Ups
Advertencias: Tuve que meter a mi Oc de otra historia de BSD, era justo y necesario jajajaja
Puse una referencia a chicas pesadas 🧐
~•~
—¡Maldita mocosa!— apenas despertó buscó el cuerpo femenino para darle un golpe.
—Te juro que falta poco— sonrió esquivando su ataque—. Veamos ¿Qué haces aquí?.
—¿No lo sabes?— tomó un pisa papeles de su escritorio, y se lo lanzó.
—No, solo nos arrojo a mundos al azar— alzó los hombros y los movió un poco—. Es más divertido.
—¡Te voy a matar!— usó su habilidad para aumentar su densidad, pero la puerta fué abierta por una chica de ojos verdes.
—¿Nakahara?— arqueó las cejas al ver cómo el hombre sostenía aire—. ¿Estás bien?.
—Santa mierda— murmuró la más baja—. Aquí no es.
—¿Quién eres?— soltó a la deidad para centrar la vista en la intrusa.
—¿Te golpeaste?— atravesó la puerta con una sonrisa boba—. ¿Te doy un abrazo?.
Aizen Mō-ō chaqueó los dedos mientras se maldecía a si mismo.
El cuerpo de Chuuya cayó desmayado —¡Nakahara!— la azabache corrió a auxiliarlo.
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—¿Por qué me sacaste de ahí?— estaba sentado en la misma oficina, pero en otro universo—. ¿Quién mierda era ella?.
—Fué mi error— sacó la lengua divertida—. Ups, se me pasó.
—No puedo creer que yo terminé envuelto en esto.
Las puertas se abrieron de par en par, dejando pasar al castaño suicida—. ¿Todavía no te vistes?.
—¿Para qué?— después de verlo se dió cuenta que seguía en la mafia—. ¡¿Qué haces aquí?!.
—Trabajo— sonrió de lado—. Ponte ese lindo vestido.
—Necesito ir al baño— torpemente salió de la oficina, siendo seguido por la femenina.
—Tal parece que aquí, ese chico no dejó este trabajo, y siguen siendo compañeros, pero si terminaron— bostezó desinteresadamente—. Creo que van a estafar a alguien, por eso el vestido.
—Número uno, es imposible que se quedará en la mafia, número dos, yo no usaré un vestido — su respiración se volvió pesada.
—Que masculinidad tan frágil— arrugó el entrecejo.
—No se trata de eso, además, no debo de darte explicaciones— rodó los ojos dudando en regresar—. ¿Por qué está aquí?.
—Creo que por ti, no lo sé, pregúntale— se alejó del chico—. Debo irme, alguien me espera.
—¡No me dejes solo!— su petición fué en vano, la muchacha desapareció, la verdad es que la odiaba, pero necesitaba compañía aparte de Dazai—. Ya viste que puede ser más que un dolor en el culo, compórtate, puede que no sea tan malo.
Regresó a su oficina donde el castaño guardaba la fina prenda—. No tenías que enojarte, solo era una broma.
—¿Qué es la misión?— cubrió su boca con la mano enguantada.
—Ya sabía que eres tonto, pero es demasiado— soltó una carcajada, pero para Chuuya no fué ofensivo—. Ya sabes, iremos a un club, por el idiota de la mafia coreana.
—De acuerdo— bajo la mirada a las palmas del suicida, estaban un poco rojas por la presión que hizo en ellas.
—Bueno, vámonos— giró sobre sus talones para salir, el castaño formó una mueca en su cara, y volvió a apretar los puños.
Caminaron y de camino vió a Ryunosuke. Sonrió al recordar "su boda" corrió directo a él, y le dió un pequeño golpe el la cabeza—. Que escondido lo tenías.
—¿Disculpe?— se atragantó con su propia saliva.
—Nada, solo estoy feliz de ver una cara más familiar— se carcajeo sintiendo un ambiente más pesado.
—¿No te dije que tienes que ser más respetuoso?— el castaño puso la mano sobre su hombro—. Incluso con el enano.
—Dazai-san— se inclinó completamente—. Lo siento mucho, también me disculpó con usted, Nakahara-san.
—Oi, no le hagas caso a la momia— clavó su vista en la mano temblorosa del más joven—. Cómo sea, felicidades, y nos veremos después.
—¿Por qué te felicita?— arqueó las cejas—. ¿Es tu cumpleaños?.
—No— tosió cubriendo su cara.
—No te importa, de todas formas no lo entenderías— avanzó dejando sorprendidos a los demás.
—Espera a tu amo— el castaño lo tomó por los hombros para sacudirlo un poco—. ¿Desde cuándo eres tan amigo de mi subordinado?.
—No somos amigos, pero al menos no se parece a ti— tenía vomito verbal.
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—Es ese sujeto— señaló a un hombre en el piso de arriba—. Disfruta un poco de la noche, yo me encargo.
—¿Qué harás?— lo sostuvo del antebrazo.
—Ya sabes, ofrecerle sexo oral, y cuando estemos lejos, tú lo noqueas— se mostró orgulloso, y caminó por las escaleras.
—¿Quieres un trago?— una chicas lo llamaron, al querer pasar desapercibido lo acepto.
Dazai daba pequeñas vueltas, incluso se sentó junto a unos tipos en la mesa continúa al objetivo.
—¿El chico con el que estabas, está soltero?— preguntó una de las mujeres.
—Eso creo— dió un sorbo a la copa.
—Si no estoy mal, ustedes son novios— comentó una rubia de escote pronunciado—, O ya follaron, porque te miraba con unas ganas.
—Que mala suerte, yo que creía que podíamos besarnos— agrego la otra—. Pero entonces, ¿Por qué lo ves como si quisieras matarlo?.
—No, tonta, lo ve como si quisiera devorarlo— la de pechos anti-gravedad soltó una risa.
—Es complicado— quería cambiar de tema, pero fué imposible.
—¿Te fué infiel?— cuestionó la más alta—. Que hijo de puta.
—No, hasta donde yo sé— respondió bebiendo el trago de golpe.
—Wow, más despacio señorito, eso es tequila— la de cara roja recargó su peso en su hombro—. Si no te hizo nada, entonces cómetelo otra vez, los dos son ardientes.
—Oye, eso es puede incomodar a las personas— la rubia le dió un golpe—. Los haces caer en los estereotipos de homosexuales.
El pelinaranja estaba más atentó en como seguía su misión.
—Pero es la verdad, si yo fuera él, me lo follaría como si ya no volviera a despertar— pasó otra ronda de tragos—. ¡Fondo!.
—Ya déjalo— su amiga trataba de golpearla, pero el de ojos azules bebió el trago nuevamente rápido, y luego otros dos.
—¡Oh mierda, está caminando con otro tipo!— la más alta señaló a la figura del castaño salir de la mano con otro hombre.
—¡Es una basura!— comentó la rubia visiblemente más ebria—. Le voy a romper la cara.
—Señoritas, las dejo— su vista estaba más borrosa—. ¿Adónde se fué?.
—¡Vamos chico, dile sus verdades!— gritaron las mujeres.
Avanzó un poco tambaleante, y salió al callejón donde el sujeto estampó a Dazai en la pared.
—Suéltalo— tocó un bote de basura y lo arrojó al mayor, que terminó noqueado.
—Tardaste mucho, casi me besa— frunció el ceño, pero rápidamente notó que estaba un poco ebrio.
—Perro bastardo— susurró el más bajo—. ¿Te hizo daño?.
—¿Por quien me tomas?— sonrió arrastrando el cuerpo del hombre directo al auto.
—Chico, ¿Le diste sus buenos golpes?— las mujeres salieron con pasos torpes.
—¿De qué hablan?— frotó su entrecejo.
—Ya vámonos chibi— vió a las mujeres de arriba a bajo—. Te estabas divirtiendo.
—No entiendo cómo este chico está contigo, te sales de la mano de otro hombre, y todavía lo llamas pequeño— la rubia trataba de calmar a su amiga.
—Ignorenla, suele ser más tranquila...
—Ella tiene razón— intervino Chuuya—. Me usa cada que quiere, me hace sentir fatal.
Dazai estaba nervioso, tres personas ebrias y dos de ellas muy agresivas, ya planeaba su ruta de escape—. Vamos a casa.
—Escucha maldito— Chuuya caminó hasta él, sentía el vómito verbal, no, vómito de verdad. Vomitó el pecho del castaño.
—Eso se ve jodido— la más alta ahora en sus cabales arrastró a su "amiga" fuera de la escena.
—Este traje era nuevo— susurro el castaño mientras le daba palmaditas a Chuuya.
Lo dejó en el auto, mientras terminaba de meter el cuerpo a la cajuela, trató de retener arcadas, pero el vómito le daba ganas de vomitar, se quitó la camisa, quedando solo con las vendas y el abdomen desnudo.
Para el pelinaranja todo iba lento, de a ratos Dazai lo regañaba por beber, por otros lo reprendía por meter a las chicas de antes.
Dejó el cuerpo de su víctima en la sede, más específicamente a Hirotsu, quien no se sorprendió al verlo sin camisa, él era raro. Volvió y manejo hasta el departamento de Chuuya, lo terminó por dejar en la cama mientras el usaba su baño para limpiarse, cuando culminó ya caminaba a la entrada.
—Traidor— lo llamó antes de que se fuera—. Quédate, al menos una vez, quédate conmigo.
—Ay, Chuuya— suspiró y arrastró los pies hasta su dormitorio—. No bebas si no sabes hacerlo.
—Deja de molestar— se acomodo contra su pecho—. Te odio...
—Lo sé, no te culpo— sonrió—. Yo también lo hago a veces.
—¿Por qué terminamos?.
—Siendo sincero, no lo recuerdo, creo que fué porque soy una escoria— plantó un besito en su cabeza—. Pero todavía te cuidaré, y te amaré. Te amaré en todas mis vidas, en cada uno de los universos.
—Eso está bien— su respiración era muy lenta, estaba cayendo en los brazos de Morfeo—. Yo también...
La deidad los observaba desde el otro lado de la habitación, dónde sonreía, al fin lo había dicho, lo dejaría dormir, pero cuando despertara, ya no estaría ahí.
Extra:
El Chuuya que no tenía recuerdos de haber bebido se levantó, a su lado estaba el castaño que aún dormía. Delineó sus facciones.
Él también quería seguir cuidando, y amando a Dazai, se puso de pie y caminó en busca de una aspirina.
—Buenos días, chibi.
—¡Mierda!— se dió un golpe en la frente—. ¿Follamos?.
—Aún no, pero tenemos tiempo...
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