonrisa pícara.

—Por cierto traje pizza, mis papás compraron de más y me les robe una para comer los dos.

—Bueno, le das las gracias de mi parte. Así no seremos tan malos.

—Si claro yo les digo, no te preocupes.

— ¿Cómo te ha ido en la universidad?

—Pues bien aunque ha estado muy pesado en estos días, lo que la semana pasada y esta fueron estresantes, pero tú me ayudas a quitar mi estrés.

—Sí, no hay problema, con gusto te hago un masaje relajante para aliviar tu tensión y duermas tranquilo.

—Y tú, ¿Cómo vas con tus clases?

—Digamos que estoy en tu misma posición estrés y más estrés, no descanso de tanto que nos dejan.

— ¿Y qué haremos hoy?

—Digamos que me ayudaras a terminar un trabajo que tengo por terminar, para que ya podamos no se jugar, ver tele o cualquier cosa que queramos.

—Si claro yo te ayudo no hay problema con eso.

Lucas Zalandely

Estar aquí a su lado aunque sea para terminar con su trabajo se siente increíble porque aun así puedo ver sus hermosos miel, cuando terminamos de hacer todo nos dirigimos a darnos un gran baño, —ya lo necesitábamos — no era por nada pero se sentía algo de calor. Luego cenamos pollo con arroz, creo que saldremos a bailar un rato, pero siento que ya no quiero ir Aisha se ve muy provocativa quisiera quedarme aquí y arrancárselo con mis manos.

La veo a ella ese sexy vestido blanco con su nuevo cabello tinturado que le queda tan perfecto, después de vacilar si ir o no por fin me decido y arrancamos el auto para irnos. Estando por fin en el lugar pedimos nuestras bebidas y nos juntamos en la pista a bailar, sensualmente siento sus caderas moverse, es como si tuviéramos sexo con ropa, está mega increíble sentir esto.

Estamos en nuestra mesa y veo que se han acabado nuestras bebidas y le hago señal de que me acercaré al bartender para más bebidas y le pido que me espere tranquila y dejo un leve beso en ella. Estando en espera por las bebidas siento una presencia en mi espalda, doy vuelta para ver quien me está observando de esa forma tan acosadora, al hacerlo me doy cuenta que es Juliana —mi exnovia, la loquilla—

Aisha Jiménez

Estoy sentada esperando a mi novio, pero sin perder la vista hacía él que se encuentra en la barra en aquella camisa roja ajustada a él, pero sin más veo como una chica de cabello rojo se le acerca a él pero lo peor de todo es que aquel sexto sentido que nosotras las mujeres tenemos se me enciende sin previo aviso — algo sucede — no reconozco aquella chica, es muy guapa pero no me gusta su presencia presiento una mala vibra en ella y no creo estar imaginándolo. Ella con su presencia se aleja de mi novio dejando un beso en la mejilla de él y parece susurrarle algo en el oído, —esa chica me da mala espina — me parece un poco falsa y loca desde aquí pero no quiero juzgar o inventar sin antes conocerla; logro ver como se separan y Lucas comienza a dar pasos para acercarse de nuevo a nuestra mesa con aquellas bebidas que espero aun estén frías porque tengo sed, tengo en mi mente la incógnita de querer saber quién es ella, pero no sé si es adecuado preguntar en estos momentos donde ya el alcohol se hace notar un poco entre nosotros, no sé qué debo hacer.

— ¿Quién era ella?

— ¿Quién? — Pregunta Lucas haciéndose el tonto, como si no supiera de que le estoy hablando.

—Como que quién, la que se te acercó ¿Quien más?

— ¿Estás celosa? —Sonríe de forma sutil para burlarse un poco de mí, pero estoy tan sería que ni yo me creo que esto de esta chica no sea nada, si tartamudea para hablar, y no quiere hablar de ella es porque algo debe haber en ella.

—No estoy celosa, jamás crearía un show por algo así, solo estoy preguntando quien es la chica que te saludo, no puedes simplemente decirlo y ya se acabó todo.

—No te preocupes no es nadie importante, solo es una conocida.

—A mí me parece que es más que una conocida.

—Tranquila amor, no es algo tan importante.

—Te lo digo de una, esa chica me da mala espina, y presiento que nada bueno viene con ella, pero espero estar equivocándome, y que todo está bien como tú crees, y que solo es mi imaginación trabajando, espero equivocarme.

—Bueno, te diré la verdad.

— ¿De qué verdad hablas?

—Amor, ella es Juliana. Ella es... —No termina, simplemente pareciera que no quisiesen salir las palabras de él a través de su voz, esto es micho más inquietante de lo que pensé que sería.

— ¡¿Ella es qué?! Habla ya. —Exalto mi voz, estoy perdiendo la paciencia de tantos rodeos.

—Es una ex novia, ella tiene problemas psicológicos y... Está obsesionada conmigo.

—Es una maldita loca, no puede ser, ¿Qué carajos haremos? Si está obsesionada contigo lo primero que hará es irse contra mí.

—Dime que por lo menos está recibiendo ayuda psicológica, tal vez haya cambiado un poco ¿No?

—Hasta donde yo sabía ella se encontraba recibiendo ayuda en Estados Unidos, sus padres habían contratado a los mejores psicólogos y creo que hasta psiquiatras, pero ahora ya no sé.

—No puede ser. ¿Y si no lo terminó?

—Si no lo terminó, lo más probable es que siga siendo la misma psicópata que intento matarme cuando quise alejarme de ella, cuando me di cuenta que su amor era enfermizo.

—Maldita sea, ahora debo estar al pendiente ¿Qué tal si me quiere hacer daño?

—No te preocupes, acaba de llegar así que no creo que sepa que tengo novia y mucho menos de quién es exactamente.

—En serio te estás basando de un « acaba de llegar » Lucas ya he tenido una loca encima y sabes de quien hablo y ella siempre se entera de todo.

—Créeme, ella no puede saber de lo nuestro.

—Dios mío, por favor entiende, esas que son así como ella son las primeras en enterarse de todo, te juro que ya debe saber de lo nuestro y que por eso está aquí, y sí no fue así de todas manera ya se tuvo que haber entrado.

—No exageres amor.

—No exageres nada, Lucas sé perfectamente lo que te digo esas de su calaña son cortadas con la misma tijera, unas mucho más víboras que otras pero todas las locas obsesionadas y psicópatas son iguales y si no me crees allá tú.

—Tranquila amor, yo sé controlarla para que no me haga daño.

—Amor, con todo el respeto que te mereces te diré algo, ERES IDIOTA.

— ¿Idiota yo? ¿Por qué?

—Si ella está obsesionada contigo y te quiere para ella contra quien carajos crees que se irá encima.

— ¿Contra ti?

—Y lo preguntas en serio, obviamente querrá quitarme del camino por que esas locas piensan que con apartar a uno van a obtener el amor de ustedes de nuevo.

—Amor, te prometo que te protegeré con mi vida si es necesario.

—Sabes ya vámonos, se me quitaron las ganas de estar aquí, quiero irme a casa.

—En serio nos iremos.

—Sí, si nos vamos. Ya no hay nada que hacer aquí me alertaron la noche.

—Está bien, como tú digas.

—Ok.

Vamos camino a casa y sinceramente no sé por qué todos deben tener exnovias psicópatas, es que con solo una en esta vida me era suficiente y ahora llega ésta que no sabemos cómo actuará, es que imaginen que llegue a ser peor que Carolina, —me muero — seguro que sí, digo en mis adentros. No entiendo por qué los hombres tienen que ser tan jodidamente ingenuos o pendejos ya ni sé cuál es la palabra exacta para ellos, odio que pienses que ellas no harán nada y que las pueden controlar sabiendo que ni el diablo puede con ellas juntas en el mismísimo infierno, por eso las tiene aquí para causarle problemas a la gente que menos lo necesitan.

¿Por qué me castigan de esta forma? ¿Por qué debo estar rodeada de puras locas? Dios mío señor que mal he hecho que debo pagarlo de esta forma tan cruel y tan desgastante.

Una loca más en mi lista de exnovias dizque "Reclamando lo suyo" no creo soportar a tantas locas en este mundo tan cruel.

Siento el auto detenerse y es que por fin hemos llegado a casa bajo del auto inmediatamente con las llaves en mis manos para abrir la puerta, al entrar junto con Lucas subo las escaleras para llegar a mi habitación quitando de una aquellos zapatos que ya ansiaba quitarlos de mí, veo más atrás a Lucas entrar y sé que lo he preocupado pero no tengo ánimos ni de estar tan acaramelados ni tampoco de pelear por alguien que puede que sea verdad y no sepa que existo, pero también sé que si no lo sabe, pronto lo sabrá, simplemente porque así son todas.

Quedando en una sexy pijama me acuesto y veo a Lucas hacer lo mismo, nos damos un pequeño beso deseando las buenas noches para ambos e irnos a dormir y creo que es mejor que sea así antes de formar algo mucho más grande.

Y dormimos como un pareja peleada, cada quien por su lado.

Autora: Yarenis Guzmán 🌈