Capítulo 2: "La apuesta"
Sarah
Perdí.
Sí, perdí esa ridícula apuesta del perro de Andrea.
Y Andrés, mucho menos ganó.
Ganó Andrea, porque ese perro al que llamo "Ted", ahora tiene 5 días en su casa.
Sus padres lo aceptaron y lo recibieron muy bien, aunque digamos que no saben la historia completa de cómo Andrea obtuvo a Ted, se puede decir que alteró un poco la magnífica y dichosa historia (no saben que se lo robó a la loca).
Así que le debo 10$ a Andrea y Andrés le debe 15$, por suerte no aposté más porque le hubiera tenido que haber robado a mis padres el dinero. Si se enteran que aposté, me matan.
Ahora Andrés y yo tenemos que bañar a Ted.
Por favor, conciencia, recuérdame más seguido del por qué no debo de apostar.
Anotado
Andrea está disfrutando de esto, y como venganza por “no tener fé en ella” invitó a algunos amigos de Andrés para que nos vieran bañar al perro.
Sí, también deberían invitar a mis amigos pero no sé cuáles porque no tengo, sólo a Andrea, Andrés y Patricia pero ésta última está de viaje con sus padres por las vacaciones de Verano; aún así Andrea le enviará el video por WhatsApp.
Alice compró un shampoo y un jabón especial de esos que evitan las pulgas para que bañemos a Ted, y bueno, aquí estamos esperando que empiecen a llegar los amigos de Andrés para que comience el show.
Los padres de Andrea no están en casa, ambos son dueños de una constructora muy famosa aquí en la ciudad, Alice es administradora y Josef, el padre de mis amigos es el jefe de construcción, trabajan muchísimo y por ello la mayoría del tiempo Andrea y Andrés se quedan solos, pero no se puede negar que viven muy bien pues ganan mucho dinero. Ellos son una familia linda, a pesar de que los padres no tienen mucho tiempo, siempre se las arreglan para pasar tiempo en familia.
Ya desearía yo tener una familia así.
Ignoren eso.
Ahora sí, a concentrarse que acaban de llegar los amigos de Andrés.
Andrés tiene 17 años al igual que sus amigos, excepto uno que tiene 16 según lo que me mencionó Andrea. Son 5 chicos los que vinieron, a algunos los he visto antes y no puedo negar que son atractivos a la vista, y muy altos.
Todos entran juntos y me levanto del mueble para saludar. Andrea grita de repente "Bienvenidos al show de los perdedores" mientras todos aplauden y silban. Luego avanzamos directo al patio trasero donde ya está lista una muy pequeña bañera con agua y al lado se encuentran el shampoo y jabón.
—Saca la cámara, Stev— dice uno de los chicos.
—Oye Andrés, aprovecha y te metes a bañar de una vez con el perro- grita otro de ellos.
—Sí, total la única diferencia entre tú y ese perro es que él— señala a Ted —camina en cuatro patas y tú no— dice el de 16 y todos le siguen la corriente.
—Ja, ja, ja muy graciosos andan hoy— dice Andrés con sarcasmo y rodando los ojos.
Yo aprecio mucho a Andrés, lo veo como un hermano al igual que Andrea, pero me he enterado algunas veces de que es algo mmm… alborotado. Para ser más directos, le ha montado los cuernos a la mayoría de las novias que ha tenido y créanme son muchas.
—En fin, podemos dejar a Andrés y seguir con el dichoso “show” por el que me han traído aquí— dice un chico que la verdad no me había fijado en él, parece muy indiferente pero a la vez algo divertido por la ocasión.
—No seas aguafiestas, Matti— le responde divertido uno de ellos del cual me estoy fijando que tiene… Los ojos de diferentes colores.
—Ya regresé— llega de repente Andrea que ni me había fijado que se había ido —Ahora si vamos a comenzar— dice mirándome, divertida.
—Que comience la fiesta- comenta el “aguafiestas”.
Andrea se dirige a la bañera con el perro en los brazos, se detiene y dice:
—Sarah y Andrés, acérquense por favor— no aguanta la risa la muy desgraciada.
Me levanto y me acerco junto a Andrés quien me mira con una sonrisa burlona. Todos los demás nos miran con atención como si se tratara de una película de suspenso.
—Sostengan al anfitrión— dice Andrea ofreciéndonos el perro el cual agarro con algo de brusquedad y Andrea se ríe por mi desespero de acabar con esto.
La verdad es que el perro es lindo y tierno, no se ve tan viejo, su pelaje es de color castaño y no está ni gordo ni delgado, es un punto medio.
—¿Has bañado a un perro antes?— murmura Andrés.
—Siéndote sincera, a duras penas me baño yo, mucho menos a un perro— le respondo y el ríe.
—Siempre hay una primera vez— me alienta y yo asiento con una sonrisa burlona.
—¡Lancen al perro!— escucho que alguien grita y apenas me da tiempo de parpadear porque todo sucede muy rápido.
Uno de los chicos empuja a la bañera a Andrés, luego me quita al perro de los brazos y lo lanza también. Andrés al caer al agua me salpica y yo sólo me quedo parada en shock procesando todo.
Todos estallan en carcajadas y Andrea no sabe si morirse da la risa o ayudarme.
—¡Malditos imbéciles!— grita Andrés y lo miro, la verdad es que da mucha risa.
Como la bañera es pequeña y él muy grande, la parte de arriba del cuerpo está adentro de la bañera y las piernas le quedaron por fuera, desde esa perspectiva parece que lo hubiera lazando de culo.
Ah, y por supuesto tiene al perro encima que parece muy feliz con espuma por todo su cuerpo canino.
El perro parece la cereza del pastel.
—Perdón, Andrés— dice el que lo empujó aguantandose la risa —me dijeron que lanzara al perro y como no sabía a cuál de los dos se refería, lance a ambos— dice y otra ronda de carcajadas estalla.
Yo por mi parte me alejo de la bañera y me río por lo bajo.
—SARAH, ¡¿PORQUE NO ME AYUDAS?!— me reclama Andrés harto y sorprendido.
—Me parece que eres ya un niño mayorcito que no necesita ayuda para levantarse y caminar— le respondo.
—Pensé que eras una buena persona, pero aquí todos se pasan últimamente al lado oscuro— me dice —como te dije, lo malo se pega.
—Andrea— uno de ellos la mira —¿tienes Coca-Cola o algo parecido?— le pregunta —no voy a pasar toda la tarde esperando a que tu hermano se levante.
—Claro, pasen todos a la sala, ¡yo invito!
Todos se van riéndose y diciéndole frases de apoyo a Andrés muy sarcásticamente. Yo también me voy pero a la habitación de Andrea para buscar una camiseta que ponerme ya que se me mojó la mía cuando Andrés aterrizó en la bañera.
—¡Chicos, hey, no me dejen!— apenas escucho que grita Andrés.
Subo las escaleras que me llevan a la habitación de Andrea, busco una camisa nueva, me cambio y bajo de nuevo a la sala donde todos están. Creo que están jugando por los murmullos y gritos que se escuchan.
—¡Sarah!— exclama Andrea —ven, estamos jugando “verdad o reto”— me dice emocionada.
Ay no, no ese juego por favor.
Digamos que mi experiencia en ese juego no es la mejor.
Es una larga historia.
—Ven, Sarah— me dice “Matti” —será divertido.
Todos me miran esperando que me siente con ellos, y bueno ¿Qué más da? Hay que divertirse mientras se pueda. Me acerco y me siento junto a Andrea.
—La chica se unió.
—Ah, perdón, creo que no los he presentado— Andrea nos mira con interés.
—¿Tú crees?— dice con ironía uno de ellos y Andrea rueda los ojos.
—Este imbécil— señala al que habló antes —es Rafa, él es Santi— señala al que lanzó a Andrés —él es Jay— señala al de los ojos de diferente color —este es Jasón y es el hermano de Jay— señala al chico de 16 —y él es…
—Matti el aguafiestas— lo corta Jay, y “el aguafiestas” rueda los ojos.
—No escuches a éstos pesados— me advierte —mi nombre es Matt, NO matti- hace énfasis en el “no”.
—Pero si eres un aguafiestas- se burla Santi.
Estuvimos charlando un rato, no jugamos “verdad o reto” porque Andrés entró por fin y dijo que llamaría a sus padres para que los sacaran <<sí, estaba muy enojado>>, todos se quedaron tranquilos, al parecer los padres de Andrea no se llevan muy bien con los chicos. A mí me parecieron unas personas bastante agradables aunque se burlan mucho de todo.
Me fijé mucho en Jay —el de ojos diferentes— me pareció muy curioso y recordé que estuve leyendo sobre eso hace tiempo, si no mal recuerdo se le llama “heterocromía”.
También hablé mucho con Matt, fue el que mejor me trató y me parece un chico como los otros pero más maduro, aunque también hace algún que otro chiste.
Todo iba perfecto, la pasábamos muy bien y me sentía a gusto con ellos. Pero, como siempre dónde estoy yo pasa algo.
De verdad esto me está preocupando, mi teoría es que de pequeña me tiraron una maldición o yo en otra vida iba a ser sal, porque no encuentro otra explicación.
Y se estarán preguntando qué sucedió, pues…
—¡SARAH MARIA!— abren la puerta principal y escucho que grita una voz la cuál reconozco perfectamente y es porque está en todas mis pesadillas.
Con sólo escuchar mi nombre completo, sabía que lo que se venía no iba a ser nada bueno.
Me levanto de golpe con miedo y los miro. Sí, son dos personas.
—Mamá, papá— apenas digo con un nudo en la garganta.
Mis padres.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro