Una mañana normal de un día normal...

En una semana normal de un mes normal...

De un año no tan normal...

Era la hora del día donde los jóvenes iban a la escuela.

La hora del día donde los adultos salían de sus casas a trabajar.

Y exactamente eso era lo que ocurría.

Una mañana común y corriente.

La campana de una escuela indicaba el inicio de clases con un sonido como 'Ring ring'.

Entre los alumnos apurados que corrían hacia la escuela,nerviosos por llegar tarde a su primer día,se encontraba un joven que caminaba calmadamente.

Imperturbable,caminaba por un camino prefijado siguiendo y pisando los mismos exactos lugares que piso la primera vez que vino a dicha escuela.

Como si no pasara nada,como si no llegara tarde.

Quedo completamente solo en el camino a su destino.

Luego de unos interminables 5 minutos,el chico llegó a la entrada de la escuela.

No sé detuvo,simplemente continúo caminando y entro a la escuela.

Ignoro los cerezos que florecían en la entrada,aquellos que muchos estudiantes se quedaron admirando y simplemente entro.

A paso lento e igual de sistemático que antes,se dirigió a su destino.

No tardo mucho en llegar,a pesar de su paso lento casi al punto de ser molesto.

Frente a su clase correspondiente,abrió la puerta corrediza,la cual hizo un sonido de 'cang' al golpear con la pared.

Ignorando a sus compañeros que lo miraban curiosos y a su profesor que le regañaba por llegar 20 minutos tarde,el joven de mirada perdida simplemente se dirigió al único asiento vacío

El asiento en la última fila pegada a la ventana.

Ignorando los gritos de su profesor y los murmullos del resto de jóvenes que hablaban sobre la excesiva cantidad de vendajes en el cuerpo del pelinegro,el simplemente se sentó.

Y en un momento y con la calida luz del sol golpeando su rostro,el joven simplemente,recostó su cabeza en la mesa del pupitre y durmió.

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Con un segundo 'Ring ring' de la campana,los estudiantes salían de sus salones y se dirigían a la cafetería.

Todos,menos uno.

El mismo pelinegro permanecía dormido en su pupitre.

Nadie se molestó en despertarlo,más bien dicho,nadie se atrevió a hacerlo.

Los vendajes protegieron el sueño del pelinegro.

La puerta volvió a deslizarse con el mismo sonido de 'cang'.

Otra persona entró al salón,acercándose con un paso al estudiante dormido que sugería un cierto enojo.

El intruso golpeó ligeramente el pupitre,despertando al pelinegro.

"¡es el primer día de clases y ya tienes una mala reputación,Nukegara(抜け殻)'.

(Nota: '抜け殻' kanji que significa cáscara y se puede utilizar como cascarón vacío).

Una chica pelirroja era la culpable,con un claro enojo en su rostro,grito dichas palabras al chico que,por palabras de la chica,era como un cascarón vacío.

el chico levanto la mirada para encontrarse con los ojos rojos furiosos de la pelirroja.

"Apreciaría que no me llames de esa forma,Akina-san".

El chico habló y con unas palabras extrañamente educadas y innecesariamente largas,mostró su desagrado por dicho apodo.

"No,es un apodo que se te acomoda,¡me prometiste que tratarías de socializar y ser normal y lo único que hiciste fue ignorar a todos y dormir!".

"Ya te ganaste una mala reputación entre profesores y alumnos,no ha terminado el primer día y la gente ya empieaza a hablar de ti".

Con una pequeña pausa entre ambas oraciones,la pelirroja dijo esas palabras.

Sin embargo,el chico ignoro completamente las palabras de la chica y solo permaneció observándola a los ojos.

La chica apartó la mirada,evitando que el chico miraba su cara.

"Toma,te traje yakisoba de la cafetería,¿es tu favorito cierto".

Dijo con un tono más suave que antes.

El chico simplemente asintió mientras tomaba el bento de las manos de la contraria.

Al abrirlo,extrañamente parecía casero y no de la cafetería,pero el chico no le presto atención y empezó a comer con la ayuda de unos palillos.

"Rico...".

"Me alegro!".

La chica,que había tomado una silla y se había sentado frente a el,hablo extrañamente feliz.

"Toma,te dare un poco de mi bento".

La chica tomó una salchicha con forma de pulpo con sus palillos e iba a ponerlo en el bento del pelinegro,pero...

"Muy rico...".

El pelinegro no espero y comio la salchicha pulpo directamente de los palillos de la chica.

Esta no se sorprendió por esta acción,aunque su cara parecía ligeramente roja.

"Siempre haces lo mismo...".

El pelinegro no se molestó en contestar y simplemente observó de nuevo los ojos de la pelirroja.

La chica parecía querer decir algo,pero entonces...

'Ring ring'.

Con ese sonido,la campana interrumpió las palabras de la chica.

"...me retiro,tengo que ir a mi clase".

Se levanto mientras tomaba los restos de su bento.

La pelirroja se movió rápidamente hacia la puerta,abriendola con el mismo sonido de 'cang',pero antes de salir,volteo hacia el chico el cual,estaba acostado sobre su pupitre,mirándola fijamente.

"Por favor,intenta arreglar esa reputación tuya".

Dijo,antes de finalmente retirarse.

El chico,levantándose,observó afuera de la ventana,desde donde podía ver los árboles de cerezo.

"...no prometo nada".

Susurro para si mismo.

Y así,luego del horario de clases,donde el pelinegro solo durmió sin prestar atención a nada,salía de la escuela solo,pues se levanto después de que todos ya se habían retirado.

"Ya casi anochece...".

Dijo eso,pero no parecía preocupado en absoluto.

Caminando de la misma forma en la que había llegado,se retiro de la escuela a paso lento.

Pasando por las calles del nocturno Tokyo,el chico caminaba de una manera tan sistemática que probablemente provocaría sueño en cualquiera que lo viera.

Con una mirada de lo más despreocupada.

"Dios,esa chica si que estaba buena".

Tras escuchar esas palabras,el pelinegro paro en seco y se dirijo a la fuente del sonido.

Exactamente,un callejón entre una tienda de conveniencia y una casa.

Al observar disimuladamente,pudo ver a un hombre que se acercaba a paso lento mientras se subía los pantalones y detrás de el,aunque no muy apreciable por la oscuridad del callejón,había una chica con un uniforme de secundaria tirada en el suelo,aparentemente inconsciente.

"Tío,tal vez debería llevarmela conmigo,sería diver-".

El hombre detuvo sus palabras al ser tomado por la cara y que golpearan su cabeza contra una pared.

"¡¿que mierda".

Pero no hubo respuesta.

"¡Sueltame hijo de perra!".

De nuevo,no hubo respuesta.

Luego de 20 segundos,los gritos de ira del hombre se convirtieron en gritos de dolor.

Luego en gritos ahogados y finalmente.

...nada.

El hombre cayó al suelo,al ser soltado del agarre en su cara,solo para revelar algo espantoso.

Sus ojos no estaban,solo las cuencas vacías,no parecían haber sido extraídos,después de todo,no había sangre en ningún lado.

"Si me permite,tomare esto prestado un momento,señorita...".

Con el sonido de un teléfono llamando y luego de algunas palabras del chico,devolvió el teléfono a su dueña,antes de salir del callejón,dejando a las dos personas inconscientes.

"Me pregunto...¿que debería cenar hoy...?".

Mirando a la luna,la cual se había puesto hace algunas horas,el joven suspiro .

"Ramen instantáneo será entonces...".

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Akina.