Capítulo 1
Diez años después.
Londres, Inglaterra. Año 1672
JACKSON
-¡Izen las velas! Prepárensen para partir.
El clima se encuentra húmedo con nubes abarcando el cielo y una que otra ventisca que despeina y desacomoda el ropaje de las personas que nos encontramos en el puerto listos para partir.
Termino de abotonar la camisa y arremango mis mangas hasta los codos. Trato de peinar un poco los mechones que caen sobre mis ojos tapandome la vista, suspiro al ver que es inútil ya que sigue quedando igual.
Camino a paso decidido hacia el barco mirando de paso el cielo gris y a las gaviotas pasar molestando a las personas y robandose cuando pueden algunos peces que recién habían pescado los marineros. Rio divertido y niego con la cabeza ante tal vista.
Un marinero se acerca a mi y hace una leve reverencia.
-Su Alteza, estamos listos para partir.
Asiento y miro una última vez hacia mi alrededor, camino directo al barco seguido de algunos marineros, sirvientes y mi mano derecha de travesía, Jacob.
Ya es hora
Una vez dentro observo como los demás van de un lado para otro dictando órdenes y preparándose para zarpar.
Todos se ubican en posiciones y quitan la plancha acompañada de las cuerdas que mantenían al barco unido al puerto.
Pongo mis manos unidas a la espalda manteniendome erguido, al momento que siento una mano en mi hombro.
-¿Cómo se siente, su alteza?- dice Jacob.
Contemplo el palacio en la lejanía y suspiro melancólico pero a la vez feliz.
-Jacob, sabes que puedes llamarme por mi nombre cuando mis padres no están presentes- él asiente con una sonrisa- y respecto a tu pregunta, siento que voy a extrañar el palacio como cada vez que tengo que zarpar, pero a la vez me siento aliviado de poder salir de esas cuatro paredes y de todas las reglas que mis padres me imponen. Me siento feliz de poder respirar el olor a agua salada y sentir el viento golpear mi rostro- palmeo su espalda- ¿Listo para otra aventura, amigo mío?
El asiente con una gran sonrisa- listo Jack. Iré con el capitán a verificar que todo esté en orden y ver si no hay ningún problema.
Asiento comprensivo y vuelvo mi vista al mar perdiendome en mis pensamientos.
A mis veintitrés años soy un gran aventurero. Me fascina recorrer el mundo en un buen barco, poder sentir la brisa y la sensación de libertad a mi alrededor.
Mis padres, el Rey Rhys y la Reina Joanne no estan de acuerdo con mi vida de aventurero pero al menos decidieron darme su apoyo incondicional hasta que contrajera matrimonio.
Pero lo que menos quiero es casarme, ello solo conlleva a convertirme en rey y tener mas obligaciones que cumplir, no teniendo tiempo para hacer lo que yo quiera nunca y eso incluye el navegar. Al asumir el trono ya no tendré la oportunidad de subirme a un barco a recorrer, ni poder tener esa sensación de libertad y paz que tanto deseo, por ello prefiero seguir soltero y ser libre sin responsabilidades que impidan cumplir mi sueño de recorrer los siete mares.
Me dirijo hacia la cocina y en el camino me encontraba con varios sirvientes, al pasar por frente a ellos rapidamente se inclinaban susurrandome "su alteza".
Era tan molesto e irritante que cada vez que pasara todos hicieran reverencias ante mi. Pero esa era una de las condiciones que mi madre me impuso, si yo queria navegar por el mundo tenia que hacerlo llevandome conmigo a varios sirvientes y guardias que me protegieran ante cualquier "peligro" al que pudiera exponerme. Y como último recurso debí aceptarlo con tal de salir del palacio y del reino.
Asi que tratando de ignorar ese fastidioso gesto seguí con mi camino.
Éste viaje sera largo.
°°°
Ya habían pasado varias semanas de navegación, solo faltaban días para llegar a la isla y estaba comenzando a ponerme ansioso.
Jacob, además de ser mi compañero de navegación, era botánico. En cada viaje que yo hacia, él venia conmigo y estudiaba las diversas variedades de plantas que podia encontrar y luego las llevaba al palacio para hacer nuevas medicinas.
Por ello siempre me acompañaba. Me hacía compañia y al mismo tiempo ayudaba al reino con sus medicinas.
Había decidido salir un rato a despejarme, me quedé en un costado del barco y cerré los ojos respirando profundo, llenando mis fosas nasales del olor a agua salada y aire puro. Pero me vi interrumpido por un golpe que me hizo tambalear de no ser por haberme agarrado de la barra del barco. Vi quien me habia empujado y sonreí divertido.
-¿Necesitas ayuda?- le pregunté levantando el libro que habia caido de sus manos al chocar conmigo. Miré la portada y el titulo decia "Botánica". Típico de mi querido amigo.
Jacob al escuchar mi voz levantó la mirada asustado pero rapidamente se relajó agarrando el libro de mis manos.
-Me asustaste Jack, por un momento pensé que eras uno de esos guardias cascarrabias con los que me suelo cruzar siempre- solté una carcajada y Jacob me miró enojado- no te rías, es verdad, parece que les caigo tan mal que cuando me los cruzo se ven como que quisieran tirar mi cabeza a los peces para que me coman los ojos.
Empecé a reir como nunca suelo hacerlo cuando estoy en el palacio, hasta el punto de que mi estómago comenzó a doler y lágrimas caían mojando mis mejillas.
-No seas dramatico Jacob- reí pero al verlo completamente serio me recompuse carraspeando fingiendo estar serio mientras ponía las manos detrás de mi espalda- lo siento.
Al instante Jacob tampoco pudo aguantar y estalló en carcajadas a la vez que yo le seguía.
Él fue el primero en recomponerse, abrió su libro y me lo mostró.
-Según mi investigación ésta planta llamada "Jocama", mejor conocida como Teucrium Heterophyllum tiene propiedades curativas como bajar la fiebre, cura las infecciones respiratorias inclusive puede usarse como tónico para calmar los dolores de estómago. Es una planta muy llamativa, de hoja gris y flor roja. Solo se la puede encontrar en el archipiélago de Madeira y en Canarias, pero segun mi investigación hay un sesenta por ciento de que la encontremos aqui y podamos llevarla al reino. Por fin acabaríamos con muchos malestares y dolores de los aldeanos- su tono de voz se volvió mas emocionado con cada palabra que decia- el reino seria un lugar sano y seguro para que mas extranjeros puedan venir y vivir allí- cerró el libro y lo puso debajo de su brazo.
Esa planta seria muy útil para el reino, la gente del pueblo no tendrían tantas enfermedades y podrían vivir muchos años mas juntos a sus familiares. Lo único que nos faltaría luego de encontrarla seria saber hacer ese tónico curativo y esperar a que de resultado.
-¿Sabes como hacer ese tónico?- pregunté dubitativo.
Jacob me miró apenado y triste.
-No, en todos los libros que leí no dice nada sobre como hacer el tónico. Lo único que aparece es lo que acabo de leerte- bajó la cabeza pero luego un poco mas alegre la levanto- pero intentaremos buscarlo hasta hallar la solución y lograremos hacer el tónico.
-Bien dicho, amigo- di unas fuertes palmadas a su espalda- ahora ve "médico brujo" y sigue intentando que lo lograrás, ya verás.
Él asintió repetidas veces emocionado como un niño con un dulce y entró a su camarote caminando rapidamente. Reí y seguí viendo el panorama frente a mi.
Presiento que esté viaje será emocionante y de muchas sorpresas.
°°°
-¡Tierra a la vista! ¡tierra a la vista!
Saqué la vista del libro que me encontraba leyendo y la dirigí hacía la ventana de mi camarote. A lo lejos pude apreciar unos pequeños árboles y un bulto de tierra que se distinguía del todo el mar que lo rodeaba.
Emocionado por haber llegado a nuestro cometido luego de semanas navegando, salí apresurado cruzandome en el camino con el capitán.
Hizo una breve reverencia y me miró espectativo a la espera de mi pregunta.
-¿Hemos llegado a destino, capitán?
-Si, su majestad. Estaremos en tierra alrededor de tres horas. Mis hombres ya están listos para arribar.
-Esta bien, sigue con tu trabajo- sonreí cortés.
Luego de eso decidí ir a el camarote de Jacob, esperando a ver su reacción a sabiendas que llegaríamos en horas.
Mi querido amigo estuvo meses planeando éste viaje y lo que haría una vez llegáramos a la isla. Hasta hizo una lista de todas las especies de plantas que buscaria allí y que haría con ellas luego. Él llegar aquí lo tuvo algo obsesionado preguntándome todos los dias cuanto tiempo más nos llevaría poder arribar en la isla.
Cuando me adentre en su habitación lo vi ensimismado leyendo sus adorados libros, seguramente sin percatarse de los gritos que se oían fuera de aqui. Me acerqué hasta estar a su lado para que presenciara que estaba aquí, pero ni siquiera supo que estaba a metros de él siguiendo su vista en la lectura con una sonrisa embobada.
Me acerqué un poco a su oído e inhale profundo.
-¡Tengo una gran noticia!- grité a todo pulmón.
Él pegó un gran salto enredando sus pies entre sí y cayó de espaldas al suelo, refunfuño y me miró con el ceño fruncido.
Yo por mi parte me partía de risa, me carcajee tanto hasta que mi estómago comenzó a doler y la respiración me faltó. Era un gesto muy infantil de mi parte, pero prefería esto a ser toda mi vida amargado y frío como mi padre y la mayoria de los hombres de mi pueblo. Esto era una de las cosas que mis padres desaprobaban de mi, diciendo que ya era bastante mayor para hacer bromas y divertirme con mi amigo《ese no es el comportamiento de un príncipe y futuro rey, debes madurar y ser responsable con tu reino.》decían siempre que tenian oportunidad. Hasta que en estos últimos meses consideraron que lo mejor para mejorar mi comportamiento y "madurar" seria contrayendo matrimonio con alguna mujer de sangre noble que ellos consideraran conveniente.
Por ello también planee lo mas pronto posible éste viaje y despejarme un poco de sus insistentes reglas y obligaciones, solo el mar y el viento en mi rostro me podian calmar y que mejor que acompañar a mi mejor y unico amigo en su viaje a una extraña isla, quien sabe y podria investigar y explorar algún secreto que guarde en ella o ver al fin alguna fiera en persona.
-¿Qué es lo que tienes que decirme con tanta emoción?- sonreí feliz y lo ayudé a levantarse.
-Mi querido amigo, he venido a notificarte que oficialmente hemos llegado a la isla. En unas horas embarcaremos y tu podrás estudiar todas las plantas que encuentres.
Miré su expresión y me sorprendio verlo mas emocionado y alegre de lo que imagine, comenzó a dar pequeños brincos y a dar vueltas por el camarote.
-No puedo creerlo, hemos llegado- abrió el cajón de su mesada con desesperación y sacó de alli el libro de botánica- cuando embarquemos iremos directo a buscar la flora de la isla, luego podremos investigar las exóticas especies de animales que pueden haber allí e incluso recorreremos los alrededores, además veremos si hay vida humana y como han sobrevivido en esa isla también...
-Espera amigo mio, no te desesperes. En unas horas ya estaremos en la isla y podrás hacer todas tus investigaciones, pero te advierto que no habra vida humana ahí, ese lugar es inhabitable para personas e incluso para ciertos animales- me acerqué y sujete su hombro en señal de apoyo y comprensión- solo no te hagas muchas ilusiones de lo que podamos encontrar aquí ¿Entiendes?
Bajó la cabeza entristecido y apenado, en mi interior me sentí mal por romper sus ilusiones pero no queria que se alegrará por algo que quizas ni encontráramos en esa rara isla.
°°°
-¡Suelten el ancla y preparencen para arribar!
Guardé el catalejo en mi bolso y me asegure de llevar lo necesario, colgué la correa atravesada en mi cuello y salí del camarote trabandolo con llave.
En el camino me intercepte con Jacob, quien estaba cerrando con dificultad su bolso debido a lo lleno que estaba.
-Solo nos vamos unas horas y luego volveremos al barco, no es necesario llevarte todo tu equipaje- sonreí.
-Lo sé, pero no quiero olvidarme de llevar nada- rasco su nuca avergonzado- por eso me aseguro de llevar lo mas que pueda por si nos hace falta.
-Esta bien, vamos- suspire rendido y baje del barco seguido por Jacob.
Observe a mi alrededor los enormes árboles que nos rodeaban y que aumentaban en cantidad a medida que se adentraban mas profundo, el agua cristalina reflejaba los rayos del sol y ésta tomaba el hermoso color celeste del cielo. Las lianas colgaban en nuestras cabezas y se escuchaba unos ligeros sonidos de aves.
Aspire el olor a naturaleza y a tierra mojada, esto es mejor de lo que imaginé.
-Nos dividiremos por grupos para la expedición- habló con voz firme y segura, el capitán- usted príncipe, irá con Jacob y dos centinelas para protección. Los demás nos dividiremos en seis grupos más e investigaremos los alrededores para comprobar que la isla no sea peligrosa ¿Está de acuerdo, alteza?
-Por supuesto, capitán. Ahora usted esta al mando- asintió agradecido pero sin quitar esa compleja seriedad que lo caracterizaba.
Partimos cada grupo por su lado, dos centinelas caminaban delante de mí cortando las ramas que nos impedian el paso.
Jacob, por su parte, seguía ensimismado en su libro y alternado la vista observando detalladamente cada flor que veia con la esperanza de que fuera alguna de las que estaba buscando con tanta desesperación.
Por mi parte, seguía maravillado con la naturaleza que me rodeaba y esperaba ansioso que algo interesante y extraño pasara para tener un poco de aventura y adrenalina en mi cuerpo.
De repente un ruido de una rama quebrandose me alertó, miré a mi alrededor inspeccionando pero lo unico que vi fueron árboles y arbustos tapando el lugar.
-¿Oye Jacob de casualidad fuiste tú quien pisó una rama?- le pregunté con la esperanza de que fuera él quien hizo ese ruido.
Jacon confundido por mi reacción negó lentamente, era un hecho que ninguno de ellos habia escuchado el ruido.
-¿Y alguno de ustedes?- les pregunté a los centinelas algo asustado.
Solo recibí las mismas respuestas aumentando mi inquietud y pánico.
Escuchar el ruido tan simple como el de una rama en una isla prácticamente vacía, solo significaba que en realidad no estaba tan vacía como esperabamos.
-Esten alertas puede haber algún animal por alrededor...
Un gruñido interrumpió mis palabras, lentamente volteamos en dirección al ruido y de los arbustos salieron dos enormes panteras furiosas que mostraban sus afilados colmillos y nos miraban amenazadoramente avanzando cada vez más hacia nosotros.
Los centinelas estaban horrorizados viendo los animales y tan rápido que ni me lo esperé, salieron corriendo adentrándose más al centro de la isla.
No sabia si gritar de frustración por mis guardias que me abandonaron en menos de un segundo cuando su deber era protegerme, o gritar de panico por tener a intimidantes animales que en cuanto me descuide nos atacaran a Jacob y a mi.
¡Oh lo olvide, Jacob! Lo miré a mi lado temblando de miedo y tratando inútilmente de protegerse con el libro en su pecho sin quitar la vista de los felinos.
Cuando dije que queria un poco de aventura, no me refería a correr por mi vida o si no ser devorado por animales.
-Jacob- susurré lentamente.
El susodicho miró a mis ojos asustado y esperando a que le ordenara que hacer.
Tratando de que las panteras no se percataran de mis movimientos bruscos decidí ir retrocendiendo en pequeños pasos y cuando ya estuve a unos centimetros mas lejos, tomé a Jacob del brazo firmemente y lo arrastre conmigo lejos de allí.
Corrimos unos metros cuando escuchamos el rugido de las panteras haciéndonos trastabillar de la impresión, con rapidez nos recompusimos y seguimos corriendo.
A la distancia pude apreciar un extenso lago.
-¡Por aquí!- le grité a mi amigo.
Lo guíe al lago y empecé a saltar por las rocas sobrepuestas tratandolo de cruzar, Jacob iba detras de mí y en un salto casi resbala en la roca húmeda de no ser por que justo a tiempo logré sujetar su brazo e impulsarlo a mí.
Cuando logramos cruzar el lago miré para ver si las panteras nos seguían y efectivamente estaban del otro lado de éste, gruñendonos.
-Nos salva...- quedé pasmado.
Las panteras estaban nadando para llegar a nosotros, llamé a Jacob y seguimos corriendo hasta pasar de los árboles y llegar al limite de la isla encontrándonos frente al mar, quise buscar otra dirección pero frente a nosotros estaban las panteras en posicion de ataque.
Estabamos sin salida, no teniamos escapatoria. Jacob miraba a las panteras y a mi buscando darle una solución pero no encontraba en este momento, no tenia ninguna.
Solo debia aceptar mi final.
Quién diria que un principe moriría devorado por feroces panteras en una isla extraña. Si ni siquiera sabía que pudieran vivir animales aquí.
Cerré los ojos cuando vi que las panteras se acercaban y esperé.
-¡Alto!- gritó una melodiosa y suave voz femenina.
Abrí los ojos de golpe y quede anonadado ante lo que veía frente a mi.
Una silueta delicada saltaba entre los árboles haciendo que su hermosa melena rubia se moviera por el viento que le daba debido a los saltos.
Se colgó en una liana y se impulsó cayendo delante de mí.
Lo primero que mis ojos captaron fueron unos preciosos ojos marinos mirándome de forma extraña.
Algo en mi interior comenzó a revolotear y en ese momento mis latidos aumentaron.
Era la chica mas hermosa que haya visto en mi vida pero...¿Que hacia sola en una isla?
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Aqui les traigo el primer capitulo de ésta novela.
Me tarde en publicarlo para que al menos quedara algo decente.
Espero que les guste, tengo muchas ideas para esta historia y drama de por medio.
¿Qué les parecio el capitulo?
¿Quién será la misteriosa chica?
Muchas gracias por leerme y nos leemos en el siguiente capítulo.
Bye 😘
Milena🌸
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