"Cambio"
P.O.V Irish Petrov

Al día siguiente me despierto con el corazón en la garganta, aquellos ojos amarillos no dejan de perseguirme en sueños y aunque sé que quieren decirme algo, soy incapaz de descifrarlo.

Después de haberme duchado, vestido y desayunado, me dirijo a Denver, la empresa de mi queridisimo jefe

¿Queridisimo? ¿Enserio Irish?

Bien, he de admitir que las emociones que emergen cuando él está cerca son incontrolables. Su olor a hogar, su mirada embelesada y esos labios me incitan a querer más. Y aún así sé que debo omitirlo, calmarlo, controlarlo, no sé el qué, pero se deben erradicar. Necesito este trabajo y lo que no necesito es ser la siguiente de sus secretarias en quedar prendida de su elegante pose de multimillonario guaperas.

Adele, la recepcionista toca mi puerta
- Señorita Petrov, tengo un mensaje del señor Moore para usted, me ha dicho que hoy no podrá asistir debido a un asunto urgente, necesita que atienda por él las citas que tiene hoy

Podía habérmelo dicho él mismo ayer, cuando estaba cenando y contándole mi vida privada en su casa

- De acuerdo Adele, muchas gracias - miro la agenda de hoy y veo que esta repleta. Manos a la obra, como decía mi padre.

(...)

Después de haber recibido a personas deseando un trabajo, colaboradores a expensas de la decisión de Alexander y haberle excusado en cada momento, respire tranquila. Había acabado tarde, eran las cinco no había comido y tenía la última cita a las seis y media con un inversor para el proyecto de las aeronaves eléctricas.

Compre un café y una ensalada en un pequeño puesto que había en frente del edificio y me senté tranquila a terminar la comida.

Pocos minutos después un par de coches negros polarizados aparcaron a poco menos de una manzana de la empresa, sospechosos, no bajaba nadie y tampoco consigo ver a lo conductores, y sin embargo tengo la extraña sensación de que me vigilan a mí

No seas paraoica, ¿por qué te iban a vigilar a ti?

No sé quiénes son, pero tampoco quiero tener el gusto de conocerlos. Con el resto de mi comida me encamino a mi despacho a terminar de comer mientras esperaba a mi cita.

(...)

Son las siete y por fin después de media hora esperándolo aparece el señor Jones

- Lo siento mucho por la tardanza señorita Petrov, he tenido un inconveniente familiar - un señor mayor, canoso y con un traje elegante ocupa mi vista agitado.
- ¿Frank Jones? - pregunto, asiente sentándose - disculpe por no haberlo reconocido, estaba apunto de irme pero no se preocupe - abro de nuevo mi laptop - por lo que tengo entendido está usted interesado en la inversión de capital en el proyecto de las aeronaves eléctricas.
- Así es, señorita, creo que es una de las mejores inversiones que haré de mi patrimonio. Y entre tu y yo prefiero gastarme el dinero en proyectos beneficiosos para la evolución humana que mi nieto caprichoso se lo gaste en chorradas para su gran mansión - me río
- Creo que hace usted lo correcto señor Jones
- Tuteame querida, no me hagas sentir más viejo de lo que soy
- Oh por supuesto, bien, hablando del tema en particular, aún nos faltan muchas cosas que aclarar de este proyecto que están ya en proceso. Le informo tan solo de lo que puedo, hay ciertas partes que son confidenciales hasta que exista una decisión por parte de mi jefe, como entenderá no podemos ir revelando nuestras futuras contratas a posibles compradores particulares, política de la empresa me temo.
- Lo entiendo, continúa por favor
- Bien, de lo que te puedo informar es de que estamos valorando la veracidad de este proyecto, si es tan fiable como aparenta y sus pros y contras. Hasta entonces solo queda esta colaboración con ellos como hipotética - apunto sus datos en la agenda de Alexander - si te parece bien cuando hayamos recogido el informe sobre sus convenientes e inconvenientes le llamaré para que realice tal gestión.
- Es lo justo - me da la mano - espero volverte a ver señorita Petrov
- Solo Irish, y lo mismo te digo Frank.

(...)

Las calles estaban oscuras, y había aparcado el coche bastante lejos de la empresa. Así que resguardada en mi abrigo camino casi a ciegas, de vez en cuando me fijo en el coche poralizado que anda detrás mío. Giro a mi derecha en una calle para poder despistarlos, y cuando creo que lo he conseguido, dos hombres robustos aparecen en frente de mí.

- ¿Quiénes sois y qué queréis de mí? Se que me habéis estado vigilando
- Solo cumplimos órdenes señorita Petrov
- Por qué no cumplís la mía de iros por donde habéis venido y sin molestarme
- No podrá ser posible eso señora, tenemos órdenes estrictas de llevarte con nosotros

Casi sin poder percibirlo tengo a uno de ellos al lado de mí, sujetandome los brazos. No espero a que llegue el otro, y le doy un cabezazo a mi acompañante sintiendo como su sangre cae por la nariz, corro sin determe, pero choco con el cuerpo del otro tipo, cayendo al suelo.

- No deberías haber hecho eso
- Tu tampoco deberias estar secuestrandome, por tu bien - me agarra del pelo levantándome y me golpea con el puño en la cara, hasta llegar a desmayarme.

(...)

Abro los ojos esperando la peor de las escenas sin embargo me encuentro en el bosque sola, bueno, sola, hasta que veo dos lobos castaños enseñándome los dientes.

- Bien, lobos bonitos, ni vosotros me vais a hacer daño a mí, ni yo a vosotros ¿vale? - me toco la ceja sintiendo mi sangre caer

Genial, estoy sangrando, vamos a incentivar más a los lobos. - pienso irónicamente

El lobo castaño de ojos negros se acerca peligrosamente, intento alejarme pero el otro me gruñe.
No es buena idea correr pero tampoco quedarse aquí, subirme a un árbol es la única forma de sobrevivir que tengo.
Observo mi entorno, la mayoría de los árboles son demasiado gruesos para subirlos, hasta que detrás mío veo uno alto y con numerosas ramas para poder escalarlo con facilidad antes de que los lobos me coman viva.
No hay muchas posibilidades pero tampoco me lo pienso mucho antes de salir corriendo hacia ese arbol, los dos lobos me siguen muy pegados, casi sintiendo sus respiraciones en mis pies. Doy un salto para alcanzar la primera rama cuando uno de ellos me muerde la pierna. Grito de dolor pero sigo agarrada encaramándome más alto. Consigo llegar a la rama más gruesa y veo a aquellas bestias intentar subir.

Estúpidos

He sobrevivido al menos.
Veo la mordedura, es grande, bastante profunda y necesitará puntos, no creo que logre vivir mucho tiempo sino lo curo pronto. Un sudor frío empieza a recorrer mi espalda y mi frente, es pronto para que la herida se haya infectado, ¿y si el animal tendría la rabia?. Algo estaba ardiendo dentro de mi y lo único que puedo hacer es cerrar los ojos hasta que esto pase.

(...)

Oigo voces, no se muy bien de quienes, son dos personas, una de ellas se me hace familiar.

- Ninguna mujer ha sobrevivido a la transformación Alfa, debe prepararse para lo peor.
- ¡Encuentralos! Quiero matarlos lentamente, quiero su cabeza de trofeo - escucho cosas romperse contra el suelo, una masacre de objetos, oigo el lamento de alguien y sus lágrimas ¿dónde estoy?

Una ráfaga de dolor recorre mi columna vertebral sintiendo como cada hueso se me rompía. Grito de dolor, grito porque sea lo que sea que fuese esto quiero que acabe. Otra ráfaga me consume las extremidades y vuelvo a gritar hasta quedarme sin voz.
- Lo siento tanto mi amor - siento un par de manos tocarme la cara, pero no puedo más - tienes que conseguirlo por favor Irish, no me dejes solo - esa voz tan familiar, tan varonil...
- Alexander... - susurro, no tengo fuerzas, y siento que lo que me está pasando acabara conmigo
- No luches contra el dolor cariño, deja que fluya - siento sus lágrimas caerme en el rostro.

Pero no ha acabado, otra racha de dolor me vuelve a destrozar, siento de nuevo mis huesos quebrarse, todos y cada uno de ellos. Y chillo consumiendome en esta tortura constante

- Deja fluir el dolor, por favor - oigo su voz lejana

(...)

Abro los ojos, pero los colores se han perdido reduciendo mi vista al azul y verde, todo es tan extraño y a pesar de eso consigo ver todo bien, demasiado bien.
Me levanto pero me siento más grande de lo habitual, como si pesará más. Sacudo la cabeza intentando desvelarme del sueño. Veo mi alrededor, estoy en una especie de celda vieja y corroida por la humedad.

Huelo a alguien acercarse, su olor me tranquiliza, huele a casa, a flores, y a bosque, es tan agradable que necesito olerlo más.

- ¿Irish? - giro la cabeza, ¡Alexander! Me sacará de esta cárcel. Cuando estoy apunto de hablar lo único que sale de mi boca es un gruñido
¿Un gruñido? ¿Qué es lo que me está pasando?

- Tranquilizate, no voy a hacerte daño - se aproxima lentamente. Estoy tan asustada que empiezo a dar vueltas en el pequeño espacio en el que estoy.

Me fijo en mi cuerpo y casi me da un paro cardíaco, estoy a cuatro patas, veo las delanteras con pelo blanco por todas partes, es un sueño.

No lo es.

Una voz resuena en lo más profundo de mi mente, como si fuese mi subconsciente con voz propia. ¿Quién eres?

Yo soy tú, pero en tu forma más primitiva, más animal. Ahora eres lo que eres, y debes aprender a vivir conmigo, contigo.

Estoy volviéndome loca, quiero salir, quiero salir, me repito una y otra vez. Golpeó las verjas gruñendo a Alexander

- Te voy a sacar, pero necesito que te tranquilices Irish - no puedo, esto es de locos, no sé ni lo que soy. Volveo a golpear la puerta con mi cuerpo

- Irish te ordeno como Alfa que dejes de aporrear la verja - una fuerza desconocida hace presencia en mí, como si una voluntad me aprionara contra el suelo, gruño negando con la cabeza, le enseño los dientes por instinto y vuelvo a golpear con todas mis fuerzas la puerta. Destrozandola.

Corro sin mirar atrás, sé que está detrás mío pero yo soy mucho más rápida que él.

No sé lo que soy pero si me ayuda a sobrevivir de este infierno, bienvenido sea.

Consigo llegar al bosque, siento a muchos lobos cerca de mí, les huelo, les oigo, les siento como si fueran una parte de mí.
Uno de color azabache me golpea empujandome contra un arbol. El choque contra el, debería haberme dolido, sin embargo solo hace que me prepare para la lucha.

No quiero luchar Irish, doblegate, no voy a hacerte daño - esta voz era diferente, era masculina, creo que es el lobo quien me esta hablando

¿Qué está pasando? - sacudo la cabeza, mostrando mis dientes.

Te lo explicaré pero necesito que cierres los ojos y te centres en tu forma humana

¿Mi forma humana?

Concéntrate en cómo eras, en tu cuerpo, en tu pelo, tus ojos, como si estuvieses viéndote al espejo.

Le hago caso, veo mi pelo negro castaño, aparentemente negro enmarcando mis ojos verdes, con mi piel de porcelana y mi cuerpo. Un destello de dolor me vuelve a sacudir la columna vertebral, aullo de sufrimiento. Hasta que siento mojada la tierra, la tocó con mis manos, siento el frío recorrer mi cuerpo desnudo, pero estoy tan sumamente cansada que lo único que siento es como me cargan y me envuelven en ese olor tan dulce y particular.

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El cuarto capítulo, ¿que os ha parecido?
La primera mujer loba en el mundo.
Se avecinan cambios
Dedidme que dia preferis que actualice
Si veo apoyo me planteo a publicar tres capitulos seguidos.
Att: Gabriela.