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Capítulo 11|¡Dan en peligro!

El rayo de luz que se coló por la ventana irradió en el hombro desnudo del Fisioterapeuta, mismo lugar donde Joo Jaekyung puso sus labios. No había ni un solo centímetro de su piel que Joo no haya marcado. Pero aún así todavía sentía que no podía saciar sus inmensas ganas de demostrarle afecto al Híbrido. Tal vez su lobo interior lo influenciaba a volverse cariño con Kim Dan aún luego del sexo. No podía tener suficiente de él.

Después de desmayarse en el Gimnasio, despertó tres horas después en la cama de su Alfa quien no desaprovechó la oportunidad para tener una segunda ronda de sexo. Lo estuvieron haciendo hasta que Kim Dan de nuevo se volvió a desmayar, y ahora por culpa de la luz solar volvió a despertar solamente para darse cuenta que su Alfa lleva despierto mucho antes que él, y en lugar de irse a dormir a otra habitación o irse a bañar, permaneció toda la noche a su lado y mirándolo.

Joo también estaba asombrado por su extraña forma de actuar, no era la clase de hombre que le interesa actuar como un novio después de follar. No obstante aquí estaba abrazando a Kim Dan por la espalda, llenándolo de besos tiernos por toda su perlada piel y acariciando su esponjoso cabello. Era una imagen visual que a cualquiera le podría impactar, especialmente hacer llorar de la envidia a sus antiguos compañeros de cama los cuales tenían que rogarle para mínimo recibir una mirada dulce de él, por supuesto eso jamás pasó. Joo era la clase de hombre frío que se iba sin despedir, y te dejaba tirado en la cama.

¿Por qué no podía hacer lo mismo con Dan? ¿Por qué no podía tomar su ropa y pretender que nada había pasado? De hecho estaba incumpliendo su habitual entrenamiento que consiste en todos los días salir a correr sin importar el clima. El reloj marcaban más de las diez, y aún así no sentía la presión de irse a entrenar. En realidad no quería salir de la cama, ni mucho menos dejar ir al Híbrido tan precioso que mantiene cautivo entre sus brazos. Encontraba satisfacción en mimarlo.

—Jaekyung~ Ya es tarde..— Habló bajito Kim Dan con su suave vocecita dulce y encantadora.

—No hay que ir— Besó su mejilla.

Kim Dan parpadeó dos veces, le costaba creer que esas palabras salieron de los labios del perfeccionista Jaekyung. Más de dos veces lo había visto ir a entrenar aún estando gravemente enfermo. Era imparable. Podía jurar que incluso si el País entraba en estado de emergencia y les solicitaban evacuar, él aún así iria primero al Gimnasio. Era esa clase de loco degenerado.

—Pero...

—De todos modos hoy tienes prohibido ir a trabajar— Besó su cuello de donde provenía el delicioso aroma de sus feromonas.

—¡¿Por qué?!

—Para empezar no creo que puedas ponerte de pie, podrías hacerte daño al caminar, por no mencionar que sería muy doloroso. No, no, definitivamente debes quedarte en casa junto conmigo.

—¿Tú también te quedas?

—Por supuesto, alguien debe de atenderte, yo mismo te cuidaré— Colocó su barbilla sobre el espacio que se forma entre su hombro y cerca del cuello. Kim Dan se sonrojó al instante.

—P-Pero yo estaré bien, no tienes por qué quedarte conmigo, pasaré la tarde durmiendo y si algo malo pasa siempre puedo llamar al médico.

—No voy a dejar que otro hombre te cuide, mucho menos que te unté con sus manos pomada en "esa zona"

¿Esa zona?

El alfa deslizó sus dedos a la parte baja del Híbrido la cual se encuentra muy hinchada. El simple roce hizo que Dan se retorciera incomodo así como pegó un salto de sorpresa por ser tocado sin previo aviso.

—Anoche te tragaste por completo mi polla, es obvio que acabarías hinchado y adolorido. Por eso te decia que fueras más despacio, pero no dejabas de saltar.

—¡Jaekyung!— Dan tomó una almohada con la cual lo golpeó.

De inmediato se dio cuenta de su error, era evidente que una almohada no sería capaz de lastimar su cara dura, pero ese no era el caso, era la acción la que estaba mal. Nunca nadie se hubiera atrevido a lanzarle objetos a Jaekyung, no al menos si queria seguir viviendo. Era como insultarlo, como despreciarlo. Kim Dan se resignó, apretó los ojos con miedo y esperó a que el primer golpe llegara.

Un segundo.

Dos segundos.

Jamás llegó ese golpe, en cambio la risa del Alfa fue lo único que escuchó. Abrió los ojos con miedo para presenciar una de las sonrisas más hermosas. Dan no lo sabía pero ante los ojos de Jaekyung era como un pequeño Hámster lanzando su trozo de lechuga para defenderse de un lobo. En conclusión: se derretía de la ternura.

Las siguientes horas se resumieron en Joo bañando a Kim Dan para después envolverlo como taquito en la toalla más suave que tenía la cual poseía un valor excesivamente caro. Si Kim Dan hubiera sabido el precio de esa toalla se hubiera secado con su camisa. Por otro lado jaek tenía la impresión de que la  toalla no era lo bastante cómoda para la piel de jade del Hámster. Ni la seda más  fina era digna de tocar su piel.

Con mucho cuidado lo colocó sobre la cama en donde le untó la pomada para aliviar el ardor y también disminuir la hinchazón. Dan trató de negarse desde el inicio, eso era muy vergonzoso para él aunque al final no tuvo más remedio que ceder. Al cabo de unos minutos la pomada lo alivió.

—Llamé a un chef para que venga a cocinarnos, dejé la puerta sin seguro así que no te asustes si lo escuchas entrar. No sé que clase de comida te gusta así que selecciona el menú aquí y él te lo preparará— Joo Jaekyung le dio su cel donde abrió una aplicación personal la cual mostraba diferentes platillos y al lado un par de casillas las cuales debía marcar con palomita—. Una vez que selecciones lo platillos, la notificación le llegará al Chef y él los preparará.

—¿Y qué hay de ti? ¿Qué te gustaría comer? ¿Quito los alimentos grasosos?

—Estaré bien con cualquier cosa que tú pidas— Besó su frente con ternura.

Su corazón latió con fuerza.

—¿De verdad? ¿No tienes problema con comer lo que sea? ¿Hay algo especifico que te guste comer? lo añadiré al menú

—Ahora que lo pienso sí, tengo antojo de Kimchi~Dan, pero dudo que el Chef sepa "sazonarlo"— Deslizó su traviesa mano por las rodillas desnudas de su Híbrido hasta llegar a una zona la cual era cubierta por la toalla.

¡Ahm!— Dan se mordió los labios para retener su gemido, pero sin nunca apartar la mirada del Alfa como si lo estuviera provocando e incitando a continuar.

Jaekyung se tuvo que aferrar al último hilo de cordura que le quedaba o de lo contrario se hubiera lanzado de nuevo hacia el Omega. No quería lastimarlo o desgarrarlo, por eso tenía que privarse del sexo al menos hasta que bajara la hinchazón.  Era su responsabilidad cuidarlo.

—Voy a bañarme, vuelvo pronto— Se apartó de él y caminó hasta la puerta.

—E-espera.

—¿Qué pasa?

—¿Me puedes prestar ropa?

—¿Por qué haría eso? Luces fantástico desnudo en mi cama— Guiñó su ojo.

Para Dan era como un sueño hecho realidad, el Alfa que amaba en secreto lo trataba como si fuera su pareja, se sentía tan dichoso y afortunado. Amaba ser consentido, ser mimado y atendido de pies a cabeza. No había nada mejor que eso. Podía mostrarse cariñoso con su Alfa sin temor a ser considerado una molestia además de bromear. Era como tener un privilegio, era como si fuera el único capaz de convertir a la bestia en un príncipe. Por supuesto era imposible no sentirse especial como bendecido.

¡¡Quería gritar a los cuatro vientos cuanto lo amaba!! ¡Joo Jakeyung era su hombre y nadie se lo podía quitar!

A causa del cansancio, el excesivo ejercicio en la cama, y la euforia de pertenecerle al hombre que ama; su cuerpo se excedió y en consecuencia se transformó en un Hámster. Únicamente con la diferencia de que ahora era más consiente de su estado físico, y poseía un mayor control de su cuerpo.

🔥 Búsqueda Caliente 🔥

»Heesung posteó una foto ❤

@Badbunnymeloconfirmó: ¿Acaso eres taquero o por qué tú boca me pide unos de lengua? 👁👅👁

@Seunghonosesclavizó: ¿Soy el Omnitrix o por qué quiero llenarte de mi ADN? 🧬🛸🦠

@TRAKAAA: Quisiera ser cerdo de Angry Birds para que me mates a pollazos.  👁👄👁

@tufunadofavorito: Tantos años trabajando de sepulturero y aún no me la entierras 😔

@Eltodorico: ¿De qué sirven los mares si no existe un barco que me lleve a tu corazón?🌊

El famoso actor le sonrió a la pantalla de una forma arrogante. Amaba poder provocar esas emociones en su club de fans, y sobre todo ser endiosado. Según su opinión no existía ni una persona en la tierra que fuera capaz de resistir a su dócil encanto. Lo tenía todo: talento, atractivo, dinero y carisma. Era bello por donde sea que lo vieras.

¿Quién era capaz de igualar su popularidad? ¡Nadie! Aunque en realidad pensándolo bien existía una persona que era su "Lado opuesto", a los internautas les gustaba llamarlo "El tirano de la oscuridad" "El demonio del inframundo" o su favorita "El domador de Omegas". Jaekyung era ese hombre, su rival y amigo a la vez, la persona que aparecía en la misma portada junto con él. Existía una gran diferencia entre los dos; Heesung rompía corazón, Y Joo les rompía la cara.

Por supuesto Heesung era amado, era considerado un príncipe, un hombre el cual nació para llevar la corona, era la clara representación de un angelito por el contrario Joo era el demonio. Había un grande contraste, no obstante eso los convertía en los hombres más sexys de Corea del Sur. 

—Ya estamos aquí— Anunció el Chofer provocando que el actor apagara el cel para prestarle atención al Penthouse al lado de su ventana.

—Espera aquí, no me tardo— Se bajó del auto sin olvidarse de colocarse los lentes oscuros, su gorra de pescador y un gran abrigo.

Subió por el elevador hasta el último piso, caminó al final del pasillo, se paró delante de una puerta y llamó al celular del dueño, pero nadie atendió. Para su suerte la puerta no tenía seguro por lo que entró muy sigilosamente. Escuchó el sonido del agua cayendo en el baño por lo que asumió que el dueño estaba dándose una ducha. Automáticamente se relajó, y comenzó a pasear por toda la casa hasta acabar en la habitación del propietario.

De pronto notó que algo se movía en la cama, con curiosidad se acercó para inspeccionar, movió una toalla mojada que por alguna razón estaba ahí, y se llevó una grande sorpresa.

—¡¿Qué es está cosa tan bonita?!

No podía creerlo, era el Hámster más bonito que alguna vez hubiera visto en su vida. Era esponjoso, diminuto, muy redondito, parecía una trufa de vainilla muy deliciosa. Pero fue su indefensa y angelical mirada lo que lo cautivó.

—No sabía que Jaekyung tenía un Hámster— Tomó entre sus manos al pequeño roedor que parecía querer escapar de él.

—¡Hick! ¡Hick!— Chilló Dan.

Tienes unos cachetes muy gorditos, eres muy adorable. ¿Cómo una cosita como tú puede estar viviendo con un monstruo como él? ¿Si te alimenta? ¿O acaso te está torturando? Nunca se sabe lo que ese demonio te podría hacer...

¡Hick! ¡Hick!

—¿Qué dices? ¿Que te lleve conmigo? ¡De acuerdo! Hagamos eso, a partir de ahora te cuidaré. Sabía que mi instinto no me fallaba al hacerme venir hasta su casa. Vámonos pequeño, en mi casa hay mucha lechuga para ti.

—¡Hick! ¡Hick! ¡Hick!

Chilló con más fuerza, lo que Heesung no sabía era que estaba tratando de comunicarse con su Alfa. Estos chillidos en idioma Hámster se traducen a: Por favor ayuda, me están secuestrado.

—¡¡Que bonito te queda!!— Heesung sonrió ampliamente al ponerle un mini gorrito tejido al Hámster. Llevaba toda una hora entera probándole ropita al pequeño Dan, y parecía disfrutarlo—. ¿Cuál te gustaría usar hoy? ¿El gorrito con orejas de conejo o de reno?

Kin Dan seleccionó el que traía puesto el cual consistía en un gorrito con un girasol. Literalmente había alzado una de sus rosadas patitas para tocarse su cabecita.

—¡Que lindo eres!— Heesung por millonésima vez lo abrazó.

—¿Otra vez estás jugando con esa cosa? Te recuerdo que tienes que empacar tus cosas rápido, salimos en menos de dos horas. Hice todo lo posible para poder tomar el primer vuelo en Diciembre, tú sabes que reservar en estas fechas es casi imposible, por no mencionar que el director te dio la oportunidad de ser el protagonista de esta nueva película. No sería nada profesional ser impuntual—. El Manager entró a su habitación para sacar de su armario las maletas y de paso aventar sobre la cama la ropa la cual debía doblar.

—¿Tengo que ir?

—¡¿Cómo que si tienes que ir?! Firmaste un contrato, claro que tienes que ir, es tu responsabilidad, esto no es algo con lo que puedas bromear— Casi se desmaya al escuchar tales palabras.

Heesung hizo un pequeño puchero con sus labios como un niño mimado que se niega a ir a casa de su abuelita porque ahí no le dan dulces.

—¿Y qué hago con el Hámster?

—Los sirvientes se ocuparán de él, ponlo en una caja o en una celda, da igual pero date prisa que se nos hace tarde.

—¡No! ¿Qué pasa si el Hámster se enferma? ¿Y si a los sirvientes se les olvida alimentarlo? ¿O qué tal si se les olvida apagar el aire acondicionado y le da una pulmonía? ¡No puedo dejarlo! ¡No, no, no! ¡¡Absolutamente No!!

—Entonces llevátelo con nosotros— Exasperado le propuso esa solución.

—¿De verdad?

—Sí, pero empaca ya.

No bastó decir más para que se pusiera a empacar, y cuanto antes tuviera lista sus maletas ya en la puerta y al Dancito asomando su cabecita en uno de los bolsillos de su abrigo. Escapar no era una opción para el animalito pues al estar consiente de que era un ser tan pequeño e indefenso sería peligroso correr por la ciudad en su condición. Alguien lo podría pisar o atropellar, un ave lo devoraría o una rata lo mordería, simplemente era espantoso considerar esas posibilidades. Las probabilidades de sobrevivir eran nulas. Lo mejor era permanecer al lado del desconocido, al menos él lo cuidaría.

Ya después buscaría una manera de contactar a Jaekyung para que viniera a salvarlo, pero honestamente no sabía si vendría por él. ¿Y si lo abandonaba a su suerte porque tenía entrenamiento? No sabía que tan importante era para él o si se tomaría la "molestia" de buscarlo.

Dan quiso llorar, todavía no era capaz de descifrar el corazón de su Alfa, pues el sexo y el amor son cosas distintas. Y  por muy cariñoso que se comportara hoy con él, eso no garantizaba que se preocuparía por su desaparición. Tal vez ya se dio cuenta, y ni importancia le dio. El pequeñito Dan no quería pensar de más, ni tampoco ilusionarse con un futuro rescate. ¡Se sentía tan sólo!

Heesung fue el último en salir de la mansión por lo que cerró la puerta con llave, y al darse la vuelta se encontró de frente a un chico más joven que él de cabello corto, más pequeño y de porte atlético. De inmediato lo reconoció.

—¡Oh, eres el perrito feo!

—¡¡No soy el perrito feo!!

—¿Cómo te dejaron pasar perrito?

—Me metí a escondidas, necesitaba hablar contigo— Se llevó las manos a los bolsillos de su sudadera deportiva.

—¿Vienes a confesarme tu amor?

Papita alzó los ojos al cielo, nunca se podía tener una conversación seria con ese hombre, y eso le frustraba.

—Olvídalo, fue un error venir.

—Escucha, ahora mismo voy de salida, lamento que no puedas contar con mi ayuda, pero si es para un consejo o si quieres que te escuche puedes marcar a este número, es mi número privado, no suelo dárselo a nadie, tienes suerte— Le dio una tarjeta negra con un diseño de un loto rojo.

Papita lo miró asqueado.

—A mi no me engañas, esta es la tarjeta que les das a tus conquistas del bar y les vendes ese cuento barato de que "es tu número personal, y nunca se los das a nadie" Seguro que tienes otro celular destinado para esas llamadas sucias, debes tener una lista larga de contactos.

—Adivinaste mi truco.

—Es un truco muy barato como tú. ¿Puedo saber a donde vas con tantas maletas? ¿No me digas que te vas del Pais? ¿Al fin te echaron?

—Me voy a Nueva York a grabar una película. Iba de camino al aeropuerto.

—¡¿Nueva York?! ¡Eso está muy lejos!

—Lo sé, amor mio, no llores por mi partida, volveré el año que viene para recibir tu confesión de amor.

—¡¡Que no me iba a confesar!!

—Despídete por mi de Jaekyung, fui esta mañana para darle la noticia, pero estaba dándose una ducha. Por suerte no me voy con las manos vacías, mira— señaló su bolsillo donde está Kim Dan.

—¿Un Hámster?— Parpadeó.

—Lo encontré en casa de Jaekyung.

—¡¿Te lo robaste?!

—Lo rescaté.

—¡Te lo robaste!— Confirmó.

—No es para tanto, seguro que una Fan se lo regaló y lo dejó botado en su cama. Ya sabes como es Jaekyung, no es fan de los animales, le molestan las cosas que son sucias. Estará mejor en mis manos. Pobrecito animalito, debiste ver como me lloraba de agradecimiento cuando lo salvé.

Papita miró al animalito, no se veía como un animalito contento, todo lo contrario; parecía muerto de miedo por ser secuestrado. A Papita le dio pena el pobre Hámster, pero no había nada que pudiera hacer.

—Suerte en Nueva York— Fue lo único que dijo como despedida—. Nos vemos el próximo año, estúpido Heesung.

—Hasta el próximo año, perrito feo.

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