15•
La brisa salada golpeaba de una manera sutil y hogareña a las personas que por la playa caminaban. Eran alrededor de las 12:00 M, y los rayos del sol se reflejaban candentemente en el agua cristalina del mar.
La sonrisa de Jimin se extendió por su rostro cuando el brazo de Jeon pasó alrededor de su cintura y por consiguiente, un sonoro beso se estrelló contra su rubio cabello, por sobre la blanca coronita de flores que reposaba sobre las suaves hebras negras. El rubio percibió el sonrojo inmediato que padeció su rostro cuando cuatro pares de ojos se posaron en ellos, y segundos después, risas enternecidas acompañadas de unos cuantos bufidos, se hacían resonar en el espacio.
— Son realmente tiernos, ¿no les dije? — Chanyeol comentó, codeando a las personas en su costado y riendo de manera suave. Park escondió su rostro en el pecho de Jungkook , y sonriendo de manera inconsciente, sintió la vergüenza llenarlo. Por su parte, Jungkook lo acarició con cariño, apretándolo más hacia él y mimando delicadamente su espalda cubierta por una delgada franelilla.
— Oh, basta. No pasarán todo el viaje observándonos, ¿o sí? — Jungkook soltó de manera divertida, poniendo los ojos en blanco y cogiendo el maletín con ropa que había sacado anteriormente de su propio auto. Jimin sin despegarse de él— . Además, no querrán que Jimin pase el día entero con su cara enterrada en mí, aunque eso sea agradable, por supuesto.
La minúscula risilla que dejó salir el menor, aligeró por completo el ambiente. El pelinegro mordió su labio, echando un grácil vistazo a sus demás amigos, y aclarando su garganta cuando admiró la pequeña posada en la que pasarían aquella noche.
»— Será mejor que entremos, ¿no lo creen? — Y con aquel último comentario, comenzó a caminar, guiando los propios pasos de Jimin , quien elevando su mirada y sonriendo de manera enamoradiza, echó apenas un ligero vistazo hacia las cuatro personas que venían en compañía de Chanyeol, unos pasos más atrás.
— Son adorables — comentó la pelimarrón de ojos increíblemente negros, pareciendo más bien emocionada por Jungkook . Los demás asintieron con elocuencia— . ¡Ya era hora de que te consiguieras a alguien, eh, Jeon! Esto es muy bueno, sí.
El viaje a la playa había resultado ser una idea magníficamente maravillosa para el rubio, quien apenas escuchó la propuesta de Jungkook para aquel fin de semana, no pudo hacer más que saltar sobre sus propios pies, revoloteando por toda la casa, desmesuradamente contento. Y es que Jimin estaba irremediablemente loco por la playa (aunque aquello no se tratase de un especial misterio). ¿Y qué mejor que estar en el lugar correcto con la persona correcta?
Jimin lo sabía. Jungkook también.
Después de que Chanyeol hubiera contactado con las amistades que él y el pelinegro compartían, quedaron en encontrarse a las once de la mañana en la cafetería de Jeon, para luego dar una rápida marcha hacia el lugar en donde, posiblemente, pasarían el mejor fin de semana de sus vidas.
Jimin lo sabía, increíblemente. Desde luego, Jungkook también.
Aunque el poder llegar allá fue terriblemente complicado, Jungkook no se rindió cuando la madre de Jimin , horrorizada ante la idea, le prohibió ir junto con el pelinegro por dos días enteros. Menos aun pensando que, por alguna razón, ellos dormirían juntos.
Yoora había explotado en nervios, y tras ser controlada por su esposo, el cual le explicó que Jimin era bastante grande como para necesitar una autorización firmada para divertirse, la mujer enloqueció más al no saber a qué tipo de diversión se estaban refiriendo.
Por su parte, Jungkook se sintió más que ofendido por la mujer, llegando a fruncir el ceño y exhalar aire caliente. ¿Acaso Yoora lo miraba como una especie de violador? ¿O quizá el tenía pinta de sólo querer meter a Jimin en su cama? ¡Por Dios, aquello ni siquiera se le había cruzado por la cabeza!
Y es que lo único que Jeon Jungkook quería, era recuperar el tiempo perdido con su pequeño hermoso..., y quizá, dar un paso realmente importante en su relación.
Aunque, por supuesto, éste no se tratase específicamente de sexo. No. Nunca.
Desde que Jungkook descubrió el temor de Yoora, pudo ver las cosas más claras en su cabeza. Increíblemente, y aunque el tiempo fuere transcurrido, él no se había ganado la confianza de la madre de Jimin , y aquello le ocasionaba un terrible y áspero nudo en el estómago, el cual le hacía doblarse ante los calambres lacerantes.
Jimin era un ángel. Era su dulce, y él sería incapaz de hacer algo que arruinase por completo aquella preciosa imagen inocente que al rubio caracterizaba.
Igualmente, y después de una ardua discusión en la que Jimin llegó a soltar lagrimones llenos de frustración, Yoora cedió. Con una sola y única condición, la cual se encargó de dejarle clara a su precioso querubín antes de irse aquella mañana: "Quiero que te cuides, cielo. ¿Lo entiendes, no es así?"
Y aunque Park no comprendió a qué demonios ella se refería, Jeon sí que lo hizo, y tan sólo pudo negar con la cabeza en completa desaprobación... ¿Acaso él estaba haciendo algo mal para que la mujer actuase de aquella manera?
Sin embargo, y después de despejar por completo su cabeza de absurdas cuestiones que lo hacían pensar de más, Jungkook se encontró tremendamente feliz. Y es que el poder observar las perlas iluminadas junto a la blanca y preciosa sonrisa de su verdadero amor, le hacía querer vivir eternamente... Tan sólo para perpetuar su vista e invertir su tiempo en nada más que Park Jimin.
— Hey, hermoso, ¿estás listo? — Jungkook sonrió de lado, admirando como la delgadita y menuda figura de Jimin , se hallaba frente al ventanal de la habitación, admirando la preciosa vista hacia el océano. El rubio asintió, sintiendo los brazos de Jungkook rodear su cintura y su cuerpo protector tras él. Un cariñoso abrazo y Jungkook estuvo olfateando el delicioso aroma a flores que bañaba el cabello rubio— . Será mejor que vayamos a darnos un baño en la playa, ¿te gustaría?
— ¡Por supuesto que sí, Kookie! — Clamó, ansioso y dándose vuelta para quedar frente al mayor. La sonrisa de Jungkook extendiendo sus labios, y sus manos cogiendo de manera sutil las mejillas del rubio. Plantando un casto beso en sus labios, admiró el precioso sonrojo que coloreó el rostro de porcelana, y aspirando con regocijo, se afirmó que todo lo que pasaba entre ellos, era malditamente perfecto.
— Vamos, bebé — asintió, buscando la mano del más pequeño y entrelazando sus dedos juntos. Una corriente gratificante recorriendo ambas anatomías, y el corazón de Park rebotando de una manera alocada en el interior de su pecho.
Cuando ellos salieron de la habitación, Chanyeol, Isabelle, Antoine y Jenson se encontraban afuera conversando. Algunos refrescos en manos y sombreros para el sol. Cuando Jimin los observó, y la mirada de ellos se posó en el pequeño, él mordió su labio. Jungkook se los había presentado anteriormente, pero desde luego, aún no se acostumbraba a los adorables comentarios que hacían hacia su persona.
— ¡Oh, hasta que por fin! No quiero perder el sol, necesito conseguir un bronceado perfecto — habló el rubio llamado Jenson, moviendo su mano de manera graciosa y sacándole una pequeña risilla al menor.
— Sí, como sea, cariño — murmuró Isabelle, codeando a su esposo y sonriendo en dirección a Jimin . Acarició su brazo con cariño— . No prestes atención a nada de lo que él diga, cielo, está realmente loco.
— Uh..., claro — Jimin asintió, encogiéndose de hombros y caminando a la par de Jungkook , quien tan sólo negaba con su cabeza en dirección a sus amigos.
— Oh, ¡realmente es adorable, Jungkook ! Parece salido de una cajita feliz, ¡quiero comérmelo! — Chilló la mujer, conteniéndose a pellizcar las mejillas sonrojadas de Jimin , quien reteniendo una risilla y echando un rápido vistazo a Jungkook , negó divertidamente.
— No he salido de ninguna cajita feliz.
— Sí, es cierto, Isa... ¿Querrías dejar de acosarlo por un momento? ¡Lo espantarás! — Comentó Antoine, poniendo los ojos en blanco. La pelimarrón pareció ignorar el comentario, y bufando de manera desinteresada, se apresuró hasta llegar al costado de Jenson.
— Oh, Jeon. Creo que no ha sido una idea demasiado inteligente decirme que los invitase — Chanyeol bromeó, llegando a un lugar específico sobre la arena y posando su silla allí. Jungkook hizo una mueca, llamando la atención de Jimin , quien aspirando el delicioso aroma que reinaba en el lugar, encogió el cuello.
— No lo creo, Yeolshi. ¡Ellos me caen muy bien! — Y con aquel acertado comentario, todos rieron enternecidos. Sobretodo Jungkook , quien lo aferró hacia sí en un inesperado abrazo.
Demasiado dulce..., tanto como Jimin .
(...)
El día había resultado completamente gratificante. Las zambullidas en el agua habían sobrado y el rubio adquirió un tono rojizo en su nariz y mejillas, haciéndolo lucir realmente tierno. Y es que a pesar de que Jeon lo hubiese bañado en protector solar (antes de hacerlo consigo mismo), cada vez que el rubio entraba al agua lograba quitarse la crema que en su cara permanecía. ¡Parecía un adorable pececito revoloteando en la orilla! Y Dios, Jungkook sabía que aquella era una de las mejores visiones que jamás pudo haber tenido.
Cuando el cielo comenzó a pintarse con tonalidades naranjas, el rubio se levantó de la orilla, donde había estado sentado por más de diez minutos en compañía de Antoine, tan sólo en silencio y observando como las olas rompían en algún lugar, lejos. La coronita había sido cuidada todo aquel tiempo por Isabelle, quien encantada con el detalle, no se la sacó de la melena marrón.
Desde luego, Jimin prometió hacerle una cuando estuviesen de vuelta en la posada.
Al momento en que los ojos mieles y relucientes de Park se posaron en los avellanados que lo observaban con vigor, él pareció irremediablemente contento, y saltando sobre sus pies, echó un nuevo vistazo al cielo.
— ¡El atardecer, Kookie! Debemos mirarlo..., juntos — murmuró, su voz diminuta cuando los demás los admiraron llenos de cariño.
Jeon dejó a un lado el vaso que tenía en la mano, y poniéndose de pie, echó un rápido vistazo a sus amigos. Éstos asintieron con aprobación, y arrebatándole la corona de flores a su compañera, él la dirigió hacia los despeinados cabellos rubios de Jimin .
— Creo que esto te pertenece, dulce.
— Yo, um— creo que sí — aceptó, sonrojado.
El más alto sonrió, achicando sus ojos en el acto y cogiendo la mano de Jimin con la suya, para pronto guiarlo lejos de allí. Perdiéndose prontamente de la vista de los demás.
»— ¿A dónde iremos, Kookie? — Cuestionó, curioso y dando pasos alegres sobre la arena cálida.
— Ya lo verás, cariño — respondió, una voz dulce.
Cada paso era equivalente a un nuevo y poderoso repiqueteo en el corazón del pelinegro, quien percibiendo como sus nervios se disparaban de una manera agradable, apretó reconfortantemente la mano del rubio con la suya, ganándose una mirada amorosa por parte del menor. Jungkook lo había estado pensando demasiado, y sabía que era tiempo de hacerlo.
Pero joder, estaba tremendamente nervioso. Y no sabía exactamente por qué.
Quizá, porque él realmente adoraba a Park.
Cuando llegaron ante unas grandes e imponentes rocas, Jungkook tragó saliva. Subirían allí y mirarían el atardecer, juntos, una vez más. Aunque desde luego, sabía que probablemente, aquella vez fuese muchísimo más emocional que la primera.
— ¿Iremos allí arriba? — Preguntó el menor, sus ojos destellando emociones. Jeon asintió, sin siquiera encontrar su voz para decir algo a cambio, y cuando Jimin pareció querer correr hacia la cima, él lo ayudó cuidadosamente a escalar las rocas— . ¡Oh, cielos! ¡Se ve hermoso desde aquí!
— Lo sé, — apuntó Jungkook , tragando saliva cuando ambos tomaron asiento. Uno al lado del otro, y sus dedos aún entrelazados— . Tan hermoso como..., tú.
Ante aquel comentario, el pequeño desvió la mirada, completamente avergonzado y emocionado por lo que había escuchado. Y es que aunque no fuera la primera vez que Jungkook reconocía lo hermoso que era, o lo mucho que le gustaba, siempre resultaba ser igual de alucinante que el primer instante.
— Y como tú — expresó, mordiendo el interior de su labio y posando su miel mirada en la contraria. Admiró como el rostro de Jungkook resplandecía, mirándose precioso, y cuando sintió cosquillas arremeter contra su estómago, soltó una pequeña risita— . ¿Qué me miras, Kookie?
— He estado pensando mucho lo que debería decirte en este momento, pero..., descubrí que ese tipo de cosas no deben ensayarse, y que sólo debo decirte lo que salga de mi corazón — comenzó, su órgano interno errático en su pecho, y sus dedos aferrándose tiernamente a los contrarios, los cuales pronto comenzaron a ponerse fríos.
— ¿Q— qué quieres d— decirme, Kookie? — Tartamudeó el menor, haciéndose increíbles ilusiones, y decidiendo perderse del imponente atardecer que los arropaba. Tan sólo para poder prestar atención a las palabras que Jungkook deseaba decirle. Y Dios, lo haría.
— Yo, um— quería decírtelo desde hace mucho, bebé. Pero estaba esperando el momento indicado, y creo que es ahora — susurró, su voz demasiado baja, y los labios de Jimin temblando de anticipación. Cuando un suspiro abandonó la boca de Jungkook , él sintió sus ojos humedecerse, y tirando una apenas visible sonrisilla de sus comisuras, intentó no enloquecer— . Estoy jodidamente enamorado de ti, Jiminie. Eres maravilloso, y no creo que algún día pueda dejarte ir de mi lado, porque eres lo mejor que me ha pasado en la vida, dulce.
»— Y aunque sea una completa locura, creo que...., te amo — ahogó, su frente juntándose con la contraria, y sus ojos cerrándose de improvisto. Jimin soltó un jadeo, impresionado y conmovido por aquellas palabras que nunca había escuchado, y jamás pensó que alguien se las diría, (al menos no demasiado pronto). Cuando se dio el tiempo de reaccionar, los labios de Jeon estaban pegados a los suyos.
Un suave y cariñoso movimiento que desató millares de emociones. Sentimientos correspondidos fundiéndose los unos a los otros, y corazones raudos latiendo al unísono. Ellos estaban hechos el uno para el otro, y aunque el tiempo juntos no hubiere sido demasiado como para sentir el gigantesco amor que a sus cuerpos se arraigaba, sabían que eran increíblemente correctos. Siempre suyos.
Cuando ambos pares de labios tomaron una pequeña distancia, luego de algunos segundos emocionales y llenos de completo romance, las respiraciones se juntaron, y el completo sistema de Jimin se encontró irremediablemente colmado.
Él creyó que estaría muriendo en cuestión de segundos, y estirando una sonrisa en sus mejillas, enterró sus dedos en el cabello pelinegro de Jungkook .
— También te amo, Kookie.. No sabes cuánto. Y tenía tanto miedo de que, um, de que tú no me quisieras a mí.
— Oh, por los cielos, amor — susurró, picoteando los labios contrarios y admirando los orbes mieles, increíblemente grandes y cristalinos— . Eso nunca podría pasar, Jimin. Te quiero demasiado..., quiero que estemos juntos para siempre.
— Y yo. Y— yo lo quiero, Kookie.
Desapareciendo el espacio entre ellos una nueva vez, Jungkook fundió sus labios en los contrarios. Un movimiento experimental que fue seguido prontamente por el más pequeño, quien deshaciéndose de su inhibición, sintió ganar de llorar. ¡No podía creer lo que estaba pasando! Y es que, aunque fuera patéticamente real, parecía un insuperable sueño.
— ¿Quieres ser mi novio, dulce?
Aquella pregunta surgió de improvisto. Jimin se alejó del rostro contrario, sus ojos parpadeando pasmadamente, y el corazón rebotando de una manera dolorosa en el interior de su pecho, golpeándose alentadoramente contra sus paredes internas, haciendo juego con las insufribles mariposas que revoloteaban por doquier en su estómago.
Sus pestañas rizaron de una manera coqueta sobre sus mejillas, y tras unos segundos en silencio, en el cual Jungkook tan sólo pudo pasar saliva y admirar expectante el precioso rostro de Jimin , el rubio se lanzó hacia el cuerpo contrario, enredando sus brazos en el cuello de Jungkook y lloriqueando de felicidad en su oído.
— ¡Por supuesto que sí, Kookie! ¡Sí quiero ser tu novio!
Y besando las mejillas del pelinegro, ambos se fundieron en un incomparable abrazo. Lleno de increíbles y poderosos sentimientos; sobre todo de un "estaremos juntos para siempre".
Desde luego, ahora Jimin cumplía su deseo de mirar el atardecer con su novio, el cual no era nadie más que Jeon Jungkook , el real amor de su vida.
N/A: Yo creyendo que ya eran novios. Jajaj, broma. Espero mucho que les esté gustando, me imagino que la quieran finalizada para poder leerla con más calma, pero a medida que la voy subiendo. Voy revisando si tengo algún error, déjenme algún mensaje para saber que es lo que desean, si finalizada o tener que esperar por cada actualización.
Pd: los amigos de Jungkook y Chanyeol son extranjeros como la que escribe y los que leen.
Por otro lado ¿creen que la madre de jimin es demasiado sobreprotectora?
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