Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 9

Solo soñando con que volvería a verlo, los meses comenzaron a pasar y más que ilusionada con la pronta llegada de mí bebe, trabajaba contenta y radiante en mi chocolatería. Todos me preguntaban por mí querido hijo ¿Cuándo nacería? ¿Y qué sería? Y yo más que ilusionada, les irradiaba y compartía mi eterna dicha.

Amaba vender y trabajar en mi chocolatería, era el lugar perfecto para sentirme viva y creativa.

Más que entusiasta y con muchas ganas quise darle un cambio a todo el lugar y barriendo y acomodando cosas, me detuve a mirar un tierno carrusel de juguete. Lo tomé y le di cuerda; empezó a sonar una dulce melodía, la que hizo emocionarme y recordar a Joey. Se me escurrieron las lágrimas y acaricié mi ya abultado vientre.

Harto de las entrevistas, decidió tomarse un descanso. Se sentía agotado, estresado y muy molesto.

Había conseguido todo lo que se había propuesto en la vida. Tenía uno de sus sueños, el de ser cantante, formar una banda con sus amigos de infancia, triunfar y que todos escucharan su música, pero no estaba feliz.

Habían pasado un par de meses y aunque había decidido para él mismo olvidarla, no podía. No podía dejar de pensar en aquella joven mujer.

Había estado con muchas mujeres en el pasado, pero nunca había sentido lo que sintió con ella cuando la conoció y la tuvo esos cortos momentos entre sus brazos y labios. Algo muy en el fondo le gritaba que ella le había pasado lo mismo.

Se había convencido a lo que Vicente le había dicho con respecto a sus muestras de espermas. Le creía a su amigo, pero algo igual le quedaba la duda.

_ Es imposible ¿Cómo tanto tiempo sin haber inseminado a una mujer con mis muestras?...

Se preparó un café cargado, se sentó en el sofá y dio un sorbo. Luego volvió a pensar en ella.

_ ¿Por qué no habrás querido responder nunca a la carta que te envié Margarita? ¿La habrás recibido tú en verdad?

Miró el calendario y vio que la próxima semana tenía agendado un show en la ciudad de Londres con la banda y frunció el ceño.

Tenía hora con Vicente y ya con mis seis meses cumplidos, solo quería escuchar otra vez el ultrasonido de mi querido bebe.

Había prometido que dejaría de comer chocolates, pero a veces los antojos me ganaban y no podía dejarlos. Ahora que estaba embarazada, más los amaba, tal como amaba a Joey, a mi amado Joey...

Aquel día no me había levantado de muy buenos ánimos. Tenía unas enormes ojeras y con puras ganas de llorar, me miré mi gran barriga y sentí que extrañé más y más a Joey.

Me miré frente al espejo y me encontré gorda y fea. Se me escaparon las lágrimas.

_ Dije que sería fuerte. Yo quise esto, quise y me arriesgué a tomar este riego, el de escogerte a ti, a quien únicamente en vedad he amado, para padre de mi bebe, aún sabiendo que tú no lo sabrás jamás y lo acepté, pero ahora no puedo, no puedo. De verdad que no puedo...

Me puse a llorar.

_ Te extraño Joey. Te amo y siempre voy a amarte, más ahora, pero tú no lo sabes y sabrás nunca...

Me encantaría que supieras que estoy embarazada de ti...

Me eché un poco de rubor en las mejillas, sombra en los ojos para ocultar mis ojeras, y lágrimas, y me fui a la clínica...

En cuanto entré a su consulta, Vicente me miró de pie a cabeza y me sonrió encantado. Se levantó rápidamente de su silla y me escoltó hasta su escritorio.

Yo con la cabeza en otra parte, ignoré todos aquellos gestos suyos y me senté, ya con gran dificultad debido a mi gran barriga.

Vicente frente a mí, en su escritorio, me miró fijo y yo le pregunté por mi bebe.

Algo de él no me daba confianza. Es cierto, me había estado atendiendo todos aquellos meses y me había asistido muy bien, pero no sé; presentía que escondía algo.

_ ¿Entonces no tendré problemas si aumento un poco la dosis de chocolates doctor?

_ Prefiere los que tienen más cacao, esos son más sanos en tu estado

_ Lo tendré en cuenta

_ ¿Has tomado tus remedios tal como te los ordené?

_ Si, de hecho traigo aquí en mi bolso el pastillero

_ Es muy importante ahora que vas a entrar al último trimestre de tu embarazo, que te tomes con sumo cuidado todas las vitaminas y medicamentos. Estos últimos meses son más de cuidados

Pensé en Joey y añoré que estuviera ahí acompañándome.

<< Oh amor mío >>

Recordé aquel día en la fuente de soda cuando tomó mi mano y yo me derretí por completo...

"_ No sé qué es lo que me está pasando, pero no puedo resistir tomar tu mano

_... No lo hagas y ya..."

Luego él me besó y todo cambió...

Sumergida en ese recuerdo, no oía a Vicente...

_ Margarita, Margarita...

Lo miré sobresaltada, haciéndome volver de tal recuerdo.

_... ¿Eh?

_ ¿Todo bien?

_... Si, descuide yo... - me miró aún más atento. Sus ojos brincaron.

_ Bien, quiero que te subas a la pesa. Veremos si has subido, o te has mantenido en tu peso este último mes...

_ Ok...

Ya me costaba colocarme de pie y haciéndolo, me sentí más pesada que antes y me acerqué a la pesa.

Vicente con los ojos fijos en mí, yo me subí a la pesa. Temí lo que esperaba...

_ Has subido tres kilos – me desanimé más.

_ Oh no... - lo miré pavorosa - ¿Eso significa? – Vicente me sonrió.

_ Así es. Nada más de chocolates, no al menos hasta el mes entrante

_ Genial...

_ Vamos, si no es tan malo. Mírale el lado positivo

_ Para usted es fácil decirlo, doctor

_ No me trates más de usted. Solo dime Vicente...

Me dijo todo encantador y galante, y yo lo miré sorprendida. No me esperaba aquello y él se me acercó insinuante.

Nerviosa, solo pensé en Joey y traté de alejarme de él y me bajé como pude de esa horrenda pesa.

Vicente me miró nervioso y desentendido; yo quise sentarme y él me lo impidió. Se me acercó acechante y me sonrió en plan de conquista.

_ ¿Qué pasa Margarita?

_... Nada. Solo quiero sentarme

_ Tranquila. Somos dos adultos que podemos dejarnos llevar y divertirnos

_ ¿Perdón? ¿Qué me está diciendo?

_ Me gustas y aunque tú te hayas dejado inseminar por disque sujeto, no es impedimento para mí el que quiera estar contigo y apoyarte

_ Creo que está entendiendo mal las cosas, doctor. No necesito a otro hombre porque yo...

Vicente no me dejó terminar y me besó desprevenidamente.

Solo tuve a Joey en mi mente y corazón, y traté de soltarme de sus brazos, pero él me aferró más a él y provocó que yo lo detestará. Odié que me besara y como pude lo alejé de mí con fuerzas.

_ ¡Basta! ¡Aléjese de mí, si no quiere que llame a seguridad!

Me miró sin comprender y yo deseé largarme de ahí cuanto antes.

_ ¡¿Pero qué te pasa?! ¡Creí que tú y yo!

_ ¡Pues se equivocó! ¡Yo jamás me fijaré en usted!

_ ¿Pero por qué no? No soy tan mayor y tú necesitas de alguien quien pueda verte a ti y a ese niño

_ Mi bebe ya tiene un padre y es el único, el único

_... – pensó en Joey.

_ Ahora entiendo todo. Entiendo cuales fueron sus verdaderas intenciones y yo inocentemente me dejé convencer

_ Margarita, por favor déjame explicarte

_ ¡No! y escúcheme bien, esta fue la última vez que me atiendo con usted. Sabía que escondía algo. Me iré a otra clínica...

_ ¡Espera, Margarita!

Salí de su consulta sin prestarle oídos y Vicente sin poder detenerme, se sentó en su escritorio destrozado y se sintió como un imbécil.

_ ¿Qué he hecho? Ahora si la he perdido para siempre...

Esa joven mujer jamás se iba a interesar en mí, porque lo único que tiene metido en su cabecita, de mujer con ridículos sueños de fantasía, es ese niño que espera de Joey

Se detuvo a pensar...

_ ¿Y si ella sabía realmente quien es Joey y me mintió ese día para la inseminación?...

¿Será posible?...

A punto de llorar en el baño, me limpié la boca con agua y me sentí como una estúpida por haberle creído a ese sujeto. Pensé en Joey y salí casi corriendo de aquella clínica, para no volver nunca más.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro