Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

13: Lost and found.

╭──────────╮
VOL. I | CURSED
E13T1: DEADLY LANDS
Perdida y encontrada.
🐺🧝🏻‍♀️🌌⚔️🥀
╰─────────╯













━═━═━═━═━═━═━═━═━






━━━TRES DIAS Y DOS NOCHES MÁS TARDE, la repentina efusividad con la que alguna vez habia comenzado mí desenfrenada; además de alocada travesía, ya no existe. En su lugar, ahora solo queda una terrible sensación de vacío que arrastra mis esperanzas hasta lo más profundo de mi desdicha personal. Un agotamiento tanto físico como mental que me empuja hacia abajo, rogándome por una rendición, un descanso. Pero por más que mi cuerpo me lo exija, no lo hago; me rehusó completamente.

  Con lo que me parece un esfuerzo inmenso, me obligo a permanecer erguida sobre el lomo de Saeta, que sigue galopando a un ritmo constante sobre la tierra húmeda y helada del Bosque Oscuro. A nuestro alrededor, el hedor terroso y amargo del musgo es intenso. Tan intenso como se debe ser cuando se está en el corazón de la naturaleza que, por un momento, decido llenar mis pulmones de aquel refrescante oxígeno, intentando absorber su pureza por encima de la desagradable sensación que me embarga. Pero desafortunadamente el resultado no es el deseado. La frustración sigue allí; tan firme como los gruesos troncos que me rodean. Y la situación solo empeora cuando me percato de una cosa:

  Esta oscureciendo.

  Hecho un vistazo al cielo, encontrándome con esponjosas nubes rosadas sobre un cielo anaranjado en constante cambio. Poco a poco, el bosque que me rodea va perdiendo su brillo, oscureciéndose a medida que el sol se oculta por el horizonte, marcando así el fin de un nuevo día de fracaso personal. Una última entonación por parte de las aves, que sobrevuelan por encima de las copas de los árboles con intenciones de refugiarse en sus nidos, e instantáneamente tenso las riendas que rodean a Saeta, ordenándole detenerse.

  Una respiración..., y enseguida tenía el arco color obsidiana en la mano; Dos respiraciones más..., y me encontré tensando la flecha en dirección al cielo de cálidos colores. El silbido de esta al salir disparada fue lo único que rompió el tenso silencio que me habia estado acompañando desde entonces. A la siguiente respiración, una masa pequeña cayó estrepitosamente a través de cientos de ramas antes de impactar en un sonido sordo contra la tierra. Saeta soltó lo que me pareció una exclamación de sorpresa.

  Por unos breves segundos, solo puedo permitirme contemplar mi pequeña hazaña, perdiéndome inconscientemente en la laguna de recuerdos de hace ya un par de meses...

...

...Una flecha siendo disparada en plena tarde de invierno, deslizándose a toda velocidad por el aire hasta perderse en la distancia, muy pero muy lejos de su objetivo. Un fracaso de muchos.

—Está oscureciendo, Blair. —Se habia quejado Hazel, apoyada y de brazos cruzados sobre un tronco hueco. Su expresión denotaba cansancio— ¿Podemos continuar con las lecciones mañana? Las ventiscas invernales son un infierno al caer la noche.

  No respondí; La garganta no habia parado de dolerme desde aquel entonces, cuando habia forzado al máximo mis cuerdas vocales para llamar a mi hermana en aquel desespero de impedir que se fuera. Por lo tanto, me limite a tomar una segunda flecha del montón.

  Hazel, a verlo, puso los ojos en blanco y miro al sujeto a mi izquierda.

—Isaac, dile algo a la señorita o terminaremos todos sin extremidades.

  Isaac Hale me lanzó una mirada cautelosa, como si estuviera considerando la posibilidad de hacerme cambiar de opinión con el pésimo humor que llevaba encima. Verlo siquiera; con el cabello castaño despeinado por causa del viento, ojos caídos por el cansancio y mejillas sonrojadas por el frio era un eterno recordatorio de que mi hermana habia desaparecido para siempre.

  Pues, de otra forma, no estaría allí; instruyéndome al tiro con arco.

  Convencer al peculiar amigo de mi hermana a enseñarme a usar una de las armas más mortíferas para la caza no fue tarea sencilla. A pesar de que Feyre habia sonado muy segura al mencionar que Isaac podía enseñarme lo básico en el área, nada se habia mencionado sobre tiro con arco. Al menos, no con mi nula experiencia y mi impresionante habilidad en perder flechas en cada disparo. Habia sido falta dos días enteros de ruegos por mi parte, un día entero de amenazas por parte de Hazel y un puñado de monedas de oro para conseguir siquiera una primera clase. Y habia sido tan mala que por poco dejaba al pobre chico sin ojo cuando intento explicarme donde colocar la flecha.

  Luego de eso se necesitaron dos puñados de monedas de oro para volver a reunirnos.

  Por supuesto, no podría decir que Isaac fuera una figura muy experimentada en el tema. Tratándose del primogénito de un granjero, al que muy pocas veces necesitaba del bosque para alimentarse, no me habia extrañado. Pero francamente era mucho mejor que otros chicos de la aldea. Probablemente porque habia sido instruido por mi hermana en primer lugar, quien extrañamente erraba sus tiros. De cualquier manera, el esfuerzo invertido habia dado sus frutos. Pues dos semanas más tarde, luego de aquel primer incidente, habia logrado aprender lo básico en técnica y postura; tenía un decente equilibrio a la hora de levantar el arco a la altura de mis hombros y una envidiable precisión al colocar la flecha en su sitio.

  No obstante, con lo que respectaba a la puntería... habia dejado mucho que desear.

—No te estas concentrando lo suficiente. —Fue todo lo que dijo Isaac, alzando su mirada oscura hacia el punto por el que habia desaparecido la flecha. Chasqueo la lengua— Si te sientes cansada tal vez podamos seguir en otro...

—No. —Espete, tomándolos por sorpresa. A él y a Hazel, quienes se habían encogido al notar el grado de mi dolencia vocal. O quizás fuera aquel tono casi monstruoso con la que habia pronunciado la negativa: Rasposa, grave y entrecortada; así sonaba. Una secuela por haberme exigido demasiado con cinco años de silencio absoluto. Quise arreglarlo aclarándome la garganta, pero el dolor punzante que dejo me hizo formar una mueca. Decidí entonces intentarlo de nuevo—: Quiero..., quiero seguir... intentando.

  No quería revelar que la razón por la que en realidad me resultaba tan complicado fijar un objetivo claro eran aquellas molestas lentillas de plástico. Mirar cosas de cerca era tan fácil como respirar, realmente no me producía un gran esfuerzo. Pero cuando tu instructor improvisado, que desconocía completamente tu más escandalosa rareza física, te reta a lanzar una flecha a no menos de cinco metros de distancia, con un objetivo tan pequeño como una manzana al otro lado del campo abierto de árboles..., pues, terminas errando cada tiro; perdiendo valiosas flechas en el proceso además del orgullo.

  Y es que para una persona como yo, que ha estado usando todo tipo de suplemento para ocultarse durante toda su vida, debería ser como una segunda naturaleza, una costumbre mirar a través de aquellas diminutas piezas de plástico. Pero no era así. La realidad era otra: Las lentillas eran molestas la mayoría del tiempo. Punto.

  Reprimí una mueca cuando una décima quinta flecha se perdió en el horizonte, sin acercarse en lo más mínimo a su objetivo. Mire nuevamente aquel estúpido árbol carente de hojas, cuyo circulo blanco pintado por Isaac en tiza, parecia burlarse de mí.

— ¿Y si usamos a Isaac como blanco de tiro? —Sugirió Hazel, mirando también el mismo recorrido por el que habia desaparecido la flecha antes de lanzar una sonrisa maliciosa al castaño a mi lado— Podría ser un excelente incentivo, ¿Qué dicen?

...

  Sacudí mi cabeza, deshaciéndome de los recuerdos de un plumazo mientras me concentraba en el presente..., donde el pequeño ave de colores azules permanecía inerte sobre un puñado de hojas secas color café; La flecha, aun enterrada en su cuerpo. Si bien no habia sido un acierto tan limpio como cuando Feyre habia disparado en contra de aquel lobo hace tantos meses, podría considerarse un trabajo relativamente decente. Eso creía. Al menos habia dado con la finalidad de aquello: Cazar mi próxima comida.

  Desmonte a Saeta; movimientos pesados que reflejaban así mi agotamiento. Y mientras mi querida compañera animal aprovechaba el pequeño descanso para buscar su propio sustento de la tierra, me encargue del ave muerta; Lo tome, envolví en un pañuelo y guarde en uno de los tantos bolsillos de mi montura. Solo entonces me permití dar un repaso a la vegetación que me rodeaba, deteniéndome por más tiempo en aquellas zonas que parecían oscurecerse de tal manera que, hasta las hormigas parecían listas para guardar silencio ante la presencia de los posibles peligros que se ocultaban de noche.

  Incluso allí. Incluso ahora, podría jurar que algo en la penumbra me habia devuelto la mirada de una manera que me resulto inquietante. De manera casi inconsciente, me lleve una mano al helado medallón de plata que descansaba sobre mi pecho. Un acto de consuelo.

—Haz todo lo posible por atravesar el bosque siempre con luz de día. —Me habia dicho Isaac una vez, en uno de nuestros tantos encuentros— La oscuridad no es nuestro aliado para la caza. Si hay algo grande allí afuera, lo suficientemente listo como para evitar la luz y ser detectado con facilidad, te recomiendo ocultarte antes de que el sol caiga y te conviertas en su cena.

  Esa orden si la habia aprendido en un santiamén.

—Vamos, Saeta. —Murmure a la gran yegua torda que me acompañaba, aferrándome firmemente a la montura para volver a subirme en su lomo de un salto. Ella, en respuesta, se irguió levemente en sus patas trasera— Encontremos nuestra próxima parada para descansar.

  Por suerte, un pequeño riachuelo semi-congelado me condujo a lo que parecia ser la entrada de una pequeña cueva cubierta de inmensas rocas y ramas. Los últimos rayos de luz diurna me acompañaron mientras le daba un minucioso repaso al interior, asegurándome de que estuviera desocupada antes de adentrar a Saeta y asegurarla en un espacio lo suficientemente plano para que pudiera estar cómoda entre tantas rocas y raíces.

  Y entonces la noche nos arropo con su tranquila oscuridad, sumiendo todo a nuestro alrededor en un pacífico campo nocturno.

  Lo siguiente que hice fue encender una pequeña fogata para entrar en calor. Generalmente, solo las encendía para poder cocinar las presas que cazaba, puesto que hasta la más insignificante llama de luz o el más grande humo podría ser el imán perfecto para atraer la atención indeseada de algún individuo del exterior. Por lo tanto, me apresure en desplumar a la pequeña ave mientras el fuego incrementaba su tamaño.

  Saeta, por otro lado, permanecía obedientemente en el mismo sitio en el que la habia dejado, pero golpeaba con fuerza el suelo rocoso con uno de sus cascos. Un pequeño signo de insistencia por algo.

  Y luego lo recordé.

—Oh, Saeta, cuento lo siento. —Hablar con los animales se habia vuelto una costumbre al descubrir que estos podían ser mucho agradables que la prejuiciosa servidumbre de la mansión— Ahora mismo te doy de comer.

  Con el ave cocinándose por encima de las llamas de la fogata, me levante y me acerque a su montura. De allí saque el pequeño saquito de cuero que Hazel me habia traído del mercado más cercano del pueblo. Y no pude evitar una mueca al mirar su contenido. Pues aunque en un principio habia estado hasta rebosar de manzanas verdes y rojas, con el pasar de los días las cantidades se habían visto parcialmente reducidas a solo un par de ellas. Mentiría si dijera que aquello no me preocupaba en lo absoluto.

—Toma. —Alce una brillante, además de jugosa, manzana roja a la altura del hocico de Saeta, que a buen gran la recibió; totalmente satisfecha de comer algo completamente diferente a la vegetación del bosque— Solo quedan unas cuantas, chica. Debemos reservar de ahora en adelante.

  El impotente animal me miro con sus grandes ojos oscuros mientras disgustaba su merienda. Si me habia entendido o no, no lo sabía. De lo único que si estaba consiente es que tarde o temprano su estómago rogaría por algo mucho más nutritivo y pesado que una simple manzana. Y yo debía hacer algo al respecto.

  Dejando el pensamiento para otro momento, volví a guardar el saquito de cuero en los bolsillos de la montura..., solo para hallar de camino el mapa que me habia dado Hazel antes de partir; el que le habia entregado la cazadora con la ruta directa hasta el Gran Muro encantado de Prythian.

  Como si estuviera recibiendo una señal del mismo universo o de los antiguos dioses, decidí sacar aquel pedazo del papel de aquel agujero negro y revisarlo como único método de distracción mientras mi apetitosa cena se cocinaba a unos pocos metros de distancia.

  Sentada sobre la superficie rocosa, con el mapa minuciosamente extendido con pequeñas rocas frente a mí, contemple el arte dibujado del Bosque Oscuro y la pequeña franja roja que la cazadora habia trazado hasta lo que ella suponía, era uno de los tantos agujeros que se usaban para entrar y salir de Prythian. Para mi mala fortuna, habia estado rondando por el aquel bosque más días de lo que se hubiera pensado en un recorrido hasta las tierras inmortales. Las leyendas relataban que se llegaba en máximo dos días a cabello; pero parecia ser que la regla no se aplicaba conmigo, considerándose que aquella seria mi tercera noche en territorio desconocido.

  Una mueca se pintó en mi rostro. La sensación de fracaso no era para nada disfrutable. Pero no importaba que tanto mirara mi brújula y siquiera las indicaciones de un mapa hasta el cansancio. El muro simplemente... no aparecía. O no le apetecía aparecer ante una insignificante humana; seguramente no era lo suficiente excepcional como las criaturas que lo habitaban. Si, aquella podría ser una razón lo bastante lógica para disfrazar el hecho de que habia fracasado.

  Furiosa, me despoje de las molestas lentillas de plástico, no dispuesta a seguir mirando todo a través de aquellas paredes difuminadoras. La liberación fue instantánea; Un aire fresco que reconfortaba y aliviaba todo malestar producido por horas y horas de viaje. Mire con mejor alcance el pedazo de papel frente a mí, extendiéndolo y quitando ligeras capas de tierra, como si con eso pudiera revelar mágicamente el camino hacia el muro. Y no me importaba. Si debía mirarlo hasta calcinarlo con la mirada, lo haría. Rendirme no era un plan en consideración.

  El mapa era una representación exacta de nuestro continente, formado por una gran extensión de tierra que se extendía por una gran parte del océano pacifico, informando en toda su totalidad los distintos pueblos y lugares de gran importancia que poseíamos en todo el lado sur; El lado de los mortales. Éramos tan solo una pequeña mancha de lodo en comparación con el gran territorio que era Prythian. Mis ojos recorrieron toda su longitud vacía, sin ningún tipo de información más allá del título que poseía. Algo completamente común, cuando aquellas tierras al otro lado del muro no eran conocidas por ningún humano que pudiera pintarlo en sus mapas. Prythian era secreta para todos los mortales, sin excepción. Quien sabría con lo que me pudiera encontrar una vez cruzara el muro..., si es que lograba encontrarlo.

  Y de pronto una rama crujió a mi izquierda, paralizándome.

  Demasiado lenta..., demasiada vacilación por mí parte y no habia sido capaz de levantarme del suelo antes de que ellos entraran. No habia sido lo suficientemente rápida para interceptar a tiempo el arco que descansaba firmemente en la montura de Saeta. No habia sido lo suficientemente rápida para tomar nada más que una sencilla roca para defenderme.

  Un error del que probablemente me arrepentiría por el resto de mi vida.

  Lentamente me di la vuelta, encarando a las cuatro figuras masculinas que habían entrado y me miraban con aires de suficiencia al otro lado de la cueva, perfectamente posicionados de forma que me bloqueaban la entrada y probablemente mi única salida. Vestidos completamente en tonalidades oscuras, con algunas antorchas encendidas en sus manos para iluminar su camino; parecían sacados de un cuento de terror. Mi propio cuento de terror. Y yo no habia sido lo suficientemente hábil como para haber previsto su llegada.

  Mi mirada entonces choco con la de aquel rostro familiar; el sujeto que parecia liderar el grupo y tenía una sonrisa aún más marcada que la de los demás. Su cabello pelirrojo era tan característico..., tan difícil de olvidar. Sobre todo cuando se trataba de uno de los peores seres humanos que pudieran haber pisado la tierra.

  Tomas Mandray.

  El hermano mayor de Hazel.

—Hola, Blair. —Saludo, encantado de ser el responsable de mi terror. Por un instante olvide como se respiraba— Escuchamos que estarías de expedición por el Bosque Oscuro y... no lo sé, pensábamos que te gustaría un poco de compañía.






































━═━═━═━═━═━═━═━═━

Publicado: 23/08/2022
Correcciones: NO
Maraton: 1/2






NA: ¡Hola de nuevo, querido lector!

━━━¡YA SE! ¡YA SE! Debí haber publicado este capitulo hace un siglo. Pero es que he estado tan liada últimamente con los deberes de mi vida real que simplemente se me hizo imposible. Además de eso, he estado corrigiendo un poco este capitulo para poder sorprenderlas ahora que nos despedimos de este primer acto. Aunque el borrador final estaba prácticamente listo, decidí pulirlo un poco; agregando y quitando ciertas cosas que me parecieron necesarias. Y por eso tengo que darles un pequeña noticia sobre esto:

Este capitulo NO es el ultimo del primer acto.

Ay, ya lo se, ya lo se. Se suponía que este iba a ser el ultimo. Pero mientras editaba, me di cuenta que el capitulo original contaba con mas de 6000 palabras (¡6000 PALABRAS!) Eso era demasiado. Lo vi demasiado largo para traerlo de golpe así como así. Por esa misma razón, decidí dividir el capitulo en dos partes y publicarlos en un mini maratón para ustedes. Así no se les hace tedioso y así podemos despedirnos de este primer acto con estilo. ¿Les parece?

Pero volviendo a lo interesante... ¿Alguien mas tiene ganas de darle a Tomas con un bate o solamente soy yo? Necesitamos recolectar firmas para darle por el clo a ese man. AHHHHHH.

No me quiero seguir alargando, puesto que aun nos queda un capitulo para terminar. Allí dejare mi testamento, prometido. Por el momento, ¿Algún comentario con respecto a este capitulo en particular? No olviden que amo leer y responder cada uno de sus mensajitos llenos de amor.





¡Hasta el próximo capitulo!
ATT: Lux. 🧡

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro