nueve.
09.| MANCHADA.
El departamento de Wade era un desastre. Katerina observó alrededor de la habitación, notando todo lo más rápido posible. No era un departamento pequeño, eso era seguro. Seguramente que él sea un mercenario tenía sus ventajas. La paga era una de ellas. Asesinar personas por dinero era algo terrible, pero Wade parecía estar bien con la idea. Sobre Katerina, ella no podía decir que era diferente. En cierta forma, ella era igual que Wade.
Ella mataba para poder sobrevivir. Era como había nacido. Una chica que no podía sobrevivir a partir de comida normal y bebidas. Ella necesitaba tomar la vida de alguien para seguir viviendo. Todos los que pasaban a su lado no lo sabían, pero iban a ser su siguiente comida o alguien que ella decidía dejar vivir. No era algo de lo que estaba completamente orgullosa. Pero si debía elegir entre ella y alguien más, siempre se salvaría a ella misma.
Lyra miró alrededor del departamento, asegurándose que no hubiera nada sospechoso. La rubia no quería nada más que proteger a su hermana adoptiva. Katerina no era un monstruo, incluso si ella se permitía creerlo. Lyra podía ver quién era su hermana. Un alma maldita que creía que había sido creada sólo para destruir el mundo. Para asesinar a quien sea que se interpusiera en su camino.
Pero de alguna forma, como Lyra lo veía, todos manchaban al mundo en su día. Nadie era libre de no darle algo terrible al mundo. De cierta forma, nadie era completamente puro. Todos habían hecho hecho algo una o dos veces en sus vidas para tener su alma lo suficientemente manchada. Y todas esas almas necesitaban ser limpiadas. Y Lyra veía a su hermana como una de esas maneras de limpiar al mundo de las toxinas.
Si no era Katerina, ¿quién iba a ser?
Katerina miró por sobre su hombre a su hermana, siendo precavida. Ella sabía en qué tipo de persona Lya podía transformarse. Su versión más oscura. Una parte de su hermana, a la que ella no le gustaba en lo absoluto. Katerina sabía que era una persona terrible por todo lo que había hecho. Pero Lyra era dos personas diferentes en ciertas situaciones. Si ella estaba lo suficientemente enojada, ella podría transformarse en su versión más violenta y querer reinar la ciudad. Y Katerina no quería que su hermana perdiera el control.
— ¿Cuál es el plan aquí?—, demandó Lyra. Katerina miró sobre su hombre mientras sus ojos aterrizaban sobre Wade, quien estaba sentado sobre la mesa —. No nos sacaste a mi hermana y a mí del cuartel general de los Vengadores sólo para risitas y mierdas. ¿Qué mierda estás planeando?
—Primero, Cara, originalmente sólo había planeado salvar a tu hermana. ¿Sabes por qué? Porque eres una maldita bala perdida y prefiero no lidiar contigo. Sólo salve tu trasero por tu hermana—, gritó Wade y Lyra miró a su hermana, antes de volver a mirarlo —. Segundo, estoy trabajando en un plan.
— ¿Quieres decir que no tenías un plan desde el principio?—, respondió Lyra —. Genial. Estamos muertos.
—Lyra—, advirtió Katerina —. ¿Por qué no te calmas? Estás irritándome—, Lyra miró a su hermana por unos segundos antes de reír. La rubia salió de la habitación y Katerina se giró hacia Wade, quién seguía mirándola —. ¿Realmente no tienes un plan, Wade?
—Tenía uno antes de saber que también iba a salvar a tu hermana—, explicó Wade y Katerina inhaló profundamente.
—Sí.., sobre eso, ¿por qué me salvaste?—, inquirió Katerina. Wade miró el papel sobre el que estaba escribiendo antes de volver a mirar a la chica. Ella lo miró tranquilamente, aunque no era la mirada más suave que él había notado en ella —. Y no es necesario que uses esa máscara conmigo. No me molesta.
—Probablemente moleste a la buena de tu hermana—, se burló Wade y Katerina soltó una pequeña carcajada. Wade se levantó de la mesa y se acercó a Katerina, quien torció la cabeza para mirar sus ojos. Ambos se miraron el uno al otro antes de que Wade se quitara la máscara. Katerina le sonrió suavemente, y él se le devolvió.
—Si molesta a Lyra, puede irse a la mierda—, le dijo Katerina y Wade rió —. ¿Pero por qué me salvaste?
—Porque iban a enviarte lejos y dejar que te mueras de hambre—, respondió Wade —. Ellos son los héroes en esta historia, Eiza. Nosotros somos los anti-héroes. Hacemos lo que sea que necesitemos hacer. Sin importar qué sea eso. Ellos siempre serán los buenos. Incluso si nosotros hacemos algo semi-heroico.
—Ser buena no siempre es divertido—, respondió Katerina con una sonrisa traviesa —. ¿Listo para planear un escape?
Wade sonrió —. Por supuesto.
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