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23 Crecer Y Madurar



"Crecer antes de tiempo

a veces significa

no haber crecido como tal"



La reconciliación fue rápida, temprana y quizá hasta anticipada, pero JiMin se sentía bien con eso. Estaba feliz. Por primera vez en mucho tiempo podía gozar de una vida privilegiada. Tenía todo; a sus padres, a JungKook y, por supuesto, a sus suegros que ahora también los considera sus padres.

Bueno, no tiene todo. Aún falta alguien y tiene la esperanza de que pronto podrá verlo.

Espera de verdad.

Pasaron un par de días en los que Jackson se recuperaba satisfactoriamente. Los estudios que le realizaron no mostraron resultados graves ni nada que le afectara. Y estaba progresando.

JungKook fue bastante estricto con la dieta que le recomendó un nutriólogo que él mismo puso a su disposición, además del medicamento que debían suministrarle. A este paso no tardará en volver a casa para recuperarse en mayor comodidad, aunque la realidad es que está perfectamente en el hospital. La habitación que tiene es un lujo y aún está un poco preocupado por eso.

Pero teniendo a su hijo a su lado y a su esposo también, hace que nada más sea importe. Porque ellos son su combustible, son lo más importante que tiene en la vida y, ahora que le concedieron una oportunidad, no va a desperdiciarla.

Hoy despertó de buen humor y lo primero que vio fue a su hijo sentado en el sillón de enfrente escribiendo en su computadora portátil. Enseguida llamó su atención cuando se removió y lo vio levantarse con una hermosa sonrisa en su rostro.

—Buenos días, papi. ¿Cómo amaneciste? —preguntó y depositó un beso en la frente del aludido.

Jackson sonrió como un bebé, porque hacía mucho tiempo que no recibía ese tipo de cariños de su hijo y eso le hacía sentir muy importante, muy querido y muy afortunado. Aún siente culpa en su interior por todo lo que sucedió y lo que ocasionó, pero se esforzará mucho hasta que logre reivindicarse por completo. Mientras su hijo le sonría de ese modo todo es posible.

Al poco rato llegó una enfermera con la comida de Jackson que JiMin recibió y agradeció amablemente. Se sentó a un lado de su padre y se dedicó a darle de comer en la boca, como si realmente no pudiera hacer nada. El mayor le dijo que no era necesario, que podía hacerlo solo, pero el chico insistió, porque lo único que quería era recuperar un poco de tiempo perdido. Si con cosas tan simples como esa lo hacían, entonces no había ningún problema.

—Tengo una firma de autógrafos en una semana—informó JiMin con una sonrisa emocionada—Aun no puedo creer que muchas personas acuden para que les firme el libro. Es una locura.

—Es lo que te mereces—respondió y tomó su manito—Se nota que trabajaste mucho en esa novela. Si gana un premio sería lo justo.

— ¿Tú crees que podré ganar un premio? —lo miró con ojos de niño ilusionado.

—Vas a ganar muchos premios, JiMin-ah—asintió orgulloso—Serás un gran escritor y muchos hablarán de ti. Van a pelear por un autógrafo tuyo, incluso por una foto.

—En realidad ya está pasando—sonrió engreído—He ganado muchos seguidores y... JungKook se pone un poco celoso de eso.

—Bueno, no puedo culparlo—respondió—Cualquiera puede poner sus ojos en ti con otras intenciones. Eres muy hermoso... lo heredaste de mí—sonrió con picardía.

—Claro—rio un poco—Soy un chino coreano bastante guapo y atractivo—se burló.

—Eres más chino que coreano—también se burló—Pero no le digas a tu padre HoSeok que dije eso o me matará.

—Sí, sí va a matarte—rio más fuerte.

Aquello era un chiste entre ellos como familia. A HoSeok no le agradaba para nada que Jackson se atribuyera todo el crédito de la belleza de su hijo, sobre todo si hacía énfasis en que sus encantos eran chinos y no coreanos. Por eso algunas ocasiones lo bromeaban con ese tipo de comentarios y disfrutaban de ver cómo su rostro cambiaba radicalmente por una expresión de enfado.

De pronto se vieron envueltos en un momento bastante agradable en donde hablaron de más cosas que les hacía reír, sobre todo de los muchos recuerdos que tenían juntos. Tan inmersos estaban en su propio mundo que no escucharon cuando la puerta se abría y que JungKook llegaba, hasta que lo vieron parado frente a ellos con una sonrisa.

— ¡JungKookie! —chilló JiMin y enseguida se lanzó a los brazos de su amado.

El aludido lo recibió gustoso y con una enorme sonrisa en su rostro. Se vieron hacía un rato, pero era inevitable sentir felicidad genuina cada vez que se veían. Además, últimamente JungKook andaba un poco empalagoso con él. No importaba en qué circunstancias estén o en dónde se encuentren, sentía la necesidad de estar cerca suyo y de hacerle mimos para que sonriera como tanto le gusta. No fue hasta que Jackson carraspeó que ellos volvieron a la realidad y se sonrojaron en el proceso.

No podían culparlos. Aún estaban muy enamorados.

—Vine a hacerle su chequeo de rutina, señor Park—informó JungKook mientras intentaba recomponerse— ¿Cómo se encuentra el día de hoy?

—Estoy perfectamente—respondió y miró a JiMin quien le sonrió con ternura.

—Eso está muy bien. Me alegro por usted—también sonrió—Ahora voy a suministrarle medicamento intravenoso.

Jackson sólo asintió y se quedó con la mirada hacia abajo mientras JungKook hacía su trabajo. Se creó un silencio, uno ligeramente incómodo y JiMin entendió que quizá este era un buen momento para que su padre y su prometido pudieran hablar.

En este tiempo Jackson no había encontrado la oportunidad, ya que siempre estaban JiMin o HoSeok en la habitación. Y si no lo hacía ahora, tal vez no sucedería nunca.

—Iré a buscar a papá HoSeok en la cafetería—informó el rubio—Vuelvo en un momento.

— ¿Volverás con tu papá? —preguntó con ilusión.

— ¿Quieres verlo? —sonrió con sorna.

—Todo el tiempo quiero verlo—respondió con timidez.

—Entonces lo traeré.

JiMin le tomó la mano a su padre y la besó con mucho cariño. Después corrió hacia donde estaba JungKook y le dio un beso en la mejilla, acto que provocó que el contrario se sonrojara. No sabían si incomodaban a Jackson con las muestras de cariño. No le daban relevancia a eso. Era algo que no podían limitar.

Yerno y suegro se quedaron solos en la habitación silenciosa. Jackson pensaba en cómo sería una buena forma de iniciar esa conversación, pero las ideas no le fluían correctamente. Cada vez que miraba a JungKook quien siempre tenía una expresión neutra y lo veía por cortos segundos cómo hacía anotaciones en su tablilla, la valentía se le esfumaba por completo.

Por un rato observó la lujosa habitación y de pronto tuvo una idea de cómo iniciar la tan necesaria conversación.

— ¿Esta habitación es muy cara? —preguntó con un poco de pena—No creo que mi seguro cubra este tipo de gastos. No entiendo por qué me trajeron aquí.

—No le voy a negar que la habitación es costosa—respondió y se acercó a él para revisar su corazón con el estetoscopio—Y no, su seguro no cubre este tipo de gastos...

—Entonces ¿por qué estoy aquí? —lo miró un poco asustado.

—Porque yo pedí que lo trajeran aquí, señor Park—respondió con simpleza.

Se quedaron en silencio en tanto JungKook revisaba el corazón de su suegro, ese que casi tuvo en sus manos cuando le hizo cirugía. Descubrió que sus latidos estaban regresando a la normalidad y que incluso su respiración era tranquila, aunque se aceleró un poco cuando le respondió a su pregunta.

— ¿Eso no te ocasiona problemas? Es decir... humm... ¿Puedes hacer este tipo de cosas?

—No se preocupe por eso, señor Park—le sonrió con suavidad y retiró el estetoscopio.

—Me temo que debo hacerlo—insistió y esta vez sí lo miró—No quiero causarte ninguna molestia, no más de las que ya te he causado.

—No causa ninguna molestia. Se lo aseguró—volvió a sonreírle antes de hacer más anotaciones en su tablilla.

JungKook notó la expresión de Jackson y se mostró dubitativo durante varios segundos. Sabía que no podría estar del todo tranquilo debido a que sólo pensará en la factura alta que podía llegarle debido a esta habitación y a todos los cuidados personalizados, así que llegó a la conclusión de que lo correcto era comenzar a hablarle sobre él y quién es realmente dentro de este hospital.

—Hablo enserio cuando le digo que no se preocupe—retomó la plática—No se le va a cobrar ningún peso por la habitación ni por la cirugía. Todo eso corre por mi cuenta.

—Pero es demasiado, es que yo... no creo que merezca tanto de tu parte. Ni mucho menos que gastes un peso en mí—habló con vergüenza y bajó la vista.

—Digamos que es cortesía de la casa—se cruzó de brazos y le sonrió amable—No hay ningún problema con eso, ya que... soy el director de esta clínica y... mi padre es el dueño.

Completamente impactado, Jackson alzó la mirada para encontrarse con JungKook y una expresión amable. Creía que ya había tenido suficiente cuando supo que era un médico y que le había salvado la vida, pero tal parecía que sólo era el inicio de mucho. El hombre frente a él era un estuche de monerías que no paraba de sorprenderlo.

— ¿Es ver... dad? —lo miró con cierto temor en sus ojos.

—Sí—asintió con un poco de timidez—Es por esa razón que está aquí y tampoco debe preocuparse por nada. Sólo debe concentrarse en descansar mucho y en alimentarse bien. Y también debe evitar emociones un poco fuertes.

—Justo ahora me estás causando una emoción fuerte—habló con un hilo de voz—Yo...

Quiso decir algo más, pero de pronto se sentía muy cohibido ante JungKook. Era un verdadero golpe saber que es un hombre bastante importante y que, por encima de eso, parecía que gozaba de mucho dinero.

Y pensar que lo tachó de pobre, muerto de hambre, delincuente y quién sabe cuánto más. Cada día recibía un golpe nuevo sobre quién era realmente Jeon JungKook y cada vez se sentía más culpable. Así que era imperativo intentar redimirse con él y agradecerle todo lo que está haciendo a pesar de que no lo merece.

—No se apure, señor Park—le dijo JungKook con amabilidad—Podemos dejar este tema de conversación para después. En antelación ya le había dicho que hay que evitar las emociones fuertes, sobre todo las negativas y también debe seguir al pie de la letra la dieta que el nutriólogo le mandó.

—Yo lo sé, pero...—se detuvo para suspirar y bajó la mirada.

Para alguien como él que, era bastante orgulloso, se volvía un poco difícil pedir disculpas sinceras, pero de verdad tenía la intención de hacerlo.

—Fui injusto contigo—por fin se atrevió a hablar y a levantar la mirada—Me pasé con todos mis comentarios y me cree una imagen bastante errónea de ti. La verdad es que no tengo justificación y... quisiera pedirte perdón por eso... por todo—terminó de decir y se inclinó en una reverencia para mostrar respeto a JungKook.

El azabache no esperaba recibir disculpas de Jackson, más bien esperaba que se disculpara con JiMin y que arreglara las cosas también, pero no puede negar que siente cierta satisfacción por este momento. Aunque tampoco es como que le guste abusar.

—Está bien, señor Park—asintió comprensivo y agregó—Intentemos olvidar todo lo que sucedió y empecemos desde cero—sonrió y estiró una mano hacia el aludido.

Jackson levantó la mirada y se encontró con la expresión amable de JungKook. No podía creer que el hombre fuese tan propio y tan educado que ni siquiera muestre un ápice de apatía. Si lo hiciera lo aceptaría, pero le muestra todo lo contrario. Con eso le demuestra por qué su hijo se enamoró perdidamente de él.

—Empecemos desde cero entonces—respondió Jackson y tomó su mano para estrecharla con cordialidad—Ahora nos saltamos todas las tradiciones gracias a mis errores. Pero ya estás por casarte con mi hijo, supongo que ya no será necesario.

—En realidad sí—refutó y agregó—Quisiera tener esa plática con ustedes, aunque me gustaría que fuese más formal y cuando se sienta mejor.

—Me parece bien—asintió—Te agradezco que pongas ese tipo de interés por mi hijo.

—Soy un hombre de buenos modales y principios—se regodeó un poco—Mis padres no son anticuados, pero les gustan las cosas de buena manera.

—Tus padres—lo miró dubitativo—Espero conocerlos pronto.

—Pronto, señor Park—asintió y sonrió con picardía.

En un principio todo había empezado dentro del caos, pero ahora las cosas tomaban el lugar que les correspondía y la vida daba lecciones que jamás se olvidarían.

Jackson entendió por fin que su hijo siempre ha estado en buenas manos y que siempre tuvo la razón. A veces no entiende por qué se puso tanto en contra de JungKook si su suegro también le hacía lo mismo. Incluso ahora debe odiarlo aún más debido a que HoSeok se mudó temporalmente. Pero eso jamás le ha importado e intenta tenerle respeto pese a que en ocasiones es bastante despectivo con sus comentarios. Aunque al final siempre obtuvo el amor de su esposo y con eso le bastaba.

Eso tenía en común con JungKook; ambos lucharon por el amor de su vida sin importar nada más y lograron quedarse con ellos.

Espera poder enmendar sus errores con HoSeok para no llegar al divorcio.

Había sido una semana muy curiosa. Jackson estaba aprendiendo a comportarse delante de JungKook, ya que tanta amabilidad le resultaba incómoda debido a que aún cargaba con ciertas culpas. Era extraño verlo todos los días siempre pendiente de su salud y de todos sus cuidados. Lo mejor de todo eso es que HoSeok y JiMin permanecieron a su lado.

Después de esos días presentó mejoría satisfactoria y JungKook decidió darlo de alta para que continuara su recuperación en casa.

Pero su trabajo no terminaba ahí, porque se encargaría de los cuidados de Jackson aun fuera del hospital. Desde temprano avisó que podía retirarse y ahora estaba por llevarlo personalmente hasta su casa.

Cuando Jackson vio el auto de JungKook se quedó impresionado y sus recuerdos viajaron bastante rápido. Cada día que abría los ojos sabía que se enfrentaría a un nuevo golpe y una lección de vida.

Evidentemente es el mismo auto de aquel día y que pensó que ni en un millón de tiempos sería su auto, pero ahora estaba aquí, abriendo una de las puertas para que pudiera subir. Omitió las preguntas tontas y subió para tomar un asiento. Segundos después HoSeok se le unió a un costado y JungKook también abrió la puerta para él. Jamás se hubiese imaginado que sería esta clase de hombre que tiene modales antiguos y bastante caballerosos. Y sin duda le causaba mucha satisfacción ver cómo le abría la puerta a su hijo para que también subiera.

Jamás se hubiese imaginado que viviría una situación como esta y resultaba extraño. Incluso cuando llegaron a su casa JungKook continuaba con esa actitud servicial y caballerosa. Le ayudó a bajar del auto y después HoSeok le ayudó a entrar.

Se sintió aún más extraño entrar a su casa y tener más presencias que sólo la suya. Ahí se respiraba un poco de melancolía por la mucha soledad que abundó durante tanto tiempo. JiMin se había ido hacía dos años y medio. HoSeok hacía medio año. Y Jackson; pues su cuerpo estaba pero su mente no.

El hogar que tanto le costó construir se había venido para abajo y ahora existía la posibilidad de que pudiera recuperarlo, de fortalecerlo. Su hijo y su esposo habían vuelto, pero ahora llegaba ese integrante que con tanto esmero rechazó. Tiene la esperanza de que en algunos años ese vacío de soledad sea llenado, no sólo con la presencia de ellos, también con el sonido de risas pequeñas que sean capaces de darle vida y color a cada espacio.

Mientras HoSeok y JungKook ayudaban a Jackson a subir a su habitación para descansar, JiMin miraba algo curioso que encontró en las paredes de la estancia, esa que estaba vacía y en espera de poder ser llenada con recuerdos. Ahora tenía algo mejor que eso, algo que no hubiese imaginado nunca.

La pared lucía artículos de revistas y periódicos que hablaban sobre él y su libro. Había fotos suyas de eventos donde estuvo promocionando su trabajo y una que otra que había colgado en su Instagram cuando viajaba a algún lugar. En todas se mostraba sonriente y parecía que eso se había convertido en algo muy preciado para sus padres. Pero lo que más resaltó para sus ojos fue algo que había en la vitrina de cristal donde HoSeok guardaba cosas valiosas, como adornos, regalos que alguna vez Jackson le dio o regalos que JiMin le dio cuando estaba en el jardín de niños. Ahí en medio de todo y modelando en una base de madrea se encontraba su libro, demostrando así que era el objeto más valioso de esa casa. Parecía una especia de altar, sobre todo por lo que en la pared se encontraba.

JiMin llegó a pensar que quizá sus padres estaban ignorantes a muchos hechos de su vida, pero ahora se daba cuenta de que siempre lo tuvieron presente, sobre todo el logro de haber publicado el libro que por muchos años intentó escribir.

Eso le hizo sentir muy conmovido y sensible. Últimamente siente que sus emociones se disparan con lo más mínimo y no entiende por qué si nunca ha sido así, pero esta ocasión amerita derramar unas cuantas lágrimas, sobre todo por la melancolía que siente de estar en el lugar que alguna vez llamó hogar.

Ahora que han pasado dos años y medio se da cuenta de que el tiempo pasa demasiado rápido. Vivir el proceso de adaptación con JungKook fue complicado los primeros meses, sobre todo porque tuvieron diferencias, eran las más mínimas, pero formaban parte de conocerse tal cual son.

No contempló dejar su casa a los veintiún años y sin duda representó todo un reto crecer antes de tiempo, piensa ahora que quizá eso no significa crecer como tal, pero tampoco puede arrepentirse de las decisiones que tomó. Ha tenido una buena vida con JungKook. Está por casarse. Publicó su primer libro. Son detalles y sucesos de su vida que, quizá, no se hubieran dado su no hubiese volado fuera del nido y fuera de los brazos sobreprotectores de su padre. Tal vez éste jamás hubiese entendido ni se hubiese dado la oportunidad de conocer a JungKook si su hijo se hubiese quedado. Fue doloroso, sí, sí que lo fue, pero ahora el tiempo ha pasado y lo mejor es mirar hacia enfrente y concentrarse en el presente. Crear mejores recuerdos que puedan sanar las heridas del pasado.

Crecer como hombre, más de lo que ya hubiese crecido.

Y crecer como familia.

JiMin terminó por perderse en los recuerdos de su infancia a través de las muchas fotos que sus padres aún conservan en las paredes. Su adolescencia fue buena. Nunca le faltó nada. Aunque en la adultez fue todo un caos, ahora ya no importa mucho. Sólo queda sonreír y sentirse satisfecho por los resultados.

—Mi corazoncito era muy lindo de niño.

Escuchó la voz de JungKook a sus espaldas y luego sus brazos rodeándolo con fuerza en torno a su cintura. De pronto sintió mucha paz y un cosquilleo en su estómago, además de unas raras nauseas, aunque fue algo muy fugaz.

Por fin se sentía tranquilo y tenía la oportunidad de compartir un momento cálido con JungKook en su propia casa. Siempre tuvo la ilusión de darle un recorrido por esas paredes que contenían sus mejores recuerdos capturados en una fotografía.

—Parecías un mochi—halagó JungKook con una sonrisa tierna.

—Mis papás decían lo mismo—también sonrió.

— ¿Crees que quieran darme una copia de esta foto? —preguntó y señaló una donde JiMin usaba un overol y una gorra de pollito—Luces bastante adorable.

—Todavía tengo esa gorra—expresó dubitativo—Creo que está en las cosas de papá.

—Cuando tengamos un hijo, él deberá usarla—habló con sus ojos mirando la foto de JiMin y desbordando anhelo.

Formar una familia estaba entre sus planes a futuro y esperan que ya no sea tan lejano, sobre todo ahora que consiguieron la reconciliación con los Park y que estaban a punto de casarse. Tener un hijo sería lo más hermoso que podría pasarles.

—JungKook, ¿te quedas a almorzar? —preguntó HoSeok mientras bajaba por las escaleras.

—Me encantaría, pero debo resolver asuntos en la clínica—respondió.

—Oh, me temo que debo insistir. Creo que ni siquiera has desayunado—intentó convencerlo.

—No se preocupe por eso. Estoy acostumbrado a este ritmo de vida—sonrió y luego agregó— ¿Le parece si vuelvo en la noche para cenar? Quisiera hablar unas cosas con usted y con su esposo.

—De acuerdo, pero debes volver—lo miró con advertencia.

—Aquí estaré—sonrió e hizo una reverencia.

JiMin lo acompañó hasta la salida y se sintió extraño al tener que dejarlo ir. No era como otras veces que se despedían en el departamento, ahora era como si no quisieran estar separados el uno del otro.

— ¿Enserio no puedes quedarte? —le mostró un puchero para intentar manipularlo.

—Enserio no puedo, corazoncito—sonrió enternecido y lo tomó de una mejilla—Mi papá quiere que atienda personalmente la llegada de los medicamentos que vienen desde Alemania.

—Está bien—se rindió y se colgó del cuello ajeno—Prométeme que vas a volver.

—Por supuesto que volveré—respondió y lo abrazó con fuerza—Ya no pienso dejarte en casa de tus padres. Ahora eres mío.

JiMin sonrió y deshizo el abrazo para besarlo con mucho amor. El cosquilleo en su estómago no había disminuido en todo este tiempo y esa sensación le encantaba. Amaba a su hombre y adoraba estar con él. Ya no podría separarse de su lado.

JungKook tampoco quería dejarlo. Tenía una afección por estar pegado a él y cuidarlo, pero no podía dejar de lado su vida profesional, porque era bastante responsable. Lo único que podía hacer por ahora era besar su mano, justo donde luce el anillo de compromiso que le dio y después volvió a besarlo en los labios.

Nunca les ha gustado. Nunca le gustará. Pero al menos ahora tenían la certeza de que nadie podría separarlos.

Ya no más.




Hello!!!

Otro capítulo más de esta su novela. 

El yerno rico y y guapo es un hombre que resuelve :)

Es mi tipo ideal.

Como se pueden dar cuenta; las cosas se están acomodando. 

Y con esto entramos en la última etapa de la historia. 

Se nos está yendo :(

La semana que viene actualizo tres veces de nuevo y para la siguiente vuelvo a hacer maratón ya para terminar :)

Espero que les haya gustado. No se olviden de votar y comentar. 

Las tkm!!!



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