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Ligação de corações

El entrenamiento había terminado, la mayoría de jugadores ya abandonaron las instalaciones de la Ciutat Esportiva. Entre los pocos que quedaban, el trío de amigos estaba inmerso en una charla en un rincón del vestuario.

-¡Ni siquiera lo notó!- chilló indignado Gavi.

Ese día se le había vuelto a insinuar sutilmente a Robert, llevaba tiempo tratando que el mayor lo invitara a salir, pero este parecía no querer entender sus señales.

Fermín apoyó una mano en su hombro a forma de consuelo, aunque sabía que no funcionaría para tranquilizarlo, pues él se encontraba en la misma situación.

Se había armado de valor y había invitado a salidas a Íñigo durante las últimas semanas, el problema era que este lo trataba como si fuera su hermanito menor. ¡Incluso coqueteó con la mesera de un restaurante al que fueron a cenar!

-Al menos él no te ve como un hermano- bufó.

-Yo puedo entender que sus ancianos sean lentos por la edad, pero parece que Ferrán nació to' tonto- dijo Pedri.

El canario fue más práctico, se había lanzado directo a Ferrán con proposiciones que cualquier chico de su edad captaría, o al menos eso creyó. Lo invitó a ver Netflix en su habitación, pero Ferrán se negó alegando que la tv de su sala era más grande y la play estaba conectada por si se aburrían.

Soltaron un suspiro colectivo, necesitaban un milagro para salirse con la suya.

Raphiña observaba a los menores desde su taquilla, no quería ser chismoso, mas no pudo evitar notar las caras de tristeza y angustia de sus compañeros.

-¿Todo bien chicos?- preguntó con cautela.

El grupo se miró entre sí, canalizando la comprensión, ¿cómo no se les había ocurrido antes?

-¡Raphiiiiiiiii!- Fermín se acercó hasta él -tienes que ayudarnos- pidió dejando caer su cabeza en el hombro del brasileño con un suspiro dramático.

-Por favor- pidió Gavi acercándose con sus grandes ojos suplicantes.

-¿Puedes, puedes, puedes?- Pedri lo tomó del brazo libre y comenzó a sacudirlo como un niño pequeño.

Raphiña los observó durante unos segundos, pensando que quizá iba a arrepentirse por acercarse al grupo. -Claro- dijo esbozando una pequeña sonrisa -¿qué sucede?- cuestionó.

Gavi aprovechó su posición para verificar que nadie estuviera interesado en su conversación antes de hablar -Nos gustan unos compañeros del equipo- murmuró -pero ellos son tan estúpidos que no lo notan- exclamó con frustración.

-Necesitamos tus consejos- rogó Pedri -tienes que decirnos cómo conquistaste a Ronald-.

Raphiña sintió su cuerpo tensarse ante aquello, recordando lo que había hecho para que el uruguayo se fijara en él.

-Chicos, no creo que .....-

-Por favorrrrrrrr- lo interrumpió Fermín antes de que pudiera negarse -estamos dispuestos a todo-.

Gavi y Pedri asintieron frenéticamente para darle la razón.

Se quedó en silencio un momento, pensando en qué hacer. Por un lado, quería ayudar a sus amigos pero al hacerlo tendría que revelar lo que había hecho y se había prometido no volver a hacerlo. Por otro lado, podía ver la desesperación en los menores y se recordó a sí mismo en esa situación antes de que Roni por fin se interesara en él.

-¿Están seguros?- preguntó -si los ayudo no podrán retractarse después- dijo mirándolos con seriedad.

Los tres jóvenes se miraron antes de asentir.

-Está bien- cedió finalmente -mañana después del entrenamiento iremos a mi casa. Aprovecharemos que Roni se quedará hasta tarde haciendo fisioterapia para que no nos interrumpa-.

-¡Eres el mejor!- Gavi se emocionó lanzándose a abrazarlo y siendo seguido por los otros dos mediocampistas.

Sonrió devolviendoles los abrazos antes de separarse y regresar a su taquilla. Tomó su bolso y se lo colgó dispuesto a irse a casa, tenía que preparar lo que iban a necesitar. Avanzó hacia la puerta y antes de salir volteó hacia donde los menores cuchicheaban felizmente -se me olvidaba- mencionó alto captando su atención, a esas alturas eran los únicos en el vestuario -tienen que conseguir alguna prenda de ellos-.

-¿Prenda?-murmuró confundido Pedri.

-¿De dónde vamos a conseguir eso?- preguntó alarmado Fermín

Raphiña sonrió con diversión, sus amigos eran más despistados de lo que creían -oh, no lo sé, no debería ser tan díficil- mencionó con sorna mirando a su alrededor los uniformes regados por todo el vestuario -ingénienselas- les guiñó un ojo mientras se giraba y desaparecía por la puerta.













Raphi abrió la puerta de su casa, permitiendo que los chicos tras él ingresaran al enorme salón -ponganse cómodos- dijo viéndolos dejar sus maletines en el suelo alfombrado.

Él caminó con tranquilidad hacia la habitación que estaba destinada como su espacio personal, había dejado preparado todo el día anterior, ahora solo tenía que llevarlo hacía el salón.

Cogió la gran caja que contenía lo necesario y se dirigió a donde los más jóvenes lo esperaban.

-Acerquense, acomodense alrededor- murmuró mientras depositaba la gran caja junto a la mesita de café.

Obedientemente Pablo, Fermín y Pedri se sentaron viéndolo sacar recipientes, tijeras, papeles y demás.

-¿Haremos cartas románticas?¿Así te le declaraste a Ronald?- preguntó Gavi tomando un ovillo de hilo rojo escarchado.

-¿En serio, Raphi? Eres todo un romántico eh- le vaciló Pedri observando pequeños corazones azucarados en un contenedor de vidrio.

-Dime que es broma- pidió Fermín -soy pésimo haciendo manualidades. ¡Así menos le voy a gustar!-

Raphi los escuchaba entretenido, no tenían ni idea de lo que harían.

-Escuchen- habló una vez terminó de acomodar todo -voy a ayudarlos porque sé que son buenos chicos y a quienes hayan elegido serán muy afortunados por tenerlos- los jóvenes sonrieron ante sus palabras, querían mucho a Raphi -pero deben prometerme que lo que hagamos hoy será un secreto que no pueden contarle nunca a nadie-.

-Prometido- dijo Gavi extendiendo su dedo meñique. No entendía, ¿por qué tanto misterio por unas cartas? Quizá Raphi no quería que otros pensaran que era un románticon.

El coro de voces y meñiques de Pedri y Fermín se unieron a Gavi, entrelazándose finalmente con el meñique del mayor.

-Confío en ustedes- dijo sonriendo con calidez.

-Cuando era pequeño vivía en una de las zonas más pobres de Brasil- murmuró mientras encendía unas pequeñas velas rojas que había colocado en el centro de la mesa -mi familia ganaba lo suficiente como para apenas mantenernos decentemente. Sin embargo, hubo una época en la que mi madre enfermó, mi padre hacía todo lo posible pero las deudas se acumulaban y los gastos se hacían cada vez mayores-.

-En ese entonces, mi abuela vivía con nosotros y ante la situación decidió empezar en un arte un tanto peculiar- hizo una pausa y observó a los 3 jóvenes inmersos en lo que decía -¿Han escuchado hablar de la macumba?-.

-¿Macu- que?-

-¿Mamacumba?-

Soltó una pequeña risita ante las expresiones de confusiones -La macumba es una forma de culto muy popular en Brasil- dijo -ya saben, cosas como santería, cultos, rituales...- los miró expectante de sus reacciones- es lo que también conocen como magia negra-.

-¿Hechicería?- preguntó un Pablo que de hecho se mostraba interesado.

Asintió asumiendo que así le decían en España.

-Espera, ¿estás diciendo que realmente funciona todo eso de hacer rituales y manifestar?- preguntó Pedri un tanto incrédulo.

-En realidad sí y no. La manifestación requiere que usemos pensamientos para atraer a las energías del universo y que estas te ayuden a lograr tus propósitos. Los rituales son únicamente formas de expresión basadas en creencias pero no están relacionados a las energías del universo mismo- explicó pacientemente.

-Asombroso- murmuró Fermín -pero espera, ¿qué tiene que ver todo esto con nosotros?-.

Raphiña sonrió tomando un pequeño libro negro, herencia de su abuela, para responder a la pregunta.

-Ayer me preguntaron cómo conquisté a Roni- mencionó buscando la página en el cuaderno y sonriendo en grande al encontrarla -aquí tienen su respuesta- murmuró enseñándoles la hoja.


"Ligação de Corações

Para meu pequeno cacheado:

Quando você encontrar o homem da sua vida, sua outra metade, não sofra pelo amor dele. Às vezes o amor é cego e se você está disposto a sacrificar sua vida para ter o coração dele, então é isso que você deve fazer..."

Los tres menores fijaron su visión y con expresión concentrada trataron de entender lo que decía aquella hoja.

-Es un enlace de corazones- explicó Raphi al darse cuenta que no iban a entender lo escrito -es simple pero poderoso. Una vez que se realice no podrá deshacerse, tienen que estar dispuestos a pasar el resto de su vida con la persona que eligieron-.

-¿Cómo funciona exactamente?-

-Es simple, la persona a la cual enlacen su corazón sentirá en resonancia los sentimientos que ustedes tienen como si fuesen propios- explicó -sentirán el amor que sienten ustedes pero lo expresaran como si fuese propio-.

-¿Y qué sucede si en algún punto dejamos de amarlo?- preguntó Fermín.

Raphiña suspiró antes de responder -Con el tiempo el enlace se adueña de todo el corazón, los sentimientos que hicieron resonancia serán inquebrantables para la otra persona porque seguirán siendo un reflejo continuo y constante...-

-¿Quieres decir que no van a dejar de amarnos?- preguntó con ojos brillantes Gavi.

-Exacto- le dio la razón -sin embargo, si sus sentimientos cambian no van a poder separarse del contrario. Al ser quienes iniciaron el enlace deben permanecer en el origen siempre o el vínculo se quebrará y su corazón dejará de sentir cualquier otro sentimiento-.

-Mi abuela decía que en el universo existen dos grandes amores, el primer amor y el gran amor de tu vida. No muchos tienen la suerte de que una persona sea ambos amores. Es por ello que al hacer el enlace podrían o no quitarle uno de estos amores a otra persona, así que el precio a pagar es que estarían condenados a pasar el resto de su vida con el corazón que enlazaron- finalizó.

El salón quedó en silencio después de aquello, los menores procesando lo que acababan de escuchar y las implicaciones que tendría el hacer el enlace.

El brasileño les dio el tiempo que necesitaba mientras veía las velas rojas resplandecer bajo la pequeña llama. Sabía que era una decisión complicada de tomar, él mismo había necesitado días antes de decidir finalmente que quería estar atado a su Roni para toda la vida, creía firmemente que era su primer amor y el amor de su vida.

-Yo quiero hacerlo- Pablo habló rompiendo el silencio del salón.

-¡Gavi! No puedes decidir algo así tan a la ligera- exclamó Pedri a su lado.

-No es una decisión a la ligera Pedri, estoy seguro que Robert es el amor de mi vida y no voy a dejar pasar la oportunidad de estar para siempre con él-.

-¡Ni siquiera lo conocías hace dos años!-

-¿Y? Lo conozco el tiempo suficiente como para saber que lo amo y que estoy dispuesto a estar siempre con él-

-Yo también quiero hacerlo- murmuró Fermín quién se había mantenido en silencio durante el pequeño intercambio.

-¿Pedri?- preguntó Raphi al único indeciso del salón.

Contrario a lo que esperaba los ojos del canario se llenaron de lágrimas -no quiero que Ferrán me ame solo porque yo lo obligué a hacerlo-.

-Pedri- lo llamó suavemente tomando su mano -¿qué prueba mejor que esta para que te des cuenta que eres el indicado para Ferrán? nadie sacrificaría su felicidad por el sentir de otro sino lo amara profundamente. Además, estoy seguro que él también te ama, solo sería un empujoncito para ayudarlo a que se de cuenta- le sonrió con cariño. Acaba de confirmar que los enlazados tenían suerte de que los chicos frente a él los amaran tan profundamente.

-Está bien. ¿Qué hay que hacer?- preguntó decidido.

Pasaron las siguientes dos horas haciendo los enlaces hasta que la última vela se apagó.

-Bien. Solo hay que esperar que se enfríe y podrán llevárselo. Recuerden que para completar el enlace deben asegurarse que se consuma todo-.

Los tres asintieron emocionados mientras ayudaban a Raphiña a guardar todo lo que usaron.

Al terminar se dirigieron a la cocina por un bocadillo, charlaron un poco sobre el próximo partido y chismes de vestuario cuando escucharon el sonido de la puerta.

-¿Amor?- el acento uruguayo resonó por toda la casa.

-¡En la cocina!- gritó en respuesta.

Oyeron los pasos acercarse antes de detenerse de repente. El brasileño se extrañó antes de recordar lo que habían dejado sobre la mesa -¡los frascos!- susurró alarmado parándose y dirigiéndose rápidamente a la sala con los demás tras él.

-¡Roni!- rápidamente se interpuso entre la mesa y la mirada curiosa del más alto -te extrañé- dijo dándole un beso qué fue correspondido con entusiasmo.

Mientras tanto Pedri, Fermín y Gavi cogieron un frasco cada uno y lo guardaron en sus bolsos rápidamente.

-Yo también te extrañé, amor- dijo Ronald finalmente después de separarse -Hola chicos, no sabía que vendrían- saludó al darse cuenta de las otras presencias en la casa.

-Hola, Ronald- el coro a voces se escuchó mientras se acercaban a saludarlo.

-Bueno, un gusto verte murallita, pero ya nos íbamos- dijo Fermín.

-¿No quieren quedarse a cenar?-

-Gracias, pero no podemos, tenemos que hacer unos pendientes- respondió Gavi con una sonrisa nerviosa.

-¡Exacto! Mejor otro día con más calma- añadió Pedri.

-Está bien, nos vemos pronto entonces- se despidió.

-Los acompaño a la puerta- Raphiña los condujo hasta afuera y antes de cerrar la puerta murmuró -No se olviden, deben consumir todo-.

El trío asintió agradeciéndole y finalmente cada uno emprendiendo rumbo propio.



















"-Mira- tomó uno de los recipientes y se lo enseñó -están lindos, ¿no?-

-Sí, muy chulos-

-¿Quién crees que lo haya puesto aquí?- preguntó curioso.

-¿Quizá los fisios? Tiene pinta de ser alguna de esas proteínas- dijo tomándo el otro frasco frente al casillero número 5.

-No tiene sentido, ¿por qué solo lo pondrían en estos 3 casilleros?-

Antes que pudiera responderle una voz inesperada los sobresaltó -¡¿Qué hacen?!-

-¡Joder!- exclamaron dejaron caer los envases al suelo.

-¿Eres tonto, tío?- rápidamente se agacharon a recoger las botellas, aliviados de que no se rompieran

-Uy, que genio traen- se burló -ya díganme, ¿qué estaban haciendo?-.

-Nada, simplemente llegamos hoy y estaban estás botellas frente a los casilleros, estábamos tratando de adivinar que es-

Observó con ojo crítico los recipientes antes de hablar -Seguramente es proteína de los fisios, creo que vi a Ronald con una hace algunas semanas- mencionó encogiéndose de hombros.

Escucharon pasos acercándose al vestuario por lo que rápidamente dejaron las botellas en su lugar y se escabulleron hasta otro rincón, fingiendo que no estaban fisgoneando segundos antes."


















-Hola, pequeño- el mayor se acercó a Gavi quien lo saludó con una sonrisa.

-Hola grandote- le devolvió bromeando.

-¿Ya te vas?- preguntó estúpidamente pues él entrenamiento había terminado hace media hora.

-Sí, tengo que ir a casa a prepararme la cena- dijo refunfuñando.

-¿En serio?- esa era su oportunidad -Sí quieres puedes ahorrarte la molestia y aceptar mi invitación a cenar- ofreció sonriente.

















-Pedri- el llamado lo hizo levantar la cabeza del móvil.

-Hola- saludó con gentileza -¿necesitas algo?-

-Yo, uh, quería decirte que no sé porque pero he estos días he pensado mucho en ti y me gustaría invitarte a salir-

-¡¿Qué?!- abrió los ojos con extrema sorpresa ante la propuesta.






















-Me gustas, Fermín, me gustas mucho- se inclinó para besarlo tomándolo por sorpresa.

¿Por qué coño Ferrán Torres lo estaba besando?




















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Fin ✨️✨️
A imaginación lo que sucedió


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