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Capítulo 8: Iván Lynn

Les dejo esta canción porque siento que nadie la conoce y para mí es una de las mejores canciones del mundo ahre. ¡Disfruten el capítulo! 

Bien, Derek y Olivia han sido secuestrados por posiblemente personas de Corea del Norte —basándome en lo que Olivia me contó antes de irme—, las cuales posiblemente sean los mismos que torturaron hasta la muerte al padre de Joe. Me besé con Joe, mi guardaespaldas siete años mayor que yo. Ahora ambos tenemos que ir al rescate de mi padre. Justo cuando me resigne a no participar en esto del gobierno y caí en cuenta de que en realidad es una locura estar aquí, ¿Me necesitan? Discúlpenme pero estoy a punto de perder la cabeza.

Camino detrás de Joe sintiéndome incomoda al estar a su lado. Cada minuto que pasó desde nuestro beso siento demasiadas emociones juntas; preocupación y miedo por Derek, por estar en esta misión también. Inseguridad por no saber si soy realmente buena para estar aquí y que la vida de mi padre dependa de cómo actúe. Emoción y adrenalina por besar a Joe. Él me correspondió. ¿Fue por la lujuria del momento o porque en realidad siente algo más por mí? Oh, nuevo sentimiento; confusión.

Agh. Creo que la peor parte de ser un maldito adolescente es que sientes todo multiplicado por mil. ¿Podemos pasar a la parte donde estoy preparándome para la universidad y mi padre está fuera de peligro? ¿Sí?

—Cameron.

Joe y yo nos detenemos al encontrarnos con el prometido de Olivia. Se ve preocupado, ¿Y cómo no? Su novia fue secuestrada. Nos guía hasta su oficina, que desconocía, pero solo se encuentra a unos cuantos metros de la oficina del señor Gel.

—Iba a hablar con el señor Cohan. Necesitaba el permiso de armas, los trajes y... —comienza a hablar Joe, pero Cameron lo interrumpe.

—No es necesario hablar con mi tío, Joe. No hay que perder tiempo —dice un poco irritado. Elevo mis cejas con la sorpresa— Perdimos a dos de nuestros agentes más importantes. Ya te conseguí todo lo que necesites para traerlos de vuelta. Puedes ir a consultar y arreglar todo con el agente Walls, él irá con ustedes.

Joe asiente con la cabeza sin agregar nada más, nos deja a nosotros dos solos en la oficina. No me siento cómoda del todo lejos de él, por más que en este momento me gustaría evitarlo, es lo único que me hace sentir segura en este lugar. Arqueo una de mis cejas. Algo me parece tan extraño, pero no tengo idea de qué. Cameron voltea hacía mí, sus cejas se fruncen con tristeza.

—Sophie, lamento lo que le sucedió a tu padre y espero que entiendas que te necesitamos aquí.

—Disculpa mi escepticismo, Cameron —hablo con seguridad aunque por dentro me estoy muriendo del miedo— Pero, ¿Por qué de todos los agentes que hay aquí me escoges a mí? Tengo diecisiete. Experiencia casi nula en esto. ¿No suena a una locura?

Cameron procesa mis palabras, sabe sin duda que no hay necesidad de repetir mis palabras. Yo estoy en lo correcto. ¿Acaso soy la única que está utilizando las neuronas en este momento?

—Te conozco, Sophie Hamilton. ¿O debería referirme a ti como Harrison? ¿O mejor Broussard? —me dice elevando el mentón. Aprieto mis labios— ¿Cuántas veces has sido secuestrada? ¿Dos? ¿Tres?

—Conoces mi extraño historial, ¿Cuál es el punto?

No me gusta el tono que está utilizando conmigo. Es casi amenazante y un poco espeluznante que sea todo lo que me pasó, a decir verdad. ¿Por qué Joe se acerca a mí cuando no lo requiero pero ahora que necesito que esté a mi lado, se va? Agh, idiota.

—El punto es, Sophie... —da unos pasos hacía mí— No hay nadie mejor que tú para rescatar a tú padre. Supongo que después de todo hace la búsqueda mucho más intensa porque hay un valor sentimental. Joe será tu mentor. Él te ayudará en lo que requieras. Pero por favor, ambos traigan devuelta a mi Liv.

Al pronunciar la última oración sus ojos ya no se veían amenazantes, ni intentaba mostrar superioridad ante mí. Solo veía la preocupación de perder a Olivia. Creo que ambos somos iguales en esto. Solo queremos a las personas que amamos. Tiene razón. En parte que yo vaya en busca de mi padre solo crea expectativas positivas, es decir, claramente no me enfocaré en nada más que no sea traerlo devuelta. Ahora que lo sé tampoco podría volver a Los Ángeles con tranquilidad sabiendo que quizás nunca más lo vuelva a ver. Suelto un suspiro mientras entorno mis ojos.

—Lo haré —esboza una sonrisa— Pero ten en cuenta que tengo diecisiete años.

—Te lo agradezco muchísimo, en serio —me dice mostrando tanta gratitud que me dan ganas de rodar los ojos, pero me abstengo— Estaré en deuda contigo toda la vida si la traes.

—Mínimo hacerme presidente de Estados Unidos —digo ladeando mi cabeza y comenzando a caminar hasta la puerta.

Nos encontramos caminando hasta donde Joe se encuentra. Unos pisos más debajo de la oficina de Cameron. Al parecer el agente Walls es Peter. Él al verme llegar vuelve a observarme de pies a cabeza, posiblemente siendo tan escéptico como yo al respecto de mi unión en esto.

—¿Sophie? ¿No acaba de salir del kínder? —pregunta frunciendo el ceño.

—Joe, ya sé a quién podemos utilizar como bolsa de boxeo —le digo con los ojos entrecerrados, me cruzo de brazos. Él me inhala viéndome con desaprobación— ¿Qué? Debemos practicar, ¿No, Cameron?

Cameron aprieta sus labios y asiente por conveniencia. Entonces me volteo nuevamente a Peter y Joe que me observan. El primero me observa con poca credibilidad de lo que soy capaz de hacer. El segundo, bueno. Sus ojos verdes me observan con su ceño levemente fruncido. Aprieto mis labios, recordando como hace unas horas nos besamos y necesito romper el contacto visual.

—Sí, es mejor que nos vayamos ya —digo rodeando el auto y subiéndome a él.

(...)

Agradezco sinceramente que hayamos tomado el avión privado de Cameron. No soportaría estar nuevamente sentada por horas en un auto, creo que desarrolle un trauma. Ahora, estando en Brooklyn observando por la ventana del departamento de uno de los agentes encubiertos, siento ganas de salir corriendo. Cada paso que damos, cada segundo que pasa, siento que esto es más real y cada vez me arrepiento más de todas las cosas que hice para estar aquí.

Bueno, no todas.

Rolly es un agente encubierto, intentando llegar hasta posiblemente uno de los mafiosos más peligrosos de Estados Unidos, Iván Lynn. Se hace pasar por uno de sus ayudantes, para llegar al puesto que está —que no es muy importante, por cierto— tuvo que fingir y realizar varios trabajos ilegales durante casi dos años. Estamos con él porque escuchó que Lynn tiene negocios con personas importantes del país, figuras políticas entre esas personas y alguien no hizo lo que quería, entonces como venganza, movió algunas cosas en su poder para alguien fuera del continente americano. Cree que con eso se refiere al robo de la información de la CIA y obvio, el secuestro Derek y Olivia.

—Solo díganme en qué puedo ayudarles —nos dice Rolly, vistiendo vaqueros azules y chaqueta negra de cuero. Al ver su típica vestimenta cliché, la idea solo viene a mi cabeza.

—Necesitamos pelucas —digo sonriendo emocionada.

Joe y Peter, no se dan buenas miradas.

Una hora después, tenemos todo lo que necesitamos y estamos listos. Un bello vestido de color negro se ajusta a mi cuerpo y una peluca roja que me llega por encima de los hombros, y tiene un flequillo recto que me encanta. Mis ojos están delineados levemente y mis labios resaltan por el mismo color de mi extravagante cabello. Termino de aplicarme el labial y puedo observar que Peter mira con los ojos entrecerrados.

—Si sabes que esta es una misión secreta y no un desfile, ¿No?

—Peter... —comienzo a decir con tono de voy-a-golpearte-si-no-te-callas, pero Joe me interrumpe.

—No —dice frunciendo el ceño y apareciendo en la sala con su pantalón negro, y extravagante camisa floreada— Sophie tiene un punto. No podemos ir como si nada, sería muy obvio.

Peter está vistiendo un conjunto totalmente oscuro, parecido al que tenía puesto Rolly hoy. A diferencia de Joe, él quiso ser un poco más discreto y aburrido. Viendo que no puede decir nada más en mi contra, solo suspira y sale del departamento.

—Idiota —murmuro cerrando el labial.

Por mi parte, me divertí eligiendo la ropa de Joe, se ve increíblemente bien con el violeta y rosa pastel que resaltan de su camisa floreada. No se percata de que me quedo observándolo porque esta con su celular. Frunzo el ceño. Algo falla en su look y ahora veo que es. Sin avisar me acerco y le desprendo los dos primeros botones de la camisa.

—Así está mejor —digo y elevo la mirada. Me quedo mirando sus ojos y quedándome prácticamente sin aliento y reprochándome mentalmente por hacer lo que hace segundos significaba nada para mí— Lo siento. Yo...

—Sophie —me interrumpe y reposo mis manos sobre su pecho, sintiendo un poco como su corazón late y podría jurar que lo están haciendo al mismo ritmo— Sobre lo que pasó...

—¿Sí?

—Lamento haberte besado. Yo... —mira por donde se fue Peter— No significo nada para mí. Fue un acto de impulsividad y lo lamento mucho.

Bajo la mirada sintiendo como se crea un nudo en mi garganta imposible de ignorar. Trato de tragar saliva como puedo, pero me es imposible con eso. Logro hacerlo con un poco de dificultad y sonrío forzadamente, sacando mis manos de su pecho, alejándome de los latidos de su corazón.

—Qué bueno que lo lamentas —le digo con tono duro y mirada de superioridad— Porque no quiero que vuelvas a besarme.

Me volteo comenzando a caminar y siento como mis ojos se cristalizan por las lágrimas que forzosamente contuve en esos segundos que parecieron horas. Llevo mis dedos a mis parpados inferiores y les doy leves toques, alejando las lágrimas de mis ojos. Joe arruino mis ganas de salir esta noche, no dejaré que arruine mi delineado.

Al salir el viento me golpea en el rostro y mis extremidades descubiertas. Peter esta recostado, esperando a que nosotros salgamos en al auto. Al verme caminar hasta él, puedo notar aún en las sombras su sonrisa burlona asomarse.

—Ya era hora de que salieras. Parece que en serio pensaste que vamos a un desfi...—

No puede terminar su oración porque estampo mi puño en su abdomen. Es un movimiento rápido y obviamente él no se lo esperaba. Después de todo, me subestimada demasiado para estar preparado. Ahoga un gruñido y se inclina un poco, llevando una de sus manos a donde lo golpee.

—Ya deja de molestarme —le digo con puro enojo en la voz.

Me subo al auto y siento nuevamente las ganas de llorar aparecer, pero ya no siento ese nudo horrible en mi garganta. Creo que descargué un poco de mi rabia con Peter. Pero, hey, se lo merecía. Cuando vuelve a subirse al auto en el asiento del piloto se encuentra totalmente recuperado de mi golpe, después de todo, él está preparado para recibir mucho más. Joe va en el copiloto y me siento detrás para así no verlo. En este momento su presencia me da ganas de golpearlo.

Conduce hasta el bar donde algunos días en la semana se encuentra cerrando tratos y cobrando favores. En todo el camino intento calmar mis ganas de golpear a Joe, pero no lo consigo. Siento que si todo este enojo desaparece, las lágrimas vendrán y la tristeza me absorberá. No necesitamos sentimientos en este momento.

—¿Recordamos el plan? —escucharlo hablar me hace entornar los ojos. Peter se estaciona a una cuadra del lugar.

—Lo alejo lo suficiente y entonces ustedes lo intimidan. No es mucha ciencia, Joe —acoto de mala manera. Peter se ríe por ello y me bajo del auto, seguida del señor sin sentimientos.

Sé que ambos vienen detrás de mí mientras camino hacía el club. Peter me pasa tomando la delantera mientras escucho que le murmura algo a Joe, que posiblemente ni él entendió porque apenas separó los labios. Con el señor sin sentimientos a mi lado, puedo sentir que me observa de reojo, pero no le doy el gusto de devolverle la mirada.

¿Por qué fui tan idiota para besarlo? ¿Por qué él fue tan idiota de seguirme el beso?

Una vez dentro del bar, podemos distinguir al instante quién Iván Lynn. Rolly nos enseñó una fotografía hace unas horas, pero nos damos cuenta de su presencia porque él está custodiándolo a unos lados de su mesa mientras charla con algunas chicas. Le doy un asentimiento de cabeza a Peter y Joe, recibiendo otro de ambas partes. Camino hasta la barra donde me siento frente a la mesa donde nuestro objetivo se encuentra.

—¿Qué vas a beber? —me pregunta una chica rubia de mechones rosas. Me sonríe simpáticamente mientras espera por mi respuesta.

—Espero a alguien —le respondo con una pequeña sonrisa.

Debería sentirme tan complacida de haber cumplido mi objetivo de estar en la misión de mi padre. Pero me es imposible. Las cosas se dieron vuelta por completo y estoy buscando a Derek, y Olivia con Joe —que me rechazó olímpicamente— y un imbécil llamado Peter. Estoy asustada, enojada y preocupada. Aunque no me rendiré hasta encontrar a mi aburrido padre que no me deja salir en días de semana y a la loca de Olivia Hilder. Por eso, solo me siento y espero que Iván Lynn se digne a fijarse en mí.

Los minutos pasan y comienzo a exasperarme. Así que saco mi celular mientras mi objetivo viene hacía mí. Claro las dos únicas personas que puedo mensajear deben estar durmiendo, pero aun así molesto a uno. Me percato de que tengo un mensaje sin responder de Thomas.

"Emily nos dijo que volverás. Espero que tengas noticias de qué pasó algo con Joe"

Me sonrío y luego muerdo mis labios.

"Sí... cambiaron un poco los planes y me besé con Joe. Espero que eso sea suficiente. Aunque no te ilusiones. Ya me aclaró que no significó nada y en pocas palabras quiso decirme que fue lo peor del mundo para él. ¿Puedes creerlo? Agh"

Miro de reojo a Joe y Peter, sentados en una de las mesas cercanas a la barra. Ambos tienen puestas sus miradas en mí y me encojo de hombros levemente. No sé cuándo se va a acercar el estúpido de Iván Lynn. Mi celular vibra en mis manos con la respuesta de Thomas.

"QUÉ. QUÉ DE LOS QUÉS DEL MUNDO ENTERO, ¿EN QUÉ MOMENTO PASÓ ESO? ¡Exijo detalles ahora!"

"Pues... no aguanté y lo besé. Él me correspondió. Me ilusioné. Ahora estoy sentada intentando atraer a un mafioso. Hablamos luego, ¿sí?"

Ignoro las siguientes veces que mi celular vibra porque alguien ya está sentándose a mi lado. Veo de reojo y contengo la respiración al ver a Iván Lynn llamando a la chica rubia con puntas rosas. De Cerca es mucho más aterrorizante que por fotografía. La tez pálida de su cuello hace resaltar el tatuaje de algo que dice en japonés, arqueo una de mis cejas y sus ojos celestes se centran en mí.

—Ron para mí y la señorita de cabello rojo, por favor —le ordena sin despegar su mirada de mí. Dejando de lado el miedo que siento, sonrío levemente— ¿Prefieres que te llame así o...?

—Sophie. Me llamo Sophie —aclaro bajando la mirada a mi celular y bloqueándolo.

—¿Y eres nueva en la ciudad? —su voz es divertida y su actitud relajada deberían calmarme, pero diablos, no olvido las cosas que podría hacerme en un segundo si se entera o sospecha que queremos sacarle información.

Aun así, contesto de la forma más calmada que puedo.

—Oh, no. Nací aquí. Vivo con mi hermana mayor. Ya sabes, madre soltera. Cuido a mi sobrino mientras ella va a la universidad —repito las mismas palabras que Peter me dijo hace unas horas mientras ideábamos el plan. Según él mientras más cosas sobre "mi" le cuente, más tendré su confianza. La chica viene y deja las bebidas— Oh, disculpa. No te pregunte tu nombre.

Iván Lynn lleva su vaso hasta su boca y de repente puedo sentir que su actitud relajada ya no está, pero su sonrisa sigue siendo divertida. Arqueo una ceja esperando la respuesta.

—Iván. Me llamo Iván —responde y luego bebe un sorbo de su bebida— ¿Por qué siento que me estás mintiendo?

Casi me atraganto con el pequeño sorbito de Ron que tengo en la boca. Lo disimulo bastante bien, pero supongo que lo noto. Me pongo tensa.

—¿Mintiéndote? —frunzo el ceño fingiendo estar confundida y luego sonrío— ¿En qué?

—En que eres de aquí. Concurro frecuentemente a este bar. Recordaría haberte visto —arquea una de sus cejas, indiferente a mi incomodidad. Vuelve a beber un trago.

—Bueno, soy de pasar desapercibida —me encojo de hombros.

—Con ese cabello lo dudo —ríe y me aclaro la garganta, apoyando uno de mis codos en la barra, dejando reposar mi rostro en mi mano— Igual. Creo que eres lo que necesito.

—¿Ah sí? —Demonios, mi parte del plan era llevarlo afuera, ¿Cómo lo hago?

—Algo nuevo —mira hacía donde sus demás acompañantes están, pero las chicas no se encuentran más. Frunzo el ceño pero lo desaparezco tan rápido como su mirada se centra en mi— Debo irme. Fue un gusto conocerte, Sophie.

—Yo... —cierro los ojos y él se detiene— ¿Sólo así? ¿No volveré a verte?

La sonrisa que aparece en su rostro me hace dudar de si realmente quiero verlo.

—Mañana podríamos beber algo aquí —se encoje de hombros y no me deja responder— Hasta entonces.

Asiento con una sonrisa forzada pero en cuanto Iván Lynn y sus acompañantes —entre ellos, Rolly— desaparecen, mi sonrisa se esfuma y entorno mis ojos. Se suponía que debía sacarlo afuera para que Peter y Joe lo golpeen hasta sacarle algo útil. Y claro, el primer idiota se acerca para reclamarme.

—Ni is michi ciincii, Jii —me dice Peter mientras se acerca a mi claramente molesto— Pues al parecer sí. Lo único que debías hacer era distraerlo. Gracias.

—Dijo que me vería mañana aquí —elevo mis cejas queriéndome golpear por haber dicho eso anteriormente— Lo haré más rápido esta vez. Sólo no quería ser muy obvia.

—Eso espero. Porque no tenemos tiempo de jugar, Sophie —ladeo mi cabeza, puedo ver a Joe hablando por teléfono desde la mesa que estaban— Son vidas las que están en riesgo. Hay que traer a Liv y...

—Lo haremos —le interrumpo un poco cansada de que me regañe— Lo prometo, Peter.

No me dice nada más y se acaba la bebida que Iván pidió para mí, minutos atrás. Joe camina hasta nosotros expresando preocupación en su rostro, olvido el enfado que sentía hace solo segundos y mis emociones se igualan a las suyas. Frunzo el ceño sintiendo nuevamente un mal presentimiento.

—Era Kraist —me dice. Puedo ver por el rabillo de mi ojo que Peter se voltea y presta atención— Debemos ir a la morgue.

Oh no.

Joe POV

En todo el camino Sophie se mantuvo en silencio y mejor que nadie sé, que a ella no le gusta estar callada mucho tiempo. Mientras conducía por unos segundos mi mirada se desviaba al espejo retrovisor y podía observarla mirar por la ventanilla. Absorta en sus pensamientos. Mucho más de qué preocuparme.

Cuando llegamos, la primera en bajar es ella y me apresuro hasta llegar a su lado. No me dice nada. La observo de reojo. Creo que nunca la vi tan seria desde que la conozco. Aunque sé que Sophie es muy buena escondiendo sus sentimientos, pero conmigo sus trucos no funcionan. Es como si los demás vieran en Sophie lo que ella quiere que vean. Pero yo la veo tal y como es, lo que siente, y no lo que demuestra.

—Solo puedo dejar que uno de ustedes pase —nos dice uno de los médicos forenses mientras se quita unos guantes blancos— Luego pasaremos a realizar la autopsia de ambos cuerpos para determinar las causas del fallecimiento.

—Yo quiero hacerlo —dice Sophie con la mirada en el suelo.

Frunzo el ceño.

—Sophie, no creo que sea buena idea.

Eleva la mirada y puedo ver detrás de esa mascara de indiferencia que se colocó, puedo observar en sus ojos celestes el miedo y la preocupación que está recorriendo todo su cuerpo.

—Si mi padre está muerto, quiero ser yo la primera persona que lo sepa —me dice duramente sin parpadear y arquea una ceja— Con permiso.

Abre la puerta y se adentra junto con el médico forense. Me recuesto en la pared pensando en cómo todo cambiara a continuación si esos de verdad son Olivia y Derek. Cuando Cameron me llamó para decirme que encontraron dos cuerpos en un auto en medio de un callejón, todo en mi sistema se paralizo y en lo único que pude pensar es en cómo Sophie sufriría si ese en realidad es Derek. Ahora, allí dentro solo puedo pensar en lo fuerte que esa chica es en todos los sentidos. Aunque el emocional es el que más vale para mí.

Peter también esta shockeado con la noticia, absorto en sus pensamientos y con la mirada perdida en el suelo. Cuando la puerta vuelve a abrirse parece reaccionar e inmediatamente su atención está ahí. Al igual que la mía.

—No son ellos —dice Sophie con la mirada en el suelo.

—Gracias a Dios —suspira Peter dejando ver cuán aliviado está— Bien. Los espero en el auto. Me aterra estar aquí.

Sophie eleva la mirada y suelta un largo suspiro— ¿Qué pasará con esas personas?

—Esperaremos un poco hasta que los identifiquen y sino, comenzaremos con análisis para identificarlos —responde el médico. Sophie asiente pensativa.

Nos despedimos y ambos caminamos con lentitud por los fríos pasillos de la morgue. Su silencio me hace pensar que sólo algo de su preocupación se fue y a solo segundos de abrir mis labios para preguntar, ella me interrumpe.

—Tengo miedo —se detiene en medio del pasillo, obligándome a hacerlo también— Hoy pudieron no ser ellos, pero mañana sí. ¿Y si ya lo son pero no fueron encontrados? Yo... estoy asustada. Es mi padre, acabo de enterarme de que es mi padre y no quiero perder a Derek, por más que sea uno de esos padres estrictos e insoportables, yo...

—Sophie —detengo su vomito verbal sosteniendo una de sus muñecas, evitando que siga moviéndose y diciendo cosas. Ella observa donde mis dedos se posan y luego vuelve su vista a mí— Todo estará bien.

Luego hago algo de lo que posiblemente me arrepienta después. Tiro de ella para que pueda aferrarse a mi cuerpo. Cuando estamos cerca ambos nos quedamos paralizados por unos segundos, hasta que luego sus manos se mueven por mi espalda, acercándome más y una de las mías en su cintura, y la otra sosteniendo su cabeza. Puedo sentir como escucha los latidos de mi corazón. Respiro el olor a coco de su cabello. Cierro mis ojos.

—¿Y si no los encontramos nunca? —pregunta con un hilo de voz.

¿No encontrarlos nunca? Si algo me enseño Derek es que nunca tenga el no como una opción.

La separo de mí y observo sus ojos celestes. Mi vista baja hasta sus labios entreabiertos y luego vuelvo hasta sus ojos nuevamente.

—Te prometo que los encontraremos, Sophie —le digo con toda la sinceridad del mundo en la voz. Sophie se queda estática por unos segundos y asiente. Una pequeña sonrisa triste se asoma en sus labios y vuelve a caminar hasta la salida.

Siento un gran aprecio, admiración y respeto por Derek. Fue quién se hizo cargo de mí cuando mi padre murió. Mi madre falleció cuando era muy pequeño por lo que mi único familiar era mi padre. Entonces Derek fue mi tutor en esos dos meses que faltaban para cumplir dieciocho y luego, me ayudo en mi adaptación en todo lo que sería trabajar para la CIA. Fue mi mentor y lo sigue siendo. Le debo demasiado. Por eso me siento muy culpable por estar enamorado de su hija. 

¡POV Joeeeeeee! ¿Qué dicen? Me lo pidieron mucho y no pude aguantarme. Lluvia de preggggs:

¿Creen que Iván Lynn tendrá la respuesta de donde están Olivia y Derek? ¿Creen que con lo que le dijo Joe a Sophie ella por fin se rinda? ¿Cerca o lejos de encontrarlos?

Gracias por leer, comentar y votar. 

Nos leemos. 

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