Los movimientos de Dieciocho y Gohan eran espectaculares, en cuestión de segundos habían abandonado el suelo trasladándose hacia las alturas, donde ninguno bajaba el ritmo. Krillin pensaba en intervenir, lo más lógico en esos momentos seria ayudar al semisayajin para terminar cuanto antes el duelo, no obstante simplemente no podía moverse, ya fuese porque sabía que no estaba a la altura de ambos, o sencillamente porque no quería enfrentar a su esposa.

Las miradas de los dos contrincantes se cruzaban cada cierto tiempo mientras seguían atacándose sin cesar. Gohan buscaba cualquier punto débil por el cual tener una oportunidad para noquearla, por el contrario Lazuli parecía simplemente dedicada a continuar desgastando al moreno. Y no era para menos, Dieciocho podía combatir durante horas sin cansarse, en cambio el joven tarde o temprano empezaría a perder energía.

Distrayéndose ligeramente Gohan, Lazuli no dudó en aprovechar la oportunidad, golpeándolo por todo el cuerpo, estomago, costillas y rostro fueron sus principales objetivos, haciéndolo estrellarse contra la gran palmera de la isla.

—Es más fuerte de lo que esperaba —murmuró el chico sobándose la cabeza.

—Gohan.

El joven volteó hacia el origen del sonido, encontrándose con Krillin, quien apretaba con fuerza los puños.

—Por favor tu encárgate de distraerla, yo la dejare inconsciente.

El moreno quedó perplejo tras esas palabras, sonaba muy seguro de lo que había dicho. Por un momento desvió el rostro hacia la pequeña niña que solo veía con ojos de terror a la persona que era su madre, decidiendo acceder a la petición del amigo de su padre.

Esta vez los dos se elevaron a los cielos, no sin antes pedirle Krillin a Marron que corriera a esconderse dentro de la casa. Dieciocho rápidamente se dio cuenta como era rodeada, provocando una mueca de desagrado de parte suya.

El semisaiyajin nuevamente se lanzó al ataque, cubriéndose con una increíble audacia Lazuli, volviendo a enfrascarse ambos en un duelo.

Las manos del ex calvo temblaban, no veía la forma de acercarse, tenía que decidir muy bien el momento donde intervendría o solo perjudicaría a su compañero.

Mientras eso atormentaba a Krillin. Dieciocho logró tomar la ventaja, impactó varios golpes al pecho del chico, el cual solo atinaba a cubrir unos cuantos puñetazos, buscando alguna forma de contratacar. Necesitaba urgentemente que el amigo de su padre hiciese algo, o los dos terminarían derrotados.

Encontrando una oportunidad de liberarse del incesante ataque de la chica, Gohan colocó ambas manos cerca del estómago de su rival, expulsando una gran cantidad de energía que sirvió para alejarla de él.

Inmediatamente Dieciocho se repuso, creó dos esferas en ambas manos, lanzando una lluvia de bolas de energía contra Gohan, esquivándolas con audacia el chico. Cuando en ese momento, Krillin apareció detrás de su esposa, listo para propinarle un golpe en el cuello, sin embargo ella ya lo esperaba, detuvo su mano sin tan siquiera voltear, arrojándolo hacia la playa.

—¡Krillin! —gritó el semisaiyajin girando su cabeza hacia donde había caído, regresándola hacia su contrincante al ver que preparaba otro ataque.

Dieciocho fue rodeada totalmente por un aura negra, sonriendo tétricamente, posicionó su mano derecha enfrente de ella, arrojando una nueva acometida de ki con todo su poder. Gohan se paralizó durante un segundo, reaccionando cuando la energía estaba por tocarlo, sin oportunidad de regresar el ataque, solo pudo detenerlo con sus manos, empezando a retroceder poco a poco debido a la fuerza del mismo.

Las palmas le ardían y sus energías se terminaban, tendría que usar más fuerza de la cuenta, y sabía perfectamente que aunque ganara habría grandes consecuencias. Gohan se preparó para aumentar más su poder, usaría la segunda fase del supersaiyajin, incluso si era necesario su estado místico, pero detuvo sus planes, al ver a Dieciocho colocar su atención en la casa de la isla.

La androide utilizando la mano que tenía libre, creó una pequeña esfera con la suficiente fuerza para volar por los aires el pequeño hogar. Sin vacilar arrojó la energía llegando a estar a centímetros del lugar, pero fue desviada por otra bola de ki.

Tanto Gohan como Lazuli dirigieron su vista hacia el lugar donde provenía el ataque, descubriendo que se trataba de una persona que le encantaba meterse en esos líos.

—¡Videl! —gritó Gohan sosteniendo aún la gran masa de luz.

La chica no respondió nada, permanecía en el aire jadeando. Para un guerrero entrenado en el uso del ki aquello debía ser sencillísimo, en su caso no era así, había requerido utilizar todas sus fuerzas para conseguir desviar el ataque de Dieciocho.

La susodicha furiosa colocó su atención en ella, momento que fue bien aprovechado por el moreno para responder. Elevó su poder, llegando a los límites de un supersaiyajin, logrando destruir la esfera con su ki.

Dieciocho dio un respingo de la sorpresa, redirigió su mirada hacia el joven, no obstante lo que se encontró fue a Krillin enfrente suya con las manos en la frente listo para usar una de sus técnicas.

—Taiyoken.

Un resplandor blanco iluminó la zona, obligando a la chica de cabello dorado a cubrirse con ambas manos, cerrando los ojos. Gohan al notarlo, aprovechó la oportunidad, usando su velocidad se ubicó detrás de ella, dándole un preciso golpe en la nuca que la dejó fuera de combate.

Dieciocho cayó en picada hacia la isla, pero antes de tocar tierra firme fue rescatada por Krillin, quien la tomó entre brazos.

Todos descendieron hacia la playa, ofreciéndoles el amigo de Goku, una sonrisa de agradecimiento a ambos jóvenes.

—Gracias —musitó Krillin —. Sin su ayuda no habría podido ganarle.

—En realidad quien merece el crédito es Videl —Se sinceró Gohan, volteando a verla —. Lamento haberte dicho que no podías venir, es solo que me preocupo por ti.

Las mejillas de los dos se coloraron, Videl frotó sus manos, bastante nerviosa, hablando a continuación:

—Y yo lamento ser tan terca —sonrió.

Ambos se dedicaron una sonrisa amigable, girando al escuchar un pequeño tosido, encontrándose con Krillin el cual les veía con un rostro picaron, manteniendo todavía entre sus brazos a su esposa, quien ya no tenía esa horrible marca en la frente que caracterizaba a los enemigos.

—Por cierto Krillin ¿Solo ustedes estaban en la casa? —preguntó curioso Gohan, tenía conciencia que había más personas que vivían ahí.

—No, también estaba el maestro Roshi —Se detuvo al recordar que posiblemente él no lo conocería —. Es nuestro antiguo maestro, tanto de Goku como mío, pero Dieciocho lo noqueó antes de atacarme.

—¿Por qué? ¿Intento atacarla?

—No precisamente.

Krillin no quiso revelar la verdadera razón, era bien sabido por los que lo conocían, que el Maestro tenía una debilidad por los cuerpos femeninos, prefirió desviar la pregunta, mientras recordaba la fuerte cachetada que recibió su mentor al intentar tocar a su esposa, soltando una risilla que dejó sorprendido a ambos jóvenes.

Mientras tanto a mitad del mar. Goku y Diecisiete seguían enfrascados en un duelo interminable. El saiyajin ya mostraba varias heridas en el rostro, además de una cortada en el brazo, el androide por su parte, tenía varios raspones en la frente y la ropa destrozada.

«Tengo que terminar esto cuanto antes» pensó Goku alejándose de su rival.

Y como si de un rayo se tratase, una idea surcó su mente. Empezó a cambiar de posición rápidamente mientras creaba otra vez su mejor ataque. El androide al ver sus intenciones, comenzó a disparar energía intentando derribarlo.

—Kame...

Diecisiete atacaba con más rapidez, estando cada vez más molesto al no poder impactar ningún solo rayo.

—Hame...

Al ver su fracaso el androide ocupó su campo de energía, esperando la arremetida de Goku. El aludido se colocó enfrente de él, a unos cuantos centímetros de su cuerpo.

—¡Ha!

El ataque fue muy intenso, el androide se esforzaba por mantener la barrera que al cabo de unos segundos comenzó a fracturarse poco a poco. Diecisiete desesperado utilizó todas sus energías intentando conservar el campo, pero fue inútil. La esfera se rompió, provocando que él recibirá una parte del ataque, cayendo inconsciente al mar.

Antes de tocar el agua, Goku logró sostenerlo, tele trasportándose a la isla más cercana, donde lo puso recargado en unas rocas cerca de la costa.

Minutos después Lapis despertó, la "C" en su cabeza había desaparecido, se llevó una mano a la frente haciendo una pequeña mueca de dolor, mirando posteriormente al saiyajin.

—Son Goku —pronunció sorprendido.

—¡Hola! —saludó con su típica alegría.

Diecisiete no preguntó nada, se levantó, observando el paisaje que los rodeaba. Se parecía mucho a donde él trabajaba.

—La razón por la que estamos aquí, es porque hace unos minutos estabas poseído.

El joven de larga cabellera centró su atención en el hombre de Gi naranja, escuchando con atención como le narraba lo que acababa de ocurrir.

Él estaba confundido, lo último que recordaba era estar vigilando el bosque, cuando dos sujetos intentaron matar varias especies en peligro de extinción. Claramente para Diecisiete no era nada nuevo, el valor de algunos animales que protegía eran de millones de Zenis, no obstante el riesgo de enfrentar a cazadores era solo una insignificante diversión para él. Se presentó frente a los dos sujetos que tenían atrapados entre sus redes a una familia de tucanes, advirtiéndoles de su destino sino los soltaban, los individuos se negaron, lamentablemente el guardabosques estaba muy confiado, nunca previó que estuviesen poseídos.

Un cazador se lanzó contra él, sorprendiendo a Diecisiete quien logró cubrirse con dificultades, debido a que no esperaba esa fuerza de parte de ellos. El otro individuo mientras tanto, creó una esfera entre sus manos arrasando con parte de la vegetación de lugar, y matando a la familia de tucanes.

Fue ahí donde la cordura del guardabosques, hermano de Lázuli y modificación del científico loco Maki Gero estalló en furia, perdió la conciencia de lo que ocurría, lanzándose hacia ellos.

Ahora de repente despertaba en una isla, con un fuerte dolor de cabeza, estando acompañado de Son Goku. Sin embargo al escuchar la historia del mago todo concordaba.

—Ya veo, parece ser un enemigo muy curioso. —concluyó Lapis tras oír todo.

—Así es —dijo serio, cambiado radicalmente a un rostro feliz —. Aunque eso lo hace aún más divertido.

—Son Goku, eres un tipo muy interesante —dijo mostrando una pequeña sonrisa mientras le daba la espalda, comenzando a levitar.

—¿Nos volveremos a ver Diecisiete?

—Eso no lo sé, todavía tengo que regresarle el favor a ese mago —pronunció, saliendo volando, perdiéndose en el horizonte.

La primera batalla había terminado, a pesar de ello todavía quedaban muchas cosas que superar.