capítulo cero
❛ HIJO EJEMPLAR DE UN PADRE EJEMPLAR ❜

Billie Jean siempre había creído aquel famoso dicho de que, de tal palo, tal astilla. Nunca lo había puesto en duda, ni siquiera cuando a veces no se parecía mucho a su padre, pero es que no solo era genética de Remus, también lo era de su madre Aylec. Aunque en ese preciso momento, deseaba no creer tanto en aquel dicho que se había vuelto casi un dogma en su vida. Lo pensaba cuando miraba a los Weasley, se le escapaba al ver el comportamiento mezquino de Draco Malfoy y lo recordaba consigo misma, pero nunca antes lo había pensado sobre Darrell Black, principalmente porque se suponía que su padre estaba muerto hace años, pero ahora llegaba con El Profeta en mano y la verdad en los labios.

Avergonzado, pero no por eso menos orgulloso de ser el hijo de ese hombre que aparecía en la primera plana de un periódico que ella odiaba.

── ¿Qué es esto? Me citaste en la sala común en pleno partido de Quidditch solo para mostrarme que tu tío loco escapó de Azkaban, como si yo no lo supiera ya ── a Billie Jean se le hacía raro, era un poco gracioso porque pensaba que Darrell estaba haciéndole una broma.

Pero no había ni un atisbo de risa y diversión en la cara de su mejor amigo y eso la alarmó.

── Sé que sabes que Sirius Black escapó. Todo el mundo habla de eso en los pasillos, y consecuentemente, hablan de mí a mis espaldas porque tengo su apellido.

── Ya, pero él no es el único Black en el mundo mágico ── y era cierto ──. Hay cientos de personas emparentadas con él, una mitad enorme de Slytherin comparte su sangre, aunque quieran negarlo, sus nombres deben de aparecer en alguna especie de registro familiar o algo.

── Un árbol genealógico encantado, de hecho.

── Vaya ── murmuró la morena ──. Pero no entiendo por qué te importa tanto, solo hablan de ti porque eres un familiar casi directo, eres el hijo de su hermano muerto ¿No?

Darrell sonrió, con una evidente tristeza que no pasó desapercibida por Billie Jean.
── ¿Nunca se te hizo raro? ── inquirió el castaño.

── ¿Qué cosa?

── Que mi madre tiene casi tres años más que la tuya, y que, si Regulus Black fuese realmente mi padre, me hubiese tenido un año antes de su muerte, a los diecisiete cuando mi mamá tenía diecinueve y ya se había graduado de Hogwarts. Es básicamente pedofilia y sabes que mi mamá ha luchado incansablemente por proteger a los niños de esa clase de atrocidades.

── ¿A qué te refieres con realmente? Lo dices como si cuestionaras la paternidad de tu padre ── dijo Billie ──. Y ya sabes cómo eran las cosas en los años 70, casi no importaba la diferencia de edad.

── Deja de hacerte la ciega. Todos lo saben, incluso tus padres. La gente murmura sobre mí no porque sea un simple familiar y creo que eres lo bastante inteligente para saber qué me refiero con eso.

Una risa nerviosa se escapó de los labios de Billie Jean y un ligero temblor la estremeció.
── No es verdad, Darrell. No puedo creer que me esté perdiendo un clásico del Quidditch por una bromita tuya.

── Es que no es una broma Billie ── aseguró frustrado, mientras pasaba sus dedos por su cabello.

Atar cabos era insuficiente, Billie Jean había armado un pequeño rompecabezas en su mente, pero le faltaba una pieza.

── ¿Por qué no me lo dijiste?

── ¿Y qué ibas a pensar de mí siendo el hijo de Sirius Black? ¿La persona que mató a dos amigos importantes de tu padre? ¿El asesino de tu tío? Aunque sí quieres creer esa farsa amarillista, no importa, porque yo también la creí un tiempo. Por eso mentí, investigué sobre los Black y el más acercado a la edad en la que mi madre estaba en Hogwarts, era mi tío Regulus.

── El que murió sirviendo al Innombrable... ── susurró la chica.

── Bueno, si también quieres creer eso, bien por ti.

── Me mentiste, todos lo hicieron.

── Supongo que soy digno hijo de mi padre ¿No?

Sí, tal vez.