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Capítulo 35: El Fin (Parte 1)

Capítulo 35. El Fin (Parte 1) 

Debo reconocer que Hanry era fuerte, y debido a la poca experiencia que poseía en mi forma de lobo el principio pareció inclinarse peligrosamente hacia su lado. No obstante Lyha poco a poco consiguió estabilizarme lo suficiente como para empezar a manejarme como era debido.

Tendría que haber hecho eso mucho antes. Me sentía... dudaba que algún adjetivo fuera capaz de expresar el torrente de sensaciones que vagaban sin control por mi cuerpo. Era un sentimiento de plenitud total, como si durante toda mi vida me hubiese faltado una pequeña parte de mí misma de la que nunca había sido consciente, hasta que, ahora, la había recuperado.

Lyha tenía razón, no podía imaginarme lo tedioso y humillante que resultaba estar encerrado durante siglos por los humanos a los que habías concedido el supremo poder del lobo, ya que estos eran temerosos y supersticiosos al respecto, y preferían enjaular su propia naturaleza, ocultar su sangre bajo fármacos artificiales creados por ¿brujas?

Vaya, resultaba que también existían las brujas.

Me preguntaba cuantos seres sobrenaturales andaban sueltos por la sociedad sin ser reconocidos. O incluso cuantas personas que se creían normales encerraban el secreto que los convertía en el primer grupo sin siquiera tener una mínima constancia de ello.

Hanry gruñó cuando clavé profundamente los dientes en su brazo. El olor de la sangre impregnó mis receptores olfativos estimulando la parte depredadora latente en mi interior.

Me eché hacia atrás con una velocidad que me sorprendió a mí misma, esquivando las garras curvadas del hombre lobo cuyos ojos centelleaban en un rojo brillante.

Sabía el porqué de la imposibilidad de acabar la pelea.

De una forma u otra me estaba conteniendo para no acabar con su vida.

Ya sé, ya sé. Supongo que se merecía una muerte horrible por la serie inagotable de homicidios que había cometido durante los últimos años. Por el terror sembrado. Por los niños transformados en asesinos. Incluso había acabado con la vida de un miembro de su manada como parte de la pantomima que había montado para engañarme.

Pero me veía incapaz de hacerlo.

Y ahora que era consciente en mi forma más violenta y potente comprendía el porqué.

Yo no era como él. Comprendía que su infancia hubiera sido dura y el odio profundo que sentía ante su propia especie por todos los problemas que había acarreado.

Pero nada justificaba lo que había hecho. En ningún lugar del mundo sería juzgado. Todos querían acabar con él. Y quizás por eso yo me veía incapaz de hacerlo.

«Hay otra manera»

Salté hacia delante esquivando una patada circular.

«Lo que te dijo... Thara, puedes hacerlo. Podemos hacerlo. Yo le di poder, tú puedes quitarlo.»

Vale, perfecto ¿cómo lo hacía? Dudaba mucho de la existencia de un manual de instrucciones al respecto y mi experiencia en ese campo era más bien nula. Básicamente acaba de enterarme de dicha habilidad.

«Pero tiene un precio»

¿Cómo no?

«Arrebatar parte de su esencia implica absorberla tú. Una parte de él permanecerá siempre en ti. Y no es una sensación... agradable.»

Tanto daba, si había una forma. Preferiría que se pasara sus días en una cárcel humana sin la habilidad de escapar que fuera desmembrado como espectáculo en la dichosa Sede.

«Es tu decisión»

Jadeé en alto cuando lentamente fui recuperando mi apariencia humana. Me miré las manos desorientada, aprovechando el instante de duda que el mismísimo Hanry experimentaba.

—¿Qué pasa?¿Se te han agotado las pilas? —Ironizó saliendo del trance y enseñando amenazador los colmillos.

Me erguí negando con la cabeza.

—Ya te gustaría —sonreí burlona y entrecerré los ojos— la verdad, tienes suerte.

Arqueó las cejas.

—¿Suerte? Ilumináme.

Di un paso hacia delante sin tambalearme, con la seguridad y firmeza que me otorgaba mi decisión.

—Exacto. De hecho tienes suerte en varios aspectos. Contemplaras con tus propios ojos aquello por lo que me retienes aquí. Y también serás objeto de nuestras diferencias. Porque jamás seré como tú. Porque yo me crié como humana, me enseñaron algunas lecciones que debiste perderte u olvidaste en tu fanatismo.

—¿Es lo qué crees? ¿Tú? ¿El ser que más de lobo tiene y tendrá? Los lobos son depredadores y su instinto no puede ser ignorado por la débil voluntad de una muchacha.

En esos momentos deseaba ser mala persona y poder hacer lo que insinuaba. Lamentablemente era una barco que había zarpado y ya había tomado una determinación.

—Depredadores, no asesinos. Los lobos matan para comer. No por el mero deporte de destrozar con sus garras a todo ser viviente que se interponga en su camino. Es lo que la mayoría de vosotros, al tener las mitades inconclusas, no podéis ver. Y es comprensible —presioné los puños— pero en tu caso imperdonable. No has matado por descontrol, has matado fríamente.

Hanry resopló sin ocultar durante un solo instante sus atributos.

—Hay asesinos que son íntegramente humanos —gruñó en respuesta.

—Lo sé. Por eso estoy haciendo lo que hago. Para que cumplas el castigo como ellos. No puedo recuperar las vidas que has arrebatado pero puedo hacerte pagar por ellas. Te daré otra oportunidad.

Sonrió divertido.

—¿Otra oportunidad para qué?

Di un paso más hasta que la distancia que no separaba era tan mínima que si me descuidaba podía destriparme.

—Para arrepentirte.

Y simplemente me dejé guiar por los impulsos que constituían el rico mundo de mi instinto sobrenatural. En este punto entendía la repulsión que experimentaba ante los hombres lobo, chocando mi propia esencia con la suya.

Funcionaba como una especie de imán que registraba dos mismos polos idénticos que se repelían, pero sin llegar al extremo, debido a la gran parte de esencia humana dentro de ellos.

Puede que él estuviera a la suficiente distancia como para sacarme los intestinos con sus garras, o degollarme en un solo movimiento. Pero eso implicaba que yo también estaba lo suficientemente cerca de él como para hacerlo.

Mis garras penetraron en su abdomen arrancando un jadeo sorprendido al alfa que no tuvo el tiempo de reacción necesario para evitarlo.

Presioné los párpados, dejando que mi parte instintiva actuara por ella misma. Podía percibir el desorden que se había instaurado en mí y como iba aumentando a medida que un calor insoportable nacía del interior del hombre lobo y se deslizaba como lava líquida por mi brazo.

No pude evitar la exclamación ahogada que abandonó mis labios ante el dolor que comenzó a perpetrar en mis músculos, latiendo desde las marcas de mordiso.

—¿Qué? —Balbuceó Hanry sorprendido.

Sus ojos perdieron el brillo rojizo siendo sustituido por el flamante amarillo de los beta. Apreté los dientes resistiendo el impulso de apartarme. Tenías las venas inflamadas y me dolía horrores la cabeza pero continué en mi propósito.

«Aguanta»

Lentamente el amarillo fue perdiendo potencia hasta que solo quedó una chispa que fue engullida por los mismos, transformándose en los ojos verde líquido humanos. Las orejas se redondearon recuperando su apariencia, los colmillo se retrajeron, las garras desaparecieron como si jamás hubiesen estado ahí.

Y cuando el proceso se completó fui propulsada hacia atrás. Jadeé dándome contra el suelo, temblando incontrolablemente mientras la nueva energía me laceraba.

Hanry se quedó unos instantes quieto antes de ir resbalando hasta el suelo donde se quedó, inmóvil, con los ojos cerrados y la piel blanquecina.

Me llevé las manos al pecho mientras cerraba los ojos, pidiendo que acabara cuanto antes.

Y perdí el conocimiento.

***

Abrí los ojos trabajosamente, sintiendo un cansancio generalizado en cada músculo habido y por haber de mi organismo. Mucho más agudo que el agotamiento crónico de las primeras transformaciones.

Gimoteé desorientada hasta que los recuerdos acudieron en trompa.

Poco a poco me incorporé, comprobando que el cuerpo de Hanry seguía tendido en el suelo a mi lado. La herida que le había hecho en el abdomen seguía sangrando.

Diablos.

Me incorporé con lentitud escaneando la habitación donde me había arrastrado. Al final no me quedó más remedio que desgarrar su camisa y vendarle la herida con la misma. Con la ayuda de unas fuertes cadenas lo até a uno de los tubos que surcaban las paredes para asegurarme que continuara allí cuando volviese.

Me detuve un segundo, indecisa antes de posar los dedos sobre su frente y comprobar que, efectivamente, mi alerta anti-hombres lobo permanecía callada.

¿La respuesta?

Ya no era un licántropo, solo un joven con crímenes a sus espaldas que sería juzgado por los de su especie. El ser humano corriente.

Suspiré lánguidamente.

Ahora tenía otro asunto entre manos.

Luke.

Con esfuerzo comencé a correr en dirección al último lugar donde lo había visto. El corazón me brincó dentro del pecho cuando comprobé que no estaba ahí.

La barra de hierro torcida empapada con su sangre estaba en el suelo, junto a un charco de la misma.

Pequeños rastros continuaban por el pasillo.

¿Dónde diablos se había ido?

#FiebreDeHombresLobo, humm el título del capítulo es lo que es. El próximo será el final, y quedará un epílogo. ¿Qué os ha parecido el capítulo? ¿Dónde estará Luke? ¿Seré mala? ¿Quién está triste por el final y a la vez ilusionado por la segunda parte? 

#ElGenAlpha

#Thara

#Luke

#Hanry

#NoHayLuraPrimDondeEstáLuraPrimQuieroLura

#LaDecisiónDeTharaHaSidoBuena

#TendríaQueHaberloMatado

#LlegaElFin

#PrimNoSeasMalaConLuke

#HipótesisAquí

#ComentariosLargosAquí

#PeticionesAquí

#HastaPronto


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