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Capítulo 27| Papita doble crema


¿Sabías que los Hámster hibernan?

Dan no tenía la menor idea del por qué Jaekyung formuló esa pregunta, lo tomó de sorpresa y ni siquiera tuvo tiempo de dar una respuesta dado que sintió sus párpados pesados. Su espalda recta cual pluma, perdiendo sus fuerzas y cayendo sobre la cama.

¡¡¡PUFF!!!

Una cortina de humo cubrió todo su cuerpo. Al mismo tiempo el luchador se levantó de la silla para saltar ágilmente hacia la cama cual lobo asechando a su  presa. La cortina de humo se dispersó dejando a la vista a una bolita de masa en compañía de una bestia de pelaje platinado.

El pequeño Hámster movió sus patitas, huyendo de él y arrastró su esponjoso cuerpo debajo de la almohada con el fin de ocultarse del depredador. La patita del lobo se estiró hacia la orilla de la almohada, rascándola suavemente como si deseara sacar de ahí al mini bomboncito.

—¡Vete de aquí!— Gritó.

El Lobo bajó sus orejas y emitió un chillido como un perrito regañado. Las palabras del Hámster lo hirieron. Nadie pensaría que un ser tan majestuoso e intimidante fuera dócil con un pequeño animal.

—Lo siento— Dijo.

—¡Mentiroso! ¡Dijiste que no me amabas! ¡Vete! ¡Ya no te quiero más!

—Yo nunca dije que no te amaba.

—Lo dijiste en Nueva York.

—Ese fue mi estúpido dueño.

—¡Mentiroso! Dejaste que él nos lastimara, él dijo que no nos amaba, y tú lo permitiste. Confié en ti, en los dos, dejé que mis sentimientos crearan un vinculo entre nosotros y lo rompieron. ¡Sabías lo que pasaría si rompían ese vinculo! ¡Debiste advertirle! Todo mi cuerpo se enfrió, me dolía demasiado, entre en un estado entre la vida y la muerte, y tú no estabas ahí. Tenía tanto miedo de desaparecer, cuando rompiste nuestro vinculo también rompiste mi conexión con Kim Dan. Me quede sólo, perdido en la oscuridad del vacío, nadie podía escucharme, ni salvarme. Tú me abandonaste, no me buscaste, esperé por ti durante meses pero no viniste. ¡¿Cómo puedes decir que me amas?!

El Hámster rompió en llanto, las pequeñas lágrimas mancharon las sábanas blancas y por un segundo el Lobo tuvo miedo de que su estado agitado acabara por causarle un paro cardiaco. Quería tanto sacarlo de ahí, abrazarlo, frotarle su pancita con su naricita y suplicar su perdón. Odiaba no poder tocarlo, por supuesto podía fácilmente retirar la almohada con su fuerza no obstante no era lo correcto. Su bebito quería mantener distancia y él debía respetar su decisión.

Escucharlo decir que estuvo tanto tiempo sufriendo en el vacío sin ser capaz de escapar lo hizo entristecer. Él sabía mejor que nadie lo que era estar dentro de las jaulas de un cuerpo sin interactuar con nadie y lentamente ir perdiendo las fuerzas hasta el punto de sentir que desaparecerías en cualquier momento. Durante años permaneció en un estado silencioso al grado de que le hizo creer a Joo que nació sin ningún alfa dentro. Podía imaginarse ahora lo horrible que fue para su terroncito.

—No hubo.. No hubo ni una sola noche en que no te buscara. Cuando saliste de esa habitación no soportaba la idea de hacerte llorar, las palabras que dijo Joo no eran reales aún sí eso parecian. Mis sentimientos por ti siempre fueron los mismos, aún lo siguen siendo, todavía sigue siendo mi mayor sueño casarme contigo. Cuando desapareciste todo mi mundo se vino abajo, te busqué, hable con cada pájaro de esta ciudad con el fin de encontrarte, hice un pacto hasta con las arañas de conseguirles insectos a cambio de que se infiltraran en casas ajenas y te buscaran. Reuní a todas las luciérnagas de este País para que en el cielo nocturno escribieran tu nombre con la esperanza de que lo vieras y volvieras a mi.

Sus palabras fueron como una reconfortante brisa luego de una tempestad de emociones. La marea de su corazón agitado se calmó. El llanto consistente se fue apagando, pasando a convertirse en suspiros rotos. La mini bolita se dio vuelta, y con curiosidad sacó su cabecita por debajo de la almohada.

—¿Eso es verdad?— Preguntó.

El Alfa recostó su cabeza en el colchón, quedando muy cerca de su pequeñito.

—Jamás te abandonaría, no quiero vivir en un mundo donde no puedo tenerte, prefiero morir— Confesó.

—¡No digas eso!

El Hámster saltó espantado y le trató de cubrir el hocico, pero como sus manitos eran tan diminutas únicamente pudo tocarle la nariz. El Alfa soltó una risita.

Eres tan lindo~♡

—Todavía no te perdono.

Una vez más el hámster se escondió debajo de la almohada. A pesar del bello discurso de su amado aún no podía ceder ante él, todavía estaba dolido y aunque sabía que no era su culpa no podía perdonarlo tan fácil. Había pasado por mucho, necesita tiempo para curar sus heridas, pero mucho más importante necesitaba hacer sufrir a su lobito para que él lo consintiera como se lo merecía. No les mentiría, amaba hacerse del rogar. Si lo perdona tan fácilmente entonces dicho lobo pensaría que reconciliarse con él es fácil y dejaría de esforzarse por ganarse su confianza. Ahora lo más importante es hacerlo pagar por el daño ocasionado.

—No puedo estar con un Alfa tan poco confiable como tú, siempre algo acaba saliendo mal y no se supone esto deba ser así. Aún cuando me prometas que las cosas serán diferente, no significa que puedas forzar a tu dueño a actuar de la misma manera o sentir lo mismo. ¿Cómo podría sentirme tranquilo con alguien tan inestable? No quiero, yo ya
no te amaré nunca más. Lo mejor será que encuentre a un Alfa más gentil.

A pesar de que sus intenciones eran hacerlo sentir culpable, no creyó que fuera a tener el efecto contrario, pues la última oración desencadenó sus celos. Su mirada dócil se oscureció. Sus dos colmillos perforaron la almohada y de un tirón la mandó a volar al otro lado del cuarto. El Hámster confundido por la ausencia de oscuridad, alzó la carita encontrándose con un Lobo furioso.

¡Hick! ¡Hick!

Chilló por su vida, nunca antes había visto al Alfa tan siniestro como ahora. Se cayó hacia atrás con su pancita al descubierto y sus patitas rezando.

—¿Así que planeas encontrar otro Alfa?

Era claro que la respuesta que deseaba escuchar de su Híbrido era un "No" sin embargo no la obtuvo, el Hámster por mucho miedo que tuviera todavia tenía dignidad. No le daría la satisfacción al Alfa de ser dominado.

—¡Sí! ¡Encontraré otro! Cualquier otro es mejor que un Alfa que no respeta la privacidad de su pareja. El Híbrido de Heesung es mejor opción que un tonto lobo.

—¿En qué podría ser mejor que yo una escuálida serpiente?— El "tonto lobo" rasgó las cobijas con sus garras.

Las mejillas del Híbrido se sonrojaron al darle la respuesta.

Él tiene dos...— Musitó.

—¿Qué?

—¡Tiene dos!

—¿Dos qué?

El Mini bombón miró hacía esa zona.
Una vena casi le estalla al depredador al entender a que se refería su masita.

—¡¿Cómo diablos sabes eso?!

—Se lo contó a Dan.

Ahora sí explotó. Heesung—quien se encontraba tomando café caliente en la sala de espera en compañía de Papita— sintió un escalofrío en la columna baja. Tuvo la sensación de que esa misma noche moriría.

El Hámster no pudo aguantarse la risa, era divertido burlarse del Lobo cuando estaba celoso. El Alfa quiso debatir más no encontró una cualidad suya que pudiera superar la de la serpiente. Las carcajadas de su amado lo empezaron a frustrar.

—Ríete todo lo que quieras, pero recuerda esto; algún día rellenaré esa pancita tuya y tendrás a mis hijos.

6 Meses después....

Querido Papita.

Gracias por las galletas que me enviaste, tienes razón al decir que son las mejores de Seúl. Aquí en Jeolla del Norte las cosas siguen igual, nada ha cambiado desde que llegué. Abuelita mejoró notablemente, adora su curso de manualidades, y por supuesto sus amigas cuidan bien de ella. Algunas ya me han presentado a sus Nietos Alfas, dicen que debería casarme tan pronto pueda, y formar una familia. ¿Tú que opinas?

Por ahora quiero que sepas que soy feliz tal como están las cosas. En mi trabajo todos son muy amables, y mis pequeños niños son unos ángeles.

Por cierto, felicidades por tu primer pelea oficial, la vi por televisión, yo no podía creer lo que veía. Sabía que eras fuerte, pero no pensé que de un golpe mandarías al hospital a alguien. Eres asombroso. Todavía me sorprende ir caminando por la calle y encontrar tu cara en la publicidad, ahora luces más maduro que la última vez que te vi.

¿Te mencioné que la otra noche Heesung vino a visitarme? Acababa de rodar un episodio de su nueva serie, y pasó a verme. Me contó que Jaekyung ha estado fuera del país desde que nos separamos, escuché que firmó el más grande contrato en su carrera como uno de los luchadores de la UFC. Por eso ahora está haciendo su vida en los Estados Unidos. ¿Puedo preguntarles si es verdad que no se ha contactado con ustedes desde entonces? ¿De verdad no lo han vuelto a ver? Choi dice que una vez se lo encontró en el Aeropuerto, no obstante era imposible acercarse a él a causa de la multitud de paparazzi y de reporteros que lo rodeaban además de los guardias de seguridad. Heesung dice que ahora nadie puede acercarse a Joo sin una cita previa...

También me enteré que dos Alfas están interesados en ti, escuché que uno es el heredero de una de las cadenas más grandes de Hoteles y otro el deportista de tenis más codiciado de Corea. ¿Todo eso es cierto? ¿Planeas casarte con uno de ellos? Si es así acepto ser tu dama de honor.

Espero que las cosas sigan mejorando, te mando un abrazo, y un saludo desde Jeolla, espero puedas venir un día, me encantaría que conocieras a mis niños.

Con amor, tu adorado amigo Dan.

Papita dobló la carta cuando terminó de leerla. Desde que Kim Dan se mudó a Jeolla se les volvió costumbre mandarse cartas acompañado de obsequios como dulces, ropa u otro objeto. Claro que la opción de usar el celular era más viable pero preferían conservar el cariño y el misterio a través de las cartas. Era algo muy especial para ellos. 

Hasta ahora nunca habían hablado de Jaekyung, era la primera vez que Dan lo mencionaba, jamás tocaban ese tema, nadie lo hacia desde que Dan rechazó al Alfa, y se separaron. Nadie sabía la razón o el por qué no decidieron darse una oportunidad, simplemente sucedió, un día Kim decidió irse a Jeolla y Joo al extranjero.

Tal como Heesung había dicho, no volvieron a saber nada de Jaekyung desde que se mudó. Solamente podían saber de él a través de la televisión, de sus peleas y sus entrevistas, no obstante el Alfa tenía una regla; No respondería preguntas personales que no estén en absoluto relacionadas con su carrera. Por lo tanto su tiempo en pantalla era sumamente escaso.

Ahora Joo era una persona imposible a la cual acercarse, cambió su número de celular, y su mánager Park se negaba a proporcionarlo. Ni siquiera Papita que pertenecía a la UFC era capaz de tener contacto con él.

Al igual que Joo, Heesung también fue rechazado, por supuesto le ofreció una disculpa a Kim Dan dado lo sucedido, y por supuesto se esforzó en reparar sus errores comenzando por ofrecerle una propiedad en Jeolla.

Después de haber vivido eventos tan traumantes, los híbridos fueron a un chequeo médico donde se determinó que Heesung se encontraba bajo los efectos de su Serpiente, pues todos sus deseos posesivos derivaban de la fuerte naturaleza de su animal compañero. Poco a poco ha estado aprendiendo a controlarlo.

Muchas cosas cambiaron en el transcurso del tiempo. El tema de los Híbridos todavía era un tema sonado al cual nadie acababa pot acostumbrarse. Resultó también que el Hámster de Dan no estaba muerto, según los Médicos los híbridos crean "vínculos", si se rompe entonces su animal sufrirá un daño. El pequeño Hámster entró en modo de hibernación causándole un estado entre la vida y la muerte.

Ahora con los híbridos sufriendo riesgos, el Gobierno ha pasado los últimos meses dedicados al cuidado y protección de ellos.

Vagando en sus pensamientos no se percató que el vehículo en el que venía viajando se detuvo frente a una lujosa casa. El Chófer asomó su cabeza por encima del asiento.

—Hemos llegado, Señorito Yoon Gu.

Papita salió de su estado de trance, miró por la ventana y después de regreso hacia el chofer para acto seguido sonreír torpemente.

—Lo siento, estaba pensando en algo, muchas gracias por traerme— Deslizó la puerta y de un salto se salió.

Mirando la enorme mansión recordó que ahora tenía problemas mucho más importantes que solucionar, y debía de ser valiente para enfrentar su destino. 

Ding ~Dong~

Gracias a que previamente había llamado, fue recibido por el dueño de la casa, dicho le sonrió con dulzura y una pizca de burla. Papita estuvo apunto de mandar todo al diablo e irse de ahí, no obstante se recordó que era la única persona que podía ayudarlo. El Actor pese a ser una persona muy solicitada como ocupada hizo un espacio para su amigo, pues al parecer necesitaba algo urgente que hablar con él.

Una vez sentados en la sala de estar, Papita se tomó su tiempo para tomarse el vaso de agua helada, y después le explicó su gran problema.

—Entonces ahora resumiendo todo pasaste de ser un Beta a un Omega dominante con el celo incapaz de ser satisfecho y necesitas mi ayuda para eso. ¿No puedes pedírselo a un Alfa?

—Lo pensé, pero los Alfas que conozco tienen ya pareja o están casados. Ahora soy famoso así que ir a un bar en busca de una aventura de una noche causaría problemas a mi reputación, además es probable que si un Alfa me reconoce me quiera marcar como su compañero. No puedo tomar ese riego.

—Entonces un Beta.

—Hasta ahora he pasado mis periodos de celo con betas, pero es imposible, no consigo sentirme satisfecho en cambio los sintomas empeoran. Ni siquiera he logrado eyacular.

—¿Y con Híbridos?

—Los Híbridos puedes marcarme al igual que un Alfa, entonces no.

—Pero yo también soy un Híbrido.

—Pero eres al que más confianza le tengo, no sabía que más hacer así que vine a pedirte ayuda. ¿No puedes pasar el celo conmigo por esta vez? Créeme que no te lo pediría si no lo necesitara. Ya no sé que más hacer, he intentado hasta con otros Omegas pero no sirve.

—No funciona porque aún no te has dado cuenta— Se levantó del sofá.

—¿Cuenta de qué?

Heesung no le respondió, sólo sonrió y estiró su mano para atrapar la barbilla del Omega dominante.

—Te lo dejo en claro a partir de ahora, en el sexo soy yo quien mando, y si lo que buscas es que te complazca debes darme tu consentimiento para hacer con tu cuerpo lo que yo desee.

Sí...claro.

—¿Sin importar que sea?

Papita dudó un poco.

—Sí, tienes mi consentimiento.

—¿Cuándo empieza tu celo?

—Esta noche.

—Entonces ven a este lugar.

Heesung le dio una tarjeta con una dirección escrito en ella. Papita la examinó.

—¿Para qué?

—Ya lo sabrás.

A las nueve de la noche llegó  al lugar acordado, no era nada llamativo, lucía como un Bar discreto de Jazz. Papita se sintió un poco confundido, pasó toda la tarde adivinando a donde lo traería el Playboy, pensó que quizás a un hotel o uno de esos lugares públicos en donde tener sexo. Cuando cruzó la puerta se topó con un par de parejas que salían, las feromonas mezcladas lo empezaron a marear, su celo se avecinaba y estar cerca de tantos hombres podía ser algo peligroso.

Entonces sin aviso alguno, una bolsa de tela le cubrió la cara. Papita forcejeó, el desconocido ejerció fuerza obligándolo a caminar rumbo a una puerta por la cual lo empujó y después cerró. Papita cayó al suelo, acto seguido se quitó la bolsa para dar una bocanada de aire.

—¿Qué?

Sus cejas se arrugaron al visualizar en frente de él, sentado en una silla, bajo la luz de un foco, a Heesung usando un uniforme militar que apretaba sus dos enormes pectorales, al igual la zona de la entrepierna. No poseía gesto alguno de felicidad, en cambio lucía estricto.

—¿Era tu plan que me asfixiaran con una bolsa? Siento informarte que no me excita para nada vivir una experiencia cercana a la muerte.

—Cierra la boca— Heesung se levantó.

En ese instante papita notó que había algo extraño en él. No era un Alfa, no poseía una voz de mando, pero aún así lograba la sumisión. El aroma de papita se comenzó a desbordar indicando que su ciclo del celo había empezado. Yoon se aferró a su propia cordura con el fin de debatir.

—¿Qué pasa contigo, Heesung?

—Creo que no te ha quedado claro nuestra posición, cadete. Aquí yo soy el que manda, tú diste tu consentimiento y ahora tu posición es complacer a tu capitán. Así que ahora cierra la boca, lo único que quiero escuchar de ti es como me suplicas que te folle.

Era claro que esto era un Juego de Roles. Papita no diría que era uno de sus fetiches favoritos, algunas veces lo intentó con otros hombres, pero estos resultaban incómodos. Para su sorpresa la atmósfera era muy adecuada para la fantasía pues el lugar estaba adornado al igual que los dormitorios militares. Carecía de ostentosidad la habitación, las paredes de ladrillos, el suelo frío, sin muebles más que una colchón tirado al fondo. Parecía un lugar donde los altos mandos encerrarían a los cadetes por mal comportamiento. Cualquier Omega preferiría pasar su celo en una cómoda habitación de hotel, pero a Papita esto le excitaba. Luchó contra sus piernas para que no se abrieran tan fácilmente.

—¿Va a castigarme, Capitán?

Heesung lo sometió contra el suelo, quedando él encima suyo, frotando su pelvis contra el trasero alzado del lindo Omega. Yoon Gu podía sentirlo, era tan duro como una roca, justo como le encantaban.

—Voy a enseñarte a tomar mi polla.

Chup~ chup

Su interior húmedo fue chupado por la boca del actor, recibiendo lamidas que lo deleitaron. La lengua entraba y salía, recogiendo el néctar del Omega en celo. Heesung era adicto al sabor exquisito y el olor de las feromonas emanando del cuerpo del chico. El aroma a Cáscara de naranja se impregnó en sus cuerpos tal cual jabón. Los coquetos ojos del actor se alzaron para apreciar su gran obra de arte; El omega sostenido de la pared, desnudo, bañado en sudor, y sus labios abiertos de par en par para jadear por aire.

—No puedo~ ah No puedo más..

Sus piernas temblaban en una clara señal de lo débiles que estaban. Choi ladeó su sonrisa, era evidente que le encantaba tener en ese estado a dicho omega. Ignoró las palabras de Yoon Gu, posó sus dos grandes manos en sus dos bollos de carne y lo abrió más. Papita se sobresaltó de la verguenza.

¡No hagas eso!

Heesung le dio una nalgada.

—¡Ah!

—Haré contigo lo que yo quiera.

El miembro de Yoon punzó. Su cuerpo ya no se sentía como si le perteneciera, escuchar las palabras de Heesung eran como una ley, una que debía cumplir al pie de la letra. Se sentía tan sumiso a su lado, más que molestarle que el actor lo dominara, parecía ser algo que su cuerpo necesitara.

—Mira esto, estás tan húmedo, tan necesitado de una polla, cariño— Le metió un dedo, abriéndose paso dentro de la cueva de carne, frotando con gran delicadeza las paredes.

Ah~ Mgh~

Yoon se deslizó por la pared, siendo cada vez más incapaz de permanecer recto, en consecuencia el dedo de Choi entró más profundo. Papita chilló, no por dolor, era una sensación extraña..

Quedó en una postura que favorecía a Heesung, pues el trasero lo mantenía levantado, la espalda horizontal y sus manos aferradas a la pared. Dos dedos más entraron en su cueva, jugando con él, moviéndose con cuidado y después tocando las zonas que lo enloquecían.

¡Ah! ¡Ah! ¡No! ¡Heesung!

¡¿Qué te dije de decir No?!— Con la mano libre le metió otra nalgada, esta vez sus dedos se quedaron plasmados en su blanca piel. Papita gimió.

Los ojos del actor se tornaron del mismo color que los de su Serpiente; un hermoso azul frío. Al igual que el reptil su instinto por dominar a sus presas lo consumió, el deseo de poseer al omega palpitaba con insistencia. Yoon Gu no podía pertenecerle a nadie más que a él.

¡Sí! ¡Ah! ¡Mgh! ¡Ahh~Ngh!

Gritó satisfecho, al borde de un colapso. La mano del actor golpeó sus dos duros bollos de carne a medida que entraba y sacaba los dedos, emitiendo un sonido de chapoteo a causa de la humedad.

—¿Te gusta así?

—¡Ngh! ¡Dios, sí!

Dejó caer su cabeza hacia atras, curvó más su trasero y lo movió hacía atrás en busca de más placer. Era una escena de lo más erotica ante los ojos del actor. Por dentro los dedos intrusos frotaron una protuberancia que sobresalía, con cada empuje, cada caricia, su pene se humedeció mas, y sentía la necesidad de frotarlo. Heesung se dio cuenta de sus pensamientos así que él se ocupó de  satisfacerlo frotando su falo hinchado.

—¡¡Ahh- esper- Ahhh!!

Bombeó el miembro de arriba a abajo en un constante y veloz movimiento, el pequeño Luchador lloró de satisfacción. Esa zona de la piel bañada en presemen facilitó su movimiento de muñeca. Fue a causa de la presión de la mano ajena lo que provocó que no se contuviera, y lanzara un par de chorros contra la pared.

Sus piernas ya no lo soportaron más, y se cayó a la vez que seguía eyaculando. El piso se manchó de blanco. Choi besó su cuello, dejando una diminuta marca roja ahí. Papita jadeó por aire, el placer era tan abrumador que se olvidó hasta de como respirar. Su corazón latía, sus mejillas ardian, su garganta se sentía ronca, su pecho se inflaba como globo, y sus piernas ya no le respondían.

El rubio se puso de pie, llevó una mano a su pantalón, bajó el cierre y sacó su pedazo de carne bañado en un liquido blanco que goteaba de la punta. Con su
otra mano tomó el mentón de Papita, lo hizo girar hacía atrás y en un Jadeo que soltó Yoon Gu, aprovechó para meterle su grueso pene.

¡Mng!

Yoon retrocedió, más la pared detrás suyo le impidió que se alejara de ese falo grande. Heesung había calculado a la perfección la distancia, Papita estaba atrapado entre la pared y su polla, por ende si quería liberarse primero debía hacerle una mamada.

—Vamos, bebé, chúpala toda.

El Rubio apoyó sus dos brazos contra la pared, de manera vertical para reducir el espacio y aprisionar al Omega. Con el movimiento de caderas fue sacando con lentitud su pene y volviendo a meterlo, los labios carnosos de Yoon frotaron la piel del trozo de carne. De poquito en poquito se fue adaptando al tamaño. El sabor no era malo, entré más chupaba más parecía desearlo. Heesung miró hacia abajó, sus ojos brillaron y sus mejillas se sonrojaron.

—Abre más esa boquita.

Papita obedeció, y cuando le guió el camino sintió una arcada en cuanto el pene del actor se clavó más profundo. Hessung empezó a agitar sus caderas con fuerza, de adelante hacía atrás, los brazos pegados a la pared y sus dientes apretados a causa de la excitación. Los hilos de saliva conectaban su pene con la lengua del omega cada vez que salía de él antes de volverlo a meter. Papita se aferró a la cintura del hombre con intenciones de frenarlo, más no logró nada. Sus ojos se llenaron de lagrimas, sus mejillas se ahuecaron y su boquita no podía hacer otra cosa mas que aceptarlo.

¡Ahh!— Choi sacó su falo justo a tiempo para eyacular en la cara del omega, no fue un disparo, fueron tres.

El Lobito quedó bañado de su semen. Yoon Gu, lamió las comisuras de sus labios para probar el sabor rico de su híbrido. Heesung sonrió más excitado. Definitivamente ese pequeño hombre lo estaba volviendo loco.

—¿Ves ese colchón? Sube ahí y abre tu agujero, voy a rellenarte como te gusta.

Y el Omega en celo obedeció, puso sus rodillas sobre el colchón, pegó su pecho a la cama, alzó su trasero jugoso y con los dedos separó sus bollos de carne. La cueva del Omega no paraba de gotear, y  punzar, en una clara invitación a que lo tomara salvajemente. El pene del rubio se levantó de nuevo con tal imagen, con la mano derecha se masturbó y a pasos lentos e intimidades se acercó al Omega.

¡Ah~!

La punta de su pene dio un par de golpecitos en sus nalgas, jugando, provocándolo. Yoon Gu agitó su trasero en busca de más fricción. La mano de Choi azotó su trasero como castigo.

—Si quieres "esto" tendrás que pedirlo.

—Ngh~

—¿No lo quieres?

—Ngh— Enterró su cara en el colchón.

—Bien, entonces iré a buscarme a otro omega.

—¡No!— Papita exclamó furioso.

—¿Entonces?

Las mejillas de Papita se sonrojaron— ¿Puedes por favor metérmela, capitán?

—¿Cuál?

—¿Cuál qué?

Hessung sonrió de forma traviesa, sus ojos destellaron maldad pura y papita
sintió algo más presionando su trasero — Las Serpientes tenemos dos penes, ¿Cuál quieres que te meta, bebé?

Papita ahogó su suspiro, apretó las sabanas de la cama creando arrugas, giró su rostro por encima del hombro y dijo...

—Quiero probar ambos..

La quinta bolso del condón fue abierta. A estas alturas Papita ya no tenía ni la menor idea de cuál de los dos falos de carne gruesa lo estaban llenando. A lo único que atinaba era a permitir que su cuerpo siguiera sentado en el regazo de Choi, enredar sus brazos alrededor del cuello y ser guiado al orgasmo intenso en un vaivén de caderas. Sentía que se derretía entre su exquisito movimiento, las palabras lascivas que le musitaba al oído y su toque seductor.

Choi mantuvo su mirada en el espejo detrás de la espalda de Papita, el cual refleja el rebote de los melocotones del menor a medida que es embestido. Sin duda era su vista favorita, podía captar con todo esplendor como su falo salía lubricado, y se volvía a enterrar en él.

—Maldición, Quisiera sacarme el condón y llenar este traserito tuyo de mi semen— Embistió con rudeza.

¡Ah! ¡Sí~ así!— Alzó el mentón, y en el techo vio estrellas brillando.

—¿Te gusta así?— Sus dos manos presionaron la cintura del más Joven, bajándolo para que entrara entero su miembro, siendo seguido de un vaivén rápido y erótico.

Yoon se trató de echar hacía atras en un intento de alejarse no obstante fue imposible, y simplemente su espalda se curvó, su boca gritó con fuerza y sus ojos se tornaron blancos. Jamás había conocido un hombre capaz de ponerlo a levitar o hacerlo perder el control de su propio cuerpo. Amaba con locura la idea de pertenecerle, de ser su Omega.

—Ah~ Ah~ Heesung, me encanta.

Heesung comenzó a moverse con lentitud, entrando su falo a la mitad para volverlo a sacar, generando que el omega se desesperara y sucumbiera a sus más oscuros deseos. Yoon lo empujó al colchón, quedando arriba de él, y con toda la libertad movió sus caderas de bajo para arriba. Heesung dejó caer su cabeza, hundiéndola en la almohada y deleitándose con la manera tan rica en que era oprimido su pene. Ninguno de los dos podía describir lo increible que se sentía ser uno.

No había nada más sexy que el pequeño Omega en estado de trance, abrumado por su celo y otorgándose al placer sexual. Su rostro era un retrato vivo de la promiscuidad, según acorde los pensamientos del actor.

Choi cambió la posición, presionándolo ahora debajo de él, en cuatro, teniendo control completo de su cuerpo. Golpeó su próstata, una, dos veces, quizás tres, no lo sabe, perdió la cuenta. El aire que se respiraba se volvió caliente, como si estuvieran dentro de un horno, pese a eso ninguno de los dos se despegó del otro. Las paredes del Omega lo tenían aprisionado, y se derretía dentro de él como mantequilla.

No pasó mucho cuando Yoon Gu comenzó a sollozar del gozo. En el mundo de los Omegas, no era fácil ser complacidos, usualmente sus parejas sexuales les daban más prioridad a su propio placer, pero esta ocasión no fue así. El Omega entró en esa etapa donde la cordura no existía y cedía al impulso.

Hee~ngah~sung

—¿Sí?

—Quiero que me anudes.

Ninguno de los dos sabe que pasó en los diez minutos siguientes. Hasta donde se sabe Heesung se sacó el condón y ahora entraba con total libertad dentro de su Omega quien gemía apunto de quedar afónico. Choi le besó los labios, metió su lengua, y recogió el néctar dulce. Papita tembló, su interior se contrajo y tuvo su tan inesperado orgasmo. No tuvo ni un minuto de recuperarse, Heesung siguió empujando hasta el fondo, hasta que de pronto un líquido salió disparado. Yoon Gu pudo sentir como era llenado por el semen de su hombre antes de quedarse dormido.

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