14: Run, bunny strange, run.
╭──────────╮
VOL. I | CURSED
E14T1: DEADLY LANDS
Corre, extraña conejita, corre.
🐺🧝🏻♀️🌌⚔️🥀
╰──────────╯
━═━═━═━═━═━═━═━═━
━━━ENTONCES LO ENTENDI:
Ellos me habían seguido hasta allí.
—Fue algo difícil, ¿Sabes? Encontrarte. Eres una criatura muy escurridiza cuando quiere —Continúo el hermano mayor de mi mejor amiga, en aquel tono tan despreciable que usaba para fingir que no me odiaba—. Temíamos que una manada de lobos te hubiera devorado, arrebatándonos así la diversión pero..., aquí estas; viva. Una agradable sorpresa.
—Blair nunca deja de sorprendernos. —Apostillo una segunda voz, haciendo sonar mi nombre como si fuera algo vulgar. Solo bastaron esas cinco palabras, pero reconocí al segundo sujeto como Ben Rider, el mejor amigo de Tomas. Un ser tan horrible como el primero. Permanecía a su lado, como el perrito faldero que era junto a los otros dos. Mellizos, me di cuenta por el parecido—. Realmente es sorprendente lo cuán lejos has podido llegar sin experiencia. ¿Quién lo diría? Hace no menos de dos meses solo eras una tonta que se escondía bajo las faldas de sus hermanas mayores; Hoy, ha sido lo suficientemente capaz de cruzar el Bosque Oscuro sola.
—Nunca estuvo sola. —Dijo Tomas, soltando una risita macabra— Siempre estuvimos detrás. Esperando el momento oportuno para jugar.
—Eso es cierto.
Ellos hablaban..., se burlaban y soltaban insultos contra mi orgullo. Pero al mismo tiempo era como si no pudiera escucharlos. Por mucho que intentara mantener la calma, respirar y pensar con claridad mis siguientes movimientos, era vencida patéticamente por el miedo. Un miedo que siempre habia estado allí, oculto por una máscara inexpresiva. Pero eso no los mantenía a raya, ¿Cierto? El miedo siempre permanecía, especialmente cuando ellos estaban cerca. Y una vez más, me vi atrapada en aquellos callejones de la aldea, conmigo siendo perseguida por aquel despreciable grupo de chicos que gozaban molestarme siempre que tenían la oportunidad.
Tomas Mandray y Ben Rider, los que destacaban del montón, encabezaban la lista de personas que detestaban a morir mi presencia; mi existencia. Solo era verme y no perdían el tiempo en reprocharme mi presencia. Recordarme los defectos que poseía, lo antinatural y monstruoso que era para su gente. Como si yo no fuera como ellos; como si no perteneciera en su mundo. Ellos eran los más crueles y despiadados que, sin importar que tantas veces Feyre y Hazel se hubieran involucrado, siempre buscaban el modo de hacerme saber que estaría mejor muerta.
Y ahora estaban allí..., y yo no contaba con la presencia de Feyre o Hazel para espantarlos.
Trague saliva.
—Oh, pero miren. —Tomas me saco de mi pozo de pensamientos, obligándome a ver como se acercaba a mi yegua. Saeta, como si presintiera el peligro, intento apartarse de su contacto, pero este solo la ignoro y sujeto con fuerza sus correas. La sangre me hirvió por el brusco trato con el que la tomo— Lo mejor de lo mejor para una Archeron, ¿Cierto? Ahora que tu miserable padre ha recuperado lo que alguna vez perdió, no estiman en gastos. Si... es preciosa. —Mientras acariciaba su crin, le echó un vistazo a su grupo por encima del hombro— ¿Alguna vez pensaron que la adorable Blair Archeron seria dueña de tremendo corcel?
Ben, en respuesta, sonrió burlón.
—Creo que ni ella misma lo pudo haber imaginado.
Respira..., me dije. No pierdas la calma. Debía mantener a raya mis emociones. Ellos eran cuatro chicos experimentados y mucho más fuertes que yo. Si reaccionaba a sus provocaciones, probablemente solo me iría peor. Concentración..., sí. Necesitaba concentrarme solo en buscar el modo de salir de aquel lio. Porque si habia algo de lo que estaba segura, es que Tomas y su sequito de amigos no estaban allí para pasar el tiempo amistosamente.
Debía salir de allí.
— ¿Qué ocurre, Blair? —Tomas se dirigió a mí, enarcando una ceja en fingida preocupación— ¿Por qué no dices nada?
—Creo que no le ha gustado nuestra pequeña sorpresa. —Respondió Ben, complacido con la idea.
Tomas acorto la distancia que nos separaba, y era una distancia considerable que me habia permitido al menos respirar. Ahora, con solo un par de metros de distancia, parecia una tarea imposible. El, por supuesto, se dio cuenta de la incomodidad que me producía su cercanía, pero la revelación más que disgustarle, le agrado. Como el puto sádico que era.
— ¿En serio no pensáis decir ni una palabra? —Preguntó, desafiándome con la mirada. Detrás de él, su grupo comenzó a dispersarse. Las antorchas por encima de su cabeza, iluminando la cueva en su totalidad— Me decepcionáis, Blair. En la aldea no paran de decir que finalmente has recuperado el habla. Mi fastidiosa hermana incluso se vio muy contenta por ello... ¡Oh, Madre! Blair ha vuelto hablar, ¡Es un milagro! —Imitó el tono de Hazel con burla, fingida emoción y desprecio; seguramente recordando..., antes de lanzarme una mirada de completo asco— Como si una aberración pudiera tener tal cosa. ¿Milagro? ¡Bah! No me hagáis reír.
A pesar de lo dicho, soltó una gran carcajada, secundada por más risas que provenían de sus espaldas, de los brutos de sus amigos que parecían disfrutar de la situación. Mientras eso sucedía, me vi buscando frenéticamente un hueco para escapar entre sus grandes cuerpos. Tal vez pudiera aprovechar su poca estima a mi inteligencia y usarlo en su contra... Si, tal vez...
—Alguien como tú solo podría tener desdicha. Muerte. —Continuó Tomas, alargando la mano hacia atrás. Un Ben sonriente le paso algo que no pude identificar por la oscuridad. Un objeto que brillo ante la luz de la fogata y las antorchas— Y ya es tiempo de que alguien haga algo al respecto.
Para demostrar así su punto, Tomas alzo el objeto brillante a la altura de su rostro, mostrándomelo.
Por todos los dioses...
Era un cuchillo de caza.
—Oh, es bonita ¿Cierto? —Inquirió, disfrutando enteramente de mi expresión de horror. Y no era para menos. Seguramente se habia notado que la sangre me habia abandonado por completo ante la revelación. Era una sorpresa para mí que aun pudiera mantenerme en pie ante aquella longitud afilada. Tomas movió el cuchillo en el aire, con una expresión de suficiencia mientras decía—: Me pareció lo adecuado ¿Sabes?... Ben deseaba usar una daga. Los muchachos, en cambio, pensaron que una decapitación por espada sería lo ideal. Pero les dije que nada sería mejor que un cuchillo de caza. Después de todo, así fue como cazaron a la mayoría de los de tu clase. Así se cazaban a la aberración inmortal.
Mis ojos se abrieron.
¿Estaba respirando? Seguramente. De otro modo ya hubiera sucumbido ante ellos. Pero bien podría haberme unido a la roca de la cueva, convirtiéndome en pared solida ante mi quietud. El único sonido que captaba a la distancia era el crepitar de la fogata, los constantes resoplidos de Saeta ante la amenaza que representaban los aldeanos y... mi desenfrenado corazón latiendo con fuerza dentro de mi pecho. Tan pero tan fuerte, que podía sentirlo dentro de mi cabeza. Como un martilleo constante que me exigía que hiciera algo al respecto.
Y entonces algo llamo la atención de Tomas, arrugando considerablemente su entrecejo en mi dirección. No obstante, antes de que pudiera averiguar aquello que lo habia distraído lo suficiente como para bajar el cuchillo, ya estaba susurrando:
—Tus ojos... ¿Son diferentes?
¡Demonios! ¡Las lentillas!
Mi cuerpo reacciono al mismo tiempo que el suyo cuando se abalanzo sobre mí. Me sacudí con fiereza en el mismísimo instante que sus brazos me rodearon; pataleando y forcejeando inútilmente contra un cuerpo que no pensaba ser amable con sus agarres. El cuchillo de caza habia desaparecido, pero podía sentir su olor a licor y tabaco. Una combinación asquerosa que me produjo arcadas mientras luchaba.
Sin embargo, Tomas era mucho más fuerte. Me inmovilizo contra la pared con mucha facilidad, sosteniendo con firmeza mis dos manos por encima de nuestras cabezas. De mi garganta resurgió un gruñido frustrante, pero aquello solo complació a Ben y a los otros brabucones que nos miraban.
—El conejito muerde. —Comentó el primero, divertido.
Pero Tomas no opino al respecto. Ni siquiera creí que lo hubiera escuchado.
No... El hermano mayor de Hazel solo podía observarme directamente a los ojos. Tan intensamente que me resulto incómodo. Sus ojos, tan parecidos a los de Hazel pero carentes de calidez y humanidad, inspeccionaron los míos una y otra vez, como si con un solo repaso no hubiese tenido suficiente. Estaba tan absorto, tan embelesado e incrédulo con el verdadero color de mis ojos que simplemente no reaccionaba. Solo buscaba meterse de lleno en lo que sea que le hubiera gustado de ellos. El único rastro de que verdaderamente me decía que permanecía consiente, era el fuerte agarre con el que me sostenía.
Y entonces parpadeo. Y la chispa que encontré en ellos no me gusto para nada.
—Hermoso. —Susurro, tan cerca de mi rostro que pude sentir su asqueroso aliento amargo— ¿Quién lo diría, Blair? Verdaderamente nunca dejas de sorprenderme.
— ¿Qué? ¿Qué pasa? —Ben, detrás de él, sonó curioso y molesto en partes iguales. Como si detestara quedarse al margen de la diversión— ¿Qué tiene?
Tomas ni siquiera se molestó en responderle. El pelirrojo solo tenía ojos para mí, por muy desagradable que esto fuera, así era.
— ¿En serio todo este tiempo estuviste ocultándolo? —En respuesta, volví sacudirme. El, sin dificultad, me retuvo y continuo hablando como si nada— ¿Cómo algo tan horrible, que está destinado a traer destrucción y miseria puede tener un rasgo tan hipnótico? No lo comprendo.
Odio. Le dirigí una intensa mirada de odio. Aunque por dentro la necesidad de escupirle todo lo que pensaba de su persona era aún mayor, me contuve. Era lo suficientemente inteligente como para saber que aquello solo podía empeorar la situación. Y necesitaba tiempo si realmente quería buscar una salida.
— ¿Sabes? Tu hermana Nesta y yo planeábamos casarnos. —Ante aquella informacion, no pude hacer nada más que mostrarme sorprendida. ¿A que venía eso?— Si..., ya era un hecho. La mayor de las hermanas Archeron, la más hermosa y temida por todos los muchachos de la aldea iba a ser mi esposa. —Un brillo siniestro centelleo en su rostro por obra del fuego que nos rodeaba. El me susurraba cada palabra pero, al mismo tiempo, parecia estar en otro sitio, recordando— Yo; Tomas Mandray, casándose con la mujer más codiciada de la aldea. Era mi propio logro personal y entonces... de la nada, ella decidió romper nuestro compromiso.
Me mantuve inmóvil, esperando. De nada me servía forrajear. Y aunque me sabía aquella historia, no trate de hacer algún gesto que lo confirmara. Nesta habia sido implacable con el chico, abandonándolo casi instantáneamente cuando nuestro padre recupero su fortuna. Habia oído que para Tomas aquello fue un golpe demasiado duro. Hazel me hablo de lo mucho que le enfado la ruptura. Pero, para aquel entonces, no habia imaginado que tanto de ese dolor y resentimiento llevaba encima.
—Intente hacerla cambiar de opinión, por supuesto. Pero las cosas no salieron muy bien que digamos. —Soltó una risa carente de toda alegría. Y sea lo que sea que hubiera hecho para poder convencer a mi hermana, no quise sábelo— No pude prever que Nesta fuera tan salvaje como tú. Supongo que es de sangre, quien sabe.
Espera... ¿Qué? ¿Qué le habia hecho a Nesta?
Dejándome llevar ligeramente por mis impulsos, volví a retorcerme. Gruñí, patalee y sacudí cada miembro, cada musculo. Pero por más que empujara mis muñecas hacia abajo y tratara de apartarme de la pared, Tomas se las apañaba para mantenerme quieta con el doble de fuerza.
—Tranquilízate, Blair. Afortunadamente para ti, no pude hacerle nada a tu hermana. —Tomas gruñó en respuesta, como si hubiera adivinado el curso por el que iban mis frenéticos pensamientos; muy pero muy cerca de mi rostro. Su agarre se intensifico de tal manera que logro hacerme algo de daño— Como toda una Archeron, escapo antes de que pudiera probar ese delicioso perfume y, oh dios, ese cuerpo... Una tremenda lastima. —Hubo una pausa. Una pausa que uso para darme un segundo repaso— Pero quizás tú puedas compensarlo.
No...
No, no, no, no...
— ¿Nos dirás que sucede, Tomas? —Grazno un Ben impaciente, ahora molesto— O nos quedaremos aquí mirando cómo le susurras palabras bonitas al oído.
Recordando su presencia, Tomas se apartó de mi cuerpo lo suficiente como para darme un respiro y lanzarles una penetrante mirada a sus amigos, totalmente molesto por la interrupción.
—Dejadme a solas con ella.
— ¿Te habéis vuelto loco? ¡Esto no fue para lo que vinimos!
—He dicho que me dejéis a solas con ella. —Gruño Tomas. Una orden concisa y que no permitía replicas. No era capaz de mirar las expresiones de sus amigos, pero podría jurar que como yo, no daban crédito a lo que oían— Sera solo por un momento.
No, no, no...
Por favor... no me dejéis con él, no me dejéis a solas con él, casi rogué mentalmente, retorciéndome; A los brutos que tenía por amigos, a los antiguos dioses que velaban por mi seguridad, a quien fuera... no importaba. Una pequeña parte de mí solo quería pensar que aquello no era más que una pesadilla. Una pesadilla del que necesitaba urgentemente despertar.
Yo debía despertar.
—Una hora. —Farfullo Ben, a regañadientes. No, no, no...—Estaremos cerca de todas formas. Grita si nos necesitas.
—Probablemente ella querrá gritar tanto que nos terminara invitando. —Se burló uno de los mellizos, riéndose.
Y entonces, para mi horror, dejaron la cueva entre risas y burlas. Por un instante quise gritar, pero presentía que si lo hacía, solo desataría todo el pánico que con mucho esfuerzo me habia dedicado a disfrazar entre mascaras de inexpresividad.
Pero él no podía... Simplemente no podía querer...
—Espero una muestra de agradecimiento, mi querida Blair. —Me dijo Tomas, regresando toda su atención a mí. Me mostro una horrible sonrisa antes de agregar—: He impedido que mis amigos sepan de tu otra... peculiaridad. Espero que estés contenta con eso.
En respuesta, le escupí en la cara.
—Puedes irte al mismísimo infierno, Tomas Mandray. —Susurre cada palabra con todo el odio que sentía hacia su persona. Con tanta rabia e intensidad que, por poco, parecia que las decía otra persona— Eres tan patético que tienes que tomar a una mujer a la fuerza, porque simplemente no puedes conseguirlo de la forma habitual.
El pelirrojo frente a mí soltó una risita al limpiarse con las hombreras de su túnica.
Y luego... Me abofeteo.
«Su padre pega a su mujer y los hijos no hacen nada al respecto», habia dicho Feyre aquella última noche de invierno, refiriéndose al padre de Tomas y su problema que tenía con el temperamento. Si aquello era cierto, entonces no debió sorprenderme para nada que su hijo fuera un prospecto similar.
Adolorida, gire mi rostro nuevamente hacia él, sintiendo como mi mejilla izquierda escocia profundamente. No obstante, me obligue a mantenerme tranquila, como una página en blanco en su presencia. Tomas, por otro lado, parecia a punto de perder la paciencia ante mí; al juzgar por como parecia respirar con dificultad y apretaba la mandíbula. Pero milagrosamente se las arregló para volver a mostrar aquella sonrisa despreciable, acercándose lo suficiente como para rozar su nariz con la mía.
—Te hare cambiar de opinión, Blair. Lo prometo. —Sin previo aviso, una de sus manos abandono el agarre con el que me sostenía para acariciar con vehemencia mi mejilla. La misma que segundos antes me habia golpeado. El esfuerzo que tuve que hacer para no escupirle de nuevo fue descomunal, pero el verdadero terror lo sentí cuando esa misma mano descendió hacia los cinturones de mi túnica— El primero en follar a la muerte... Pero que termino tan interesante, ¿No te parece? Tal vez no pude tener a tu hermana, pero al final si podré disfrutar de una Archeron.
No, no, no.
Debía pararlo.
Debía pararlo, ¡Pero ya!
Con apuro, mis ojos buscaron algo con lo que aferrarme para escapar. Por encima de su hombro pude ver la entrada de la cueva ahora desolada; Saeta permanecía en el mismo sitio de siempre y, por el amor a todo lo bueno, habían dejado mis cosas sin tocar en la montura. Si tan solo hubiera pudiera liberarme..., podría correr hacia Saeta y salir de allí de una maldita vez.
Y entonces vi mi oportunidad.
—Venga, Blair. Lo vas a disfrutar tanto como yo.
No respondí. Me esforcé al máximo en permanecer tan quieta como una estatua, a pesar de la repulsión que sentía, mientras el pelirrojo me despojaba del chaleco de mi túnica, dejándome solo en pantalones y una camisa que dejaba al descubierto mis brazos; Un acto para el que debió primero liberar mis manos y entonces...
Lo patee en las pelotas.
— ¡Hija de pu...!
Lo empuje con todas mis fuerzas al suelo, donde se retorció en gemidos de dolor y maldiciones que, debía admitirlo, podría haberme mandado directito al infierno. Seguidamente me acerque a la fogata, tome un pedazo de leña centelleante en fuego y sin vacilar, se lo arroje a la cara.
El grito que soltó fue desgarrador.
Pero no perdí tiempo escuchándolos. Una vez me vi en libertad, corrí todo el camino rocoso hasta Saeta. Las piernas me temblaban como gelatina por la adrenalina y el frio me caló en los brazos desnudos por la falta de chaleco, pero eso no me impidió montar sobre el lomo de mi yegua como toda una profesional.
—Solo para que lo sepas. —Solté, casi sin aliento, solo para que que él lo escuchara mientras tomaba con firmeza las riendas de Saeta y la hacía retroceder— Tu nunca fuiste el primero.
Tomas, aún en el suelo, gritó una maldición y segundos más tarde los nombres de sus amigos. Sin intenciones de quedarme para recibirlos, le di la orden a Saeta y salimos corriendo de allí.
El viento nocturno nos golpeó con ímpetu. Mis manos sudaban pero sostenían las riendas con fuerzas. Podía escuchar mi propio corazón latiendo con la misma intensidad en la que Saeta se movía por el Bosque Oscuro sin una ruta para guiarse. Pero aquello no impidió que pudiera poner de mi parte y mirar por dónde íbamos. Mis ojos buscaban de una manera casi frenética todos los puntos con los que probablemente podríamos toparnos; Arboles que desaparecían para ser remplazados por unos nuevos. Ramas que impactaban sobre mis brazos desnudos, dejando un picor que por nada del mundo miraría hasta asegurarme de que estábamos a salvo.
Realmente era una faena mirar por donde íbamos, considerándose que era de noche y fácilmente podríamos perdernos o tropezarnos con cualquier cosa. Pero Saeta lo estaba haciendo muy bien; demasiado bien diría yo. Desviaba cada obstáculo en una velocidad impresionante y no parecia tener intenciones de bajar el ritmo de sus movimientos.
Y entonces los escuche:
— ¡Corre, extraña conejita, corre!
Eche un pequeño vistazo sobre mi hombro, encontrándome con el peor de los escenarios.
Los cuatro, también sobre caballos, me seguían por detrás a unos cuantos metros de distancia apenas perceptibles. Tomas iba al frente, pude darme cuenta; con Ben y los mellizos resguardando detrás. Ni siquiera me di el tiempo de pensar en cómo Tomas, con la herida que seguramente le debí haber causado, pudo haber sido capaz de montarse en un caballo. Escapar de ellos; perderlos, se habia vuelto mi máxima prioridad ahora.
Sacudí las riendas de Saeta, ordenándole que fuera aún más rápido. A nuestro alrededor, los árboles se habían vuelto un borrón color obsidiana. El viento siendo cortado por nuestra persecución era lo único que podía escuchar en aquella carrera de supervivencia, además de mis jadeos, donde ellos eran los cazadores y yo su presa.
Y luego empezaron sus gritos:
— ¡Vamos, Blair! —Grito Ben— ¡No nos arruines la diversión!
— ¡Como disfrutaremos despedazarte miembro por miembro, pequeño demonio de cabello blanco! —Grito burlonamente una segunda voz de macho; uno de los mellizos sin nombre.
— ¡Corre, corre, corre! —Soltó el otro, entre risas— ¡Tarde o temprano te cazaremos como la rata asquerosa e inmortal que eres!
Los ignore; me obligue a no seguir escuchando sus amenazas..., o presentía que en cualquier momento mi concentración flaquearía por lo perturbador que estas parecían ser. Lo menos que me apetecía era distraerme. En un momento así, hasta la más pequeña distracción podría costarme la vida.
Y entonces algo brillante paso silbando a tan solo medio metro de mi rostro.
Atónita, me volví a mirar.
Tomas era el más cercano a mi posición, con una expresión que prometía solo una cosa: Muerte. Y solo por un pequeño instante, el suficiente como para notar como la luz plateada de la luna lo enfocaba, pude notar lo mal que lo habia dejado realmente en la cueva. La mitad de su rostro estaba opaca, chamuscada y marcada en todos los lugares en las que el fuego hizo su efecto. Era una sorpresa que aun pudiera mantenerse erguido sobre ese cabello. Debía dolerle una barbaridad.
— ¡Ni creas por un segundo que saldrás viva de esta, maldita! —Espeto en un grito furioso, para seguidamente lanzar otro objeto brillante en mi dirección.
Reaccionando una fracción de segundo más tarde, obligue a Saeta hacerse un lado, desviando el cuchillo de caza tan solo por unos pocos centímetros. Para aquel entonces, hasta respirar parecia algo complicado.
Tenía que buscar un modo para quitármelos de encima.
Mire nuevamente al frente, buscando el mejor modo de perderlos por entre tantos árboles mientras seguía desviando cuchillos que entre los cuatro lanzaban a diestra y siniestra, sin vacilar. La oscuridad era mi mejor aliada en aquella carrera. Y ahora que no llevaba las lentillas encima, tenía una mejor visión periférica de lo que me rodeaba. No tenía límites; podía moverme con libertad sin miedo a fallar.
—Vamos, Saeta. —Murmure al animal, acariciando momentáneamente su crin en modo de aliento, antes de agarrarme a sus riendas con fuerza— Demuéstrame que tan rápido puedes correr.
Y como si realmente pudiera entenderme, Saeta intensifico sus movimientos cuando se lo ordene. Para aquel entonces, mi cuerpo era una masa gelatinosa que se movía de un lado a otro, con los brazos desnudos y el rostro lleno de rasguños producidos por las filosas ramas con las que me topaba; el cabello bailando salvajemente con el viento. No sabía cuánto tiempo teníamos en aquella situación, pero tanto Saeta como yo jadeamos por el esfuerzo. En algún momento tendríamos que detenernos.
Y entonces ocurrió algo extraño.
Por un pequeño instante, algo parecido a la resistencia me empujó con fuerza hacia atrás. Eso; junto con un pequeño cosquilleo que hormigueo cada centímetro de piel desnuda a la vista, me aturdió por segundos.
¿Qué demonios...?
Lo siguiente que sucede ocurre tan rápido que apenas mi cerebro es capaz de procesarlo. No sin perder valiosas partes en el proceso. De la nada, Saeta suelta un relincho que me parece más un grito, se yergue en sus patas traseras; levantándome. Y por mucho que hago de todas las fuerzas que me quedan para aferrarme de la montura y evitar así caerme, no lo consigo. La gravedad juega en mi contra y termino tirada en el suelo...
Donde algo mucho más duro que la tierra me espera e impacta contra mi cabeza. Puedo escuchar un crack y, luego, todo comienza a darme vueltas. Muchas, muchas y muchas vueltas.
Oh, por amor a los dioses.
Trato de incorporarme. Pongo cada gramo de mi fuerza para mover siquiera un musculo, pero no consigo hacerlo. Mi visión por un momento se ve afectada por cientos de puntos negros que danzan sobre mí, oscureciendo ya de por si la imagen del bosque y amenazando con arrastrarme a la penumbra. Lucho para no cruzar aquel umbral incierto. Lucho con cada célula de mi cuerpo para evitar caer en la inconciencia.
— ¡Eso, tomas! —Grita alguien... No logro identificarlo. Bien podría haber sido uno de los mellizos— ¡Le has dado!
¿Dado? ¿Qué me han dado?
Pasos, escucho pasos que se acercan sobre pasto seco y al mismo tiempo, parecen que también se alejan. ¿Qué demonios me pasa? Debo levantarme... pero demonios, el dolor palpitante en mi cabeza duele..., duele demasiado.
— No a ella directamente, pero sí. —Tomas, aquel habia sido Tomas. Sonaba satisfecho consigo mismo— Lastima que su yegua haya tenido que recibir la peor parte.
—Sí, era muy hermosa. Pudimos haberla vendido a un buen precio en el mercado.
Gemí, adolorida.
No..., Saeta... ¿Qué le ha sucedido a Saeta? ¿Qué le habían hecho a mi yegua?
Intento incorporarme. Clavo los codos en el césped húmedo en busca de apoyo para levantarme. No obstante, solo el esfuerzo logra que el Bosque Oscuro a mi alrededor de vueltas. Muchas vueltas que me llevan de regreso al suelo. La cabeza, en respuesta, me vuelve a palpitar dolorosamente.
—Creo que se ha dado un buen golpe.
—Eso le pasa por haberse querido pasar de lista con nosotros. —Entonces lo veo; Su rostro a pocos centímetros del mío, mostrando una mueca burlona: Tomas— Eh, Blair, ¿En serio creíste que podías irte así como si nada?
—Ehhh... ¿Tomas?
—Pagaras por lo que le hiciste a mi rostro. —Continúo diciendo el pelirrojo, mostrando los dientes e ignorando por completo a sus amigos. Y yo no pude ver con exactitud cuándo o como, pero ya tenía un cuchillo de caza en la mano— Sucia escoria del infierno, finalmente ha llego tu fin.
—Tomas, creo que...
—Tu muerte será una bendición para todos nosotros. —Alzo el cuchillo a la altura de mi pecho, pero el miedo que minutos antes habia sentido simplemente ya no estaba. Podría ser un efecto de que realmente estaba perdiendo la conciencia por aquel golpe, no lo sabía, pero fue reconfortante ya no sentir más miedo. Disfrute plenamente de la sensación— Aquí y ahora, término definitivamente con los de tu especie.
— ¿Tomas?
Una pausa y luego, un gruñido por parte de mi verdugo.
— ¿Qué demonios quieres, Ben?
— Mira a tu alrededor.
Otra pausa. Y luego:
— ¿Qué es esto?
— ¿Dónde...Dónde estamos?
—Creo que, sin darnos cuenta, hemos cruzado el muro.
Una pausa más larga, en lo que me parece escuchar exclamaciones y una serie de insultos.
—Eso... eso es imposible.
—No, no lo es. —Aún en medio de un estado consiente e inconsciente, pude reconocer el desagradable tono de Ben. Parecia... ¿Nervioso?— Mira los árboles, Tomas ¿No sientes la magia en el aire? ¿El olor metálico que te quema en la nariz? Esto solo se puede sentir en Prythian.
¿Prythian? ¿Estábamos en Prythian? Finalmente... ¿Habia logrado cruzar el muro?
Hice un amago de moverme, pero el más mísero esfuerzo me mareo y dolió en partes iguales. Una vez más, termine recostada sobre aquella dura superficie, con los puntos negros danzando alegremente delante de mi visión. Apenas si podía alcanzar a ver árboles. Copas y copas de árboles en medio de una oscuridad infinita. Pero, fuera de eso, no sentía nada diferente.
—Tomas, tenemos que irnos. Ahora.
—No. No podemos dejarla aquí. Debemos...
—La asesinaran de todos modos. —Espetó alguien— Mejor que se entretengan con su sangre que con la nuestra.
—Sí, Tomas. Ben tiene razón. —Las voces comenzaban a parecerme confusas, lejanas, como ecos que chocaban sobre una superficie y regresaban en menor volumen. Casi no podía interceptarlas— Debemos irnos; no pienso convertirme en comida de Inmortales y...
—Esperad. ¿Habéis escuchado eso?
— ¿Qué? Yo no he oído nada.
—Yo si que he oído algo.
Una serie de palabras incoherentes, y luego:
—Muchachos... como que presiento que no estamos solos.
—Vamos, Tomas. —Ese habia sido Ben, adivine muy vagamente. Para aquel entonces, incluso ver se habia vuelto imposible. De pronto me vi envuelta en la deliciosa sensación del cansancio y el deseo de dormir por, quizás, ¿Toda una vida? Me parecia una idea muy atractiva— Dejadla y vámonos.
No escuche la respuesta de Tomas, pero debió ser afirmativa, puesto que ya no lo sentía sobre mí. Tampoco podía escucharlos. O quizás ya me habría clavado el cuchillo en el pecho y sea lo que sea que estaba pensando no fuera más que delirios antes de cruzar el umbral de la otra vida. Si, probablemente era eso. Entonces... ¿Estaba muerta? ¿Así era como se sentía estar muerta? Dolor mezclado con gotas de consuelo; con una paz que adormecía todos y cada uno de mis sentidos. ¿Así debía sentirme?
Intente por todos los medios enfocar al menos mi visión, encontrándome con un cielo nocturno con muchas, muchas estrellas que centellaban como pequeñas luciérnagas sobre mí como resultado. Brillantes, pacíficas y solitarias. Un espectáculo precioso que no fui capaz de notar antes pero que ahora era lo único que me apetecía contemplar para sentirme tranquila, en paz conmigo misma.
Feyre, pensé de pronto... Oh, Feyre. No habia podido encontrar a Feyre. Habia fallado como hermana en mi misión de traerla de regreso. Habia fallado estrepitosamente en la promesa que me habia hecho, la misma mañana en la que desperté y no la habia encontrado.
Un fracaso de muchos, me dije. Pero, ¿Debía sorprenderme? En lo absoluto. Habia sido muy ingenua al pensar que podría lograrlo, pensar que podía cruzar el muro que me dividía con los inmortales y rescatar a mi hermana. A duras penas me encontraba dentro del territorio y el resultado era tan penoso... tan humillante. Habia sido tan cobarde como para no defenderme de los brabucones con algo más que débiles golpes y una patética persecución. Suponía que sería de lo único que me arrepentiría por siempre; No haberlo intentado de verdad. Eso, y no poder haber salvado la vida de aquel lobo...
El lobo...Oh, pobre lobo de pelaje gris... Hermoso lobo de ojos dorados como el oro que en ese momento parecían mirarme intensamente, como si de algún modo hubiera escuchado mis penosos pensamientos y hubiera decidido no dejarme sola al cruzar el portal de la otra vida. Me alegró tanto verle que, por un instante, tuve deseos de sonreír.
«Perdóname», quise decirle, con lágrimas sin derramar detrás de los parpados.
El lobo parpadeo, intensificando su mirada a una que no pude identificar.
«Perdóname tú a mí», escuche que respondía, en aquel tono tan lastimero de cuando habia sido objetivo de una flecha.
Y entonces ambos nos sumergimos en la oscuridad de lo conocido e incierto, donde nunca más volverían hacernos daño.
━═━═━═━═━═━═━═━═━
Publicado: 24/08/2022
Correcciones: NO
Maratón: 2/2
NA: ¡Hola de nuevo, querido lector!
━━━BUENO... REALMENTE NO TENGO MUCHO QUE DECIR, además de disculparme por haber actualizado hoy y no ayer. Verdaderamente no pude traer este capitulo hasta hoy por problemas técnicos en mi ciudad y... bueno. No me concentro en el tema porque realmente tenemos muchas cosas mas importantes que tratar con respecto a la historia.
Porque...joder, ¿Qué onda que este final? Es que aun no soy capaz de procesar todo lo que sucedió en tan solo unos cuantos párrafos. ¿Ustedes si? Porque necesito oxigeno con urgencia. ES QUE NO, NO, NO, NO. MATENME POR ESCRIBIR SIQUIERA ALGO ASI.
No, no, no, pero que fuerte... ¡Que fuerte! Estaba super emocionada con mostrarles ya este capitulo, pero ahora solo puedo sentir rabia. Es que escribir tanto sufrimiento para Blair es tan doloroso. Me dan muchas ganas de agarrar a todo aquel que quiere lastimarla y picarlos en trocitos super chiquitos. Es que noooooo. Que frustrante. Díganme que no soy la única que se encuentra en la misma situación. -inserta emoji llorando-
¿Y bien? ¿Cuál ha sido su parte favorita? La mía ha sido cuando Blair le ha pateado sin tapujos las sucias pelotas del Tomas. JAJAJAJAJAJA Lo siento, pero es cierto. Disfrute mucho esa parte. Se lo merecía el webon.
Y segundo, pero no menos importante... AHORA QUE HEMOS TERMINADO CON EL PRIMER ACTO ¿Qué sienten? ¿Qué piensan? ¿Qué opinan sobre todo en general? Preciosas, han sido los catorce capítulos mas largos de mi vida; con muchas cosas interesantes, revelaciones inesperadas, drama entre hermanas, separaciones dolorosas, expediciones alocadas y sufrimiento del bueno. Necesito sabeeeeeer para no sentirme tan patética escribiendo tantas locuras. Vengan, no sean malitas que no muerdo.
A menos que me digan que ACOTAR es malo. Ahí si mato.
A PROPOSITO, se me olvidaba decirles, pero quien logre darme una teoría lo suficientemente acertada del capitulo 15, se lleva la dedicación de dicho cap. Así que si eres una personita creativa y que ama armar conjeturas, ¡Este es tu momento de brillar!
────────────────────────
BUENO, BUENO, BUENO, regresando al modo serio... porque la situación lo amerita. En el capitulo anterior dije que iba a dejar un testamento Y PIENSO CUMPLIRLO:
Primero que nada, quiero agradecer profundamente a las hermosas personitas que me han acompañado a lo largo de todo este primer acto. Me encuentro super agradecida con todos ustedes, en serio. No encuentro palabras suficientes para describir tanto amor y apoyo por la historia. Comenzamos esta aventura siendo solo dos personas como mucho, pero hoy en día somos mas, muchos mas. Y eso me pone muy muy muy feliz. Que le den una oportunidad a esta historia, por mas que sea un fanfiction, significa todo para mi. Y no tengo miedo de decir que todo el éxito obtenido hasta ahora es gracias a ustedes. UNICAMENTE por ustedes.
¡Gracias, gracias, gracias!
También quería decirles que, por mas que hayamos terminado un acto, eso no quiere decir que las cosas hayan cambiado. LA EMOCION, LOS SECRETOS, LAS REVELACIONES Y EL DRAMA seguirá estando allí, incluso con mucha mas intensidad que antes porque HELLO, NOS FUIMOS A LA TIERRA DE LOS INMORTALES. Donde todo puede pasar... Ahora mas que nunca las cosas se pondrán muy buenas, lo prometo. Lo que hemos visto en el primer acto no es solo mas que la superficie del iceberg; solo un ligero raspón para dar una probadita. Si no llego a impresionarlas en ningún capitulo del segundo acto, les juro que me cambio el usuario por uno bien penoso y humillante. MUAJAJAJAJA
────────────────────────
Y bueno... ¿Listas para lo bueno? PUES NO OLVIDEN ESTO:
1. No me hago responsable de partideras de risas o sentimientos de rabia que te pueda generar una escena o personaje en especifico. Es mas, repartimos bates y metralletas para aliviar el deseo de asesinato.
2. No me hago responsable si en algún momento tu corazón comienza a latir desenfrenadamente por la aparición de cierto personaje masculino esperado durante todo el libro... ¿O eran dos apariciones?
3. No me hago responsable de enamoramientos intensos y corazones rotos. Podemos darte una curita y un pañuelo como consuelo, además de un asiento VIP con la autora para que puedas descargar todo el sentimiento de tristeza y los mocos.
4. No me hago responsable si al final del segundo acto quedas con ganas de mas. Porque seguramente así quedaran.
Y por ultimo, pero no por eso menos importante:
5. No me hago responsable si CURSED: A Court of Lost Souls (Maldita: Una Corte de Almas Perdidas en español) termina adueñándose de tu corazón, hasta el punto de no querer soltarlo jamás. Si Blair ya se gano su corazón, esperen a conocer al resto.
¿ESTAS DE ACUERDO CON TODO ESTO?
Si tu respuesta fue Si, entonces... ¡No se diga mas!
¡QUE COMIENCEN LOS JUEGOS DEL HAM...! digo ¡QUE COMIENCE EL SEGUNDO ACTO!
─━━━━━━⊱☠️⊰━━━━━━─
Votos necesarios para actualizar: 20
Si llegamos antes de que se termine la semana, junto con el acto publico el capitulo 15 y además, les traigo una sorpresita bien criminal que he estado preparando para la historia.
¡Hasta el próximo capitulo!
ATT: Lux. 🧡
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro