six ──── king's secret
────────────── CHAPTER SIX,
KING'S SECRET ──────────────
❛ Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes ❜
Las reglas eran importantes en el planeta astral y si llegaban a quebrantarlas, tendrían demasiadas consecuencias por lo cual la mañana del día siguiente, Acacia tuvo que estar preparada para ir al Templo donde se iría a tomar una gran decisión.
Elegirían al nuevo rey del planeta astral.
Por ese día, la princesa se arregló en silencio, sin desear decir ni una palabra a sus damas que seguían vistiéndola. Su ánimo era bajo, tan triste que ni siquiera podía levantar su mirada o poner atención al hermoso vestido que estaba portando. La falda oscura era traslúcida por lo cual solo veía el short y los tacones oscuros.
──── ¿Qué te parece el vestido? ──── Tany cuestionó, llamando la atención de la astral ──── Lo he confeccionado para ti esta mañana.
Acacia se miró en el espejo, viéndose el hermoso diseño dorado del vestido. La parte superior tenía el aspecto de una chaqueta con una abertura en V y un cinturón que se ajustaba en su cintura. Sus brazos estaban ocultos por unas mangas traslúcidas, tal como la parte inferior de su vestido. Para cubrirla, Mev puso una capa oscura con el mismo diseño, ajustándola para evitar el frío.
──── Es hermoso ──── murmuró, viendo como destellaba ante cada movimiento ──── ¿Mi padre ya está listo para irse?
Mev asintió, dando un paso atrás ──── Estará esperándote en la puerta principal. Un carruaje los llevará.
Acacia levantó la falda de su vestido, caminando a la puerta en silencio. No había ánimos en el reino, todos estaban de luto por haber perdido a los habitantes de Zoqri y al rey astral. Todavía no había aclarado sobre lo sucedido y la princesa supuso que esa noche lo harían, ellos merecían saber que pronto habría una gran guerra en su planeta.
El padre de Acacia ya estaba sentado en el carruaje cuando ella bajó, solo dándole un asentimiento para que pudiera subir. La astral se sentó a su lado, guardando silencio por unos minutos antes que se girara, enfrente al hombre.
──── El rey de Neex fue quién dio la orden ──── ella habló, bajando la mirada al suelo ──── Sé que no tengo pruebas para mostrarle, pero si debemos de pensar en un posible candidato sería él.
──── Lo sé ──── respondió el hombre con tranquilidad. No apartó su mirada de la ventana, observando su reino ──── Lo supe desde que Karsten apareció en Poxzia la misma noche para detener a mis guerreros. Estoy seguro que él cerró el acceso a Zoqri.
──── ¿Karsten? ──── susurró ella, sin poder creerlo ──── ¿Por qué lo haría? Entiendo que su padre lo enviara para detenernos, pero cerrar el Templo es un gran crimen.
El astral miró a su hija, manteniendo su expresión serena ──── En este momento, hija, todos son capaces de matar. La lealtad ya no vive en este planeta y quedó demostrado con el asesinato del reino Zoqri.
──── ¿Qué haremos? No tenemos pruebas, solo suposiciones y no sabemos en quién se puede confiar. ¿Cómo sabremos quién nos apoyara?
──── Hoy lo descubriremos ──── el astral dijo, frunciendo sus cejas ──── El rey de Neex estuvo esperando este momento por años así que esperará que todo vaya con tranquilidad, pero no será así.
──── ¿Tendré que intervenir? Llevo mi espada conmigo ──── le comentó la princesa, mostrando el pomo sujeto a la falda de su vestido ──── Estaré preparada.
El rey asintió ──── Intentaremos que todo vaya con tranquilidad. Si debemos de intervenir, te lo haré saber, pero mientras tanto, mantengamos el control y solo quebrantemos el escudo del rey Neex dañando su ego.
──── Seguiré tus órdenes ──── aceptó, inclinando su cabeza en un acuerdo.
El carruaje fue bajando la velocidad al momento que el Templo apareció. Sus hermosos colores brillaban por el fuerte sol, pero Acacia pudo notar un destello diferente en sus árboles, ya no relucían como en un principio y eso hizo que se preocupara, preguntándose si ese majestuoso Templo sabía lo que estaba sucediéndole al planeta.
Acacia fue la primera en bajar, aceptando la mano que el guerrero le ofreció para los escalones. Con cada día que pasaba, la princesa sentía que iba debilitándose, estaba reteniendo tantos sentimientos en su interior que temía explotar, pero no podía permitírselo, no en ese momento donde su reino podría llegar a ser afectado por aquel astral que quería la corona del planeta astral para llevar una venganza que hace muchos años tuvo que haber olvidado.
Ambos entraron al gran Templo, observando cómo se iba transformando en diferentes salones hasta que se reunieron con el resto de reyes y reinas que estaban presentes. Los príncipes y princesas estaban a sus lados derechos, demostrando que eran los sucesores de sus reinos, aunque todavía no tenían un voto en esas decisiones.
Acacia se sentó junto a su padre, manteniendo la misma expresión serena. La princesa se enfocó en quitar el esmalte de sus oídos, sin poder enfrentar al resto de los primogénitos a los cuales no le hablaba desde el suceso con los Zoqri.
──── Con las circunstancias que ocurrieron hace pocos días, nos hemos reunido para tomar la decisión de quién portará el nombramiento del rey del planeta astral ──── habló la reina de Draka, enfrente de la mujer se encontraba Naia en silencio ──── Mostrando respeto a nuestros antepasados y las reglas que crearon, la corona será portada por el reino de Neex, esperemos que su gobernación nos lleve a una paz infinita y no a una guerra.
Los aplausos surgieron con esa declaración, Acacia solo escupió la pintura de uña, ignorándolos. No creía en ninguna de sus palabras y por lo que observó, había varios astrales que sentían lo mismo.
──── Pido permiso para hablar con los reyes y reinas ──── pidió el rey de Poxzia con calma.
La princesa se asombró al oír la voz de su padre interviniendo. Por lo general, ninguno hablaba en esas reuniones, solo asentía o negaba, pero reservaban sus comentarios.
La reina asintió, aceptando su propuesta ──── Adelante.
El crujido de su abrigo fue el único sonido en el salón, esperando que el hombre hablara. Él puso sus codos encima de la mesa, haciendo que esperaran por sus palabras.
──── He pensado mucho en estos días tras la tragedia de los Zoqri ──── él comenzó a hablar, intercalando su mirada entre todos los astrales presentes ──── Hemos evolucionado en todos los aspectos de nuestro planeta, pero seguimos aferrándonos a viejas normas que no le hacen un bien a nuestra modernización.
──── ¿A qué te refieres? ──── preguntó la reina de Draka, siendo la moderadora en esa reunión.
──── ¿Por qué no romper con esas normas? ──── propuso el astral, alzando su voz con determinación ──── Explorar nuevas alternativas, nuevas decisiones que involucren a nuestros primogénitos a tener un voto en cada una de nuestros cambios. Tengamos opiniones, sugerencias y propuestas de otros astrales, comenzando sobre dar la oportunidad de hablar si nuestro próximo rey astral será el correcto para guiarnos a una eternidad llena de paz.
Los murmullos empezaron a surgir de cada uno de los astrales presentes en ese salón. Las cabezas de los reyes y las reinas se giraron, hablando entre sí sobre lo que acababan de oír mientras el rey de Neex miraba con odio al hombre que interfirió en su coronación.
──── ¡Me niego! ──── gritó el astral, levantándose de su asiento ──── Lo único que quieres es esa corona para ti, rey de Poxzia, todos sabemos sobre tu asquerosa obsesión de poseerla para tener un poder que no podrías manejar ni tu débil primogénita.
──── ¿Realmente crees que tengo una obsesión por una corona que no me otorgaría más poder del que tengo? ──── preguntó el rey de Poxzia, ladeando su rostro ──── Y estás equivocado, mi primogénita puede vencer a cualquier astral, incluyéndote. Puedes verificarlo por ti mismo.
──── ¡Desagradable astral traidor! ──── gritó con odio el hombre, golpeando la mesa con su puño ──── ¡Estás desobedeciendo las normas por las cuales seguimos vivos!
──── ¿Seguro que tú no has quebrantado ninguna? ──── le preguntó con calma, haciendo que el rey de Neex ampliará sus ojos con temor.
──── ¡Caballeros, respeten el salón sagrado! ──── intervino el rey de Talris, padre de Gaea. Se levantó de su asiento, callándoles ──── Apoyo la sugerencia sobre el cambio, me parece correcto que los primogénitos tengan su voto en las decisiones, considerando que son el futuro del planeta astral.
Varios astrales asintieron ante su respuesta, entendiendo que deberían de darles un momento a los primogénitos para poder saber si serían buenos reyes con decisiones firmes. Los ojos oscuros del rey de Neex se oscurecieron por la palpable ira.
Acacia sonrió con satisfacción por la reacción que su padre estaba creando. Estaba presionando y en algún punto, el astral iba a quebrarse hasta decir la verdad de lo que sucedió.
──── Lamento ser el que porte las noticias negativas pero cada uno de los astrales que conforman esta reunión hizo un juramento sobre no romper las normas ──── la voz de la reina de Vala se alzó, haciendo que las miradas cayeran sobre ella y Laria que estaba en silencio ──── Por lo tanto, ni siquiera hay que pensar en la posibilidad de infringirla, la corona pertenece por juramento al sucesor elegido por nuestros ancestros y ese será el reino de Neex.
El rey de Poxzia asintió a la mujer, entendiendo su punto de vista. Él sonrió al resto de los astrales reunidos que lo observaron con confusión, pero Acacia sabía el por qué, estaba matándolos por dentro al saber que no aceptaría al nuevo astral del planeta.
──── Levántate y vayámonos ──── demandó él a su hija.
Acacia hizo lo pedido, perdiendo toda expresión con la decisión de los astrales por no intervenir. Estaba molesta y al mismo tiempo herida de que los demás no hayan podido alzar sus voces, principalmente los primogénitos que siempre quisieron tener un voto.
Para consternación del resto, los representantes del reino de Poxzia bajaron de sus puestos, dirigiéndose a la puerta. Los tacones de la princesa fueron el sonido que se oyó en ese silencio incómodo junto con el roce de las capas. Ambos salieron, resguardados por sus guerreros que también mantenían expresiones serias.
──── ¡Rey de Poxzia, princesa Acacia! ──── llamaron a los astrales.
Los dos se detuvieron, dando la orden a los guerreros de abrir su protección para observar al rey de Grabzia, padre de Calista acercándose.
──── Estaría encantado de recibirlos en mi hogar para tener una conversación ──── él dijo, dando un paso adelante con cautela ──── Una cena ayudará a deliberar puntos de vistas que tenemos en común e invitaré a amigos que también lo tienen.
──── Será un placer ser sus invitados ──── aceptó el hombre, extendiendo su mano para darle un fuerte apretón ──── Mi hija y yo iremos, por favor, recíbenos en su reino.
A pesar de la tensión palpable en el ambiente en el planeta astral, Acacia y su padre, el rey de Poxzia, salieron esa noche hacia el carruaje que los transportaría al Templo y ahí tomarían otro, directo al reino de Grabzia donde serían recibidos.
Sus guerreros iban preparados con armas y escudos, aunque Acacia sabía que no habría problemas porque ese era el reino de Calista y con todo lo sucedía, confiaba en que su amiga no los traicionaría, pero su padre quería estar en alerta.
Los dos astrales pasaron por las diversas casas sin compartir ni una palabra, no había mucho que decir cuando se trataba de ellos y menos en ese momento donde debían estar vigilando su alrededor tras la intervención que hizo el rey de Poxzia enfrente de todos los astrales en el salón.
Cuando llegaron al reino de Grabzia, un astral abrió sus puertas y extendió su mano para ayudar a bajar a Acacia. La astral acomodo su larga capa que estaba en sus hombros, protegiéndola del frío que atacó al planeta.
──── La reunión se hará en el salón principal ──── anunció el hombre, inclinándose.
Los dos astrales agradecieron la información y se dirigieron al salón que estaba siendo resguardado por más guerreros. Todos los reinos habían ejercido sus planes de ataque ante lo que estaba ocurriendo.
Los representantes de Poxzia fueron los últimos en llegar, el resto de familias ya estaban sentados, rodeando al rey de Grabzia quien era el anfitrión de esa reunión. Acacia agarró asiento, contando rápidamente a las familias reunidas.
Se sorprendió de encontrar a seis, el resto estaba en contra de su decisión por cambiar las reglas y eso significaba que estaban al lado del rey de Neex. Como supuso, Myles no se encontraba en la reunión al igual que Naia, pero sintió un dolor en su pecho al no ver el rostro de Laria, la pacífica astral estaba en su contra. Imagino que Bronte sentía lo mismo al no levantar su mirada y solo observar la mesa oscura enfrente de él.
──── Gracias a todos por venir ──── habló el rey de Bastos, extendiendo su copa llena de un licor familiar ──── Y por mantener la reunión solo para ustedes.
El rey de Grabzia dio un asentimiento a sus guerreros para que las puertas se cerrarán con ellos afuera. No podían arriesgarse a que alguien oyera sobre sus planes que crearían esa noche, especialmente con astrales que podrían estar en riesgos.
──── ¿A qué se debe está reunión? ──── cuestionó la reina de Talris, madre de Gaea. Alterno su mirada entre todos los presentes ──── No estamos completos por lo que puedo observar.
──── Creo que sabemos la razón por la que nos reunimos sin el resto de los astrales ──── el rey de Korda se encargó de responder. Dion se acomodó en su asiento, escuchando a su padre ──── No se le puede otorgar la corona al rey de Neex, su primer mandato será declarar la guerra con el mundo humano que hemos evitado por cientos de años.
──── Y claramente los humanos no tienen ninguna posibilidad contra los astrales ──── apoyó su hijo, cruzando sus musculosos brazos ──── Sus armas pueden ser veloces pero nuestros cuerpos son resistentes, no moriremos por más que lo intenten.
Los primogénitos asintieron ante sus palabras. Los astrales eran más fuertes que los humanos, sanaban con rapidez y las armas que ellos hicieron, no podían penetrar la piel de los astrales, en cambio, las armas que se creaban en el planeta Astral eran mortales para todos.
Habían vistos sus peleas y siempre se resguardaban detrás de sus armas, no hacían uso de lo más importante y por eso, siempre perdían. Años atrás, los astrales fueron descubiertos por los humanos en un intento de obtener poder y eso no tuvo un buen final, tanto que la generación pasada prometió no volver a ser descuidados con su protección y no se atreverían a bajar al mundo de nuevo.
──── Tengo una solución para ese problema ──── dijo el rey de Grabzia, rascando su barbilla con nerviosismo ──── Puedo hacer que esa corona cambié al verdadero rey del planeta astral.
Acacia se adelantó, apoyando sus codos en la mesa con curiosidad ──── ¿Cómo?
Él se aclaró la garganta, agarrando la mano de su esposa en apoyo. Ella solo le dio una leve sonrisa, animando a que revelará su información al resto de astrales que estaban esperando su respuesta.
──── Tras la guerra donde el rey de Zoqri perdió a sus hijos, él hizo una promesa con la reina sobre su futuro heredero. Su siguiente hijo no crecería en el planeta astral, no con todo lo sucedido.
Acacia frunció el ceño, pensando sobre esa decisión. Gaea hizo la pregunta que todos estaban pensando.
──── ¿A dónde lo llevo?
──── En el mundo de los humanos, por supuesto ──── contestó con obviedad, mirándolos ──── Sabía que ninguno quebrantaría la regla sobre bajar al mundo así que no habría problemas. Se suponía que cuándo el resto de los primogénitos aceptará la corona, lo traería.
──── ¿Por qué esperar nuestra coronación? ──── Bronte cuestionó, frunciendo sus cejas oscuras con molestia ──── ¿Por qué no traerlo antes?
──── Él sabía que nosotros, los reyes adultos, haríamos que pagará su imprudente decisión de bajar al mundo humano cuando no era permitido y también, ocultar al futuro heredero. En cambio, ustedes, le darían la oportunidad de redimirse al no tener un corazón como nosotros y porque él fue el astral que los ayudó a convertirse a lo que son ahora ──── respondió la reina de Grabzia ──── Por eso fuimos uno de los primeros en aceptar que entrenara a Calista. No hablamos por la promesa que le hicimos hasta este momento.
──── ¿Él nos veía débiles? ──── Bronte exclamó, apretando sus puños.
Gaea negó a su lado, bajando su mirada a sus manos ──── No, él nunca nos vería de ese modo. El rey de Zoqri nos veía como astrales bondadosos, siempre lo repetía en los entrenamientos, que eligiéramos con el corazón y no con la mente.
──── Tenía todo planeado, ¿no? ──── habló el rey de Korda, soltando un suspiro ──── Ese viejo astral tenía todo planeado ──── confirmó, riéndose al pensar en cómo fue cuidadoso con los detalles ──── Aceptó ser el entrenador de los futuros reyes y reinas para ganarse sus confianzas y así, traer a su hijo nuevamente al planeta y evitar los castigos. Hay que aceptar que fue una idea brillante.
──── Pero eso no elimina el hecho de que hay un descendiente directo de Zoqri en el mundo de los humanos ──── el rey de Poxzia intervino, ladeando su cabeza con pesadez ──── El astral tiene que volver a casa, ¿no? Lo utilizaremos como nuestra propia arma contra el rey de Neex y lo tendremos que esconder por un largo tiempo hasta que pueda ser el verdadero hijo de un Zoqri.
──── Pero, ¿por qué el rey de Zoqri haría que su hijo fuera al mundo de los humanos si la guerra era contra los Duksol? ──── Calista preguntó, sin entender el motivo ──── ¿Qué fue lo que verdaderamente ocurrió? ¿Realmente peleamos contra los oscuros o es contra nosotros mismos?
──── La guerra fue contra los Duksol, pero hubo... muchos problemas en medio de las decisiones que hicieron pensar que tal vez no todos los reyes estábamos peleando contra el mismo enemigo ──── murmuró la reina de Grabzia, respondiéndole a su hija ──── Los Neex fueron los primeros en ser señalados, pero no sabemos si es verdad, por eso el rey los envió a un lugar que no estaba permitido por ninguno de los astrales.
──── El hijo de Zoqri que camina en el mundo puede sentirse humano y puede ser que lo sea, pero lo necesitamos en este momento para luchar y evitar una gran guerra que se está aproximando ──── dijo el rey de Grabzia, mirando a los astrales ──── Si nos guiamos por los juramentos que hicimos, no hay ninguna norma que pueda quitarle la corona. Él es un sobreviviente de Zoqri y eso lo convierte en nuestro rey.
──── ¿Cómo se puede traer a ese humano sin ser detectado? ──── Giles preguntó, tirando de su cabello oscuro hacia atrás con confusión ──── Ninguno de ustedes puede dejar los reinos, el rey de Neex estará vigilándolos y bajar al mundo de los humanos es romper una de las normas.
──── Nosotros no podremos romper esa norma ──── respondió el rey de Bastos, levantándose de su asiento ──── Ustedes si podrían bajar si los reyes y reinas presentes acordamos en cederles ese permiso. Nadie estará pendiente de los primogénitos en estos momentos y el rey de Neex estará vigilando solo a nosotros.
──── Por supuesto, el rey de Neex sabe que estaremos protegiéndolos ──── masculló Dion con evidente molestia ──── ¿No hay otra alternativa? ¿Enviar guerreros?
Acacia ladeo su cabeza, pensando en esa posibilidad, pero sería un riesgo. No podían confiar en más astrales, solo los que estaban presente y que se comprometieron a traer a ese hijo de Zoqri al planeta astral.
No podían perder su única oportunidad de derrotar al reino de Neex.
──── Nosotros debemos de ir, nos guste la idea o no ──── ella habló, mirando al resto de primogénitos ──── No podemos saber si los guerreros estarán de nuestra parte y ese humano es de valor, no podemos dejarlo caer en manos equivocadas.
──── ¿Cuál será el plan? ──── Bronte preguntó, manteniendo una seriedad jamás vista por los primogénitos.
──── Actuaremos con precaución en estos días. Nos encargaremos de los reinos para que el rey de Neex nos mantengan vigilados y no se enfoquen en ustedes mientras buscamos las armas necesarias y el lugar donde el humano se encuentra ──── habló el rey de Grabzia, suspirando ──── Sus trajes están preparados para ser portados por los escudos de sus reinos. Trex nos ayudará a acomodarlos para que sea más fácil de portarlos.
──── Me parece bien. Creo que estamos de acuerdo en Gaea, con su maravilloso don de detectar las fuentes principales del Templo, se podrá hacer cargo de la posición cuando abramos el puente ──── propuso el rey de Poxzia, asintiendo a la astral ──── Dion, podrás hacer uso de tu don para poder encontrar al humano, conseguiré objetos que tengan olores de Zoqri para que sea más sencillo para ti.
──── Mañana nos reuniremos en el reino de Tharan para poder finalizar los planes y entregar las armas correspondientes ──── confirmó el rey de Grabzia, alzando su copa ──── Por un planeta en paz.
La cena terminó pasada la medianoche, terminando los pequeños detalles de sus planes para estar preparados y no cometer algún error que los perjudique en el futuro. Acacia se sentía agotada, sintiendo que en cualquier momento caería rendida por el estrés. Había demasiada información por procesar y su mente no ayudaba a confrontar lo que estaba ocurriendo.
Perdió a su familia por no haberles advertido. Los reyes de Zoqri pudieron pelear o escapar, pero decidieron quedarse y confiaron en que ella iba a hacer lo mismo, llevándose a la muerte a miles de habitantes sin darles la oportunidad de decidir.
Acacia no podía dejar de nombrarlos como cobardes, insensatos, pero ella también lo fue. Ahora estaba lidiando con un mayor problema por no haberlos confrontado y por su culpa, el planeta astral estaba a merced del reino de Neex
otro capítulo más, espero que les guste y más que ahora se ha revelado el secreto que todos esperaban.
aunque las actualizaciones van lentas, por falta de imaginación y ánimo, estoy haciendo mi mayor esfuerzo para traerles la versión oficial de esta historia!
sigan leyendo y comenten lo que piensan 🍒
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