—Me siento estúpida. — dije en un susurro, mientras me miraba al espejo. Sentí arder mis ojos de nuevo, gruñí al saber que se trataban de lágrimas que se aproximaban y me enjuagué el rostro nuevamente. — Odio esto. — susurré, me apoyé en el tocador del baño y escondí mi rostro entre mis manos.

— ¿Por qué tan feliz, Luke? — había preguntado Ashton. Todos estábamos reunidos en su apartamento.

—No lo sé, me acabo de sacar una gran mierda de encima. — respondió para luego ensanchar una sonrisa, le había mirado confundida cuando el captó mi mirada y me guiñó un ojo.

Luke me había guiñado un ojo, agradecía que nadie lo había visto y había sentido mi rostro arder, y no por sonrojamiento, sino por enojo.

—Mierda. — gruñí, me volví a salpicar agua en el rostro y noté lo rojo que estaban mis ojos.

Había estado en la cocina buscando algo interesante en la refrigeradora de Ashton cuando el rubio entró. Él había fruncido el ceño y encaminado hasta donde mí... no donde mí, sino hacia la refrigeradora.

—Con permiso. — había dicho en un cantito vivaz. — ¿No sabes si hay más cervezas Corona? — preguntó al azar mientras miraba el contenido de la refrigeradora. Al no responder él había posado sus ojos en los míos y se había enderezado para estar al frente mío. — Hey Misty, ¿Qué se siente ser rubia?

—Dímelo tú. — había respondido con furia, él había sonreído y ladeado un poco su cabeza.

—Es asombroso. — Luke había alzado las cejas, girado para seguir buscando y encontrado una bebida de su agrado. — Pero deberías de comenzar a teñirte la raíz si no quieres que nadie sepa que eres teñida. — soltando una pequeña risa me había dicho aquello y apretando mis dientes de una manera dolorosa había asentido enojada.

—Deberías dejar de ser un patán. — dije gruñendo.

—Misty, querida, ya no eres nadie para decirme qué hacer, tú misma lo dejaste en claro que ya no seríamos amigos. ¿O me equivoco? — había dicho para luego darle un trago a su bebida, al no responder él había sonreído y como si nada me había dejado sola en la cocina, con algo dentro de mí doliendo.

— ¿Misty? — escuché la voz de Miranda al otro lado de la puerta, pero no quería que nadie me viese en este estado, eso nunca.

— ¿Sí?

— ¿Estás bien? — preguntó, noté el matiz de preocupación en su voz e hice un mohín.

—Lo estoy, todo está bajo control. — mentí esperando que me creyera y dejara sola.

—Vale, si necesitas algo me llamas.

Asentí sin importar que no me viera y me senté en la taza del inodoro.

A los minutos sentí un fuerte retorcijón en la zona del vientre, me alarmé al saber qué era y era una tonta al no venir preparada, estaba en mis días.

— ¡Miranda! — llamé en un gritó, a los segundo se escuchó un toque en la puerta y la abrí, pero no era Miranda, era Michael.

— ¿Estás bien? — preguntó y negué al sentir un punzón.

—Michael, dile a Miranda que venga.

—Pero...

— ¡Pero nada! — grité.

Michael alzó sus manos de forma inocente y se fue en busca de Miranda, al aparecer la rubia al frente mío sonreí aliviada.

—Necesito un tampón. — avisé y ella asintió.

—Creo que Nia tiene unos en su bolso... aguarda aquí. — asentí, la miré desaparecer, pero por el mismo camino venía Luke. Mierda. Él me miró confundido, pero siguió con su camino. Bien.

—Toma. — Miranda me sonrió, me dio un tampón y me dejó sola.

Después de unos minutos todo estaba bajo control. Había retocado mi maquillaje y había desaparecido cualquier rastro de que estuviese llorando y me dirigí a la sala donde todos estaban.

—Calum, atrapame. — dije, me senté en su regazo a lo que él se quejó. En estos momentos me sentía desvanecida.

— ¿Por qué no sabía que ya no eras virgen? — preguntó el moreno, tomándome a mí y a los demás en sorpresa.

— ¿Disculpa? — fruncí el ceño.

—Usas tampones, no eres virgen. — se explicó, sentí mi cara arder, le iba a dar una mirada matadora a Miranda, pero aquellos ojos azules atraparon mi mirada antes. Luke miraba atento la situación y eso me incomodó más.

— ¿Qué esperabas? Tengo 19. — respondí, me quité de su regazo y me senté a su lado, él pasó su brazo alrededor mío y frunció su ceño.

—En mis tiempos las chicas se guardaban hasta el matrimonio. — bromeó Ashton, puse los ojos en blanco, pero reí.

—Solo eres dos años mayor. — le dije y todos rieron.

— ¿Con quién perdiste tu virginidad? — preguntó el moreno, sentí mi cara enrojecer de la vergüenza y negué.

—No te diré. — hablé ofendida.

— ¡Vamos! — Calum volteó los ojos y suspiré.

—Un chico de la secundaria. — respondí harta.

— ¿Cuantos años tenías?

— ¡Calum!

Luke's Pov

Miraba como Calum interrogada a Misty respecto a la pérdida de su virginidad y ella solo se iba enrojeciendo más y más.

— ¿Cuantos años tenías? — preguntó Calum.

— ¡Calum! — la rubia se llevó ambas manos a su rostro y gruñó, todos escuchábamos entretenidos porque ella era muy chistosa respecto a este tipo de cosas.

—Casi a los 16. — dijo en un susurro, Calum le miró sorprendido, yo también lo estaba, sabía que no era virgen, pero no que la había perdido a esa edad.

—Niña precoz. — Calum bromeó haciendo que ella le diera un golpe. — Pero aún no me dices con quién.

—Yo sé con quién. — Dijo Michael con una gran sonrisa. Misty le miró mal y gruñó.

—Michael, si dices algo te mato. — lo amenazó, este rió e hizo como si su boca fuese un zipper.

¿Por qué Michael sabía aquello?

Fruncí el ceño, apoyé mi barbilla en mi puño, mi mirada chocó con la de Ashton, este me dio una mirada divertida, le volteé los ojos y le volví a poner atención a Misty.

—Los odio a todos. — exclamó la chica.

—Me amas. — dijo Michael mientras le guiñaba un ojo.

—Ughh. — se quejó ella.

Genial, ahora mi mente tenía otra cosa en qué pensar.