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𝑐𝘩𝑒𝑟𝑟𝑦 𝑤𝑎𝑣𝑒𝑠 01꒱⸰ֺ ࣭⭑𓄹
Los rayos del sol entraban por su ventana, los cuales se colaban por ella dando directamente en su rostro, brindándole una calidad la cual hizo que cerrara sus ojos.
Los días soleados era algo que amaba Madison más que a nada, poder sentir la calidez del sol en su piel, ir a la playa y adentrarse a las profundidades del mar junto a sus amigos.
Eso era lo que la hacía verdaderamente feliz. Pero desde que su familia y ella se habían mudado al lado rico de la isla, muchas cosas habían cambiado y con ello la relación que tenía con los pogues.
Por más que ella quisiera hablarles y estar junto a ellos, no podía permitirse hacerlo o sino su castigo sería mucho peor.
El calor que ahora mismo había en Outer Banks le encantaba a Madison, toda su vida había vivido ahí y lo amaba, más cuando montaba las olas y se sentía invencible.
Ahora mismo no podía hacer nada, ya había pasado un tiempo desde que se habían mudado al Figure eight, su padre había cambiado demasiado, al igual que su hermano. Ambos habían querido encajar tanto con sus nuevos vecinos y amigos, que habían empezado a comportarse como ellos.
Ya llevaba un rato sin ver a los pogues y a la única que veía de vez en cuando era Kiara, y eso porque vivía ahí también, pero su padre le había prohibido volver a ver a los pogues, si lo hacía estaría castigada de por vida.
Un toque en la puerta de su habitación la hizo salir de la pequeña ensoñación en la que se encontraba.
─ ¿Qué harás hoy?─ preguntó su madre entrando a la habitación con una canasta de ropa sucia.
─ Había quedado con Sarah de ir a su casa, a tomar un poco el sol, lo de siempre─ dijo con una sonrisa, mientras le pasaba la ropa sucia a su madre.
La mujer salió de la habitación después de darle un pequeño beso en la frente, Madison tomo aire y después lo saco en un suspiro, estaba nerviosa igual que siempre cada vez que iba a casa de los Cameron, ya que aun pensaba en aquel momento tan intimo que había tenido con Rafe, aquel rubio de hermosos ojos azules los cuales le recordaban a las increíbles olas que solía surfear.
Salió de su habitación con su bikini debajo de su ropa de playa, la cual solo era un short y un top, sus sandalias y su bolsa en la cual llevaba algunos juegos de mesa o algunos aperitivos, ya que Wheezie solía unirse siempre.
─ !Mamá ya me voy¡─ aviso encontrándose a su hermano en la sala, el cual se levantó del sillón después de que ella saliera por la puerta.
La rubia ya había agarrado su bicicleta color verde menta, cuando su hermano la detuvo ofreciéndose a llevarla a casa de aquellos hermanos.
─ ¿Vas a visitar a Rafe?─ pregunto la menor estando dentro de aquel auto rojo, mientras se colocaba el cinturón de seguridad.
─ Sí, me dijo que pasara por él para ir a beber algo y eso─ respondió, la relación de ambos Sinclair ya no era la misma de antes, en tan poco tiempo se habían distanciado, cada quien estaba con sus nuevos amigos y de vez en cuando compartían pequeños momentos como este.
Después de eso nadie hablo en el auto hasta llegar a la residencia de los Cameron, cuando se estacionaron pudo ver a su amiga jugando un poco con su hermana menor, la chica sonrió ante eso y rápidamente bajo de aquel auto, mientras que su hermano se quedó adentro viendo su teléfono mientras esperaba al mayor de los hermanos.
Las chicas entraron a la cocina, Madison pudo ver como mucha comida chatarra se había apoderado de la mesa de aquel lugar.
─ Tanta comida solo para una tarde de chicas─ dijo la ojo azul mirando a la rubia.
─ Sarah y yo estábamos pensando en que te quedaras a dormir─ menciono con algo de inseguridad la castaña.
Madison iba a dar su respuesta, pero en ese momento pudo sentir como su teléfono vibro en el espacio de sus shorts, vio la pantalla de este contemplando el mensaje que este le mostraba "ven arriba" eso era lo que decía aquel mensaje.
La chica no respondió a la petición que le habían hecho las chicas, pero le había pedido a Sarah y a Whezzie que se adelantaran al jardín en lo que ella dejaba sus cosas en la habitación de la rubia, subió las escaleras directo a la habitación de la chica la cual se había convertido en su mejor amiga, pudo escuchar como unos pasos se acercaban a su dirección, en ese momento un suspiro se escapó de entre sus labios, al voltear ahí se encontraba él, tan guapo como siempre y con su cabello peinado hacia atrás como siempre. Ella se acercó inmediatamente hacia el abrazándolo fuertemente mientras escondía su rostro en el pecho de aquel joven, pudo sentir como su nariz se impregnaba de su perfume, tan exquisito que la hacía pedir quedarse así para siempre.
El rubio la despego un poco de él tomándola por los lados de su cara, mientras dejaba un pequeño beso en la coronilla de la chica.
─ te extrañe, Maddie.
─ También te extrañe, Rafe.
Después de aquel encuentro con el chico del que Madison podía decir que estaba enamorada, había pasado toda la tarde comiendo y riendo con aquellas hermanas, mientras que Rafe se había ido con su hermano a algún lugar que ella desconocía.
El sol ya se había ocultado por lo que el cielo se encontraba lleno de estrellas, la noche había caído en un cerrar y abrir de ojos, Madison trataba de distraerse con la película de terror que habían escogido, pero ni siquiera podía sentirse asustada porque sus pensamientos se encontraban en aquel rubio de ojos oceánicos y aunque quisiera dejar de pensar en él, simplemente no podía parar de hacerlo y solo dejaría hacerlo hasta que entrara por esa puerta.
Minutos después así fue, Rafe Cameron entro por la puerta sin siquiera voltear a verla sólo siguió su camino hacia las escaleras que daban con su habitación, había dejado de pensar porque el chico había tardado tanto en llegar, pero ahora solo pensaba en el porqué de aquella actitud.
Luego de haber convencido a su mamá de quedarse en casa de Sarah a dormir, ya se estaba preparando para meterse a la cama con su amiga, ya eran la una, casi dos de la madrugada, cuando salió del baño pudo ver como esta ya se encontraba durmiendo plácidamente, Madison ya se había sentado en la cama y quitado sus pantuflas cuando un pensamiento que pasaba por su cabeza le gano. Camino por el pasillo hasta dar con la habitación del mayor, toco suavemente la puerta ya que no quería que nadie se enterara de que era ella la que andaba merodeando por la casa, iba a irse hasta que escucho la voz de él a través de la puerta de madera.
Al cerrar la puerta detrás de ella pudo observarlo sentado en la cama, sin camisa solo con sus pantalones para dormir se acercó hasta él y pudo ver como su nariz se encontraba un tanto irritada y ella inmediatamente pensó que era a causa de que tal vez había estado llorando, pudo sentir como el la tomo de las caderas con sus manos para luego apoyar su frente en su vientre, Rafe pudo sentir como su cuerpo se contraía por los nervios, levanto su cabeza para verla directamente a sus ojos, le estaba diciendo tantas cosas con su mirada, las cuales con palabras no se atrevía a decir.
─ Rafe...
En ese momento se levantó de la cama e hizo lo que había estado queriendo hacer desde la última vez que la beso, el beso era sin prisa, estaban disfrutando del contacto del otro, era algo tan íntimo y a la vez expresaba tantas cosas, Madison sentía sus emociones a flor de piel, sentía las caricias que Rafe le otorgaba en su mejilla. Cuando se separaron pegaron sus frentes disfrutando de la compañía mientras mantenían los ojos cerrados.
─ Te quiero.
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