40 - {II}
Canción en multimedia: I don't care - Ed Sheeran ft. Justin Bieber 🎵 🎶
Jungkook miró con impaciencia desde bambalinas la escena que Eunha, Minseok y Taehyung llevaban a cabo sobre el escenario. Entonces sería su turno por última vez y... eso sería todo. Su última actividad escolar llegaría a su fin. Jungkook no sabía si quería que el momento durara para siempre, o si en cambio quería apurar al tiempo tanto como pudiera, pero había una extraña emoción en su pecho, donde predominaba la nostalgia.
Sus amigos y su entrenador estaban en el público. Su padre, su hermana y su madre también. Desde allí podía verlos y también podía ver a Han Woo. Ellas estaban muy cerca, pero no estaban matándose o algo así. Esperaba que eso fuera una buena señal.
Finalmente, Taehyung —en su papel— después de una larga discusión con la reina —Eunha— y su abuelo —Minseok—, se dejó caer rebeldemente en el trono de la reina, resoplando.
—Jungkook, tu turno —El profesor Namjoon le dio un empujoncito y Jungkook tomó aire para tranquilizarse. Miró a su alrededor. Hoseok y Jimin estaban allí; después de la obra sería el turno del grupo de baile. Jungkook asintió en su dirección cuando ellos levantaron sus puños para darle ánimo.
Él entró en escena y se paralizó un momento. No había notado lo potente que era la luz del reflector, que lo iluminó en cuanto puso un pie en el escenario.
Taehyung lo miró y Jungkook sonrió. Luego recordó que no podía sonreír; su personaje estaba triste. Sí, cierto.
—Escuché la conversación —recitó, sacando sus dotes escénicas de donde no estaba seguro de tenerlas.
—¿También querrás detenerme? —Taehyung preguntó con ferocidad.
—Sí, y lo siento mucho por eso, pero...
—¡Es que no lo entenderías! —exclamó el peligris levantándose del trono, pero ahora los cabellos castaños de la peluca fueron los que saltaron con la energía del chico—. Tú solo debes servir a la reina, solo debes preocuparte por ella.
Jungkook subió los pocos escalones hacia el trono, acercándose a él.
—Me preocupo por ti —declaró mientras negaba—. No puedes ir a esa batalla. Será una masacre y quizá... quizá no volvamos.
—Tengo que mostrarles que puedo —rebatió Taehyung tercamente en su papel de Han Sung—. Tengo que demostrarle a mi abuelo que merezco la herencia.
Tal y como había dicho el profesor Namjoon en los ensayos, Jungkook tomó el brazo de Taehyung, plasmando en su cara una expresión seria pero impaciente a la vez, como con necesidad y desesperación.
—Eres lo más importante para mí —dijo, tan claro y alto como pudo—. Si te pierdo en esa batalla, me perderé a mí mismo.
Taehyung miró el agarre de Jungkook sobre su brazo y se quedó quieto unos segundos, feliz, contento, sintiendo su corazón llenarse de algo cálido. Pero recordó que su personaje estaba molesto y frunció el ceño. Verdad. Entonces, apartó su brazo y con su voz más lúgubre recitó:
—Aléjate de mí. Lo nuestro nunca será.
El público dio una exclamación colectiva y Yeo-wool —Jungkook— bajó los escalones con "una expresión de corazón roto" como decía el guion. En el libreto original, se devolvería, correría hacia Taehyung y lo besaría. Pero la escena había sido eliminada.
Y qué, pensó Jungkook. Él trotó escaleras arriba e, ignorando la cara de confusión del peligris, lo besó. Fue un corto momento, solo sus labios presionando contra los ajenos, pero no era eso lo importante: lo hizo frente a todos, sin importarle nada. Y estaba feliz.
—Supongo que no puedo detenerte. Por eso estoy tan enamorado. —Él estaba agradecido de recordar el guion original, sino tal vez se hubiera quedado congelado en su lugar balbuceando como un idiota. Siguiendo con la obra, sus compañeros vestidos de soldados entraron a escena para informarle que los caballos estaban listos y Jungkook los siguió hasta salir del escenario.
—Bien. Me gustan los actores que acepten cualquier desafío —Namjoon lo felicitó, levantando su puño como dictador, pero Taehyung se quedó allí junto al trono, justamente boqueando como un imbécil, porque Jungkook realmente, realmente había hecho eso. Oh, por Dios.
Era un idiota. Por eso estaba tan enamorado.
De alguna manera, se recompuso. O algo así. Su escena final era un monólogo de tristeza relatándole al público por qué su personaje viviría un amor imposible por toda la eternidad. Y haría énfasis mil veces en su personaje, porque él, Kim Taehyung, estaba viviendo el suyo, porque el suyo no era imposible.
Era el turno de Eunha para entrar a escena; Jungkook estaba junto a ella, observando a Taehyung aún desde bambalinas, maravillado. Pero su cara de admiración fue reemplazada por miedo cuando, bajando las escaleras, Taehyung dio un mal paso y tuvo que apoyar su rodilla lastimada para no caer. El público podría haber pensado "oh, solo se trató de un error, suele pasar", pero la expresión de dolor de Taehyung hizo que Jungkook se alarmara y deseara correr al escenario para ayudarlo. Sin embargo, antes de poder hacerlo, Eunha puso una mano en su hombro, deteniéndolo, en el tenso momento en el que Taehyung se mantuvo inclinado, maldiciendo al suelo. El profesor Namjoon, así como Hoseok, se inquietó y sus piernas empezaron a moverse para ayudarle.
—Pero es mi deber —dijo Taehyung en cambio, tragándose el dolor y las lágrimas tras sus ojos. A Jungkook no le alcanzó el pecho para albergar tanto orgullo. Taehyung inspiró con fuerza y se enderezó, dándole la cara al público. Esa mirada fuerte, ese brillo feroz en sus ojos, esa actitud de jódete-yo-puedo-con-esto. Sí, ese era su novio.
Dios mío. Su novio.
Que alguien lo golpeara.
—Lo hiciste estupendo, Tae —le dijo al peligris cuando este salió de escena, así como el profesor Namjoon y otros tantos. Jungkook lo tomó del brazo al verlo cojear y Taehyung suspiró, molesto.
—Maldita sea, duele tanto —se quejó—. Creo que debemos postergar nuestra cita. Necesito ponerle hielo antes de que se inflame.
—Da igual, no te preocupes. De todas maneras, arruinaste la sorpresa.
—Supongo que sí —Taehyung sonrió—. Dijiste que la parte especial de una cita es la otra persona, así que no importa. Compremos pizza y veamos una película. También quiero quitarme esto. Pica —volvió a quejarse, refiriéndose a la peluca.
Una vez terminada la obra, con la trágica muerte de la reina en el palacio a manos de enemigos infiltrados ya que todos sus mejores soldados estaban en guerra, y después de una venia al público con todo el elenco, regresaron al salón para cambiarse la ropa y guardar los trajes, mismos que tendrían que devolver al auditorio. En su salida, Jungkook se detuvo un momento junto a la puerta.
—¿Qué pasa?
—Salón 1-C —dijo el pelinegro sonriendo—. No pasa nada. Solo quería recordarlo. Ahora es especial para mí.
—Cursi —Taehyung sonrió—. Yo diría algo como, "me lo tatuaré en el trasero".
—A este paso tendrás muchos tatuajes en el trasero. Y todavía me debes uno.
—Huh. Seré más cuidadoso con mis palabras a partir de ahora.
De regreso al auditorio, donde el grupo de baile ahora llevaba a cabo su presentación, regresaron los trajes al profesor Namjoon. Encontraron a Han Woo esperando ansiosamente por ellos. Por supuesto, junto a ella pero no a su lado, se encontraba también Daejin y sus padres. Al verlos a ellos, Jungkook tomó la mano de Taehyung y le dio un apretón, mirándole una fracción de segundo.
—Así que... es él —murmuró Seojoon dándole una larga mirada escudriñadora a Taehyung—. Bueno, al menos no luce como un delincuente o algo así.
—Seojoon —Kyung-shim le dio un codazo y le sonrió a Taehyung. El peligris agradeció el intento. Era todo un poco incómodo, pero no tan terrible como lo imaginó—. Daejin sugirió ir a cenar. Todos. ¿Les gustaría venir? —preguntó a madre e hijo.
—Papá quería cocinar pero no lo dejé —acotó Daejin con una sonrisa.
—Lo lamento, pero no puedo. Tengo una reunión y voy tarde. ¿Cómo está tu rodilla? —preguntó Han Woo a su hijo, un poco preocupada.
—Bien. Solo duele un poco. Puedes ir a tu reunión tranquila —se apresuró a decir—. Pero... creo que debo ir a casa y ponerle el hielo. No sería buena idea salir —Se excusó y soltó la mano de Jungkook, para que supiera que no necesitaba ir con él y que podía ir con su familia si así lo quería.
Sin embargo, el pelinegro volvió atrapar su mano demasiado rápido y preguntó:
—¿Puedo acompañarlo a casa? Prometo no llegar tarde —dijo, un poco temeroso, pero ilusionado.
Kyung-shim y Seojoon se miraron y luego él dijo:
—En casa antes de las ocho.
—Sí, está bien.
Han Woo suspiró, un poco aliviada. Si ellos dos irían a casa juntos, ella al menos podría concentrarse en la reunión y no preocuparse por su hijo y su rodilla.
—¿Estarán bien? —Quiso asegurarse—. Por favor no hagan nada ilegal.
—Sí, mamá.
En el parqueadero fue el momento de las despedidas. Jungkook no había soltado su mano en ningún momento y eso a Taehyung... le gustaba. Solo un poco.
—Tomaremos el autobús, ¿verdad? —inquirió el pelinegro, notando cómo el cielo empezaba a oscurecerse.
—No. Quiero caminar.
—Pero tu rodilla...
—Lo sé, pero quiero caminar a casa contigo.
Jungkook asintió y emprendieron camino, dejando que el frío viento los golpeara. Las hojas de los árboles ya empezaban a tornarse de color amarillo, y la oscuridad empezaba a tragarse la ciudad. Solo eran ellos, el ruido lejano del tráfico, de las conversaciones y el murmullo de la brisa.
—Eso no estuvo tan mal —señaló Taehyung—. Tus padres, quiero decir. Tal vez acepte su invitación a comer cuando no sienta que mi rodilla va a estallar.
—Incluso si hubiera ido mal, estaría acompañándote a casa.
—Tonto —Taehyung sonrió y apretó a su mano, mirando al suelo—. Me enamoras con esas palabras.
—Cada vez que las digo y miras al suelo o te ríes, me enamoras más.
—Ugh. —Pero la sonrisa no le cabía en la cara; tampoco cuando Jungkook se inclinó y besó su mejilla, sin dejar de caminar.
Caminaban hacia el frente, hacia el horizonte, hacia el futuro. Taehyung ya lo había pensado, solo ahora se sentía más real que nunca. Después de la graduación, en menos de una semana, ellos se desharían de sus títulos como capitanes, pero eso no importaba, porque ahora definitivamente eran un equipo.
Los quiero, sonrían ❤️
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