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Crozzo

Un niño de pelo blanco que llevaba un collar de piedras doradas estaba sentado en medio de un claro en postura de meditación. El cielo estaba radiante y la brisa era tranquila, el niño sentado respiraba profundamente sin prisa tratando de concentrarse en el vacío de su propia mente. El niño hizo poco a poco una expresión de esfuerzo, sus mejillas comenzaron a inflarse y enrojecerse.

- No, no. - dijo una voz femenina que venía de enfrente del niño.

El niño, al oír el regaño, abrió los ojos y cambió de posición para mirar a una mujer que tenía delante, una alta elfa con elegantes ropas como las de la alta realeza, con una larga cabellera verde y una discreta tiara en lo alto de la cabeza.

- Lo has hecho mal otra vez సిగ్. Te estás presionando demasiado, debes dejar que tu energía fluya.

- Es difícil... - dice el niño.

La mujer se agacha frente a él.

- Pero por supuesto que lo es... Nada es sencillo. Pero no puedes dejar que esta barrera te detenga. - Se acomoda el vestido largo y se sienta con las piernas cruzadas, dando instrucciones al chico. - Ahora, vuelve a concentrarte. Respira profundamente y concéntrate.

El niño se concentra de nuevo, aspira y suelta el aire con calma y lentamente. Volvió a concentrarse en el vacío, pero esta vez de forma más precisa, en su exterior comenzó a formarse una fina aura dorada, casi transparente, que atraía pequeños puntos brillantes de energía. Poco a poco fue entrando más y más en su mente, pero de repente empieza a perder la concentración.

- No pierdas la concentración. - dice la elfa al ver la expresión de tensión que se está formando en la cara del chico.

Intento volver a concentrarse, pero parece un poco agitado.

Cálmate y respira. Deja el exterior a un lado... Busca la luz interior. Te ayudaré.

Una voz resuena en su mente. El niño sigue el consejo y respira profundamente, consiguiendo volver a concentrarse. Poco a poco comienza a visualizar una pequeña luz blanca, transmitía una débil sensación de bienvenida y esperanza, mientras el chico buscaba cada vez más esta sensación la luz era mayor hasta cubrir su visión por completo. Abre los ojos lentamente y puede ver un gran volumen de chispas doradas que se acumulan sobre él formando un aura a su alrededor, poco a poco se extienden y se desvanecen en el aire siendo borradas por el viento.

La mujer parecía impresionada con la densa aura del chico, este era su primer éxito después de varios intentos infructuosos. El muchacho sonríe.

- ¡Lo hice tía Celdia! Siento que lo he conseguido. - dice alegremente.

- Sí... Lo hiciste muy rápido. - pone su mano en la cabeza del joven y comienza a acariciarla. - Lo has hecho muy bien. - una ligera sonrisa se forma en sus labios.

- No podría haberlo hecho sin su ayuda.

- "¿Su?" - dice la elfa, confundida por lo que acaba de decir el chico.

- Sí. No sé su nombre y no lo conozco bien, pero siempre me ayuda.

La alta elfa se queda pensativa sobre ese alguien del que hablaba el niño, su cara parece muy seria. Se levanta.

- El entrenamiento ha terminado por hoy. Voy a llevarte a casa.

- De acuerdo. - sostiene la mano de la elfa.

Caminando junto al niño por el bosque.

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Bell abre los ojos, contemplando un techo que le resultaba familiar, estaba en su habitación. El chico se levanta lentamente con la mano en la cabeza, su cuerpo estaba un poco cansado y además tenía vendas que cubrían casi todo su cuerpo, el chico se sienta en la cama reflexionando sobre el extraño "sueño" que había tenido momentos antes.

"Confuso..." - fue la primera palabra que le vino a la mente sobre el sueño. - "¿Qué fue eso? ¿Qué se supone que era?"

El chico de pelo blanco trató de encontrar una respuesta a sus preguntas, pero no le vino nada concreto a la mente, dejando sólo especulaciones. Para él aquel sueño parecía más bien un recuerdo pero estaba seguro de que no recordaba aquel suceso ni tampoco a la mujer que aparecía en él, al menos no hasta ese momento, eso podría ser algún tipo de recuerdo fragmentado pero no podía afirmarlo.

De repente, Bell oye un chirrido procedente de la puerta que le saca de sus pensamientos. El pomo gira y la puerta se abre completamente revelando a la diosa de pelo rojo, Loki. La pelirroja se sorprende momentáneamente al ver al chico de pie, y una gran sonrisa se forma en sus labios.

- ¡Bell-tan! ¡Estás despierto! - dijo Loki caminando hacia Bell alegremente.

- Ah, Kami-sama...

- ¿Te sientes bien?

- Sí. Mi cuerpo está un poco cansado pero... - Bell acaba recordando algo. - Espera, ¿dónde está Lili? - dice en un tono ligeramente más alto y su expresión parecía preocupada.

- ¿Lili? - dice la diosa confundida. - ¿Te refieres al apoyo?

El chico asiente.

- Hm... Riveria la menciono, ella dijo que la chica estaba bien y sólo necesitaba un descanso. La llevaron al centro médico, pero ya debería haber salido de allí.

Bell suspira aliviado.

- Esta vez te has recuperado rápidamente. Me sorprendí. Cuando llegaste, tus heridas ya habían desaparecido. - saca una silla y se sienta frente a Bell. - Parece que tu milagro se ha fortalecido.

- Sí. Siento que algo más ha cambiado... Pero no puedo decir qué es...

Loki se quedó pensativa ante lo que Bell acababa de decir pero decide dejar esto de lado y seguir con lo que quería decir.

- Bell-tan, sobre su espada... Maanna... - Loki hace una pausa. - ¿Desde cuándo la tienes? - Pregunto la diosa ahora con estando más sería.

Bell sintió un ligero cambio en el aire, no como una presión agresiva o imponente, sino más bien como si la seriedad de Loki brillara y por sí misma cambiara el tono del ambiente. El chico se preguntó si eso era una fracción de la imponencia de un dios.

- Maanna ha estado conmigo desde que tenía seis años... O al menos eso es lo que creo... - su última frase salió como un susurro, pero Loki pudo escucharla completamente.

- ¿Qué quieres decir con "O al menos eso es lo que creo"? - preguntó Loki.

Bell apartó los ojos de Loki y se quedó mirando el vacío de su habitación.

- No es la gran cosa. - dice Bell tratando de desviar el tema.

Increíblemente, Loki fue incapaz de percibir las "intenciones" detrás de las palabras del chico. Los dioses tienen la capacidad de identificar las mentiras, por lo que ningún mortal puede mentir ante un dios, pero Bell parecía estar un punto fuera de la curva. Incapaz de saber exactamente a qué se refería, Loki se limitó a aceptar la respuesta del chico.

- Bueno... Muy bien. - deja escapar un suspiro, la presión desaparecería por completo. - Te haré otra pregunta, ¿de acuerdo?

Asiente con la cabeza.

- ¿Cuánto sabes de él?

Bell parece sorprenderse de que su diosa se refiera a su espada como un individuo y no como un objeto. Aunque hiciera lo mismo y no ocultara lo de Maanna, generalmente todo el mundo no lo ve de la misma manera que él, por lo que la situación le pareció insólita y curiosa como mínimo llamando su atención por completo.

- Es una espada viva, con conciencia y habilidades propias. - dice Bell resumiendo todo lo que sabía de él en una única y breve frase.

- Parece que realmente no sabes quién es. - dice, cruzando los brazos.

El chico de ojos carmesí la mira fijamente mostrando un profundo interés, así que Loki continúa:

- Maanna es un espíritu. Para ser más exactos... El primer gran espíritu.

- ¿"Gran espíritu"? - Por un momento, su rostro mostró total asombro.

- Bell-tan, ¿has oído hablar por casualidad del <Pilar del cielo> y de su historia?

Bell nunca había oído hablar de ello. Rebuscó en su mente durante un rato, pero incluso entre los miles de cuentos e historias que conocía de memoria no se mencionaba ninguno parecido.

- Veo que no lo conoces... Entonces déjame decirte. - Loki hace una pausa para tomar aire. - El <Pilar del cielo>, como lo llamábamos, era una torre de luz que anclaba las capas del mundo. Existía incluso antes del primer dios, era la gran reliquia del mundo. Y no por nada... El Pilar era extremadamente poderoso, el propio Génesis en forma física.

- Supongo que no me lo dices por mera curiosidad.

- Por supuesto que no. Mira, ¿crees que algo tan poderoso se dejaría desatendido ahí fuera?

- Lo que quiere decir que...

- Sí. Maanna fue el ser creado para protegerlo.

Bell permaneció en silencio durante unos momentos, estaba "digiriendo" lentamente la información que le habían lanzado.

- Se estaba refiriendo al <Pilar del cielo>en pasado... ¿Qué ocurrió con él?

Loki abre los ojos.

- Fue destruido por la Bestia...

- ¿Bestia? - pregunta Bell con curiosidad.

- La bestia primordial del caos... Níðhöggr.

Un escalofrío recorre la espina dorsal de Bell, de manera anormal la sola pronunciación de ese nombre le produjo escalofríos, incluso Loki no puede ocultar el miedo en su mirada.

- Los mortales lo llamaban <La Bestia>, pero su existencia fue borrada de la historia con el paso del tiempo. - Hace una pausa para recomponerse. - <La Bestia> era una colosal serpiente alada, con cabeza de dragón y enormes patas que se asemejaban a las de diferentes animales, vivía entre la capa más baja del mundo, el Abismo. Un mundo vacío e inhóspito, cubierto totalmente por la oscuridad. <La Bestia> roía las partes más bajas del <Pilar del cielo> nutriéndose y fortaleciéndose. Hubo varios enfrentamientos contra la serpiente, pero la última vez que salió del Abismo... El Pilar fue destruido y el mundo entró en desorden por poco derrumbándose. Con sus últimas fuerzas, el <Rey del Cielo>, con los fragmentos restantes del Pilar de la Luz, construyó una lanza sagrada que trascendía el concepto de "arma". Con ella, el espíritu guardián consiguió atravesar el corazón de la Bestia primordial, matándola... Pero después de eso desapareció al igual que el arma celestial. Sinceramente, pensé que había dejado de existir, pero parece que regreso y acabó contigo... Eso es muy curioso. Me pregunto por qué está contigo exactamente... - Loki se pone la mano en la barbilla.

Bell se hizo la misma pregunta. Se me ocurren muchas suposiciones, incluso las más descabelladas. La pelirroja puede ver que el chico de pelo blanco se estaba agobiando con sus propios pensamientos, le pone la mano en el hombro y le dice:

- Dejémoslo así por ahora, ¿qué tal si actualizamos tu estado? - dice, cambiando de tema con una sonrisa en la cara, tratando de animar a Bell.

La propuesta de la diosa es aceptada por el chico. Los dos intercambian sus lugares y Loki ayuda a Bell a quitarse las vendas, después de eso la pelirroja comenzó el proceso de actualización. Con su propios dientes la diosa se hizo un pequeño corte en el pulgar y vertió una muestra de su sangre en el tatuaje del chico, de la espalda del chico se emite un brillo, las figuras comienzan a cambiar pero una en particular llama la atención de Loki. Una amplia sonrisa surge en los labios de la diosa.

- ¡Subiste de nivel! - dice Loki con emoción.

El rostro inexpresivo de Bell cambia radicalmente ante la noticia, con los ojos muy abiertos y la boca ligeramente abierta.

- ¿Lo... logre...?

El chico mira a Loki aún sorprendida y esta misma mueve la cabeza diciendo un "sí", Bell parecía feliz.

- ¡Felicidades Bell-tan! ¡A partir de ahora eres un aventurero de nivel 2! - vuelve a mirar el estado de Bell. - ¡Ah! Antes de que pueda completar tu actualización necesitas elegir una <Habilidad de Desarrollo>.

- ¿Cuáles serían mis opciones?

- Veamos... - empieza a mirar de cerca. - <Resistencia anormal>, <Resistencia mágica> y... - se detiene de repente, lo que llama la atención de Bell. - <Suerte>... Nunca había visto esa habilidad...

- ¿Así que es algo raro?

- Incluso podría ser única... Una habilidad que potencia la suerte. Es casi como una protección divina. - hace una pausa en su discurso. - Bueno, no me corresponde a mí decidirlo. Puedes pensar en ello con calma.

Bell piensa en cada una de las habilidades, aunque conoce perfectamente los efectos de <Resistencia anormal> y <Resistencia mágica> y sus grandes usos se queda más pensativo con <Suerte>, ya que sus efectos podrían ser extremadamente diversos. Tras unos largos minutos de reflexión, Bell acaba por decidirse:

- Creo que me quedaré con <Suerte>.

- Una buena elección. - Loki añade la habilidad a los estados de Bell y concluye su actualización. Desenvolviendo un papel de su bolsillo, pone por escrito los estados - ¡Ahí! He terminado. Anunciaré tu ascenso al gremio hoy mismo.

- De acuerdo. - dice Bell mientras se levanta.

- ¡Ah, Bell-tan! Déjame devolvértela. - De su lado, Loki toma algo envuelto en una larga tela oscura. - Toma.

Bell sujeto el envoltorio y retiro con cuidado la tela.

- ¡Maanna! - dice sorprendido y feliz.

Loki no ha dejado de estar cautivada por la relación de Bell y Maanna, el chico parecía realmente interesado.

- Bell-tan, lo que hablamos aquí queda entre nosotros. Y por el momento sólo entre nosotros. - dice Loki con seriedad. - ¿Lo entiendes?

- Sí - asiente a su diosa.

Tras la breve conversación, Bell se recompone.

- Ya me voy.

- ¿Eh? ¿A dónde vas? - pregunta Loki.

- Necesito comprar una nueva armadura. - dice, poniéndose la camisa y colocándose el cinturón.

- Espera... ¿¡ME VAS A DEJAR AQUÍ SOLA!?

- No creo que le pase nada en mi ausencia. - pone su espada en la vaina.

- ¿QUÉ? ¡CLARO QUE SÍ! ¡ME ABURRIRÉ!

- Con permiso... - Bell sale por la puerta con sus cosas en la mano, dejando a Loki solo.

- ¡BELL-TAN!

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Dentro de la <Torre de Babel>, Bell buscaba una armadura con la firma del herrero que había hecho la anterior, en la misma tienda que había comprado con Eina. Busco por toda la tienda pero no termino encontrando nada. Viendo que sería inútil buscar una vez más, decidió preguntarle al propietario.

Al llegar al mostrador, el chico ve al dueño discutiendo con un joven pelirrojo que lleva un traje negro con un pañuelo azul en el cuello y una caja en las manos.

- ¡Te dije que no voy a comprar tus baratijas! Además, nadie las compra, ¡sólo están en mis estantes ocupando espacio!

- No son "baratijas", ¡mi trabajo es de calidad! Tanto es así que mi armadura fue vendida.

- Fue una suerte, llevaba mucho tiempo acumulando polvo. No hay garantía de que ese logro se repita. Ahora vete de aquí porque tengo un cliente. - dice el dueño de la pequeña tienda al ver que Bell se acerca. - ¿Ocurre algo? - le dice al chico de pelo blanco.

- Disculpe, señor. ¿Por casualidad tiene las armaduras de Welf Crozzo?

El dependiente se sorprende ante la pregunta del chico y dirige lentamente su mirada al pelirrojo que le mira con una sonrisa burlona.

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En el octavo piso de la "Torre de Babel".

Sentados en un banco estaban Bell y el pelirrojo hablando.

- Así que fuiste tú quien compró mi <Pyonkichi>. Por favor, permíteme presentarme, fan número uno. Mi nombre es Welf Crozzo, actualmente soy un herrero de bajo nivel de la <Familia Hefesto>.

- Un placer, mi nombre es Bell Cranel. Soy un aventurero de la <Familia Loki>.

- ¿<Familia Loki>? - Dice el herrero sorprendido. - Así que eres el novato de la "Familia Cazagigantes", el loco de la capucha negra.

Bell se sorprendió, no esperaba que hubiera rumores sobre él. Y no había esperado que tuviera un apodo.

- ¡Encantado de conocerte, Bell! - dice Welf con una sonrisa.

- Así que, señor Crozzo, quería... - se le interrumpe.

- Welf... Por favor, llámame Welf. No me gusta que me llamen por mi apellido - dice el herrero, que parecía un poco más serio.

Bell notó inmediatamente la molestia del herrero, así que decidió no insistir.

- Ya veo. Perdone mi falta de respeto señor Welf, no tenía intención de ofenderle de ninguna manera. - Bell se inclina ante él en señal de disculpa.

El pelirrojo se sorprende por la formalidad del chico y se siente un poco incómodo.

- Oye, no es gran cosa. Está bien. Y puedes llamarme simplemente Welf.

- Entendido, señor... Quiero decir... Welf.

Welf asiente.

- Entonces, Welf. Quería hablar de una nueva armadura. Por desgracia, el anterior se rompió en la batalla y necesito una nueva lo antes posible.

- Hm... Ya veo. Dime, ¿Cómo fue exactamente que se rompió?

- Un <Minotaurus> gigante me golpeó.

- Entiendo... No, ¡espera! ¿Un <Minotauro> gigante? - dice confundido. - ¿Qué nivel eres?

- Acabo de recibir un ascenso de rango, soy nivel 2.

- Ah... comprendo. - Dice él con la mano en la barbilla. - "¿Minotauro gigante? Creo que he oído hablar de eso por algunos aventureros. ¿Este tipo se enfrentó a ese Minotauro todavía en el nivel 1?"

- ¿Cuánto tiempo va a tardar la armadura en estar lista?

Welf es sacado de sus propios pensamientos.

- Ah, eso... Nada. Estás de suerte. - recoge la caja que está a su lado y la lanza al lado de Bell.

- Una armadura. Es casi igual a la que tenía. - dice Bell con un ligero tono de sorpresa.

- Sí. Este es el Pyonkichi Mk. III, el que tenías era el Mk. II.

Bell toma la parte de la coraza de la armadura y comienza a evaluarla.

- Parece más ligero que el otro.

- Sí, he utilizado un acero más ligero y maleable, y también distribuye mejor el peso. La hará más ágil en las batallas.

- Me parece bien. ¿Cuánto cobras por ella?

- A ti no te pido dinero, sino un "favor".

- ¿Favor? - pregunta el chico, inclinando ligeramente la cabeza en señal de duda.

- Sí, sí. Por lo general, los jóvenes herreros se unen a aventureros sin experiencia para aumentar su fama y experiencia. Pero ese no es el punto principal... Verás, todavía soy de nivel 1, así que aún no poseo la habilidad de desarrollo <Herrero>.

- Ya veo. Así que buscas el subir de rango... Lo que quieres en otras palabras es ...

- Sí, me gustaría unirme a tu grupo para conseguir mi ascenso de rango. - dice Welf, mirando fijamente al chico de ojos carmesí con confianza y determinación en sus ojos.

Bell pudo sentir la gran determinación de Welf por su objetivo. Una sonrisa surge de los labios del hasta ahora inexpresivo muchacho.

- Muy bien entonces. Cuento con tu ayuda, Welf. - dice Bell, mirándole con la misma determinación en los ojos y una sonrisa en la cara mientras extiende la mano al herrero.

Welf, al ver la actitud de Bell, deja escapar una amplia sonrisa mientras le estrecha la mano.

- ¡De acuerdo! ¡Nuestro contrato está sellado!

Welf levanta la mano de Bell como si estuviera presumiendo de ella.

- Haré todo lo posible para cumplir las expectativas de MI cliente. - el herrero suelta estas palabras al aire.

Bell parecía no entender nada, mirando a su alrededor ve que algunos herreros se van frustrados y algunos incluso enfadados. El chico se preguntó si esas palabras habían sido una especie de indirecta.

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Al día siguiente...

Denatus, la reunión de los dioses. Este evento es una oportunidad para que los dioses compartan información, una reunión diseñada para promover la cooperación entre las distintas familias de la ciudad y el Gremio. Aunque este es su objetivo en el papel, Denatus sigue siendo reconocido como un comité consultivo. Los aires de su influencia también preocupan a los aventureros. La asignación del Alias es uno de los muchos aspectos.

- Cernuno apesta. Puedo sentirlo desde aquí.

- El tipo huele a perro mojado.

- ¡Oye, puedo oírte desde aquí!

- Ah, eso me recuerda, parece que Rakia se está preparando para invadir Orario de nuevo.

- Ese Ares de nuevo...

- Es muy tonto.

- ¿Alguien ha visto mi pinza de pelo en algún sitio?

- He oído rumores sobre la aparición de enormes serpientes marinas en Meren.

- Pff... ¿Y tú te lo crees?

- ¡SOY GANESHAAA!

Varios dioses estaban reunidos alrededor de una gran mesa redonda, un caos de voces resonaba en la gran sala.

- ¡Muy bien, muy bien! - la diosa de pelo rojo, Loki, llama la atención de todos. - Creo que ahora podemos pasar al siguiente punto. La tan esperada <Ceremonia de Nombramiento>. - dice recogiendo una pequeña pila de documentos sobre la mesa. - ¿Les han pasado los documentos a todos? Entonces, ¿qué tal si empezamos? - empieza a leer la primera hoja de la pila. - Muy bien, al principio de la lista está.... <Familia Set>, el aventurero Selti Selty.

- P-Por favor, sean amable...

- ¡Negado! - dicen los dioses a coro.

- Así que está decidido. El aventurero Selti recibirá el título de <Figura de combate en llamas>. - dice Loki dando el veredicto.

- ¡¡¡NOOOOOOO!!! - grita el dios Set en tono de llanto llevándose las manos a la cabeza.

- Bueno, pasemos a la siguiente... <Familia Takemikazuchi>... ¡OH! ¡Esta chica es realmente muy linda! - dice la pelirroja con un ligero rubor. - Ehh... Como nació en el lejano oriente, su nombre debería leerse en orden inverso, así que... Yamato Mikoto-chan, parece.

- Es muy bonita, ¿no crees?

- Sí, el pelo negro siempre es el mejor.

- Darle a un título vergonzoso a una dama tan pura sería muy cruel.

- ¿Eh? ¿¡E-En serio!? - dice Takemikazuchi con falsas esperanzas.

- Pero Takemikazuchi, no eres bueno.

- ¿¡EHH!? - dice asombrado.

- Eres un gigoló natural...

- El amor entre un dios y un niño es como...

- ¡Lolicon!

- ¿Qué? ¿¡De qué estás hablando!? - dice Take.

- ¡Voy a darle a Mikoto-chan su apodo! ¡"Galaxia de Fortunas"!

- "Heroína misteriosa X".

- "¡Samurai fantasma!"

- ¡Hey! ¡Oigan! ¡Es suficiente! ¡Paren!

Take golpea la mesa con el puño llamando la atención de todos.

- Mikoto es... Mikoto es alguien a quien he guiado personalmente hasta este punto, ¿saben? Deberían tener más... - se le interrumpe.

- "Ángel".

- ¡OHHH! - dice un grupo de dioses.

- ¡Eso es jodidamente impresionante!

Incluso con la intervención de Take, los dioses siguieron lanzando sugerencias por el aire.

- En ese caso, se decide que el título de Mikoto-chan será "ZetsuEi". - dice la diosa pelirroja.

- ¡Sin objeciones! - dicen todos los dioses a coro.

Takemikazuchi acerca su cabeza a la mesa derrotado.

- El siguiente aventurero... - Loki pasa a la siguiente hoja formando una amplia sonrisa y sus mejillas se vuelven rosas. - Fufufu... ¡Mi favorita, Ais!

- ¡¡Ha llegado el momento de la <Sword Princess>!!

- Como siempre, la Princesa es hermosa.

- Y ha alcanzado el nivel 6...

- ¿No sería mejor dejar el título cómo está?

- Sí.

- Bueno, la otra opción es "Esposa de los Dioses"...

- ¡Totalmente!

- ¡Los mataré! - dice Loki mirando a los dioses con un aura asesina.

- ¡¡PERDÓN!! - dicen a coro.

- Bueno, si no hay objeciones... Debería estar bien dejar a Ais como está. - pasa a otra hoja. - El siguiente es el último.

- ¿Quién es ese?

- Bell Cranel.

- ¿Otro hijo de Loki? Nunca lo había visto.

- Espera... ¿Es eso cierto? ¿Este chico ha evolucionado hasta el nivel 2 en un mes y medio?

- Es un nuevo récord.

Loki llena sus pulmones de aire y levanta su postura.

- Jejeje... Este es el recién llegado de oro en mi familia. Espero algunas buenas sugerencias.

- Un niño que rompió el récord... Hm...

- Se ve muy lindo, incluso con esos ojos aterradores.

- Ojos rojos... Pelo blanco... Más bien un conejo.

- Es cierto.

- ¿Qué te parece "Guerrero conejo"?

- Eso es demasiado tonto. "Conejo ojos de dragón", eso es mucho más imponente.

- ¿Y "Pata de Conejo"?

- No... Es demasiado patético. Veamos... Um... ¡"Pequeño novato"!

Al ver que una sugerencia era peor que la otra Loki se posiciona para enfrentarse a todos, pero acaba siendo impedida de hablar por una voz que parecía abrirse paso entre todas las demás.

- Son nombres algo creativos, pero me temo que no coinciden con el hijo de Loki... - dice la diosa de largos cabellos plateados con un vestido negro que resaltaba su escultural cuerpo, la diosa de la belleza Freya. - Este niño derrotó milagrosamente al minotauro negro que asolaba los pisos superiores, superando la diferencia entre sus niveles. Como tal, debe tener un nombre a la altura de su gran logro.

Todos comienzan a susurrar entre ellos. Loki parecía mirar con extrañeza a Freya, ella se preguntaba qué estaría tramando esa "Pervertida".

- Tengo una sugerencia para ti, Loki. Algo sencillo, pero único. - dijo Freya con su tono sereno y una dulce sonrisa en los labios.

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En el Gremio...

El personal se reúne para ver de primera mano los nuevos alias de los aventureros.

- Llegas tarde. - dice una empleada con el pelo corto y rosa. - Eina, ¿cuál es el alias del chico a tu cargo? - pregunta dirigiéndose a la semielfa que lee un papel en sus manos.

...

...

...

- Es... "Sable".

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Tiempos después en la <Anfitriona de la fertilidad>...

Bell estaba sentado en una de las mesas del bar en compañía de Ryuu y Syr. El chico estaba más adelantado de lo convencional, así que estaba dispuesto a ir a la posada de Mia para contarle las noticias.

- Felicidades por subir a nivel 2, Bell-san. - dice Syr felicitando al chico de pelo blanco.

- Mis felicitaciones, Cranel-san. Parece que has batido el récord.

- ¿Un récord? -dice Bell un poco confundido.

- Sí, ahora eres el aventurero que más rápido ha llegado al nivel 2. Es realmente impresionante, el último en tener ese récord tardó un año en subir de rango, mientras que tú tardaste unas semanas. - dice Syr.

La mente de Bell empieza a divagar.

- En comparación... Fue absurdamente rápido de hecho... Por curiosidad, señorita Ryuu. ¿Quién tenía ese récord?

- La <Sword Princess>.

Bell está ligeramente sorprendido, pero no esperaba menos viniendo de Ais. Poco a poco la felicidad se apoderó de él, el chico se encontraba cada vez más cerca de la princesa.

- Supongo que su familia le ayudó. - dice Ryuu asumiendo que Bell se habia unido a uno de los grupos de su familia.

- En realidad no... Soy demasiado débil para ayudarles, así que nunca estuve dispuesto a ir con ellos, no quería estorbar. - dice Bell con un tono bajo.

El chico les dice la verdad a las dos sin medir las palabras, pero en el fondo tenía la idea de que sólo decía medias verdades.

Desde una mesa cercana, un grupo de aventureros escuchaban la conversación. Se levantaron y fueron hacia la mesa de Bell.

- ¡Si es el nuvvo reCOrdista! Veo que no tiEnes un grupo... ¿Quieres uniRte al nuEstro? Soy Mord Latro y esTos son Guile y Scott. ¿Y qué dices? - dice un hombre con armadura, con pelo corto y algunas cicatrices.

El chico de pelo blanco analiza rápidamente a los tres que tiene delante, se da cuenta fácilmente de que los tres parecían estar borrachos.

- Es un placer. En cuanto a su pregunta, me niego. Ya tengo mi propio grupo, y no creo que estés cualificado.

- ¿DICES QUE NO SOMOS BUENOS?

- Vamos, engreído...

El hombre llamado Mord levanta su puño cerrado y lo lanza hacia el chico de ojos carmesí, que mantiene la calma ante la situación. De repente, mucho antes de que el golpe vaya contra algo, Ryuu lo retiene fácilmente con la mano.

- Un no es un no. - Dice la elfa con la mirada fija.

Mord se aleja de Ryuu un poco intimidado, pero como estaba borracho parecía haber perdido un poco el sentido del peligro.

- ¡ESO NO ES ASUNTO TUYO CAMARERA!

Los hombres parecían querer iniciar una pelea. Sin tener muchas opciones, Ryuu se pone delante de los demás, pero de repente...

*PHHAAAAAAAA*

Un fuerte sonido de madera astillada reverbera por toda la posada. Cuando miran hacia la fuente del sonido todos ven el puño de Mia sobre el mostrador, quedando todos en absoluto silencio, ella dirige su mirada furiosa al grupo de aventureros.

- Este no es lugar para una pelea. Si no vas a comer entonces sal de mi bar... ¡Si no, te romperé los huesos!

Siendo corto y contundente Mia asusta al grupo con su imponencia.

- ¡IDIOTAS, EL DINERO!

Al salir, el principal miembro del grupo deja caer una bolsa de monedas y continúa su carrera hasta salir del bar.

- Esos alborotadores... - Mia refunfuña.

Todavía sentado en la mesa, Bell se sintió un poco mal por haber iniciado prácticamente todo el problema.

- ¿Está todo bien Bell-san? - dice Syr un poco preocupado.

- Um... Sí. - Bell recuerda su compromiso. - ¡Ah! Discúlpeme señorita Syr, señorita Ryuu, pero tengo que irme ahora. Hasta luego. Nos vemos Mia.

- ¡Cuídate, chico! ¡Y no busques más peleas en mi bar!

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Frente a la <Torre de Babel> Bell estaba sentado cerca de la fuente comiendo. Unos minutos después nota que alguien se acerca, dirigiendo su atención hacia él, el chico reconoce que se trata de Welf.

- ¡Hey Bell! ¡Buenos días! - dice el herrero con la palma de la mano levantada en señal de saludo.

- Buenos días, Welf. - dice Bell de forma amable.

- ¿Esperamos a alguien más?

- Sí. Debería estar aquí pronto.

- Da acuerdo. -Welf se sienta al lado de Bell.

Bell termina de comer y se vuelve hacia el pelirrojo.

- Welf. Puede que esté siendo un poco grosero, pero me gustaría saber algo.

- Adelante.

- Parece que no te gusta que te llamen por tu apellido. Conozco las historias que rodean a la familia Crozzo. Los herreros que fabricaban armas mágicas para la casa real de <Rakia>. Eran la autoridad suprema en espadas mágicas.

- Si conoces la historia puedes suponer por qué no te gusta mi nombre.

- ¿El uso de armas para la guerra...?

Welf no le contestó, se limitó a mirar a la nada, pero Bell pudo intuir que esa era una razón.

- Después de eso, mi familia perdió la bendición en su sangre y no pudieron forjar espadas mágicas... Eso fue hasta que desperté esa bendición.

- ¿Tienes la capacidad de forjar espadas mágicas? - Bell parecía sorprendido.

- Sí... Todo el mundo me busca para eso, pero siempre los descarto.

Bell piensa en decir algo, pero sus pensamientos se interrumpen inmediatamente cuando ve a Lili acercarse.

- Ya está aquí. - dice, levantándose. - ¿Nos vamos?

Welf asiente con la cabeza y acompaña a Bell a donde está la pallum.

**************************************

- ¡Ja, ja! ¡Estoy en el piso 11! - dice Welf corriendo un poco por delante del grupo. Se dirige a Bell. – Estuvo mal de mi parte pedir esto tan de repente, Bell. Sé que esto debió haberte retrasado, así que ¡muchas gracias!

- No hay problema. Al fin y al cabo teníamos un contrato, así que tu interés es también el mío.

- Sigo pensando que sale ganando... - dice Lili volteando su cara. - ¿Por qué no lo hace con su familia?

Welf mira a Lili, frunciendo el ceño.

- Lili, la familia de Welf... Bueno, ya sabes cómo es... - Bell tropezó un poco en sus palabras, aunque parecía estar bien, la mente del chico estaba un poco apagada, algo parecía hacerle perder la concentración. Mientras intentaba planificar lo que iba a decir, Lili toma la iniciativa en la conversación.

- No anda con su familia, ¿verdad? Te contó esa pequeña historia y te hizo comprarle algunas cosas nuevas. - dice, mirando la armadura de Bell. - ¿Por qué no hablas conmigo de esas cosas?

- No es así... - se le interrumpe.

- ¿Tanto te molesto, renacuajo? - dice Welf mientras se acerca a Lili, doblando un poco la espalda para estar más cerca de la altura del pálido.

- ¡No me llames "renacuajo"! ¡Tengo un nombre, es Liliruca Arde!

- Vale, ¡encantado de conocerte, Lilicuajo! - dice Welf retomando su postura con una sonrisa en la cara. Levanta la mano para la pallum.

- ¡Grr! ¡Olvidalo, no importa!

"¿He hecho algo mal?" - Bell piensa. - Bueno, la armadura fue un trato que hice con él. Me gustan mucho las armas que fabrica Welf Crozzo. Así que...

- ¿¡Crozzo!? ¿Acabas de decir Crozzo? - dijo Lili sorprendida mirando a Bell.

- Sí.

- ¿El herrero de las espadas mágicas malditas? ¿El noble herrero que se arruinó?

- Bueno, supongo que no importa. -dijo Bell, sorprendiendo a ambos-. - Permití que Welf formara parte del grupo no por su habilidad, sino porque vi su confianza y voluntad de lucha, algo que vale mucho más que una simple espada mágica.

- Si tú lo dices. - Lili se voltea hacia el herrero. - Escucha, el Sr. Bell te aceptó aquí, ¡así que trata de no ser un holgazán! Nuestra rutina no es para todo el mundo, así que si no la soportas puedes irte.

- Lili, no hay necesidad de exagerar...

- Así que la rutina es dura, ¿eh? Ja ja, ¡si no fuera así no sería divertido!

Lili volate a mirar hacia Welf. Mientras el grupo charlaba ocurren unos pequeños temblores, del suelo surgen varios <Imps> y un <Orc> alrededor del grupo.

- Un <Orco> y nueve <Imps>. - Dice Lili escaneando rápidamente el campo de batalla, algo que ha perfeccionado con Bell a lo largo de sus viajes a la Dungeon.

- Bien, me encargaré del <Orc>. - dice el pelirrojo sacando su gran espada de la espalda. - Incluso yo puedo ganarle. - mira al Orc, que seguía intentando salir de su agujero en el suelo.

- Entonces Lili te ayudará. - dice la pallum mientras se acerca a Welf, revelando su ballesta de muñeca.

- ¡Oh! Pensé que no te gustaba, Lilicuajo.

- Pero por supuesto que no. Pero no quiero que el Sr. Bell salga perjudicado.

- Sí, gracias. - Desenvainando a Maanna, se queda mirando su espada un momento antes de ponerse en posición. - Yo me encargo de los <Imps>. Cuento con ustedes.

En un instante Bell se dispara en dirección al grupo de monstruos. Uno de ellos intenta subirse encima del chico pero es partido por la mitad en el mismo instante, a partir de ahí los demás empezaron a actuar. Bell esquivó fácilmente los golpes, sintió que los ataques de los monstruos parecían más lentos de lo normal, el chico reconoce que era realmente más fuerte que antes. En una secuencia de cortes rápidos y precisos los monstruos son derrotados en un instante.

Mientras esto ocurría Welf cruzó su gran espada sobre el pecho del <Orc> que se comenzó a desmoronar segundos después.

- Vaya - dice el pelirrojo al ver que Bell aniquila al grupo de monstruos con facilidad.

- ¡Welf, Lili, esquívenlo!

Los dos miran hacia atrás y se encuentran con un <Hard Armored>, el monstruo se pone en una posición similar a la de una pelota y comienza a envestir encima de los dos. Welf y Lili lo esquivan dejando sólo a Bell en primera línea con el enemigo.

- ¡Bell, sal de ahí! - dice Welf.

El chico de ojos carmesí se mantiene en guardia esperando pacientemente a que su oponente se acerque.

- Elimina la tercera restricción.

El color de los ojos de Bell cambia a un dorado intenso, su espada brilla y se transforma en una katana de tres manos. Cuando el monstruo se acerca lo suficiente el chico de pelo blanco blande su espada en una media luna, el <Hard Armored> se parte por la mitad, sus dos partes se convierten en humo y su piedra rueda hasta los pies de Bell. Cortando el aire deshace la forma de Maanna y la guarda en su vaina, sus ojos vuelven poco a poco a su color natural.

- Wow, eso fue realmente impresionante.... - dice Welf un poco aturdido por la "demostración de fuerza" de Bell.

- Te acostumbraras. - dice Lili.

Bell mira fijamente la palma de su mano.

"Yo... Me he hecho más fuerte". - cierra el puño agarrando el aire. - "Poco a poco iré subiendo a la cima, hasta llegar a ella..." - mira al vacío con determinación en sus ojos.

********************************************************************************

En los pisos profundos...

En medio del campo de batalla, la vanguardia de la "Familia Cazagigantes" corría hacia la contienda con gran entusiasmo y voluntad de lucha.

- ¡¡¡HAAAAAAA!!! - rugió el lobo precipitándose hacia los golens en llamas, <Flame Rock>.

Al lado de Bete, Tiona y Tione corrían.

- ¡Bete, estás en el camino! - dice Tiona, tomando la delantera junto a su hermana. - ¡No me culpes si te parto por la mitad!

Las dos amazonas interceptan a uno de los golens, saltando hacia el orbe en llamas que lleva en la cabeza.

- ¡Sus lentas armas no pueden golpear a nadie! - Bete corre y le da una patada en una de las piernas del <Flame Rock> destruyéndola, haciendo que se desplome en el suelo.

En un terreno más alto, el resto de la familia observaba la batalla. Ais y los tres ejecutivos veteranos eran los que estaban más cerca.

- ¿Por qué están tan emocionados? Los demás no aprenderán nada de eso. - dice Gareth, desconcertado por la excitación de los tres aventureros de abajo.

- Deben estar emocionados por la batalla de Cranel en el décimo piso. Bueno, ¿por qué no iban a estarlo? - dice Finn, respondiendo a la pregunta del enano.

- Oh, ¿así que Bell les dio algo tan emocionante antes de que me uniera a ti? - dice Landrock mirando al pequeño lancero. - Bueno, no debería estar tan impresionado. El chico siempre está presumiendo.

- Sí. Superó sus propias limitaciones y derrotó a ese gigantesco <Minotauro>.

- Minotauro gigante, ¿eh? Hm... Me hubiera gustado ver... Qué mala suerte.

Al borde del "precipicio", Ais da un paso al frente.

- Yo también voy. - dice, saltando directamente al campo de batalla.

- ¿Ais? - dice el enano sorprendido por la actitud de la chica.

- Parece que ella también está emocionada. - dice Riveria.

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Piso 11.

Bell y Welf descansan tras una serie de peleas mientras Lili recoge el botín que estaba en el suelo.

- Es genial formar un grupo. - dice Welf.

- Sí. Parece que facilita el movimiento por los pisos.

- Esa es una de las ventajas de tener un grupo. Puedes respirar mejor. Y también cambia la forma de enfrentarse a los monstruos. - Welf extiende sus brazos. - Lilicuajo tenía razón. Tu carga es bastante pesada.

- Lo siento.

- Jaja, no hay problema.

Bell mira a su alrededor.

- Parece que hay más grupos en camino.

- En cuanto Lilicuajo consiga las piedras mágicas, podremos tomar un descanso para comer. Les dejaremos los monstruos a ellos.

- Estaba pensando en limpiar el piso, pero está bien descansar un rato.

- ¡Hm! - el herrero se queda momentáneamente sorprendido. - ¡Y yo que pensaba que ya habíamos hecho mucho hasta ahora jajaja!

El chico de color carmesí se aleja un poco de Welf.

- Hola, Bell, ¿qué pasa? - pregunta el pelirrojo al ver que el chico parecía un poco distraído. Se levanta y va hacia su compañero.

- Hay algo más allá de la niebla. - dice Bell en tono serio, poniendo la mano en la empuñadura de su espada.

Welf mira la niebla frente a él, en cuestión de segundos aparecen tres aventureros corriendo hacia ellos dos.

- ¡Maldita sea! ¡Un <Dragón Infante>!

- ¡Corre!

De la densa niebla aparece el dragón, al ver a los dos que tiene delante ruge preparándose para la batalla.

- ¡Ese monstruo está demasiado cerca de ella! LILICUAJO, ¡CORRE! - dice Welf gritándole a Lili.

Al notar el peligro, Lili deja lo que estaba haciendo y comienza a correr en dirección contraria al monstruo. Desgraciadamente, el movimiento de la pallum llamó la atención del <Dragón Infante> que cambio su objetivo ahora a la chica.

- Maldita sea. - Welf intenta tomar la delantera, pero Bell se posiciono más rápido.

Los ojos del chico brillan en dorado, su arma se alarga y vuelve a tener forma de katana larga, nodashi.

- ¡Scintila!

Un torbellino de energía cubre su cuerpo por completo. Empuja su espada a dos manos, en el proceso la energía comienza a acumularse en la hoja haciéndola brillar.

- ¡Caliburn!

De un solo golpe, la energía sale disparada de la punta de la hoja en un gran rayo de luz que va de frente hacia el monstruo. Cuando el ataque alcanza su objetivo surge una explosión luminosa que consume al dragón en su totalidad, su gran piedra sale volando aterrizando a pocos metros de Bell que se desplomó en el suelo debido a la fuerza de su propio ataque.

- Caray... - dice un impresionado Welf mirando la piedra del monstruo en el suelo.

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Ya era de noche en la <Mansión Crepúsculo>, los pasillos estaban en silencio sólo se escuchaban los sonidos de la brisa y el crujir de los grillos. En la comodidad de su habitación el chico de pelo blanco y ojos carmesí descansaba en su cama mirando al techo esperando que pasara el tiempo.

- Maanna... - dice Bell. - ¿Por qué nunca me has dicho nada?

El chico no recibió respuesta. Poco a poco fue perdiendo la paciencia hasta el punto de levantarse bruscamente y tomar a Maanna en sus manos.

- ¡Respóndeme! ¡No te quedes ahí en silencio! ¡Siempre que te necesito no estas!

Lo siento, Bell...

Maanna habla con un tono bajo y tranquilo como la brisa, mostrando un poco de seriedad, rara vez se mostraba así de serio.

No puedo decirte la verdad... mucho menos sobre tus sueños. Quiero protegerte... Por eso debes buscar la verdad por tu cuenta. Pero no te preocupes, siempre estaré contigo.

- ¿Lo juras? - pregunta Bell en un tono bajo, casi en un susurro.

Lo juro.

Bell abraza la espada en posición fetal.

- Maanna.

¿Sí?

- Yo... Creo que te conocí mucho antes de ese día... Antes de recibirte.

Mejor descansar por ahora... Mañana todo volverá a la normalidad. Te lo prometo.

El cansancio le alcanzo, poco a poco sus párpados se van cerrando. Bell se queda dormido con Maanna en brazos. Lentamente, una mano acaricia el pelo blanco del chico.

Dulces sueños, pequeño Sig...

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Unos días después. Frente a la <Torre de Babel>...

- ¿Qué? ¿Lilicuajo no vendrá hoy?

- Sí. El gnomo que cuida del lugar donde vive está enfermo, así que quiso quedarse a cuidarlo. Lo siento, pero no creo que podamos entras a la Dungeon por hoy...

- Entiendo. Oye, Bell, ya que no tienes nada que hacer, ¿no quieres venir conmigo hoy?

- ¿Eh?

- Bueno, soy tu herrero. ¿Qué tal si me paso por mi tienda y veo qué puedo hacer por ti? Y también tengo que agradecerte que me hayas aceptado con los brazos abiertos en tu grupo.

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Los dos entran en una pequeña cabaña.

- ¿Así que este es su taller? - pregunta Bell mirando a su alrededor.

- Perdón por la sencillez. Por favor, intenta acostumbrarte a ello.

- No, está bien. Se ve bastante cómodo aquí.

- Parece que compartimos el mismo pensamiento. - descarga sus cosas en un rincón.

Bell miró a su alrededor con cierta fascinación, admirando las armas repartidas por el pequeño taller.

- ¿Quieres algo? - dice Welf, notando la ligera mueca en su expresión. - ¿Te gustaría probar algún equipo?

- Oh, no, no. La armadura es suficiente.

Welf sonríe.

- Deberías ser más codicioso, Bell. Un aventurero debe prepararse lo mejor posible. ¿Me equivoco?

- Um... Tienes razón. - Bell lo admite.

Los ojos carmesí del chico brillaban mientras miraba las espadas una por una, como un niño en una tienda de caramelos.

- ¿Puedo verla? - dice Bell señalando una espada larga de hoja ancha.

- Claro que sí.

Con el permiso del herrero que la forjó, el chico levanta la espada y comienza a verla mejor en sus manos. Bell la prueba cortando el aire, aplica unos cuantos golpes más antes de detenerse.

- Nadie la compró.

- ¿De verdad? Es una buena espada.

¡Hum!

Maanna pareció molestarse por las palabras de Bell.

En medio del breve silencio, Welf se ríe brevemente.

- ¿Qué sucede? - pregunta Bell.

- No quieres una espada mágica, ¿verdad?

- ¿Eh?

- Te he hablado de mi habilidad para fabricar espadas mágicas, ¿verdad?

Bell coloca la espada contra la pared donde estaba. El chico anuncia en su mirada que no tiene interés en las espadas mágicas que mencionó Welf, esta mirada puede ser percibida por el mismo.

- Disculpa... Acabé teniendo miedo de que cambiaras... - junta las manos y baja la cabeza en señal de perdón. - Siento haberte puesto a prueba así.

- Hm. - Mueve la cabeza negativamente. - No hay problema. Creo que es plausible. - dice el chico con una discreta pero amable sonrisa en los labios.

El pelirrojo se levanta.

- Así que, sobre lo que pretendía hacer. - Mientras habla, algo llama la atención del herrero. Mirando a Bell se encuentra con algo en su cintura. - Bell, ¿es eso un botín? - pregunta con curiosidad.

Bell lleva su mirada a la cintura y ve el gran objeto carmesí atado a su cintura.

- Oh sí, es el cuerno del <Minotauro negro>. Siempre lo llevo encima como una especie de amuleto de buena suerte. Sinceramente, aún no sé qué hago con él.

- Vaya... ¡Es enorme! Pensé que era algún tipo de arma la que cargabas al lodo de tu cintura.

- E... Eso es lo que parece. - dice Bell de buen humor.

- ¿Puedes dármelo?

- ¿Para qué?

- Puedo hacerte un equipo con él.

- ¿Podrías hacerlo? - dice el chico con los ojos ligeramente abiertos.

- Por supuesto.

- ¡Por favor, entonces! - por primera vez deja escapar la emoción en sus palabras.

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Con unas pinzas, Welf coloca el gran cuerno en la fragua y, tras calentarlo, comienza a trabajar en él.

- No me gustan las espadas mágicas. Tenía muchos clientes, ya sabes... Descubrieron que era un Crozzo y no paraban de pedirme espadas mágicas.

Con el lingote formado, el pelirrojo saca su martillo y comienza a darle forma.

- Ya estoy harto de ellos. Quieren armas para volverse fuertes y famosos. Todos dicen lo mismo.

Echa una sustancia sobre el lingote y lo vuelve a poner en la fragua, después de lo cual continúa su trabajo en el yunque.

- Pero no es exactamente así... Un arma no es para eso. No son herramientas para hacer a alguien famoso. Son parte de lo que eres. No importa cuántas cosas malas te pasen, tu arma nunca te abandonará.

La hoja se formó.

- Por eso no me gustan las espadas mágicas. Se rompen y te dejan atrás. Es un poder que te hace desperdiciar tus talentos. No hay orgullo para el que las empuña ni para el que las forja. - hace una pausa en su discurso mientras mira la hoja terminada. - Por eso no hago espadas mágicas. - Con las pinzas en la punta de la cuchilla hirviendo la sumerge sobre el agua, el choque de las temperaturas hace subir el vapor.

Bell se quedó mirando y escuchando atentamente a su compañero, las palabras consiguieron impactarle de una manera que él mismo no podía explicar, entendía los lazos de un guerrero con su espada más que nadie. Pero aunque estaba de acuerdo con sus palabras y entendía sus motivos, pensaba que Welf no debía descuidar su habilidad.

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Welf abre las ventanas de su taller, los tenues rayos del cielo anaranjado molestan en primera instancia a los ojos del herrero. El vapor caliente comienza a salir por las ventanas, permitiendo finalmente que la brisa entre, aireando el lugar.

A la luz, el pelirrojo analizó la hoja del arma recién terminada, una espada de un solo filo de color carmesí con una empuñadura oscura ornamentada, un sable.

Le presenta la espada a Bell, sus ojos vuelven a llenarse de brillo como los de un niño y sus mejillas adquieren un ligero color rosado.

- Parece que el material era de un nivel realmente alto. Creo que es la mejor espada que he hecho. - dice con una sonrisa, guardando la espada carmesí en su funda. - Bien, ¡démosle un nombre! Ushiwakamaru... Hm... Tal vez... ¿Ryukan? No, ya que es una espada de minotauro, ¿qué tal Mino-tan?

Pon Mino-tan... Será hila... Quiero decir... Bastante convincente.

Las mejillas de Bell ardieron de irritación al ver cómo Maanna se burlaba de su espada y de la sugerencia de su amigo.

- Tengo un nombre para ella... - dice Bell dando su primera palabra desde que comenzó la forja de la hoja.

- Oh, bueno, es tuya, así que nadie mejor que tú para nombrarla. - pone la espada en manos de Bell. - Dime, ¿cómo se llama?

Los ojos carmesí del chico se cruzan con la hoja de la espada del mismo color. Lo mira fijamente durante unos segundos antes de volver a mirar a Welf.

- Anglakel.

- Hm... Parece un buen nombre. La espada carmesí, Anglakel... ¡Suena bien!

Bell pone a Anglakel de nuevo en su vaina.

- Bell. - Welf llama la atención del chico. Mira hacia otro lado. - Sólo nos conocemos desde hace unos días, así que no te pediré que confíes plenamente en mí. Pero... - mira de nuevo a Bell. - Trátame como a un compañero, como haces con Liliruca.

- No hay problema, Welf. - dice Bell con una sonrisa en los labios. - Ya eres mi compañero. Y aunque Lili no lo admita, tú también lo eres para ella.

Welf sonríe satisfecho con la respuesta de Bell.

- Gracias.

********************************************************************************

Dos días después.

En los pasillos de la <Mansión Crepúsculo>, Bell ya llevaba equipada su armadura con sus dos espadas, Maanna y Anglakel, una a cada lado de la cintura. A diferencia de lo convencional, el chico llevaba sobre su armadura una larga capa rojiza. Mientras caminaba por la silenciosa mansión, Bell se cruzó con Loki, que caminaba en dirección contraria.

- ¡Oh, hola Bell-tan! - la pelirroja saluda a Bell y se acerca a él. - ¿Eh? ¿Es eso una <Piel de salamandra>?

- Sí. Mientras investigaba los pisos intermedios mi asesora, Eina, me dijo que usara esto. - abre los brazos mostrando su capa. - Aunque es útil la encuentro un poco llamativa. - dice Bell, señalando el hecho de que la <Piel de salamandra> refleja la luz.

- Así que piensas ir a los pisos intermedios, ¿no?

- Sí. Voy a ir allí por primera vez con mi grupo, así que pensé en prepararme y les dije que hicieran lo mismo.

Una sonrisa surge de los labios de Loki.

- Ya veo. ¡Buena suerte Bell-tan! - dice mostrando su puño con el pulgar apuntando hacia arriba.

- Gracias. Nos vemos, Kami-sama. - dice despidiéndose de su diosa y dirigiéndose a la salida.

- Supongo que estabas equivocado Finn... Al final, es capaz de luchar junto a los demás. - dice Loki, al ver que su "hijo" menor se va a la aventura.

********************************************************************************

En la planta 12, el grupo repasó sus planes de exploración a las plantas intermedias. Todos llevaban <Piel de salamandra>, al igual que Bell.

- Muy bien, lo repasaré por última vez. - Bell dice con seriedad en su mirada, señala un pasaje más adelante. - Una vez que pasemos estaremos en el piso 13, los pisos intermedios. Los monstruos nos atacarán con fuego y proyectiles. Aunque estén lejos, no bajes la guardia en ningún momento.

- - dicen Welf y Lili como confirmación.

- Usaremos una formación básica. Welf, iras al frente.

- ¡De acuerdo!

- Estaré en el centro de la formación, donde el conflicto será más agitado. Lili estará en la retaguardia.

- Entendido, Sr. Bell.

- Como apoyo no tienes el poder de ocuparte de los monstruos de la retaguardia, así que te proporcionaré la asistencia adecuada cuando sea necesario.

- Todo el mundo tiene sus provisiones, ¿verdad? - dice Lili mirando a los dos.

Bell y Welf asienten.

- En caso de que se pierdan o se usen todas, tengo una reserva de elixires aquí conmigo.

- Muy bien. Entonces... - Bell interrumpe repentinamente su discurso, una pequeña y simple risa escapa de su boca.

- ¿De qué te ríes? - pregunta Welf.

- Sr. Bell... ¿Está hablando en serio?

- Ah... Lo siento, lo siento. ¿Pero no te parece emocionante? ¡Juntos en una aventura hacia lo desconocido! Me estremezco de solo pensarlo. Puede sonar arrogante, pero estoy deseando entrar en combate, ¡para que me hierva la sangre! - dijo Bell con emoción.

- ¡HAHAHA! - Welf se ríe a carcajadas. Apoyando su brazo en el hombro de Bell. - ¡Sí! ¡Si no te animas, no puedes llamarte hombre!

- No sé si estoy de acuerdo con eso... Pero puedo entender a lo que te refieres. - dice Lili con una ligera sonrisa.

Bell cierra los ojos y respira profundamente, recuperando la compostura, el chico se gira hacia la entrada del piso 13.

- Estamos todos preparados. - dice Lili notificándole a Bell sobre la situación.

- ¡Vamos a hacerlo! - dice Welf con cierta emoción.

- Sí, hagámoslo.

********************************************************************************

¡¡¡¡RHHHHOOOUUUUUU!!!!

Un fuerte rugido resuena en las paredes de la caverna. Un <Hellhound> corría hacia Bell, con sus dos espadas en mano el chico hace un tajo en "X" al lobo haciendo que se convierta inmediatamente en humo.

- ¡HAAAA! - Welf grita mientras derriba a otro de los monstruos con su gran espada.

- ¡Welf, atrás! - dice Bell en señal de advertencia.

El pelirrojo mira rápidamente hacia atrás y se encuentra con uno de los <Hellhound> preparando un ataque de llamas. Welf dirige su mano hacia el monstruo, pero se da cuenta en el último momento de que no podrá efectuar lo que quería a tiempo.

- Tardaste demasiado. - Lili dirige rápidamente su ballesta hacia el lobo en llamas y dispara una flecha directo en uno de los ojos de la criatura, perturbando totalmente su ataque.

Viendo su oportunidad Welf avanza con su espada hacia el <Hellhound>, de un fuerte golpe de su pesada hoja consigue partir al monstruo por la mitad convirtiéndolo en cenizas. El campo de batalla quedó momentáneamente libre de monstruos, Bell envainó sus espadas relajando su postura.

- Creo que lo hicimos bastante bien para ser nuestra primera pelea en los pisos intermedios. - dice Welf con la piedra de monstruo en la mano. Regresando con sus compañeros.

- Sí. Nos las arreglamos para hacer frente a los <Hellhounds> de forma sencilla. - dice Bell.

- Sí - dice Welf.

- De todos modos, busquemos un lugar más abierto. - dice la pallum. Se agacha para recoger la piedra del <Hellhound> que Bell mató. - Si nos rodean no será aquí.... - de repente deja de hablar al escuchar un extraño sonido que viene de su lado, al mirar en la dirección del sonido ve un grupo de tres <Al-mi'raj>

- ¿Sr. Bell?

- Ojos rojos, pelaje blanco... Sí, son pequeños Bells.

¡Mira Bell! ¡Tus familiares!

- ¡No parezco un conejo! ¡Y esos son <Al-mi'raj>! - dice Bell con un poco de irritación.

De repente los <Al-mi'raj> se vuelven agresivos y avanzan contra el grupo de Bell.

- ¡Oh, Bell nos está atacando!

- Los Bells tienen prisa...

- ¡He dicho que son <Al-mi'raj>! - dice empuñando a Maanna.

********************************************************************************

Tras un tiempo de batalla el grupo se trasladó a una zona más abierta, allí acabaron encontrando más problemas de los que imaginaban. Los tres se encontraron rodeados por un gran grupo de <Al-mi'raj>, la Dungeon no les daría ni un minuto de descanso

.

- ¿De dónde han salido tantos? - dice Welf, analizando la situación.

- ¡No tuvimos tiempo ni de respirar! - dice Lili.

- No nos desesperemos. - Bell empuja a Maanna con sus dos manos, su espada se extiende y cambia a su forma nodashi. Sus ojos cambian a un dorado intenso. - Mantenga la formación. - asume la postura.

Los monstruos avanzan sobre el grupo. Tomando la delantera Welf avanza hacia los <Al-mi'raj>, de un fuerte golpe con su espada desbarata la formación ofensiva de los pequeños monstruos matando y dispersando a la mayoría de ellos. Mientras el herrero intentaba abrirse paso, Bell mantenía su postura fija frente a Lili, los conejos venían de todas partes saltando hacia los dos con sus pequeñas hachas en la mano. Con una mirada seria y una postura inamovible el chico balancea su gran espada como la brisa, con movimientos tranquilos y precisos Bell defiende y ataca a todos los monstruos que aparecieron a su alrededor. Lili mantuvo su posición en alerta.

De repente aparece un grupo corriendo contra ellos pasando a través de la visión de Bell. Era un grupo más grande que ellos, uno de los miembros parecía extremadamente herido.

- Perdónanos... - dice uno de los miembros del grupo desesperado.

Pasan a través de la visión del chico y se alejan por una de las muchas entradas y salidas.

- ¿Qué...? ¿¡Eh!? - Bell siente que se acercan numerosas presencias agresivas.

- ¡Ese grupo nos pasó a sus monstruos! - grita Lili advirtiendole a todos.

Desde varias entradas diferentes aparecen varios <Hellhound>.

- ¡Mierda! - dice Welf mirando a su alrededor, el asedio de <Al-mi'raj> no había sido derrotado en su totalidad, ni siquiera había llegado a la mitad, y para empeorar las cosas una gran oleada de monstruos estaba apareciendo poco después - ¿Qué hacemos? - dice el herrero retirándose a su posición inicial.

Bell estaba en conflicto, uno de sus lados le decía que no abandonara la batalla y el otro le decía que se retirara y protegiera a su grupo, la balanza pesaba para ambos. Respirando profundamente y con una mirada seria, Bell toma su decisión:

- ¡Vamos a hacer una retirada!

Los dos asienten y toman posición para retirarse. Los monstruos comienzan a avanzar simultáneamente, Welf intentaba proteger a Lili lo mejor que podía viendo que Bell parecía muy ocupado con los distintos <Al-mi'raj> y <Hellhound>. Viendo que empezaba a tener problemas y que sus amigos también los tenían, el chico no ve otra alternativa y decide no escatimar esfuerzos.

- ¡Liberen la cuarta restricción! - sus ojos brillan con más intensidad desbordando energía. - ¡HAAAA! - en una velocidad vertiginosa, Bell aniquila a los monstruos junto a sus compañeros y abre un hueco entre ellos. Sus ojos pierden su brillo y vuelven a ser los de antes. - ¡Vamos rápido!

Sin perder tiempo los dos siguen la orden de su líder y corren hacia la salida.

Los tres corrieron durante algún tiempo hasta llegar a una especie de puente de piedra gigante. Por desgracia para los aventureros, la gran masa de monstruos los seguía.

- ¡Insistentes hijos de puta! - dice Welf mirando hacia atrás.

Bell se sitúa frente a sus compañeros, sostiene su espada por encima de su cabeza. Mientras tanto, los monstruos comienzan su avance.

- Oh, llamas que protegen. Presente en todo lo que arde. El sol y el brillo que rasgan las nubes. Las estrellas son chispas de tu llama. Protectora de los hombres. La chispa vital de la vida. ¡Quema y purifica los males, ¡Chamas de Agni! - Bell pronuncia las palabras de poder en un <cántico acelerado>, la espada de Maanna se enciende, en un poderoso movimiento de su espada una tormenta de llamas azuladas cubre toda su visión. El fuego engulle completamente a los monstruos que venían hacia ellos.

Después de unos segundos la tormenta desaparece por completo, Bell seguía de pie, pero el brillo dorado de sus ojos había desaparecido por completo volviendo a su coloración escarlata, ese ataque había hecho que llegara a su límite.

- ¿Están bien? - dice Bell en un tono débil pero audible.

- Bueno... Más o menos. - Welf retira su mano del torso revelando una herida.

De detrás de su tasset, la protección del muslo, Bell saca un frasco de elixir curativo y se lo entrega a su compañero.

- Lamento haberte hecho gastar la tuya, Bell. - dice, vertiendo el líquido rojo sobre la herido, el herrero haciendo lo posible por no mostrar dolor ante el escozor de la poción.

- No hay problema. De todos modos, no he utilizado ninguno hasta ahora. - Bell estaba mentalmente agotado, pero no dejó que eso afectara a sus compañeros.

- ¿Está realmente bien, Sr. Bell? Su magia siempre hace que caiga.

- Yo estoy... - Bell se detiene bruscamente mirando hacia la salida.

A ambos lados del puente emergen de las sombras varios pares de ojos.

- No puede ser... - dice Lili con desesperación.

- ¡Estamos rodeados de nuevo! - dice Welf mirando en ambas direcciones.

Varios <Hellhound> comienzan a salir de las sombras haciendo imposible que el grupo cruce por ambos lados. La espada de Bell brilla y cambia a su forma de guadaña.

Los monstruos avanzan desde ambas direcciones, el grupo hizo lo posible por despejar el camino pero los lobos seguían apareciendo uno tras otro. Bell cortaba y empalaba a los <Hellhounds> que aparecían en su camino, incluso sus golpes poseían una estrecha destreza su cansancio culminaba la gran cantidad de monstruos que le impedían salir ileso.

De repente, se produce un fuerte crujido en el techo. Bell levanta la vista con asombro al ver una gran grieta sobre él.

"¿También desde arriba?"

El techo cede y un gran grupo de <Bat Bats> aparece de entre las grandes rocas que se desprendían.

Las rocas caen con todo encima del grupo y los monstruos cercanos, una gran nube de polvo se levanta cubriendo todo el lugar. Los tres estaban caídos en medio del enorme puente, Bell todavía con su guadaña en las manos se levanta con dificultad.

- ¿Welf? ¿Lili? - dice Bell con los ojos entreabiertos, llamando a sus compañeros.

El polvo se disipa. Lili está inconsciente en el suelo mientras Welf tenía la pierna atascada bajo una roca. El suelo comienza a resquebrajarse dando señales de que no soportaría muchos más impactos. Sin darles tiempo para respirar <Hellhounds> comienzan a aparecer por encima de las rocas con bocas ardientes. Al no tener energía para sus ataques a distancia, Bell no ve otra opción que proteger a sus compañeros. Se coloca frente a Welf y Lili e impone su gran guadaña con ambas manos.

- ¡BELL...! ¡NO! - grita Welf al ver el acto desesperado de su amigo.

Las llamas se lanzan hacia el chico de pelo blanco tragándolo por completo, el impacto forma una pequeña explosión que fue suficiente para que el suelo cediera por completo. Los tres aventureros caen sobre el abismo siendo tragados por la oscuridad.

//\\Continuara...//\\

*Swones al habla*

Aquí un nuevo capítulo dónde finalmente aparece el Siempre ardiente, bueno no hay mucho que decir a parte de que según este capítulo dura más o menos una hora y que no olviden señalar algo que crean que se pueda mejorar en la traduccion. Y antes de irme los con.... No sé con qué dejarlos, así que solo pondré un edit bonito y ya.

Salió un edit de Miku hecho por mi, la verdad es de mis favoritos. Ahora sin nada más que decir, este fue Swones, cambio y fuera.

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