El suceso que lo cambio todo
Cumplir los 19 no debería ser la gran cosa, pero mi familia pensaba otra cosa, menos mal que mi familia no era de hacer festejos he invitar a personas ajenas a la familia, pero mi familia era grande y numerosa, así que sin necesidad de personas extrañas la fiesta fue de mucha gente, yo me vi obligado a bailar con mucha gente, pero apesar de todo me divertí, recibí un montón de regalos que casi llena mi habitación, cante y baile con cada uno de mis hermanos mientras nos reíamos de algunos primos que ya estaban borrachos, yo no bebí nada de alcohol, no porque no podía, simplemente no me gustaba.
A la mañana siguiente no quería ir a la Universidad, pero sin otra opción tuve que ir, pronto terminaria el primer año y no podía faltar a clases ahora que había exámenes, Elena me miró arqueando una ceja al verme entrar al salón, mi cara debía delatar que no dormí nada, Leisbef me miró con el ceño fruncido, yo ignore a todos y fui a mi lugar, el profesor aún no llegaba, sentí mi celular vibrar en mi bolsillo, lo saqué ya sabiendo quien era la que me mensajeaba.
¿Qué te pasó?
¿Donde estuviste anoche?
Te llamé pero ni me atendiste.
Lo siento
mi familia me secuestro.
¿Y eso?
Digamos que ayer fue mi cumpleaños
Y mi familia no lo dejo pasar.
¿FUE TU CUMPLEAÑOS?
¿POR QUÉ NO ME LO DISJISTE?
No le doy importancia a eso.
Ya hablaremos tú y yo.
El profesor llegó y la clase comenzó, sabía que luego Elena seguiría con sus reproches, pero es que en serio, yo no le daba importancia a eso, cuando la clase terminó fui a la cafetería, luego de terminar de tomar un jugo de piña me levanté para irme, pero al hacerlo Yeir que venía con Leisbef se puso en mi camino, yo lo quise pasar, pero el fingió que se le resbaló su vaso de chocolate y me lo derramó, yo di pasos atras, el pecho de mi remera estaba mojado, yo lo fulmine con la mirada.
___ Lo siento, no sé como se me resbaló.___Dijo con una sonrisa cínica.
___ Porque eres un idiota.___Dijo Leisbef.
Él miraba a Yeir enojado a Yeir se le borro la sonrisa, yo los ignore y me quite la sudadera que no estaba mojado porque lo tenia abierto, también me quite mi remera, fui al sesto de basura y lo tire ahí, oí a mis espaldas varios susurrós.
___ ¿Viste que cuerpazo tiene? Me lo quiero comer.
___ ¿Cómo no lo ví antes? Si es un papasito.
___ Es un Arrembel, obviamente tendría un cuerpo de infarto con tanto entrenamiento en que seguro somete su cuerpo.
Okey, fue mala idea quitarme la remera en medio de la cafetería, más estando tantos alumnos, me apresure a ponerme mi sudadera y cerré su cierre y salí de ahí bajo la atenta mirada de todos, yo me sonroje, tener tanta atención encima no era lo mío, fui al baño, debí ir ahí en primer lugar a quitarme la remera mojada, mientras me lavaba la cara oí que la puerta del baño se abrió.
___ ¿Ahora eres exhibicionista? __ Pregunto Elena divertida, yo la mire con el ceño fruncido.
___ ¿ Que haces aquí? Es el baño de hombres.
___ ¿Y? No hay nadie más que tú y yo, así que no hay problema.
___ Estas loca mujer.
___ Si, ahora, explícame porque me ocultaste lo de tu cumpleaños.
___ Ya te lo dije, yo no le doy importancia a eso.___Dije fastidiado, me recoste contra el lava manos y me cruse de brazos.
___ Bien, sólo te lo dejo pasar porque eres guapo, pero yo si voy a querer regalo para mi cumpleaños.
___ ¿Cuándo es tu cumpleaños?.
___ Te lo diré sólo ese día y lo mejor es que no tendrás que comprar mi regalo.___Dijo, se acercó a mi y puso su mano en mi entrepierna. ___ Mi regalo, esta gusto aquí.___Susurro antes de besarme, yo me estremeci ante su toque, le correspondi el beso, esta mujer me terminaria por volver loco, luego se alejó de mi.
___ Nos vemos en la noche.
Con eso dicho se fue, yo suspire y heche la cabeza hacia atras algo frustrado, esta mujer me excitaba y luego se largaba como si nada.
Salí del baño y fui a mi otra clase, todos me miraban de manera descarada, más las mujeres, yo quice gruñir de pura irritación, mala hora se me ocurrió hacer eso.
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Por fin el primer año de Universidad terminaba, tener que soportar a Leisbef y Yeir dándose besos y caricias nada inocentes, era un tormento para mi, ansiaba las vacaciones desde que empezaba las clases.
Hoy fui con mi madre y Katherin al clan Pendragon, mi madre tenía un asunto que tenia que resolver, ojala y no hubiera venido con ellas, mi hermana y yo fuimos a entrenar con mis primos, mientras nuestra madre entraba a su despacho, luego de un rato de entrenamiento vinimos a buscarla, antes de llegar a su oficina oímos voces.
___ Jamás en mi vida me metería con un Arrembel Pendragon madre, además te recuerdo que yo estoy con Yeir.
___ Ya lo sé, sólo digo que para nosotros sería muy ventajoso que alguien de nuestra familia se uniera con un Arrembel Pendragon.
___ Pues a mi no me metas en eso, primero muerto que meterme con uno de ellos, son seres repugnantes, criaturas oscuras que contaminan el mundo con su mera existencia.
Leisbef y su madre callaron abruptamente al dar la vuelta en el pasillo y vernos, ellos venían por el pasillo y nosotros nos habíamos detenido en la esquina quedando ocultos de sus miradas, no intentábamos escuchar su conversación, sólo que no esperábamos oir lo que oímos y eso nos hizo detenernos.
A mi me dolió oir eso, sentí que mi pecho me apretaba, como si algo pesado se hubiera instalado en mi pecho, Katherin miraba de manera fría a Leisbef, como si quisiera desaparecerlo, él había palidecido y me miraba con los ojos abiertos, su madre se veía avergonzada.
___ Lamento mucho lo que oyeron, la verdad es que.
___ No nos interesa lo que piense de nosotros Señora, es más, nos da exactamente igual lo que la gente piense de nosotros, sólo le diré esto, nosotros no ofrecemos ayuda dos veces a los que se meten con nosotros, por muy Stragen que sean, yo que ustedes iría con cuidado.___Dijo Katherin de manera fria.
No dejó que la madre de Leisbef terminará de hablar siquiera, miro a Leisbef como miraba al barro que ensucian sus botas cuando íbamos al bosque.
___ Vamos hermano, no hay que contaminar el aire de tan distinguidos y puros seres con nuestra inmundicia.___Dijo, me tomo del brazo y me obligó a caminar con ella.
Yo no dije nada, ni siquiera mire a Leisbef, si tenía dudas de su desprecio ahora ya no me quedaba dudas. Katherin entró furiosa al despacho de nuestra madre, ella nos miro sorprendida, ella estaba de pie delante de su escritorio con unos papeles en la mano.
Yo camine hasta ella y me arrodille delante de ella y la abracé por la sintura poniendo mi cabeza a la altura de su vientre, ella automáticamente puso los papeles encima de la mesa y me acaricio los cabellos, yo sólo con sentir sus toques suaves me tranquilice, los brazos y olor de mi madre siempre eran un perfecto calmante para todos mis males, con ella sentía que nada, ni nadie podía dañarme.
___ ¿Que ocurre mi niño? ¿Katherin que te tiene así hija?. ___Pregunto mirando a Katherin que caminaba de un lado a otro furiosa.
___ Los Stragen, eso me pasa, ¿ Vienen y piden ayuda y luego tienen la osadía de despreciarnos ? Son unos hipócritas, fingen ser perfectos pero sólo son unas porquerías de criaturas.___Dijo furiosa.
Mi madre me instó a levantarme, yo lo hice y ella me tomo el rostro con suavidad mirándome a los ojos con ternura, inclinó mi cabeza y me dio un beso en la frente.
___ Sea lo que sea que escuchaste hijo mío, no les hagas caso.___Dijo, me soltó y se dio la vuelta para mirar a Katherin.__Recuerden que nadie nos conoce, nadie puede juzgarnos realmente, porque no saben quienes ni como somos, así que princesa calma esa furia, no lo merecen.___Dijo, Katherin asintió más tranquila.
___ Bien, ahora vamos a la cocina a robar unas galletas de vainilla a su Abuela, luego nos vamos a casa y llamaré a los Stragen para decirles que la ayuda que me pidieron lo vayan olvidando.___Dijo mi madre.
Yo la mire indeciso, puede que Leisbef nos detestara, pero no podíamos negarles una ayuda, sus demás gentes del clan no tenían la culpa, además Lisa era mi amiga.
___ ¿ Pasa algo hijo?.
___ Negarles la ayuda sólo les confirmaría lo que piensan de nosotros, deja las cosas como estan mamá, ayudalos y demuestrales que somos mejores que lo que ellos piensan de nosotros, tú misma lo dijiste, ellos no nos conocen, ayudalos, las acciones hablan más que mil palabras, nosotros no necesitamos dañar a inocentes por resentimientos sin sentido.
Mi madre sonrió ante mis palabras, Katherin suspiro mirándome con resignación.
___ Serías un gran líder mi príncipe.___Dijo mi madre.
___ Pues espero que él sea el futuro líder de los Pendragon, porque a lo que soy yo, ya los mandaría fusilar.___Dijo Katherin, yo la mire con horror ante sus palabras y ella se hecho a reír, yo odiaba liderar aún que sea una simple redada.
___ Mamá, no me hagas apoyar la idea de Kat de mandar fusilar gente, sólo para quitarte de la cabeza esa absurda idea.___Dije, mirando a mi madre con suplica.
Ambas se rieron de mi, mi madre me tomo del brazo he hizo lo mismo con Katherin y salimos del despacho, Katherin iba molestandome por el camino a la cocina, cuando llegamos a la cocina, mi Abuela tarareaba una canción mientras decoraba galletas, yo me fui hacia ella y la abracé, ella me correspondió el abrazo.
___ Abuela, Katherin me está molestando.___Dije, mi Abuela le señaló con un dedo.
___ Deja de molestar a tu hermano menor Katherin.___Dijo.
Katherin se cruzó de brazos mirándome mal, ya que la Abuela me había dado galletas recién decoradas, yo le saque la lengua en un gesto infantil.
___ Eres blando con los enemigos y muy mal hermano con tu hermana mayor a eso yo le llamo injusticia. ___Dijo, mi madre negó con la cabeza sonriendo resignada.
Todos terminamos comiendo galletas con chocolate, mis primos también vinieron para comer, luego de risas y bromas entre todos, nosotros volvimos a casa ya a la noche.
Yo me bañe y me puse a mirar por la ventana, la luna brillaba en el cielo, tan hermosa, tan indiferente, tan lejana, me fue imposible no compararla con Leisbef, aveces pensaba si no sería mejor decirle que él era mi pareja, así él me rechazaría con toda las letras y el lazo que nos unía se rompería para siempre, pero hacerlo significaría que mi familia se enteraria y eso podría conllevar a una verdadera enemistad entre los Stragen y los Arrembel Pendragon y yo no quería ser el motivo de una disputa entre clanes tan poderosos.
Pero la opresión de mi corazón se hacía cada vez más grande con el pasar del tiempo, tal vez sería mejor alejarme por completo de Leisbef, pero que excusa le daba a mi familia para salir de la Universidad, me empezó a doler la cabeza como cada vez que pensaba en todo lo respecto a Leisbef, me acosté a dormir para así dejar de pensar.
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Elena no me contestaba las llamadas ni los mensajes, sólo me había enviado un mensaje diciéndome que no la buscará, me preocupaba lo que pudiera estar pasandole, su padre no era de fiar, me daba terror lo que pudiera ser capaz de hacerle.
Una semana sin saber de ella me tenía con los nervios destrozados, mi familia estaba preocupada por mi actitud distraída, pero yo simplemente no podía prestarle atención a otra cosa que no fuera Elena, mi hidra estaba inquieta ante eso, pero ella una noche simplemente apareció en mi habitación, yo la someti a miles de preguntas, pero ella no me quiso responder ninguna, sólo me beso y me pidió que le hiciera el amor, quise negarme, pero al darme cuenta que de ella no conseguiría respuestas, cedi ante ella, pero no estaba tranquilo ante su actitud.
Las cosas con ella volvieron a ser casi normales después de esa noche y ese era el problema, casi, porque su actitud aveces se volvía distante incluso fria, se alejaba de mi sin decirme nada y yo no sabía que más hacer, sabía que algo le pasaba y no me quería decir, yo no quería obligarla, ni presionarla, pero me estaba desesperando con la situación.
Hoy debía volver a la Universidad, las vacaciones habían acabado, no me había visto con Elena hace tres días y eso me preocupaba, llegue a la Universidad y fui directo al salón de clases, después de un rato los demás también entraron, sentía la mirada de Leisbef en mi, pero yo no levanté la mirada de mi libró.
Elena no vino, yo estaba más preocupado ahora y encima no me contestaba los mensajes, en el receso la llame pero ella no me contestó, fui a un salón de clases que no se usaba, sólo había ahí sillas y mesas apiladas que no se usaban, yo queria estar solo, sin la mirada de nadie en mi.
Pero andaba tan metido en mis pensamientos que no preste atención a nada, entre sin oir nada y me lleve una desagradable sorpresa, Leisbef y Yeir estaban ahí teniendo sexo, Leisbef estaba sentado encima de una mesa de espaldas a la puerta, asi que no me vio y debía estar demaciado excitado que ni oyó la puerta abrirse, Yeir si me vio y sonrió cínicamente y aumento sus embestidas dentro de Leisbef sin dejar de mirarme, yo me había quedado petrificado del asombro y no podia moverme y tampoco podía dejar de mirarlos, mi corazón empezó a latir frenéticamente, me dolía respirar.
___ Dime que me amas amor, que soy el unico que te tendrá asi.___Susurró Yeir en el oído de Leisbef, el cual sólo gimio más ante las aceleradas embestidas de Yeir, pero oírlo decir entre jadeos lo que Yeir le pidió, fue todo para mi.
Retrocedi y me fui de ahí, salí corriendo hacia el bosque, una cosa era verlos besarse y acariciarse, incluso oirlos gemir sabiendo que estaban teniendo sexo, pero verlo asi de frente y más viendo como Leisbef se entregaba por completo a Yeir, miestras le decía que lo amaba, fue suficiente para sentir mi corazón romperse, el dolor era inaguantable, me deje caer de rodillas.
Respiraba de manera errática, sentía mi cabeza a punto de estallarme, oía un zumbido ensordecedor, como si acabarán de disparar un arma muy cerca de mis oídos, lloré, lloré de rabia, de impotencia, me odiaba por sentir esto, odiaba que Leisbef fuera mi pareja, odiaba al destino por ponerme en una situación así, pero lo que más odiaba era que Yeir pudiera tenerlo.
Mis ojos refulgian en rojo, un rojo intenso, lleno de odio y resentimiento, una furia como ardientes brasas, como lavas volcánicas que destruyen todo a su pasó, temblaba de enojo, de irá, esa furia era solo el heraldo de mi pérdida de control, era el preludio de lo que sería inevitable, pero me negué a ceder, trate de calmarme, trate de volver en si y no cometer una locura, una locura que sería mi total destrucción.
Volví a mi casa ya a la noche, le dije a mi madre que ya había cenado y antes de que me sometiera a un interrogatorio por mi estado subí corriendo las escaleras y me encerré en mi habitación, me metí a bañarme en agua fría, tal vez así despejaria mi mente de la neblina espesa que en ese momento era mi mente.
Cuando salí del baño, volví a llamar a Elena, pero de nuevo no me contestó.
Esa noche mis sueños estuvieron plagados de pesadillas, voces que se burlaban de mi, la sonrisa cínica de Yeir, las palabras de desprecio de Leisbef, la oscuridad que rodeaba a Elena alejandola de mi, la voz entre jadeos de Leisbef diciéndole te amo a Yeir, lo peor era que no podía escapar, corría por un bosque oscuro, pero donde iba todo era igual, sentía que caía a un lugar sin fondo.
Cuando en la mañana me desperté estaba empapado en mi sudor, la cama era un desastre de sábanas revueltas, como si en la noche me hubiera peleado con ellas, me levanté y me bañe, no tenía ni pizca de ganas o ánimos para ir a la Universidad, pero tenía que hacerlo.
Cuando baje mi familia ya estaba en la mesa esperándome para desayunar, para darle gusto a mi madre me senté a desayunar con ellos, aún que no tenía hambre, toda mi familia me miraba preocupada, varias veces me preguntaron que me pasaba incluso mi madre sugirió que no fuera a la Universidad, pero yo les dije que estaba bien y cuando termine de desayunar me despedí de éllos y me fui.
El dolor de cabeza no me había dejado desde ayer, Leisbef y Yeir ya estaban en el salón de clases, una vez más sentí la mirada de Leisbef en mi, pero esta vez sentí algo diferente ante su mirada, un frío escalofrío subió por mi espalda y por un momento mi vista se torno medio borrosa, sacudi ligeramente mi cabeza para despejarme, me senté en mi lugar y observé el lugar de Elena, ese día pareciera que tampoco vendría.
El resto de la clase apenas y preste atención, mi mente era un desastre de pensamientos y sensaciones, para empeorar mi humor, la directora de la Universidad informó que está noche todos los alumnos estábamos obligados a asistir al evento que organizaba las Universidades, consistía en socializar con otras Universidades y así apoyarse mutuamente en futuros proyectos.
En toda la clases ese día estuve distraído, cuando sonó la campana me fui a casa, volví a llamar a Elena pero de nuevo no me contestó, así que no me dejo de otra que ir a buscarla. Ella estaba sentada en su cama, cuando aparecí en su habitación me miro sorprendida, yo me acerqué a ella y le levanté el mentón, tenía un ojo morado por un golpe, golpe que estoy seguro, él desgraciado de su padre se lo hizo, ella quito bruscamente mi mano y se levantó.
___ ¿ Por qué no me has contestado? ¿ Qué te hizo ese hombre? __ Pregunté.
___ No te incumbe Arrembel.___Dijo, se cruzó de brazos mirándome molesta.___ ¿Qué haces aquí?.
___ Me preocupaba que no me atendieras, dime que ocurre Elena.
___ Si no te contesto es porque no quiero hacerlo, vete.
___ No me ire sin que me digas que está ocurriendo, ¿ Qué te pasa?.
Ella se rió de manera burlona, y luego me miro con frialdad, yo frunci el ceño ante su actitud, ella camino hasta su balcón.
___ Basta Arrembel, tú y yo no somos nada, entiendolo de una vez, no eres nadie para pedirme explicaciónes, sólo eres el hombre con el cual pasó el rato, para mi sólo eres un juguete que puedo reemplazar cuando quiera.___Dijo, yo retrocedi impactado por sus palabras, la mire como si no la reconociera, ella me dio la espalda sin dejarme ver su rostro mirando hacia la lejanía.
___Vete, no quiero volver a verte, me irrita tus preguntas, así que me buscaré a otro que pueda satisfacer mis necesidades, sin que me haga tantas preguntas.
Sus palabras fueron peores que una daga envenenada, trague saliva ante el escozor de mi garganta, sentía que mis ojos picaban por las lágrimas retenidas, no podía creer sus palabras, me negaba a creer que todo lo que vivimos, para ella no significó nada.
Amar dá el poder a otros para dañarte y yo le di el suficiente poder para destruirme.
No le dije nada, ya no había nada que decir, ella firmó el final, sentenció lo nuestro, desapareci de su casa, para jamás volver.
Se siente horrible amar, entregarte y que te destruyan el corazón sin piedad, dolía la daga envenenada que me apuñaló el corazón sin siquiera avisar, era un dolor que no creí que pudiera doler de semejante manera.
Me prepare para ir al evento de la Universidad, mi cuerpo parecía hacer las cosas en automático, sin voluntad o ánimos, ni siquiera sabía porque tenía que ir, ¿Por qué? Si sentía que en cualquier momento me caería a pedazos, aún así me fui.
Llegué y me senté alejando de todos, ignorando el ruido de gente bailando y riendo, cerré los ojos, la cabeza me estaba por matar, dolía como el infierno, después de un rato sentado ahi, ya no aguante, me levanté y fui hacia el bosque.
La noche estaba oscura y silenciosa, camine sin rumbo fijo, me detuve y me apoye en un árbol, sentía que no podía respirar, sentía que mi cuerpo poco a poco me dejaba de responder, mi vista cada vez más se volvia borrosa, oí un ruido a mis espaldas, di la vuelta para ver que era y sentí que el mundo se me caía encima, era Leisbef, me miraba fijamente, sentí a mi corazón latir más rápido, parpadee algo aturdido por el furioso cambio en mi magia.
___ Vete Stragen.___ Susurré.
Sentía que estaba perdiendo el control y sentía terror de lo que mi magia empezaba a reclamar, mi hidra estaba inquieta, lo sentía más palpable que nunca, como si mi control la estuviese teniendo mi magia y no yo, mi vista se volvió borrosa, como si un velo cubriera mis ojos.
Cuando volví a tener un poco de claridad, vi que tenía a Leisbef debajo de mí, jadee de horror, trate de alejarme de él, pero mi orden no fue cumplida por mi cuerpo, aprisione sus muñecas con mi magia, él se retorcia tratando de liberarse de mi, pero no podía contra mi magia.
Fui como un simple espectador de como mis propias garras crecían y rasgaba su ropa, intente luchar contra mi mismo, pero no podía, no tenía el control de mi cuerpo, no era mi hidra, no era yo, era mi magia que había tomado el control y que quería reclamar lo que para ella, por derecho era suyo.
Mi conciencia poco a poco caía en un espiral oscuro, oí el grito de Leisbef, pero no podía hacer nada para detener lo que mi propio cuerpo hacia, veía sólo oscuridad y sentía sólo la nada, como si mi cuerpo flotara en medio de la nada.
Mi mente podía dimencionar lo que pasaba, pero no podía volver a tomar el control, era sólo un cuerpo manejado por la furia de una magia agraviada, era sólo una bestia carente de sentido moral, un títere de mi propio descontrol, no se cuando tiempo pase en ese estado de estar, sin estar, entre la inconsciencia y la conciencia, pero cuando logré volver en si, lo hecho, hecho estaba.
Leisbef estaba debajo de mí, estaba desnudo, ambos lo estábamos, sus muñecas aún aprisionados por mi magia, su cabeza estaba volteada lejos de mi rostro, miraba la espesura del bosque, lo sentía temblar sin parar.
Me aleje de su cuerpo como si me quemara, él se encogió sobre si mismo, empecé a respirar erráticamente, me negaba a creer lo que había sido capaz de hacer, pero la prueba estaba ahí a la vista.
Su aspecto y el mio, no dejaba dudas de lo que paso, lo libere de mi magia, retrocedi de espaldas aún sin levantarme, hasta que mi espalda chocó contra un árbol, encongi mis rodillas hacia mi pecho y enterre mi cabeza en ellas.
Oí como él se movia, no levanté mi cabeza para mirarlo, lo que quería era morir, nunca me creí capas de un acto tan atroz, tan ruin, un acto monstruoso, lo sentí desaparecer de ahí y yo empecé sollozar.
Pronto los sollozos se convirtieron en gritos, empecé a golpear la tierra con mis puños sin parar, sentí mis propios huesos romperse y volver a regenerarse, pero ni aún me detuve, sólo quería morir, morir y no sentir este dolor que me estaba quemando, esta agonía que me estaba matando.
Me detuve de golpear la tierra, mire la oscuridad del bosque, veía sin ver, con la mirada perdida, la necesidad de morir predominaba en mi, me levanté y camine.
Sabía donde quedaba un ancantildo llamado el acantilado de la muerte, nadie vivía al entrar en ese río, era profundo y la corriente te arrastraba directo hasta el fondo del agua, sólo quería morir, no podia vivir con esta culpa, ¿ Cómo miraría a la cara a mi familia? ¿Cómo viviría sabiendo que le hice esto a Leisbef ? ¿Como?.
Cerré los ojos, desearía que las cosas fueran de otra forma, que hubiera dicho a mi familia desde el principio lo que me pasaba, pero no lo hice, ahora ya nada tenía sentido, abrí los ojos y mire de manera distraída el agua, ojala me hubiera despedido hoy de mi familia de una manera diferente, pero ya nada importaba.
Me deje caer en la caudalosa corriente, senti como si miles de pequeños alfileres entrarán en mi piel, sentí mis pulmones llenarse de agua, sentí como ya no podía respirar, sentí como mi vida se iba apagando.
Pero antes de que mi corazón dejará de latir, una mano tomo la mias y me impulsó hacia afuera, arrastro mi cuerpo hasta la orilla y me sacó del agua, empecé a tocer con desespero, cuando me recupere mire hacia la persona que me había sacado del agua, más bien era una sirena, sus ojos ámbar me miraban de manera fría, inmutable he insondable.
___ No recurras a actos de cobardes para enmendar tus errores hidra, perdiste el control, vive con la culpa y acepta sea cual sea las consecuencias de tu acto, ¿ Te arrepientes? Enfrenta tu destino, ese es el camino de los arrepentidos. ___Dijo, sus voz carente de piedad y compasión, su mirada inexorable no aceptaba réplica alguna.
Yo baje la cabeza hacia el suelo y cuando volví a mirar hacia donde ella estaba, ella ya no estaba, me desapareci de ahí directamente en el baño de mi casa y me puse horas bajo el agua fría.
Esa sirena tenia la razón, lo que iba a hacer era un acto de cobardes, tenía que lidiar con las consecuencias que mi acto traigan, salí del baño y mire por la ventana, tal vez era hora de que le dijera a mi familia lo que estaba pasando, pero ¿ Qué pasa si el padre de Leisbef nos obligaba a casarnos?
Sabía por mi madre que los Stragen estaban en una situación algo difil con un clan, que por eso continuamente acudían a nosotros por ayuda y una unión con uno de nosotros era lo ideal para acabar con ese problema, eso sería lo peor que le pueda pasar a Leisbef.
Cerré los ojos, tal vez dejar en las manos de Leisbef la decisión de que hacer con esto, era egoísta y cobarde, pero no sabía que hacer, si decía lo que pasó, tal vez solo enpeoraria las cosas para Leisbef, dejaría que fuera él que decidiera mi suerte y mi destino.
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Una semana había pasado desde esa noche, fue una tarea titánica covenser a mi familia de que no me pasaba nada, ir a la Universidad fue la peor de las torturas que he pasado, ver a Elena y Leisbef era la cosa más difícil para mi.
Leisbef no me volvió a mirar, él andaba distraído como si su mente no estuviera ahí y eso sólo hacia aumentar mi culpa y remordimiento hacia mi, Yeir no se acercaba a él, había oído que estaban peleados desde hace días.
Elena me ignoraba, pero ella no era mi prioridad en ese momento, por las noches lloraba hasta quedarme dormido y en la mañana fingia con mi familia que todo estaba bién, aún que por sus caras preocupadas no hacía una buena actuación.
Esa tarde antes de irme a mi casa Leisbef me detuvo del brazo en la salida de la Universidad, yo sólo me quedé quieto, no lo mire, sólo espere a que me dijera porque me detenía.
___ Está noche a la media noche ve al bosque, en el lugar de la otra noche.___Dijo, me soltó y se fue.
Yo mire su espalda al alejarse, así que ya había decidido que hacer conmigo, dudaba que me citará ahi para hablar, me citaba porque ya había encontrado que hacer conmigo y yo acudiría a esa cita y aceptaría lo que él quisiera hacerme.
Antes de subir a mi habitación abracé a mis padres con fuerza, también abrace a mis hermanos, sabía que con eso sólo los estaba preocupando más, pero necesitaba abrazarlos, no sabía que tenía planeado Leisbef, así que sólo quería al menos abrazar a mi familia, antes de irme a enfrentar sea lo que sea que él tenia para mi.
Cuando llegó la media noche desapareci de mi habitación, él no estaba en el lugar en el que me citó, pero en unos segundos después lo sentí aparecer a mis espaldas, yo no tuve el valor de voltear a mirarlo, sólo me quedé quieto a la espera de su acción, una magia me derribó al pasto, sentí unas ramas empezar a subir por mis piernas y mis brazos, la misma magia que me derribó me hizo voltearme quedando boca arriba.
Las ramas que eran parecidas a sogas me aprisionaron con fuerza, sabía que era la magia de Leisbef, asi que no hice ningun movimiento para defenderme, sentí mi ropa desapecer de mi cuerpo, las ramas me obligaron a doblar mis rodillas y abrir mis piernas, me estremeci, dudaba que Leisbef solo me haga lo mismo que yo a él y que todo termine ahi, no, él tenía algo más planeado, podía sentirlo, mi magia lo sentía, como si algo irremediable estuviera a punto de pasar.
Sentí el peso desnudo de Leisbef encima mío, se me cortó la respiración y sentí mi corazón latir frenéticamente, mi hidra estaba nervioso, inquieta, mi magia empezó a moverse furiosa, pero la obligue a retroceder, sea lo que sea que Leisbef estuviera planeando hacer, lo dejaría, sea lo que sea que él me hiciera, me lo merecía.
No pude evitar dejar escapar un grito por la sorpresa de la intromisión, no me esperaba el dolor que me produjo sentirlo dentro mío, ardía y quemaba, cerré los ojos con fuerza y voltee mi cabeza al costado evitando así mirarlo, en ningún momento lo había mirado a la cara, no podía, no quería, jadee cuando comenzó a moverse, mi magia luchaba por liberarse y atacarlo, pero la obligue a permanecer tal como estába.
Un grito de dolor se me escapó de la garganta al sentirlo morderme el cuello, me retorci desesperado por huir de ese dolor, dolía, dolía mas que cualquier otro dolor, el dolor que antes sentí fue una caricia comparado con este dolor.
Sentía que mi sangre ardía como en ves de sangre fuera lava, algo se desgarraba dentro de mí, sentí como si algo empezaba aprisionar a mi magia, como si algo más se imponía por sobre ella, grite sin poder evitarlo, el dolor era tanto que sabía que mis muñeca habían empezado a sangrar por las heridas que yo mismo me estaba causando al tratar de safarme de lo que las sujetaba.
Cuando sentí como si fuera una prisión de acero se alzaba alrederor de mi magia, supe que era lo que Leisbef estaba haciendo conmigo, estaba atando mi magia y voluntad a su magia y voluntad, mi magia se removió furiosa, ahora que yo sabía lo que él hacia, era imposible que mi magia no lo tratará de atacar, que no se tratará de defender, yo cerré los ojos con fuerza y volví a obligar a mi magia a retroceder.
Deje de removerme, el dolor era insoportable, pero me obligue a quedarme quieto, si seguía asi sabía que me liberaria de lo que aprisionaban mis brazos y piernas, sabía que mi magia con la menor oportunidad atacaria a Leisbef y yo me había jurado que aceptaría lo que él quisiera hacerme, así que obligue a mi magia a no atacar y me resigne a mi destino.
Cuando sentí que mi magia ya no luchaba contra Leisbef, supe que el hechizo de atadura había terminado, él dejó de morderme y salió de mi, se quito de encima mío, sentí que su magia dejaba de aprisionarme, no me moví, permanecí con los ojos cerrados, con la cabeza girada al costado, las lágrimas no habían parado de deslizarse por mis mejillas.
Me moví de mi lugar tratando de sentarme pero el dolor de todo mi cuerpo, me lo impedía, me medio recargue en mis brazos, mantenía mi cabeza agachada.
___ Creo que no necesito explicarte lo que acaba de pasar.
Oir su voz, carente de emoción me hizo estremecerme, sabía que lo que me hizo, tenía un propósito que tal vez fuese, peor que la muerte.
___ Te irás de aquí sin despedirte de nadie y jamas volverás, a no ser que yo te lo ordene, cosa que te aseguro no pasará nunca, también te prohibo que intentes matarte, tampoco podrás jamás volver a tomar a nadie ya sea por la fuerza o por voluntad, jamás vas a volver a tocar de manera indebida a una mujer o a un hombre.
Yo levanté de golpe mi cabeza para mirarlo, él me daba la espalda, si pensé que sería peor que la muerte, no equivoque, lo que me estaba ordenando era una vida sin vivir, yo no podía vivir sin mi familia, ellos lo eran todo para mi, sería para mi como ser un muerto en vida sin ellos.
Pero no podía reclamar, tampoco podía desobedecer sus órdenes, mi magia y voluntad estaban atados a él, estaban obligados a obedecerlo cual fuera su mandato, él sin mirarme arrojó mi ropa al pasto.
___ Vístete y vete, vete Arrembel lo más lejos que tú magia misma te permita, no me importa si es en otro planeta mismo, largante y nunca más vuelvas a pisar estas tierras.
Con eso dicho el desapareció, yo libere mi llanto, lloré de manera descontrolada como nunca en mi vida lloré, grite hasta quedar afónico, el dolor en mi corazón era tanto que sentía que mi vida se me escapaba, sabía que me lo merecía, pero saberlo no hacía que doliera menos
Me quedé unos segundos ahi llorando,hasta que sentí como mi magia me instaba a moverme y obedecer, me vestí como pude y desapareci, me fui de mi hogar lejos de mi familia, mi mundo enteró, mi familia era mi ancla, mi mundo, sin ellos, yo no existía, pero no podía ahora quitarme la vida, su orden también me impedían hacerlo.
Aparecí en un bosque, no tenía idea en donde estába, pero estaba seguro que estaba muy lejos de mi casa, de las tierras que me vieron crecer, me deje caer en el pasto recostando mi espalda en un árbol y lloré, sólo podía hacer éso para tratar de calmar mi dolor, mi cuerpo ya no dolía, pero el dolor que tenía en el alma era mucho más profunda y dolorosa que cualquier dolor físico...
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