—Félix se casó —explicó Chris a Jeongin mientras lo ponía al día.

Lo que Jeongin no podía entender era cómo Félix había podido casarse con otro alfa, siendo un omega marcado y abandonado, cómo es que dios era tan bueno con unos y tan injustos con otros. Félix siempre había tenido demasiada buena suerte, nació en cuna de oro, con una belleza inigualable que atraía a todo el mundo, el más popular, el chico con el que todos querían juntarse, con quien todos querían pasar tiempo, el omega más deseado, que hacía ver a todos a su alrededor como simples mortales, admitía que siempre lo envidió.

¿Por qué Félix si podía ser feliz a pesar de haber destruido su matrimonio?, donde estaba el karma cuando se necesitaba, Félix no podía ser feliz después de lo que le había hecho.

Él ya estaba pagando por haberse casado con una persona que jamás iba a amarlo como quería, y que no le pertenecía, por supuesto Nijiro lo mantenía en pie, pero como hombre omega tenía sus necesidades, sobre todo en la temporada de celo, sin embargo, era consciente de que, como omega marcado y con un hijo, no podía esperar una relación seria con nadie.

Y ahí estaba Félix, casándose de nuevo con un alfa, que seguramente lo amaría y lo protegería.

—Nayeon, su hija, es demasiado linda, pronto va a cumplir un año, por supuesto Félix está muy feliz, siempre anda comprando atuendos ridículos para la niña, es como que le gusta experimentar con ella —Chris sonrió recordando—. Aunque debo admitir que también he sido parte de eso.

—Entonces al final es feliz.

—Por supuesto, se lo merece, la vida fue demasiado injusto con él.

Jeongin miró a Chris seriamente, por supuesto, Chris también estaba de lado de Félix, pensó.

—Yo creo que ha tenido mucha suerte —dijo cruzándose de brazos y recargándose en su silla.

—¿Le llamas suerte a ser arrollado por un tráiler y pasar años en estado vegetal, y que al despertar la persona a la que amas está casado con alguien más? Yo no creo que Félix tuviera suerte, simplemente la vida le da lo que merece.

—¿Y qué merezco yo? —dijo mirando al suelo—. ¿Por qué la vida se empeña en hacerme tan infeliz?, yo también quiero ser feliz, quiero tener una vida normal.

—Tu vida es perfectamente normal, Jeongin —le dijo Chris como si no pudiera creerle—, ¿o es que acaso vives con extraterrestres y no me he enterado? —Chris quiso bromear, pero a Jeongin no le pareció gracioso, el beta no lo apoyaba, nadie lo hizo, sus amigos le dieron la espalda, lo culparon, Chris no era diferente.

—Por favor, vete —le pidió, cansado de escuchar como a todos les iba bien desde que desapareció—. Esta es la chamarra que le prestaste a Momo para mi hijo —le dijo mientras le entregaba la prenda dentro de una bolsa de papel—. Por favor, no vuelvas más.

Chris tomó la bolsa, pero no se levantó de donde estaba sentado.

—Por favor, no me pidas eso, no cuando puedo volver a verte después de tantos años, tú sólo desapareciste como si nada, estuve buscándote como un loco, yo sólo... quería saber que estuvieras bien.

—Estoy bien, ya lo sabes.

—No lo estás —le dijo Chris—. Puedo ver en tu rostro que tienes remordimientos, pero, Innie, no tienes por qué tenerlos, las personas nos equivocamos todo el tiempo y eso está bien, pues aprendemos de nuestros errores y trabajamos para cambiar, quiero volver a verte —le dijo—. Tampoco quiero tener remordimientos.

—¿Por qué los tendrías?

—Porque hui, porque no luche para conseguir lo que quería, porque prefería estar lejos a ver a la persona que amaba ser feliz con alguien más —Jeongin le miró y pensó en "tú también"—. ¿Lo ves? Todos tenemos remordimientos, me iré por ahora, después de todo, tengo que regresar al trabajo, pero voy a volver.

Aseguró, le dio un abrazo a Jeongin y un beso en la frente antes de desaparecer por la puerta del local.