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Capítulo 4

Un noche lluviosa, parecía que el cielo se caía en pedazos, dos mujeres jóvenes entraban en una casa... una tenia su cabello tricolor, con ojos igual que una bella joya... amatistas y la otra de un blanco azulado y ojos azules como un zafiro

-Yugi ¿Segura de que quieres quedarte aquí en mi casa?-pregunto la peli-blanca con suavidad y en voz baja

-Si... quiero saber... necesito saber... De que clase de hombre... me enamore...-dice tristemente Yugi, tratando de no llorar otra vez

-Bue...

-¿que pasa Kisara? -pregunta Yugi al ver como se queda en silencio

-Shh... Hay alguien aqui...mira... esa luz esta encendida - contesta la chica mientras ambas observan como una leve luz ilumina una habitación

-¿quien es?-pregunto Yugi

-No lo se Yugi... deja me ir a ver - tranquiliza Kisara, mientras camina y le indica a Yugi a que se quede y la espere *Por favor... que no sea lo que me estoy imaginando* pensaba con súplica la joven oji- azul

Yugi pudo ver como su amiga era introducida en la habitación que al parecer era la sala de espera, se hacerco y escucho una voz tan conocida

-Kisara...-susurro una voz de hombre *¡¿Yami?!* pensó Yugi, no se equivocaba esa era la voz de Yami, antes de salir de su escondite y enfrentarlo Kisara hablo

-¿Por que lo hiciste? No tenias que hacer algo tan bajo... Yugi no se merecía algo como eso... eres de lo peor Yami... Yo que pensé que habías cambiado... por eso te di la oportunidad de ser amigos después de lo que paso entre nosotros...-reclamo Kisara, mientras lo veía con enojo, este simplemente rió

-Vas a empezar... Yo no soy hombre de ninguna mujer... Soy libre y lo sabes mejor que nadie -comentó Yami en tono burlón

-Todo por tu estúpido orgullo... pero yo también tuve culpa - Yami la miro interrogante- por no prevenir a Yugi de la clase de hombre que eres -agrega con veneno y acidez

-Humb... ¿Acaso lo que vivimos ya es olvido? -dice en tono burlón *¿lo que vivieron? ¡entonces Kisara y Yami!*

-Si... Yami... Para mi fue muy hermoso, típico del primer amor... pero tu solo lo pisaste como se te dio la gana... si UN HIJO NO TE DETUVO... una mujer... si que es la idea más absurda ¿verdad que soy idiota? -lo miro a los ojos, suspiro de cansancio- pensé que habías cambiado... pensé que Yugi era la mujer para ti... pero ahora me doy cuenta, de que ella es mucha mujer para alguien como tu... -dice la joven oji - azul molesta, olvidándose por completo de que la tricolor estaba presente

-Kisara...

-Dime ¿que haces aqui? Si mal no recuerdo... hay alguien que te espera en el aeropuerto... a ella si le piensas responder por ese bebé o le harás lo mismo que a mi hermana... -exclama Kisara molesta

-Sigues recalcandome lo de tu hermana Kisa... ¡basta con eso! ¡siempre supiste que yo te amaba a ti! -La oji-azul le dio una cachetada, provocando que Yami volteara el rostro por la fuerza ejercida

-¡Callate!... Tu no quieres a nadie... ni siquiera a Atem... y eso que él es tu hermano gemelo... -expresó con acides

-¡¡¡No te atrevas a mencionar a ese mal nacido!!! -grito con odio, tomándola de la muñeca, ella le retuvo la mirada

-¿Por que no aceptas que te has equivocado? Tu y el están mal al odiarse por estúpidas cosas... pero tu tienes la culpa... Fuiste tu quien se metió con la prometida del otro... Tu y mi hermana nos fallaron... ¡¡¡admitelo Yami!!!

La joven de ojos amatistas no podía creer lo que escuchaba... no... Todo eso era un simple y mal, muy mal sueño, la peor pesadilla que podía tener... ¿verdad que era un mal sueño?

-¡El se lo busco! ¡Le dije que se mantuviera alejado de ti! -volvió a gritar Yami, mientras Kisara forzajeo para que la soltará

-Somos amigos...-logro sacarse del agarre de Yami - siempre lo fuimos mucho antes de que nuestras familias nos obligarán a comprometernos... Comprende que yo no Te Amo... Ya no... tengo pareja, estoy feliz con Seto y tu lo sabes... El y Mokuba son parte de mi vida... Los AMO y no les diré adios solo por un capricho tuyo... -dice Kisara tranquilamente mientras mira seria a un Yami furioso - Ademas... -se queda en silencio, Yami la mira molesto y confundido

-¿que? ¿que ibas a decir? -le pregunta en tono de orden

-Aun si los dejara... no iría contigo... ¿que pasara con Tea?

*Tea... pero ¿ella que tienen que ver en esto?* pensaba Yugi confundida, todas estas emociones eran demasiado para ella...

-No... no se de que... me hablas -contesto Yami nervioso

-no nos hagamos los tontos...-comento Kisara - escuche tu conversación con ella...- la joven tricolor puso atención a eso... grave error -recuerdo muy bien que te dijo "Yami, estoy embarazada... mi amor ¿que haremos? si mañana te casa con la pesada de Yugi..."-cito Kisara...

No... no... no...NO... ¡NO!... NO... eso no podía ser cierto, Tea su mejor amiga, estaba embarazada de su prometido ¿cuando paso? ¿como? ¡¿en que momento?! Pero sobre todo ¡¡¡¿porque?!!! Como fueron capaces de verle la cara de estúpida ¡¿por que lo hicieron?! *me hubiera gustado saberlo... si se amaban... Yo me hubiera hecho a un lado... no tenia que hacerlo a mis espaldas *

-Lo de Tea solo fue una noche de debilidad y unas copas de alcohol

-Así como lo de mi hermana... perdoname pero que esa excusa, te la crea otra... por que yo no... Así que mejor vete... ¡Largate con Tea y ese hijo!-exclama Kisara dolida y molesta -Solo asegúrate de que esta vez no se muera... ni el, ni la madre -añade ella, mientras un Yami furioso sale de la habitación y camina por el pasillo y sale por la puerta que ¿estaba abierta? Este solo la cierra de un portazo -pero esta no cerró- y se va en su coche sin decir no hacer nada más, dejándo a la joven oji-azul con todos esos horribles recuerdos atormentando su mente y conciencia... ¿adonde se fue Yugi?
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-onee-san... ¡onee-san! -sollozaba una chica de cabello blanco azulado, con ojos azules y de piel blanca, en el suelo de la sala de su casa, al rededor de un desastre, pedazos de vidrio, libros, papeles, entre muchas cosas, más... Sus blancas manos estaban rojas y lastimados igual sus rodillas al estar entre tantos cristales...

-Kisara...-la llamo una voz... La joven oji-azul abrió su ojos como platos al reconocer el dueño de esa voz... sin pensarlo alzo su vista para encontrarse con otro par de ojos azules...

-Se...Seto...


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