Chapter ten
El cántico de los pájaros al amanecer le dieron la bienvenida a un nuevo día. Mi mente divaga y es que había pasado más de quince minutos de pie mirando a través de mi ventana, era un día espléndido sin lugar a dudas, y no podía sentirme como quisiera, estaba abrumado, incrédulo ante todo lo que estaba por suceder. Vire mis ojos hacia el centro de mi cama, un traje blanco descansaba sobre las sábanas.
Tragué saliva.
"¿Aún no estas listo, hermano?" Mire a mis espaldas. Mi hermano se encontraba de pie en el umbral de la puerta "Hye-jin-ssi vendrá en cualquier momento para llevarnos al salón de eventos" dijo.
Le miré por unos minutos.
Lucía un traje idéntico al mío, tan blanco como la nieve que veía caer ciertas veces en el año a lo lejos en parajes prohibidos.
"¿Alguna vez te imaginaste que esto pasaría? ¿Qué nuestra madre cedería?" Me giré completamente y le miré al rostro "Porque aunque estemos a nada de que esté nuevo comienzo en nuestras vidas inicie, aún se me hace algo difícil de creer. Es como un sueño y ya, una sola fantasía" mi hermano trato de sonreírme.
"Esta pasando, y debemos hacerle frente. Si, es algo que siempre esperamos, pero aún me cuesta creerlo también, Hoseok" se acercó hasta mí, y apoyo una de sus manos sobre mi hombro "Tendremos esa libertad con la que siempre soñamos hermano, podremos hacer muchas cosas que creímos toda la vida que eran casi imposibles de lograrse, la gente sabrá de nosotros, nos conocerán al fin, Hoseok"
Opte por guardar silencio, gire y me incliné a la cama, para tomar suavemente el traje que estaba allí. Le miré por unos cuantos segundos, nunca creí haber visto una tela tan espectacular, tan especial, a un lado se encontraba una capa color beige sobre la cama, con una sección del mismo aterciopelada a la altura de los hombros, y leves tonalidades naranjas que casi eran imperceptibles al ojo humano.
Yoongi suspiro.
"Escuche a mamá hablar con el señor Sung hace unos minutos, en su oficina. Decían sobre esa reunión a la que mamá asiste cada diez años para rendir tributo a los dioses. Es hoy por sí no lo sabías, y creo que tiene planeado asistir con nosotros a ese lugar" aquello había llamado mi atención notablemente "Dada la oportunidad, presumo que hablará con los reyes de los hijos del invierno sobre lo que ha estado sucediendo con la Orden de Calder. Debemos saber lo que quieren"
"Existe la posibilidad de que los reyes no sepan absolutamente nada de esto, y quizás solo se trate de un grupo de vándalos aburridos que solo se dedican a atormentar a las personas de cada reino" comencé a desabotonar la parte superior de mi pijama, a vista de mi hermano "Aún así, nos sacara de dudas hablar con ellos, sabremos si darle mayor importancia o no a todo este lío ¿No lo crees, Yoongi?"
"Por supuesto que sí" dijo rápidamente "Esperemos que no se trate de nada grave, no quisiera que la paz en nuestro reino se vea perturbada por esa orden.." le mire con atención por unos segundos "Me preocupa lo que puede pasar con todos nosotros si la orden de Calder llega a ser como tememos. Papá ya no está aquí, todo se vuelve difícil"
Suspire.
"Fue un buen rey. Un buen padre, y siempre me sentí protegido a su lado, y no es que menosprecie la manera en la que nuestra madre nos ha cuidado desde que él se fue, solamente que esta sería la primera vez que enfrentará todo esto sola, y en verdad me causa intriga como pueda sobrellevar todo esto, cuidarnos de alguna forma y proteger al reino sin un aliado, un compañero leal como lo fue nuestro papá"
"No la subestimes, mamá es fuerte, inteligente, no debería necesitar la compañía de nadie para saber que hacer y como enfrentar nuestros problemas" dijo ladeando la cabeza "Sabrá que hacer.."
La puerta fue tomada dos veces.
"¿Su altezas? Se requiere que estén en el salón en diez minutos, la ceremonia está por comenzar y deben estar en sus lugares cinco minutos antes para que un encargado pueda darles los últimos retoques a sus trajes y rostros, príncipes" comentó Hye-jin del otro lado de la puerta.
"Enseguida vamos Hye-jin-ssi" respondí.
Mire con fascinación todo a nuestro alrededor. Todo parecía de ensueño, los adornos, la comida, la atención que nos estaban dando todos en el palacio para la próxima ceremonia, el pueblo entero a la espera de que las puertas fueran abiertas, ansiosos de ver a los príncipes reales.
Tragué saliva cuando unos de los empleados del palacio se acercó hasta mí y corrió mi cabello, despejando mi frente, me perfumo y agregó un tipo de brillo en la zona de mis párpados superiores hasta a un lado de mis cejas. Con Yoongi habían hecho lo mismo, ambos luciendo bien.
Al terminar nos dio una sonrisa, y eventualmente se fue de nuestro lado.
"Al parecer la gente comenzará a entrar ya, hermano" comentó Yoongi, casi en un murmullo. Note como movía sus manos, me incliné levemente y tomé su mano, su sonrisa fue pequeña "¿Soy muy obvio?"
"Tus manos tiemblan, hermano" dije con una sonrisa "Debes mantenerte impasible cuando la ceremonia comience, Yoongi"
Solté su mano.
"¿Y tú? Ese labio se lastimara si sigues mordiéndolo a ese ritmo, Hoseok" rio.
"Creó que estamos demasiado ansiosos" solté sin más. Mis ojos dirigidos al frente, en donde una angosta pero extensa alfombra roja era desplegada desde los asientos en los que estábamos hasta la entrada principal del palacio "Estamos a tan solo minutos para que todo el pueblo nos conozca, de que mamá nos una al escuadrón real, a tropas que deberemos dirigir, conoceremos el mundo y el mundo nos conocerá a nosotros, hermano. Es lo más lógico sentirnos así de inquietos.."
"Si, tienes razón"
"¿Príncipes?" Ambos nos giramos hacia la voz "Necesito que me acompañen por favor, hubo un ligero cambio de planes en la ceremonia, sus puestos ya no estarán aquí, deben entrar por ese lado del salón" señaló Hye-jin-ssi. Ambos nos pusimos de pie sin cuestionar las decisiones tomadas recientemente "Su majestad la reina cree que de esta forma se verán mucho mejor, quiere todo perfecto para cuando se de inicio en unos pocos minutos" sonrió. Sus ojos de pronto brillando mágicamente.
"¿Pasa algo, Hye-jin-ssi?" Pregunté.
"Solamente me llena de dicha verlos este día, a ambos, su alteza" dijo sonriendo "Les deseo toda la suerte y felicidad en este nuevo camino que van a recorrer.."
"Que vamos a recorrer, querrás decir, Hye-jin-ssi" comentó Yoongi "Tú serás nuestra guía en esta nueva travesía, esta nueva transición en nuestras vidas.." dijo "Sabes más de nuestro pueblo que algún otro miembro de la realeza aparte de mamá, por supuesto. Estarás con ambos para entregarnos sabiduría como todos estos años, haz hecho un buen trabajo.."
Sus mejillas se sonrojaron levemente.
"Es mi deber, su alteza. Por algo su majestad me asigno a ustedes cuando apenas eran unos niños.." dijo "Me siento honrada de haberlos acompañado hasta este punto en sus vidas, príncipes" dio una pequeña reverencia, y entonces fue cuando los tres nos dispusimos a llegar hasta donde se nos había indicado antes.
Unas grandes cortinas descendían desde lo alto del techo en el palacio, dejando un espacio para que pasara la gente y otro pequeño sitio para ubicarnos nosotros. Las grandes puertas de madera fueron abiertas al pueblo finalmente, siendo los primeros en ingresar, ministros de la reina, y eventualmente la gente del pueblo. Vi con total admiración a las personas que ingresaban, murmurando cosas a su paso que me fue imposible distinguir que eran.
Todos siendo tan distintos, pero tan iguales a la vez. Cada segundo que avanzaba siendo más perfecto que el anterior, más único, más maravilloso. Y es que tenía un manojo de emociones que no hacían más que ir en ascenso, mire a mi hermano unos segundos, siendo casi un sentimiento involuntario tomar su mano y darle esa tranquilidad que ansiaba, podía verlo en sus ojos, todo era abrumador..
A lo lejos vimos como mamá tomaba asiento en el trono, dejando un espacio vacío a su lado. Lugar que le correspondía a papá desde siempre y para la eternidad.
Sentí un revuelo de nostalgia ante el gesto de mamá, al mirar a su lado con el mismo cariño y amor como lo había cuando ese lugar era ocupado. Lucía sencillamente hermosa, su traje blanco de los mismos colores que el nuestro, con su capa a lo largo de su espalda, y la corona siendo el adorno perfecto entre sus lisos cabellos.
El suave canto de un grupo de niños en las alturas, en un pequeño espacio en la segunda planta, cautivo a todos los que estaban presentes, acompañados de la melodiosa sinfonía de una ocarina, transformando el ambiente en algo irreal.
"Hace veinticinco años, que me convertí en reina de estas maravillosas tierras" se escucho la voz de mi madre fuerte a lo lejos "En donde he tenido la dicha de conocer a cada uno de los habitantes de este mundo, conocer sus realidades, y entregarles por supuesto la mejor de las vidas, a la altura de sus expectativas. Y así a sido siempre, nunca les he fallado"
La ocarina había dejado de sonar y el canto de los niños había disminuido en volumen ante las palabras de mi madre.
"¡Larga vida a la reina Min Sook!" Exclamó el gentío con devoción a mamá.
"Y así como en veinticinco años he sido reina al lado de mi difunto esposo, el rey Min Dae-hyun que en paz descanse" Hubo silencio, las personas inclinaron su rostro en respeto a la memoria de mi padre "En pocos años, esos veinticinco años habrán pasado a la historia en nuestro reino, y así como el sol se oculta en el alba, saldrá con otro miembro de la realeza siendo el nuevo rey" mi corazón se apretujo en mi interior, tragué saliva. El agarre en la mano de mi hermano me dio confianza "Se que muchos han ansiado por muchos años conocer a los hijos de esta nación, a mis primogénitos. Y hoy, con mucho placer, les doy la bienvenida oficialmente a los príncipes de los hijos del fuego, dándoles el puesto que ellos merecen ante todos ustedes, y que se les fue privado por las circunstancias que nos embarco la vida.."
La ocarina volvió a sonar suavemente.
Aquello, siendo la alerta para que mi hermano y yo comencemos a caminar. La vista de todo el mundo recayendo inmediatamente en nosotros, la sorpresa siendo evidente en los rostros de todos. Mi madre se encontraba de pie al final del pasillo, mirándonos con admiración, con ese amor que con sólo mirándote podías dar. Nos detuvimos frente el trono, en donde cruzamos uno de nuestros brazos frente a nosotros a la altura del pecho, y dimos una pronunciada reverencia ante la reina por unos segundos, eventualmente nos reincorporamos y tomamos lugar a cada lado de ella. Y fue entonces cuando pude ver a la mayoría del pueblo frente a mí, a todos y cada una de las personas que en un par de años dependerán de mi.
"He aquí, a su altezas reales"
Una oleada de aplausos nos envolvió.
La gente nos veía de la misma manera en la que veían a su reina, con devoción.
Mamá se giró a nosotros, con una mano sostenía una copa de plata con agua en su interior, mientras con su otra mano libre, mojo su dedo pulgar y acarició cada una de nuestras frentes, murmurando lo orgullosa que estaba de nosotros, y en los grandiosos hombres que nos convertimos gracias a su crianza y la de nuestro papá.
Sus ojos lagrimearon poquito.
"Min Hoseok y Min Yoongi, futuros líderes de nuestra nación, primogénitos de los reyes a los que les han dado su lealtad"
Giré mi rostro hacia mi derecha, y tome el cetro que había allí, sintiendo que ya vivía, mi hermano imitó mis acciones, ambos con nuestras manos libres, tomamos las manos de nuestra madre, el pueblo clamó los nombres de nosotros, de la reina.
"¡Larga vida a los príncipes Min! ¡Larga vida a la reina Min Sook!" Se escucho.
"Los demás clanes esperaran lo mejor de ustedes, esto es una responsabilidad que desde hace muchos años se nos fue entregada a cada rey que avanza en la historia elemental" comenzó diciendo mamá, ambos le mirábamos atentos mientras el carruaje aún se encontraba quieto a las afueras del palacio "Es la primera vez que asisto con ustedes, por lo que no se les exigirá mayor compromiso con todo esto ¿De acuerdo? No quiero que se pongan nerviosos si escuchan palabras mal habladas de los reyes de otro reinos"
"¿Es correcto que asistamos, madre?" Se animo a preguntar mi hermano "Nos mostraremos inexpertos ante los demás"
"No seria correcto privarlos de esto, hijo" dijo mamá "Ya no lo haré más, por eso necesito que se vayan acostumbrando a estas actividades y demás obligaciones que tendrán de ahora en adelante dentro del palacio. Como príncipes es su deber"
"No vamos a defraudarla, madre" dije inclinando levemente mi cabeza "Daremos lo mejor de nosotros esta tarde, y trataremos de estar a la altura del resto"
"Eso es lo que quería escuchar, Hoseok" nuestra madre nos sonrió "Señor Sung, que el carruaje comience a moverse por favor, debemos llegar antes que se oculte el sol" el señor Sung asintió desde fuera del carruaje y se alejó del mismo cuando este comenzó a avanzar, dando una reverencia para luego posicionarse al lado de su hija "El camino es cerca de quince minutos con dirección a las fronteras, nos encontraremos en el santuario sagrado con el resto de los clanes, en donde los reinos elementales se vuelven uno solo, sin diferencias.. siendo unidos por una misma causa celestial" mamá se oía muy a gusto relatándonos toda la historia.
Vire mis ojos hacia otra parte y contemple con dicha el inicio de la época en donde las flores comenzaban a florecer en esta parte del reino, sus maravillosos colores iluminando el día a día, la vida de cada uno de los habitantes de este pueblo, con ese poder y aroma cautivador que no era indiferente para ningún ser que pueda ver y sentir. Después de unos pocos minutos habían llegado al centro del reino, en donde el gran reloj solar marcaba las seis con diez de la tarde, dentro de poco las antorchas serían encendidas y la noche caería sobre nosotros. Deje de mirar por la ventana para concentrarme en todas las sensaciones que me brindaba estar aquí.
Me sentía feliz.
Sonreí a gusto cuando unos niños agitaron fervientemente sus manos en saludo cuando el carruaje pasó por allí.
"Dentro de pocos días se hará una fiesta a beneficio de los más necesitados del reino, para todo esos habitantes que viven más cerca de las montañas" comentó mamá de pronto "Pueden participar, y así familiarizarse más con su gente y que ellos puedan confiar plenamente en cada uno de ustedes ¿Qué les parece, hijos?"
"Eso suena estupendo, madre" dije con emoción "Me entusiasma la idea de participar en las actividades del reino, y más, si son para ayudar a gente que en verdad lo necesita, todos merecen tener una excelente calidad de vida y no se necesitan lujos y diamantes para eso.."
"Exactamente, Hoseok" siguió mi hermano "Nada me haría más feliz que poder ser participe de campañas y fiestas tan encantadoras, madre. No sabes las ganas que tenia de que nos concedieras esta oportunidad, muchísimas gracias" dijo Yoongi con sus mejillas levemente de un tono carmesí "Es lo que siempre espere"
Mamá solo se había limitado a sonreírle.
Luego, lo que restaba de camino, cada uno se mantuvo en silencio hasta nuestro último destino. A lo lejos pude divisar las cuatro columnas en cada una de las esquinas del inmenso rombo que había incrustado sobre la tierra en el suelo. Tan dorado como el mismo sol que nos alumbraba el camino hasta aquí, junto con las maravillosas aguas cristalinas a un lado de lo que era el santuario sagrado.
Por fin podía conocer todo esto con lo que muchos años soñé. El carruaje se detuvo y entonces uno de los ayudantes bajo y se apresuró en abrir la puerta para que todos pudiéramos bajar, el mismo tendiéndole la mano a mamá para que no cayera. Con Yoongi lucíamos los mismos trajes junto a nuestras capas, mientras que mamá se había cambiado su largo vestido, por uno más corto y menos extravagante, acorde a la ocasión. El sonido de las hojas volando al compás con el aire me tranquilizaba.
"Vamos. Los tres clanes ya están allá, somos los únicos que faltan al parecer" dijo mamá, arrebozándose levemente con la capa que colgaba desde sus hombros.
El aire siendo más fresco en esta parte, debido al lago que yacía por acá. Con la vista hacia abajo, pendiente de que no hubiera absolutamente nada que pudiera entorpecer mi camino, avance a la par del resto de mi familia, procure de que mi capa no se arrastrará demás por el suelo hasta que llegamos al centro del rombo.
En donde los tres, inmediatamente hicimos una reverencia ante los demás.
"Esperamos no haberlos hecho esperar demasiado" expreso mi madre, alzando su rostro y reincorporándose correctamente "El viaje en carruaje sigue siendo lento como han de saber todos ustedes ¿No?"
Hubo murmullos.
Yoongi y yo mantuvimos la mirada gacha.
"Los años siguen pasando y nuestro avance en la tecnología sigue siendo nulo, su majestad. No ha de ser una sorpresa en absoluto su retraso, no se preocupe" comentó una mujer "Y por lo que veo, esta vez ha venido acompañada, y presumo que se trata de sus hijos ¿No? Aquellos a los que nadie ha visto aparte de usted y su difunto esposo que en paz descanse, su majestad Sook" Hubo silencio ante sus palabras "Es una dicha conocerlos al fin"
"Es la primera vez que asisto con ellos y la primera vez que asisto sin mi esposo" tome una bocanada de aire "Ellos, los príncipes de los hijos del fuego, Min Yoongi y Min Hoseok, es un gusto para nosotros también verla este día su majestad Minseo"
Reverenciamos.
"Reitero las palabras de mi madre, espero que esta tarde de reunión sea grata para todos los clanes presentes" expresé. Alce la mirada después de varios minutos, y fue entonces cuando pude verlos a todos.
Todos contrastando de una manera singular. Cada uno de los reyes entregó una sonrisa que para mí fue confortable, hasta que tuve la oportunidad de verlo a él, aquel rostro que aunque pasarán mil años lograría olvidar o confundir con otro.
Porque simplemente no se podía.
Su rostro evidenciando la sorpresa en toda la extensión de la palabra. Quizás un poco desconcertado por verme allí. Lucia un traje oscuro, que si mis ojos no me fallaban, era de color azul marino, con una capa color blanco descansando desde sus hombros, desvíe la mirada un poco.
Siguiendo la misma hilera.
Muchachos que parecían de mi edad, los príncipes seguramente de cada reino, cumpliendo su deber al lado de los reyes.
"Bien, la hora se ha cumplido, es momento de que rindamos tributo a los dioses que nos han entregado la vida que hoy somos capaces de gozar en su plenitud" dijo la misma mujer que nos habló antes "Miles de años han sido en los que la vida renació de las penumbras de un mundo imperfecto, un mundo lejos de ser lo que hoy podemos presenciar, el caos reinaba. Reyes y reinas, unámonos en el centro, demostrando que la paz coexistente entre mundos elementales no se ha arruinado"
Y así fueron acatadas las palabras de su majestad. Dejándonos a nosotros, los descendientes de los reyes a un lado, aguardando a que los mayores recitaran en voz medianamente baja unas palabras.
De pronto, los príncipes de los demás clanes comenzaron a cantar suavemente una canción, por inercia agaché la cabeza por respeto, aparentando saberla también, me sentí fuera de lugar en un momento. Mi hermano me dio una mirada efímera.
Negué ante esa interrogante en sus ojos.
Definitivamente mamá no nos había hablado sobre esta parte de la reunión.
La reunión había acabado minutos más tarde. Cayendo en cuenta de que no era algo muy extenso, pero si demasiado significativo para todos lo que asistían. Mamá había llegado a nuestro lado con una marca roja en la palma de su mano, una mancha a la cual no le hallaba forma en estos momentos, pero que no dejaba de ser algo sumamente importante. Sin más que hacer allí, proseguimos a irnos, diciendo adiós a cada Clan, estrechando sus manos amablemente, uno por uno.
"Fue un gusto" comenté de pronto, avanzando hasta que ya no hubo alguien más a quien despedir. Alce mi rostro al sentir un leve apretón en mi mano, que fue demasiado inusual e inesperado para mí. Esperaba ver algún indicio de lo que pudiera significar toda esa rara acción en él, pero nada más que sus mejillas rojas y sus labios levemente entreabiertos me dieron la cara ese preciso instante, en que mi juicio se nubló por completo. Arrugue poquito el ceño, no entendiendo mucho.
Solté su mano con lentitud, y me aproxime a mi madre que me esperaba a unos metros, casi ya saliendo junto a Yoongi del santuario sagrado, no regrese a mirar atrás después que tome el camino de regreso, el carruaje estando en el mismo lugar que lo dejamos hace veinte minutos.
Y así como habíamos sido los últimos en llegar, habíamos sido los primeros en irnos de allí. Solté un suspiro, cansado por este ajetreado día que sin duda alguna me había traído una oleada de nuevas sensaciones, de anécdotas que podría contarle a quien más estimaba, fuera de mi círculo familiar. Seguramente amaría escuchar lo maravilloso que es el lugar.
Sitio que para cualquier persona que no perteneciera a la familia real, era negado.
"Que el carruaje avance, por favor. Es hora de regresar al palacio, esta oscureciendo"
Arriba les deje un video
que se asemeja a como fue tocada la ocarina en la presentación
de los príncipes, cambio y fuera <3
Recomendación💡: Darle play al video cuando la presentación de los príncipes inicie:)
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