Epílogo
Advertencias: Contenido sexual explícito, está destinado a una audiencia adulta, si no tienes dieciocho años, o más, no lo comentes por favor, es incómodo saber que menores de edad ignoran mis advertencias ;)
Sexo sin condón, ustedes si usen siempre banda, aún si es con una pareja muy íntima, primero su salud. No hay ningún fetiche.
~•~
Ya había pasado un año desde la extraña visita que recibió Chuuya, de vez en cuando pensaba que todo fue un sueño, o algún tipo de ilusión, pues el no soñaba realmente.
Había coincidido más con Dazai, notando cierto cambio en su lenguaje corporal, y hasta en el trato que le daba, ya era menos insoportable. Tuvieron encuentros casuales, incluso una cena, pero nada serio, incluso hubo un beso días atrás.
¿Cómo llegaron a esta situación?, recapitulemos.
Dazai salió temprano de su trabajo, porque escapó sin preparar su informe, y Chuuya tenía antojo de algo distinto a beber solo en casa. Se encontraron en un bar, y por extraño que parezca, ambos la pasaron bien, Chuuya lo insultó un par de veces, Osamu se burló de su sombrero, pero no había malas intenciones.
—Te puedo llevar a tu casa— mencionó el del cabello asimétrico.
—Mejor vamos a la tuya— contesto Dazai robándole un suspiro al más bajo.
¿Por qué mierda lo convenció?
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Su lengua paseaba por el cuello de Chuuya, disfrutando del sabor, chupó y mordió dicha zona con tientes posesivos. Estaba totalmente ebrio de su amor.
Nakahara se dedicaba a jadear, apretó sus brazos llenas de vendas, buscando cordura que claramente le faltaba si sus caderas se movían al ritmo que llevaba tiempo elevandolas, en busca de consuelo mutuo.
—Quiero estar arriba— dijo el suicida contra su piel, haciendo que todo el cuerpo de Chuuya recibiera una descarga eléctrica.
—Cómo sea— buscó su rostro para besar sus labios, tambaleantes llegaron a la habitación, pero desde antes, el castaño peleaba con los botones en la camisa de Chuuya, lo consiguió mientras la sesión de besos subía de temperatura.
—Mierda— Chuuya necesitaba culminar los actos pecaminosos de forma rápida.
—Es tan problemático todo lo que causas en mi— el de ojos oscuros dirigió su mano hasta su pierna, y paseó la palma, se detuvo en el bulto duro dentro de sus pantalones.
—Quitate la ropa, o yo mismo te la arrancaré— los ojos azules detonaban pura lujuria. Dazai mordió su labio inferior antes de hacerle caso.
De un rápido movimiento, Chuuya se deshizo de su ropa inferior, no había mayor problema, pues el castaño le ayudó minutos antes. Se acomodó mientras Dazai botaba su camisa por cualquier lado. El más bajo llevó su mano hasta su miembro semi erecto, comenzó a subir y bajarla mientras mantenía su atención fija en Osamu.
—¿Te gusta lo que ves?— su voz ronca en conjunto a la imagen de él, quitándose el cinturón, dios, era lo que Nakahara quería al ser dominado.
—Nah...esto me encanta— dejó de atender su falo, y esa misma mano bajo hasta su entrada, dónde metió su dedo medio, no pasaron más de cinco segundos para que gimiera.
La garganta del suicida quedó completamente seca, nunca notó lo difícil que era respirar. Se acercó hasta la cama, quedado de rodillas frente a el mafioso, pensó en tocarlo, pero no lo ayudaría mucho. Se dedicó a mirar de cerca, mientras su miembro palpitaba emocionado. Quería estar dentro.
—¿Te gusta lo que ves?— Chuuya introdujo dos dedos en su cavidad, robándole un jadeo a Dazai—. ¿Quieres meterlo?, Apuesto que~ ah~ necesitas ponerlo dentro.
Mierda, el fuerte de Nakahara era la charla sucia, sobre todo si se trataba de someter a su pareja, tantas veces que lo hizo con Dazai, y lo mal que dejaba al muchacho alto, pidiendo por un poco más, sonando tan vulgar.
—¿Puedo hacerlo ya?— sujeto sus muslos para abrir más sus piernas—. Por favor, quiero follarte.
El de ojos azules reprimía un gemido girando totalmente la cabeza para hundirla entre las almohadas, estaba tan concentrado en su placer, porque claro, Dazai lo miraba expectante. En un llamado desesperado por atención, Osamu acercó su rostro a la entrepierna del más bajo, y dejó un beso en la misma, antes de lamer la raíz de su miembro—. Responde.
—Mételo— sacó los dedos de su interior cuando el sonido del chapoteo fué alto.
—Quisiera escuchar como súplicas también— lamió la cabeza de su pene para después dejar un beso en la misma.
—Lo metes ahora, o no lo metes nunca— el tono tan autoritario de Chuuya fué lo que lo hizo asentir.
—Date la vuelta— pidió el castaño, y su sugerencia fué tomada de inmediato, dejando ver una vista bastante erótica—. Esto es jodidamente caliente.
Chuuya se apoyó en sus antebrazos, no le importaba si Dazai lo molestaba un poco, oh mierda, su trasero ardió por un leve golpe.
—Te encanta volverme loco— otro azote, ahora lo suficientemente rápido para sonar muy alto.
Un gemido se escapó de sus labios, luego otro, al sentir su virilidad chocar con su agujero—. Rápido.
—Si lo pides así de desesperado, no puedo negarme— masturbo su hombría junto al cuerpo de Nakahara, de un momento a otro se introdujo lentamente.
El pelinaranja mordió su propia mano buscando callar sus gemidos, que para ser precisos, eran gritos. Dazai esperó poco tiempo, su cordura desapareció desde el momento en que entró. Movió levemente las caderas, pegando la pelvis contras los glúteos de Chuuya.
—Sé que te gusta lento, pero iré profundo— su voz tan ronca solo lograba causar más cosquilleos en Chuuya, que jadeaba al sentir cómo rozaba ese punto, uno que lo hacía perder la razón.
Sus embestidas eran rudas, lentas de igual modo, disfrutando la textura de su interior. Las mejillas de Dazai y en general todo su cuerpo ardía, al sentir cómo la entrada de Chuuya se contrajo comenzó a temblar de placer.
—¿Tan bueno es tenerme dentro?— murmulló sosteniendo sus caderas para tener más control—. ¿Por eso estás apretando así?.
Incapaz de responder solo pudo asentir frenéticamente, su boca entre abierta cumplía una única función, el soltar sonidos dulces a los oídos del castaño. Las manos de Dazai bajaron aún más su espalda, obligandolo a quedar con el pecho pegado al colchón, pero aún muy bien elevado para recibirlo, lágrimas se acumularon en sus ojos zafiro.
Aún insatisfecho, el suicida pegó su palma directo a la nuca de Chuuya. Amaba estar debajo del mafioso, pero le gustaba ver cómo peleaba por tenerlo dentro.
Comenzó a bajar el ritmo de sus embestidas, lo que provocó un quejido en el más bajo, movió sus caderas para invitarlo a seguir—. ¿Qué haces?.
—Solo quiero molestarte— puso ambas palmas en su retaguardia, evitando que siguiera jugando con él.
—Muevete, maldito Dazai— un azote lo hizo flaquear—. Por favor...
—Esfuérzate, si quieres más de mí— sonrió de lado, tratando de ser rudo, pues él estaba a punto de terminar.
—Quiero que me hagas sentir bien— pidió entre sollozos—. Me encanta cuando te mueves.
Dejó un besito en su hombro, paseo las manos por su abdomen, y comenzó a ir a su propio ritmo, uno rápido y aún más codicioso. Los gemidos de Chuuya no tardaron en sonar, el detective dirigió su palma hasta su vientre, y aplico un poco de presión. Un gritó ahogado fué lo que terminó con Dazai, su palpitante miembro descargó toda su semillas dentro de Chuuya, quien babeaba sin controlar sus jadeos.
—Eres tan malo— suspiró antes de salir con sumo cuidado—. Me haces parecer precoz.
Le ayudó a girar para terminar boca arriba, el pequeño pelinaranja todavía no recibía alivio alguno, bajo sus manos para envolver su propio miembro y comenzó a darse placer. El castaño disfrutaba la vista que tenía, pero siendo un hijo de puta, detuvo la mano de Chuuya.
—Debes estar jodiendo— mordió su labio inferior, en respuesta los dedos índice y pulgar del suicida acariciaron la punta rojiza, apenas logrando un contacto mínimo. El cuerpo de Chuuya comenzó a temblar.
—Te quiero ayudar— seguía pasando sus dedos suavemente, torturando a su ex compañero—. ¿Tú también quieres?.
—Mierda, si— apartó su mano dejando más espacio para Dazai.
—Eres muy hermoso, si, tan espantosamente dulce— su palma se paseó por la parte superior de su miembro—. Te quiero hacer un desastre.
Acercó su boca lentamente bajo la mirada suplicante de Chuuya, y deslizó la lengua por su eje, siguió así hasta que se canso de los suaves gemidos que producía la boca del muchacho. Siendo más atrevido trató de tomar toda su extensión, y comenzó un buen trabajo con la boca.
—¡Más!— la mano de Chuuya se clavo entre sus hebras castañas, y le ayudo a regular un ritmo más gratificante.
El sonido de una arcada lo hizo ser más suave—. Lo siento— acarició levemente su cabeza antes de levantar su pelvis.
Bastaron unas lamidas más para que su cuerpo se retorciera y asfixiara con sus fluidos al muchacho que le daba la felación—. ¿Tanto te gusto?.
No hubo respuesta, por lo que plantó un beso en la punta del miembro, y lo dejó descansar.
—Bueno, tu promesa de no tenerme tan cerca falló un poquito— se dejó caer junto a él.
—Olvidamos el condón— cubrió su cara con ayuda del antebrazo—. Eres como una puta sirena.
—Que bonita manera para decir que te hechizan mis encantos— sonrió dejando un beso en su mejilla—. Estoy limpio, pero si, la próxima vez traeré condones.
—¿Quién carajos te dijo de una próxima vez?— arqueó las cejas disfrutando de los cuidados que le brindaba el castaño.
Una mueca de disgusto se formó en el rostro de Dazai—. Bueno, creo que deberíamos hablar de eso.
—De momento no quiero— soltó un suspiro y regreso un beso en la clavícula del más alto.
—Debo limpiarte— se puso de pie y caminó hasta el baño, conocía bien el departamento de Chuuya, rápidamente dió con las toallitas húmedas, regresó y limpio sus muslos, procurando ser cuidadoso.
—No recordaba que fueras tan amable, maldito bastardo— no había segundas intenciones con sus insultos—. La próxima vez, me gustaría cenar solos, en un lugar privado.
—No escojas un lugar tan costoso— cubrió su cuerpo con las sábanas, estaba inusualmente feliz. Chuuya no lo pateó para dormir solo—. Te quiero mucho, chibi, pero no te presionaré para tener una relación formal.
—Formal es un terminó que jamás me ha gustado— confesó mientras su respiración se alentaba—, Pero la parte de la relación se escucha bien.
Cayó dormido, mientras Dazai aún repartía besos por sus oídos, y de vez en cuando susurraba cosas lindas.
"No importa en que universo este, siempre te voy a querer, Chuuya".
~•~
Al día siguiente, el brillo del sol despertó a Nakahara, que prácticamente saltó al sentir la mano del suicida sobre su cintura, se dió la vuelta lentamente procurando no levantarlo, y apreció cada detalle de su rostro.
Esas largas pestañas, los labios levemente rosados, esa expresión al dormir, que pocas veces vió porque Dazai sufría de insomnio. Sonrió al recordar todas las veces que lo llamó en la noche, para contarle alguna cosa de poca importancia, o hasta para decirle que quizá lo adoraba más que ayer.
—Buenos días— movió los labios aún con los ojos cerrados—. Aún es muy temprano.
—Eres como los puntos delfines, ¿Duermes con un ojo abierto?— comentó con gracia—. Ya deben ser las ocho.
—Demasiado temprano— se quejó tapando ambas cabezas completamente.
—Bastardo holgazán— el pelinaranja soltó una risita por su acción.
Dazai abrió los ojos estando debajo de las sábanas, y sonrió de una manera dulce—. Quisiera quedarme así, solo un poco más.
—De verdad sigues siendo tan poco ortodoxo— agrego el de ojos zafiro, pero no lo abandonó, se quedó así otros minutos, mientras Dazai formaba una sonrisa.
—¿Te duele algo?— Dazai estaba más extraño que las otras veces al tener intimidad, estaba siendo más atentó, incluso horas después del sexo.
—Creo que la cadera, pero estaré bien— observó los rayos del sol tratando de colarse por la sábana blanca.
—Bueno, podría prepararte un baño— inesperadamente Osamu atrapó su cuerpo y lo pegó completamente a él.
—Oye— quiso quejarse, pero las palabras no salían.
—Está bien, iremos lento— sonrió lleno de malicia—. Cómo te gusta cuando te la meto.
—Lo arruinaste— confesó el más bajo.
—Ya, ya, perdón— mordió levemente su oreja.
—Ya basta— su cara se transformó en un tomate.
El capítulo más largo por supuesto que tenía que ser NSFW.
Unas aclaraciones, el contacto sexual siempre requiere un consentimiento verbal, sé que a veces en la ficción no se muestra, pero debemos recordar que es ficción.
Por otra parte, aquí se respetan todo tipo de gustos, yo en lo personal creo en el Soukoku versátil, sin miedo al éxito.
Estado: Horny, un poco arrepentida de modificar un poco el texto, pues se me hacía muy explícito antes.
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