Único
El auto rodaba sin rumbo por la autopista principal. Era pasada la medianoche de un miércoles... Un miércoles en medio de junio. Mingi suspiró, aquella madrugada se parecía demasiado a la que los había arrullado a Hongjoong y a él un par de años atrás; allá a mediados de un junio repleto de estrellas, cuando aún podía sostenerlo entre sus brazos y embriagarse con esencia.
Las luces de la carretera pasaban rápido, con la misma velocidad con la que se iban los días en los que había sido feliz con Hongjoong. Mingi jamás había conocido un omega como él, y era precisamente eso lo que lo había dejado encadenado.
Kim Hongjoong, un omega con actitud de mierda (en comparación con lo que se espera de su raza) y carácter tan fuerte que muy pocos alfas se atrevían a siquiera pensar en acostarse con él. Algunos lo veían como reto o premio, como si poseerlo aunque fuera una noche los convirtiera en el alfa más fuerte. Pero Hongjoong jamás se retrató así ante los ojos de Mingi; quién había logrado convertirse en el centro de su universo, que se ganó no sólo el cuerpo del omega sino también su alma... o eso creyó.
Se conocieron en una fiesta; una de esas tantas en las que habían coincidido y sin embargo no llegaban a hablarse. La gente se acomodaba en medio de la pista de baile, incluso Mingi movía el cuerpo con soltura sosteniendo las caderas de una beta; pero cuando la noche parecía estar en su punto más álgido, Mingi sintió repentinamente que debía ir a la terraza, era como si algo en su instinto o el aroma extraño en el aire lo llevaran directamente hasta ese lugar. Dejó a la chica y la música, caminó fuera del club atravesando la pista; completamente obnubilado por lo que fuera que se arremolinaba en el aire repleto de alcohol y feromonas. Fue allí cuando lo vio, gruñendo con odio hacia un alfa que lo tenía tomado por cuello.
Mingi suspiró en su auto ante el vago recuerdo de la primera visión del rostro de Hongjoong, buscando encontrar los últimos vestigios del olor que lo había llevado hacia él aquella noche. Las facciones del omega se comenzaron a dibujar en su memoria; los ojos llenos de odio, la nariz arrugándose ante el ambiente hostil, y las mejillas sonrojadas por un celo que había explotado sin aviso en el peor de los lugares y que poco a poco se instalaba en el pequeño cuerpo suspendido en aire.
Mingi simplemente no pudo dejar que ante sus ojos se cometiera lo que él consideraba una atrocidad; incluso si sus iguales lo veían como algo natural. Él creía firmemente en que ser alfa no te daba derecho a reclamar a un omega por la fuerza (incluso si este se encontraba en celo). Así que sin pensarlo dos veces se abalanzó sobre aquel alfa y con un par de golpes lo hizo a un lado; tomando luego al chico y sacándolo del club sin dar explicación... Sin tener una, ni siquiera para el mismo.
ㅡNo pienses que te daré las gracias. ㅡLe había gritado Hongjoong una vez estuvieron fuera. ㅡPodía quitármelo de encima yo solo. ㅡSu voz se quebraba a medida que hablaba. ㅡ¡Vaya mierda! ㅡGruñó sosteniendo su vientre ante una punzada de dolor.
ㅡSi tu lo dices. ㅡMingi Se encogió de hombros abriendo la puerta de su auto ㅡSube. ㅡseñaló con la cabeza, dejando sus palabras algo de inocente amabilidad. ㅡSolo estaba siendo bueno, si te hubieras quedado allí... ㅡNo pudo seguir hablando porque Hongjoong lo interrumpió.
ㅡ¡Oh gracias, buen desconocido! ㅡEl omega batió sus largas pestañas llevando su mano al pecho, sonriendo con sarcasmo. ㅡYo, el indefenso omega Kim Hongjoong, estoy muy agradecido contigo. Y ahora pagaré tu buena acción con algo de sexo. ㅡSiguió su satírico melodrama sintiendo como su a su cuerpo le encantaba aquella idea. ㅡ¡Guácala! ㅡGruñó con el mismo odio que en la terraza. ㅡSeguro pensaste que al hacerte el "Gran Salvador" ibas a conseguir algo de esto. ㅡAlzó las manos en el aire haciendo alarde de sí mismo, señalándose con magnificencia.
ㅡSoy Mingi. ㅡRespondio el alfa, sintiéndose como un verdadero tonto ante la imponente aura de ese omega. ㅡTú salvador. ㅡAbrió la guantera sacando de allí una caja de supresores que en algún momento una de sus ex parejas había olvidado en el auto. ㅡ¿Ahora si me darás las gracias? ㅡEntonces lo vio, los ojos de Hongjoong se llenaron de estrellas y entre su respiración entrecortada se escapó un "Gracias" apenas entendible.
Ahora, aquel "Gracias" se escuchaba lejano, y el sabor del whisky que se tomaba mientras conducía se confundía con los besos que Hongjoong le había dado. Giró el rostro hasta el asiento del copiloto, y las lágrimas acudieron a él cuando vio vacío el lugar en que Hongjoong debía estar; el espacio que ocupaba mientras jugueteaba con la radio y masticaba caramelos de fresa.
ㅡOdio a las Spice Girls. ㅡEl Hongjoog de sus recuerdos había hecho un puchero.
ㅡEs mi auto, se escucha lo que a mi me guste. ㅡHabía reclamado Mingi subiendo el volumen de la música, luego echó hacia atrás su asiento para poder quedar recostado. ㅡSolo disfruta, luego de un par de coros la estarás bailando. ㅡSonrió con los ojos cerrados. ㅡ¿Realmente no quieres ir a ningún lado? Estar en el estacionamiento no es lo que yo denomine como una cita.
ㅡPuedo bailar incluso sin música. ㅡHongjoong había dejado su lugar en el asiento del copiloto para colocarse con dificultad sobre las piernas de Mingi. ㅡY estar contigo en donde sea, es a lo que yo llamó "una buena cita". ㅡLuego de eso lo había besado con una dulzura que no se concordaba con el tono altisonante en el que hablaba.
El alfa subió el volumen de la música que sonaba en la radio, para poder sumergirse mejor en el recuerdo. Como si poco a poco fuera tomando control sobre él; las luces en la carretera se transformaban en los ojos de Hongjoong, en aquellos ojos llenos de estrellas que le nublaban la razón.
El auto se deslizaba en la carretera, pero el se sentía deslizar sobre Hongjoong. Aquella había sido la primera vez en que se había fijado en cómo olía; tan único, diferente a todo lo que había probado antes. Hongjoong tenía aroma a jengibre, dulce como las galletas de navidad y picante con la actitud que poseía. Mingi recorrió la autopista de la misma manera que su "yo" de ese recuerdo recorría a Hongjoong; dejando besos por su cuerpo, bebiendo de su boca, embriagándose con su aroma hasta perderse a sí mismo; hasta perder el rumbo de su camino y quedar encandilado por las luces...las luces de los brillantes ojos de Hongjoong.
Pisó el acelerador tomando un trago de la botella que llevaba consigo; apurando el alcohol de la misma manera en las imágenes toman velocidad en su memoria, llevándolo por sus dos años de relación. Paseándose sobre su boca y sobre las tardes en el sofá; entre las madrugadas que pasaron desnudos en el asiento de atrás; y a través de las noches en donde sintió que Hongjoong le robaba el alma en medio de una conversación sobre cómo estaban hechos de polvo de estrellas...fabricados con el mismo material de forma en que ambos eran el uno para el otro.
Más rápido, más rápido, más rápido. Su corazón se estremecía con cada cambió de velocidad, su mente volando vertiginosamente en imágenes difusas de suspiros que se perdían en su boca. El hongjoong de sus recuerdos subiendo y bajando apoyado en el volante, con el rostro ruborizado y los ojos brillosos. Mingi podía sentir como la suave piel del omega cosquilleba en su nariz, como el aroma a jengibre le impregnaba los pulmones embriagandolo hasta hacerle perder la noción de sí mismo. Hongjoong ahogándose en suspiros, aferrándose con sus piernas a la cintura del alfa, extraviado en el dolor de los dientes clavándose en su carne.
ㅡTe amo. ㅡHabía susurrado Hongjoong mientras Mingi lo acunaba. ㅡTe amo con cada uno de los átomos que me componen. ㅡLos ojos se le habían llenado de luceros y Mingi creyó que su alma bailaba junto a la de su compañero, que el destino los había guiado hasta encontrarse.
ㅡ¿Lo suficiente como para comprarme un refresco de uva? ㅡLos pequeños ojos de Mingi desaparecieron en una sonrisa.
ㅡTodos los asquerosos refrescos de uva que quieras. ㅡTambién había sonreído, sintiendo como Mingi anudaba dentro de él.
El recuerdo se apagaba a medida que el combustible se consumía. Mingi continuaba bebiendo de la botella escarbando en su memoria para no perder el aroma a Hongjoong, para seguir borracho de él. A su lado los autos que seguían su camino comenzaban a adelantarlo, de la misma manera que Seonghwa le había sobrepasado poco a poco hasta llevarse a Hongjoong. En su mente se juntaban todas las piezas del puzzle que lo habían conducido hasta allí, siendo por fin capaz de dejar de ignorar lo que podía sentir a través del lazo.
Seonghwa había llegado como salido de la nada, arrasando con todo y ganando el juego sin ni siquiera intentarlo. Las estrellas que antes brillaban para Mingi, ahora brillaban para alguien más. Hongjoong había sentido su pecho romperse para desterrar a Mingi y dejar entrar a Seonghwa; con el pensar de quién ama, se había retorcido de dolor tratando de explicarle a su alma que Seonghwa no era su otra mitad, pero su lobo interno moría un poco con cada negación de Hongjoong a aceptar tal realidad.
La fantasía se les había caído y mientras ambos fingían que aún era posible mantenerla, Seonghwa fue ganando hasta que Hongjoong no pudo soportarlo más. Se moría, sus estrellas se apagaban a pesar de sus esfuerzos por maquillar el dolor que le causaba aceptar que Mingi no era su destinado. Mingi podía sentirlo, el lazo fuerte que le permitía percibir claramente a Hongjoong ahora se debilitaba.
ㅡPor favor, vete. ㅡHabía murmurando Mingi cuando Hongjoong tomó el atrevimiento de decirle que Seonghwa le había flechado. ㅡNo me tengas más lástima. ㅡEl orgullo del alfa clavándose como una espina en su pecho ㅡTe amo tanto que no puedo decirlo... por favor, deja de matarte y termina conmigo.
ㅡAún te amo. ㅡLloró Hongjoong de pie en la puerta. ㅡPero mi alma le pertenece a él. ㅡQuiso abrazarlo pero hacerlo dolía como el infierno. ㅡGracias por hacer el acto de amor más grande que alguien ha hecho por mí... Gracias por dejarme ir. ㅡSu labio inferior temblaba mientras grandes perlas rodaban de sus ojos. ㅡTerminamos, Mingi. Ojalá consigas a alguien que sí le gusten las Spice Girls y el refresco de uva... Que pueda quererte de la misma manera en la que me has querido, incluso cuando sabías que no estábamos destinados a ser. ㅡLa puerta se había cerrado tras el imega dejando a Mingi dentro de aquel auto oloroso a jengibre.
Las ruedas habían parado de girar, el auto se había detenido en medio de la avenida y junto con él, el mundo también paraba de dar vueltas. Tres meses bastaron para destruir los dos años más felices de la vida de Mingi... noventa días y otro alfa le habían arrebatado a su estrella más brillante. Gritó con rabia golpeando el volante, tirando de sus cabellos y soltando todas las lágrimas que le pertenecían a Hongjoong. Bebió el último trago de la botella como si fuera el último beso que Hongjoong le dio, respiró el aire que aún mantenía el aroma a él. Detrás de él la bocina de un coche se escuchaba lejana, mientras que el lazo que lo unía a Hongjoong agonizaba. Dejó su cabeza apoyada en el volante viendo como su teléfono sonaba en el asiento del copiloto.
ㅡVuelve a tu casa. ㅡLa voz de Hongjoong llegó del otro lado del altavoz. Entrecortada, interrumpida en algunos momentos por la respiración de Seonghwa. ㅡTe conozco, eres capaz de dormir en el estacionamiento.
ㅡEstoy demasiado borracho como para conducir. ㅡRespondió el alfa colgando la llamada, latiendo un poco su corazón al escuchar de nuevo la voz del omega. Reconfortandose en la idea de incluso estando con Seonghwa, Hongjoong le había marcado porque se preocupaba por él
No podía volver a una casa llena de Hongjoong, no podía conducir a un lugar donde no estuviera él. La bocina se escuchaba cada vez más cerca, Mingi ni siquiera intentó girar la llave. El golpe vino junto con la colisión del otro auto; el lazo se había roto, Hongjoong había sido marcado. El vehículo impactó a toda velocidad contra él carro de Mingi, sacándolo del carril y volteandolo al otro lado de la vía. El alfa salió impulsado a través del parabrisas, estrellándose contra el pavimento, pasando frente a sus ojos los últimos dos años de su vida; aquellos dos años en donde se había embriagado tanto de Hongjoong que ya no sabía cómo conducir una vida sobrio y sin él.
Gracias por leer este oneshot que representó todo un reto a la hora de plasmar la canción.
Dedicado a @imjustdia quien nós dio la inspiración para hacerlo
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