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Capitulo 57: Inferus

https://youtu.be/5hDEd0h9KYQ

Quiero ver tu sonrisa volver

(Se ve a Wolfurio, Lirian y Boulderon, quienes parecen ser los que están cantando. La imagen se ve de blanco y negro).

Ya no veré hacía atrás

(Aun blanco y negro, se ve a Camilo con la expresión agachada, sentado en un trono de piedra).

Quiero caminar de frente pero tu cansado estas.

(Se ve a los Peleadores reunidos en una sala de estar, cansados y derrotados).

De tanto sonreír.

(Se muestra el collar de Pegaso que Claire le regalo a Camilo en navidad tirado en el suelo)

No tienes que fingir.

(Se ve la sala del Orbe Sagrado, y al Orbe, aun en blanco y negro, brillar intensamente)

Es buenos ser feliz de vez en cuando para ti.

(Se ve a los Peleadores, Claire y Ginebra levantarse, con expresiones decididas en sus rostros).

(La música suena mientras se ve a Marduk mirando al horizonte desde lejos, para hacer un acercamiento más de cerca rápidamente. La imagen cambia de golpe para mostrar un casco con un yelmo que cubre el rostro de quien lo usa).

(Seguidamente, se muestra el titulo del fic en un espacio parecido a un cielo despejado, siendo la primera imagen a color).

Tu tierna voz no siempre trajo sufrimiento y no quiero arrancarlo desde adentro

(Se muestra desde la perspectiva dos escenas: a Camilo, acercándose a un Marduk llorando después de que ambos perdieran a sus compañeros y a Camilo conociendo a Claire).

Quiero que vuelvas, pero si lo fuerzo puedo lastimarte más que ahora.

(La escena cambia de golpe, con una Claire en medio de una calle en una ciudad a oscuras. Se muestra en imagen muy brillante el momento en que Camilo y Claire estrechan sus manos la primera vez, haciendo énfasis en ese momento).

Ya no existen las palabras, pero todo lo que haces me revela la verdad...

(Camilo y Marduk pasan uno frente al otro, como si fueran fantasmas atravesándose. La imagen muestra a Camilo de pie en una calle).

Y no se haya nada más.

(Al mismo tiempo que Camilo se da la vuelta, el fondo se quema y muestra a Goodwin en un espacio oscuro, extendiéndole la mano a Camilo, invitándolo).

Guárdalo en lo más profundo si.

(Se muestran rápidamente y uno a uno a todos los amigos que los Peleadores hicieron: a los Vexos, la Resistencia, Daku, Fabia, Serah, Linus, Ren, Mason, Zenet, Lena, Relena, Alfredo, Serena, John, Ashoka, Felipe, Sabine, Rafe, Page, terminando con mostrar a los miembros de los equipos Anubias y Sellon).

Si somos libres para amar, será bueno dejar de soñar.

(Se muestra la imagen de un hombre moreno que parpadea hasta transformarse en el Caballero Esqueleto. Después, se muestra la imagen de un Goodwin en sus veinte que parpadea hasta mostrarse al Goodwin de la actualidad, el empresario).

Y si no quieres volverlo a hablar.

(Con un movimiento de capa, se muestra a Goodwin y la imagen retrocede, mostrando a Anubias, Sellon, Caligula, Kazarina y Dukhan mientras la imagen se alejaba más, mostrando ahora una vista completa del castillo).

Yo nunca te abandonaré.

(Se ve a Camilo sentado en un trono de piedra, con una sombra oscura envolviéndolo lentamente).

¡Contigo estaré!

(Se ve a Marduk levantarse).

Quiero ver tu sonrisa volver.

(Se muestra a los Vexos juntos y la imagen asciende para mostrar sus Bakugan juntos y alineados).

Ya no veré hacía atrás.

(Los Bakugan lanza sus ataques al unísono contra una figura oscura que repele sus ataques fácilmente).

Quiero caminar de frente pero tu cansado estas.

(Drago lanza un rayo de energía contra Némesis, que lo esquiva en el aire y lanza su propio rayo que Drago esquiva y ambos chocan sus garras, mirándose con odio desmedido).

De tanto sonreír, no tienes que fingir.

(Lionel atrapa su espada, mirando adelante suyo a Inhar Lumagrow Haos que carga un ataque en su boca. La imagen muestra a Vladitor blandiendo su espada de doble hoja, liberando energía purpura hacía el frente).

Es bueno ser feliz de ves en cuando para ti.

(Se muestra la imagen de Camilo de espaldas caminando hacía adelante. Una sombra lo cubre por completo, y al girarse, se lo ve con la armadura oscura de sus visiones y sus ojos eran dorados de un tono oscuro).
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Tras dar la respectiva noticia de su "éxito" y la batalla, así como la perdida de Serah y Lirian, el estado general del grupo era... deprimente.

-¿Por que abandonaron a Serah?- Claire tomo a Merlín y lo empujo hasta estrellar su espalda contra la pared, agitándolo fuertemente. -¡Maldita sea! ¡Era nuestra amiga!-.

-Esto es una guerra, y en las guerras siempre habrá bajas. Creí que ya lo habías aprendido- dijo Merlín, su voz no había reproche y acusación, solo decía los hechos.

-¡No te atrevas a restarle importancia a la vida de Serah!- Grito Dan.

-No lo hago, pero no había nada que pudiera hacer-.

-¡Eres un Celestial, ¿no?! ¡¿Cómo es que no podías hacer nada?!- Exclamo Claire, sus ojos parpadearon de rojo a azul mientras las lágrimas se asomaban en la comisura de estos.

-Un Celestial solo de nombre. Mi yo actual es solo un ser insignificante de lo que fui alguna vez. Incluso tu eres más poderosa que yo- señalo Merlín. -La magia de ese libro es de las pocas cosas en el universo que escapan de mi poder y mi vista. Si sirve de algo, su amiga y su Bakugan fueron buenas personas-.

Claire apretó los dientes y sus manos se pusieron blancas por lo fuerte que las apretaba con la ropa de Merlín, hasta que lo soltó. Soltó un quejido que era más parecido a un llanto y salió corriendo del lugar. Lionel la siguió flotando.

Dan levanto una mano y tenía la intención de seguirla, pero Shun le puso una mano en el hombro y negó con la cabeza. Al ver a su mejor amigo humano, Dan noto el cansancio en el rostro de su amigo a pesar de no haber luchado tanto o estar herido.

El aura de tristeza rápidamente inundo el lugar, afectando a todos, sintiendo la perdida de Serah de diferente manera.

Marucho se tapo la cara con sus manos, pero fue visible cuando unas gotas cristalinas salieron de sus orbes y resbalaron por su mentón y cayeron sobre la mesa. Tristar se puso encima del hombro de Marucho, dando un apoyo silencioso.

Marduk apretó los puños y cerró los ojos, no emitiendo ningún ruido más que un gruñido por el nudo que tenía en la garganta y el ardor que sentía. Vladitor, al igual que el Bakugan Aquos, estuvo en silencio y en compañía para su compañero, que sufría en silencio a su manera.

-Yo... tengo que informarle a la reina y a la princesa- dijo Rafe, parándose y retirándose de la sala. Page lo vio irse con una mirada de simpatía y tristeza por tener que ser quien le de la noticia a sus regentes, pero sabe que él lloraba en silencio primero antes de notificarles.

Ella misma se encontró acompañando el sentimiento de dolor y perdida. Conoció a Serah en poco tiempo, pero pudo comprobar que era un alma dulce y amable, del tipo que son aplastados en Gundalia, pero que demostró tener una gran fuerza y habilidad en el combate.

Shun se sentó de golpe en la silla que antes estaba sentado Rafe. A pesar de que lograron evitar que el enemigo tomara el Necroshade, esto no se sentía como una victoria, en especial porque esto no significo nada para sus enemigos, solo un pequeño retraso insignificante para sus planes.

Ese mismo sentimiento era compartido por Luna, John y Ginebra, cuyos rostros demostraban el sentimiento de fracaso.

El resto de la sala solo pudieron mirarlos con preocupación, acompañando a los Peleadores en su dolor y sin poder hacer nada más. Aunque el resto no había conocido tan bien a Serah y Lirian, se pudieron dar cuenta de algo: esto no se lo merecían.
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(En Neathia)

Linus caminaba tranquilamente por las calles en reconstrucción de la capital. Hoy era su día de descanso y quería aprovecharlo al máximo, ya que la reconstrucción de las ciudades y verificar la seguridad de todos los habitantes de las ciudad del mundo no era una tarea fácil. Pero todo el agotamiento y esfuerzo valdría la pena para que Neathia pueda volver a brillar y rebosar de vida como cuando era niño.

Caminando en medio de una multitud de personas que pasaban, Linus se detuvo. Sentía una mirada acechándolo. Busco discretamente por el área, buscando quien o que podía estar observándolo con tanta intensidad.

Su mirada se poso en una figura oscura que estaba encima de una terraza de un edificio a una cuadra. Linus, sin quitar la vista de la figura, camino hacía el edificio donde estaba, pero cuando estaba cerca, la figura salto.

Linus retrocedió un par de pasos hacía atrás cuando la figura aterrizo, haciendo un fuerte ruido. Los Neathianos que pasaban por el lugar se detuvieron al ver al hombre con armadura negra que bajo de cinco pisos y estaba de pie como si nada.

-Algo me dice que no eres de por aquí- dijo Linus, moviendo su mano discretamente a su bolsillo, donde había estado durmiendo Rubanoid. Parece que necesitará despertarlo ahora. -¿Quién eres?-.

La figura con armadura y mascara solo levanto su brazo derecha; en su mano, entre sus dedos, había una carta en blanco. La carta libero un destello con diferentes tonalidades que cegó a todos los presentes.

Cuando el brillo se apago, los Neathianos que se detuvieron al ver a la figura vieron sorprendidos que había desaparecido como por arte de magia.

Quien seguía en su lugar era Linus, pero ya no como antes: su ropa tenía varios tirones y estaba rasgado de las mangas y la parte frontal, además de tener rasguños por todo el cuerpo.

-Demonio...- fue lo único que dijo antes de caer al suelo.

-¡Ay, cielo santo!-.

-¿Qué le sucedió?-.

-¡Qué alguien llame a emergencias!-.

Mientras las personas se acercaban a ver a Linus que, desde su punto de vista, había colapsado de la nada, la figura con armadura se estaba alejando, ganando un par de miradas nada más.

-Adiós, Linus-.

El hombre fijo su vista en el castillo de Neathia. Un par de Neathianos pasaron a su lado, y cuando se volvió a dar un vistazo, el sujeto ya no estaba. Como si se hubiera desvanecido con el viento.
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(En el Interespacio)

-Bueno, bueno. Creo que ya ha durado mucho la espera- dijo Dylan, caminando por el centro de mando en el interior del IB. -Es hora de hacer las cosas más interesante. A veces, se tiene que ser de los malos para hacer las cosas interesantes, jeje-.

Tecleo un poco y... listo.

Hora de animar las cosas.
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(15 minutos después)

-¡Chicos, esto es malo!- Grito Marucho, llamando la atención de todos los presentes, sacando del aura de tristeza que los había envuelto.

-¿Qué sucede, Marucho?- Pregunto Taylean.

-¡Las personas están volviendo a ingresar en el Interespacio!- Exclamo el rubio frenético.

-¡¿Qué?!- Fue el coro grupal de todos

-¿Por que?- Pregunto Dan. -¡Cerramos los accesos y dejamos claro que nadie puede entrar!-.

-Alguien ha bloqueado mis accesos y rechazado todos mis permisos de administrador fuera del sistema. No puedo evitarlo- exclamo Marucho mientras tecleaba y en la mesa surgían varias pantallas con datos e imágenes del IB en donde comenzaban a surgir personas. -Esa misma persona ha enviado un anuncio a todos los foros de internet sobre que el Interespacio esta listo y que va a dar comienzo un gran evento. Las personas se están conectando rápido-.

La preocupación y temor comenzó a surgir en todos. Lo que Merlín había predicho estaba pasando.

-Ese lugar aun esta infestado por Bakugan Caos. Los Bakugan virtuales no serán rivales para ellos- dijo Xerxes.

-¡Mierda! ¿No nos van a dar ni un descanso?- Exclamo frustrado Dan. -Iré de inmediato-.

-Espera, Dan. Si entras al Interespacio, no podrás salir- dijo Drago.

-Me niego a perder a alguien más hoy- espeto Dan con enojo. Miro a Merlín. -¿Alguna palabra?-.

-No podría detenerte aunque lo intentara, así que adelante- dijo el mago con un encogimiento de hombros.

-Yo te acompañaré. Es peligroso que vayas solo- dijo Shun.

-Me niego a quedarme fuera de nuevo- dijo Page, dando un paso adelante.

-Yo igual- dijo Marduk.

Luna y Ginebra querían decir que también ayudarían, pero sus Bakugan seguían exhaustos tras la batalla en Mythos. Si iban, solo estorbarían.

-Iré avisarle a Rafe- dijo Ginebra. Es lo menos que podía hacer.

-Yo buscaré a Claire- dijo Sabine de brazos cruzados.

-Yo contactaré a mi padre para que envié algunas personas a los domos e impedir que más gente entre. Ya han entrado treinta personas y siguen llegando- dijo Marucho.

-¿Cómo han entrado tantas personas tan rápido?- Pregunto Tristar sorprendido.

-Colocamos los domos en varias zonas urbanas de la ciudad para que sea de acceso fácil y rápido a todos los niños- respondió Marucho, quien jamás pensó que se usaría esa idea en su contra. -Después seguiré intentando, pero si no resulta, entonces también me adentraré al Interespacio. Con suerte, podría crear una puerta para que todos podamos escapar-.

Dan asintió. No sabía de tecnología, así que le dejaría esto a Marucho.

Antes de salir, la puerta se abrió, revelando a Rafe que entraba. Tenía los ojos rojos e hinchados por las lágrimas que había derramado y se había limpiado. Al final, no fue necesario que Ginebra fuera a buscarlo.

El pudo contactarse con la reina Serena y, entre lágrimas, informar de la muerte. Fue difícil ver la expresión de la reina, ya que evito tanto como pudo no verla a los ojos y contarle como alguien importante para Neathia y para sus majestades había muerto en combate y él no estuvo ahí.

Para fortuna, o desgracia, la reina dijo que sería ella quien le diría a Fabia y Relena sobre lo sucedido, y que después quería saber más sobre la amenaza que enfrentan los Peleadores antes de colgar.

Por la cara que tenía, Dan y los demás supieron como había ido más o menos la llamada.

-Te contaremos en el camino. Espero que tu y Wolfurio estén listo para acabar con algunos Bakugan Caos-.

Oh, claro que si.

Merlín vio como los jóvenes héroes salían a intentar ayudar a muchas personas. Él sabe que no puede intervenir en esto y como dijo, no podría detenerlos aunque quisiera.

En la sala, solo quedo Marucho, Tristar y Xerxes. Aunque era imposible saber que expresión tenía el Bakugan Darkus en su forma esfera, Merlín podía saborear el sentimiento de frustración al estar aquí sin poder hacer nada, con su compañero en prisión.

Merlín dio unos pasos hacía él y le ofreció la mano. -¿Qué tal si vienes conmigo? No puedo hacer mucho por los Peleadores ahora, pero si puedo hacer algo por tu compañero-.

-¿En serio?- Pregunto el Bakugan Darkus.

-Tengo varios trucos bajo la manga y que no tienen relación con mis poderes. Te gustara-.
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(Con Goodwin)

El CEO y fundador de la compañía que llevaba su nombre veía por imágenes como jóvenes peleadores entraban al Interespacio. Ciertamente había tenido planes para atraer a jóvenes al Interespacio para obligar a los Peleadores a entrar y batallar contra los Bakugan Caos para recolectar más energía... pero él no fue quien ocasiono esto.

-Parece que hay otro jugador que le interesa que avance en mis planes-.

Probablemente sea el mismo que esparció la información de los Bakunano por todo el Interespacio, algo que Goodwin también planeaba hacer, pero que este misterioso sujeto se le adelanto. Seguramente también era la misma persona que sello la llamada de auxilio de los Peleadores que los obligo a retirarse.

Goodwin no consideraba a este misterioso jugador un aliado. A pesar de que su contribución ha ayudado un poco a sus planes, no conoce lo que este misterioso ser quiere o busca. Ni siquiera sabe quien es, lo cual ya lo hace desconfiar. Este individuo representaba diferentes variables desconocidas que hacían que Rex lo viera como un posible peligro que como un aliado.

-Señor Goodwin, ¿hay algo que quiere que hagamos?- Pregunto Sellon, acercándose con Anubias y Caligula.

Con un movimiento de mano, Rex hizo desaparecer las imágenes y se giro a sus lacayos. -Los Peleadores no dejaran a los jóvenes a su suerte en el Interespacio repleto de Bakugan Caos que tengo, así que sin duda van a llegar. Esta podría ser una buena oportunidad para tomar la Puerta y la Llave que tienen Dan y Drago-.

-¿Y porque es tan importante esa puerta y llave?- Pregunto Fury desde el hombro de Caligula.

-Por que son la parte final para liberar por completo a Logos y asegurar mis planes. La obtención es de vital importancia- explico, pasando a mirar a Sellon y Anubias. -Vayan y enfrenten a los Peleadores. El objetivo aquí no es derrotarlos, sino tomar la Puerta y la Llave de Dan y Drago, todo lo demás es secundario-.

-Así se hará, señor- dijo Sellon, haciendo una reverencia con una mano en el pecho.

-¿Significa que ya no tenemos que usar los disfraces humanos?- Pregunto Anubias.

-Sirvieron bien, pero ahora eres libre de mostrarte como quieras. Me da igual-.

Anubias sonrió de manera dentuda, mostrando sus colmillos.

-¿No me digas que piensas dejarme en la banca otra vez? Ya me estoy cansando- se quejo Caligula.

Goodwin miro fijamente a su sirviente más viejo. -¿Serías tu y Fury capaces de controlarse en la batalla para no matar a Dan y Drago?-.

La respuesta era un obvio no. Caligula era un hombre con una gran sed de sangre y Fury tenía un profundo odio hacía el descendiente de quien lo encerró en lo más profundo de la DP. En cuanto tuvieran la oportunidad de luchar contra Dan y Drago, lucharían a matar.

-Ya me estoy cansando de que me sujetes la correa, Rexito. ¿Cuánto más crees que puedes sujetarla?- Caligula le lanzo a Goodwin una mirada despectiva y con una intensidad no vista fuera de ciertos momentos en la batalla.

La expresión de Rex se ensombreció ligeramente. -El tiempo que yo quiera, Caligula. No olvides que tu único papel aquí es ser mi perro de ataque, y ya sabes lo que pasa cuando intentas morder mi mano- entrecerró los ojos, devolviendo la intensidad de la mirada de Caligula con la suya. -Pero te prometo que tanto tu como Fury serán saciados por la batalla pronto- su tono no dejaba lugar a discusión. -Ahora, mantente en espera y se paciente. Ambo sabemos que el tiempo no es problema para ti-.

Ambos estuvieron en un concurso de miradas cuya intensidad incómodo y asfixio un poco a los dos jóvenes, que a pesar de estar acostumbrados a las batallas más difíciles, la intensidad y ferocidad con la que esos dos se miraban los hacían sentir pequeños.

Tras lo que pareció una eternidad, Caligula fue quien retrocedió, apartando la mirada a un lado y resoplando con desdén. -De acuerdo, de acuerdo. Me comportaré por ahora. Pero más te vale no hacernos esperar mucho-.

Fury también tuvo que aceptar de mala gana. Por mucho que deseara ir hacía donde estaba el Dragonoid y despedazarlo con sus manos, sabía que no debía contrariar a Goodwin. El hombre había tenido la capacidad para sacarlo de la Dimensión de la Perdición, por lo que era lógico que también pudiera devolverlo, en donde lo estarían esperando el resto de sus camaradas Nonets, muy furiosos por haber salido y haberlo dejado atrás. Ni Fury creía que podría contra todos ellos a la vez.

También tenía que aceptar que tenía razón. Su sed de batalla y venganza sería saciada pronto. Había esperado miles de años, ¿qué era esperar un poco más a comparación?

-Bien- dijo finalmente el Bakugan Darkus.

Caligula se dio la vuelta y comenzó alejarse de ellos hacía la salida. Cuando estuvo en la puerta, se detuvo.

-Por cierto... ¿qué pasa con nuestro "rey"?- Pregunto de repente, mirando a Goodwin sobre su hombro. -Pasaste por demasiado problemas para capturarlo y ahora lo dejas ir por su cuenta, ¿no temes que los Peleadores vayan a rescatar a su amigo?-.

Era un punto válido. Si lo que Sellon dijo era cierto, entonces Merlín ya se había aliado con los Peleadores y les había revelado todo sobre Logos y el plan de liberarlo. Era la única explicación para que supieran del Necroshade y su escape. Con la Clarividencia de Merlín, capaz de ver todo lo que sucedía en cualquier rincón del universo, en cualquier momento se daría cuenta de lo que hacía.

-Él tiene claro que no puede ir a la Tierra todavía. Además, es mejor así. Mientras nosotros mantenemos la atención de los Peleadores, él se ocupa de sus aliados más poderosos para que no interfieran como la última vez- explico Rex con voz calculadora.

-¿Y si Merlín les dice?- Pregunto Caligula.

-El plan nunca fue esconderlo para empezar. Que Merlín les diga no cambiara nada, de hecho, podría servir para generar un conflicto de intereses y que pierdan tiempo al debatir de si ir a salvar a su amigo o a las personas que se metieron a la boca del lobo en el Interespacio. De todos modos, lo tengo vigilado por si acaso-.

Caligula bufo y volvió a girar su rostro al frente. Goodwin no podía verlo, pero sabía que tenía una sonrisa que sería escalofriante para cualquier persona "normal".

-Eres sádico, Rex-.

-Viniendo de ti, es un cumplido-.

Caligula cruzo la puerta y se retiro de una vez de la habitación. Rex miro a sus dos siervos restantes, que estaban callados y tensos por el intercambio que vieron. Los dos sabían que la relación de Rex y Caligula era complicada, pero no tanto al punto de que Caligula lo desafiara directamente.

Si, Anubias podía enfrentar a Goodwin y Sellon a veces cuestionaba ciertas ordenes al no entenderlas, pero ninguno había enfrentado a su líder de la forma en que Caligula lo hizo, con tanta intensidad en sus ojos y palabras sarnosas. En parte era por el respeto y agradecimiento que le tenían, algo que el tercer miembro no parecía compartir.

-Anubias- el aludido miro a Rex, que lo miraba. -Como Horridian aun no esta apto para las batallas, te pido que no hagas nada irresponsable. Sellon, te encargo a ti la obtención de la Puerta y la Llave-.

-Así se hará, señor- dijo Sellon.

Las batallas que vendrían ahora solo serían pequeños espectáculos comparados a lo que espera al final.
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(En Neathia)

La muerte en el servicio del trabajo era normal.

Era una realidad horrible, pero una que Serena había aceptado antes de hacerse reina. Antes de fallecer, su padre le había enseñado un poco de conocimiento militar y la había hecho ver como los soldados iban a misiones y morían en nombre de su gente y lo que creían. Le tomo su tiempo.

No le gustaba, pero termino por aceptarla. Era parte de la responsabilidad que venía con la corona.

Tuvo que hacerlo aun más cuando la guerra comenzó y miles de su gente morían por la ambición de un alma cruel y oscura como la de Barodius, y después por la ambición y oscuridad de un ser aun más malvado como la de Apocolyps.

Tristemente, su hermana también aprendió eso de la peor manera y a una edad menor a la que ella tenía cuando su padre le enseño. La muerte de sus ciudadanos devasto el corazón noble e inocente de Fabia, y la muerte de Jin fue el último clavo en el ataúd que transformo a la sonriente y animada Fabia en la guerrera que se convirtió hoy.

Para las personas que no habían conocido a Fabia antes de la guerra les era imposible saberlo, pero Fabia había sido una joven dulce y amable, a veces ingenua y muy soñadora. Nunca tuvo muchas aspiraciones para su futuro más allá de ser una buena princesa y a diferencia de historias de luchas por el trono, a Fabia nunca le intereso ser reina y se contentaba con dejar a su hermana con el puesto para apoyarla.

Aunque varios de esos factores se habían podido conservar, la crueldad de la guerra hicieron que otros aspectos que antes tenía se esfumaran como fuego que quema un bosque. Fabia ahora era más reservada de lo que sentía, la mirada inocente en sus ojos se esfumo para dar paso a una llena de odio y rencor hacía cualquiera que lastimara a su pueblo, y que durante mucho tiempo, había sido dirigida a los Gundalianos. La sonrisa de su rostro, aunque aun existía, ya no era tan radiante y feliz como una vez había sido.

No todo fue malo, ya que Fabia había madurado y crecido, era una guerrera valiente y de las mejores Peleadores que el planeta tenía, por no decir que era la mejor. La influencia de los Peleadores le ayudo a crecer y entender, pudiendo incluso perdonar a los Gundalianos que la única culpa que tenían era de seguir ordenes de su rey, algo que, su propio pueblo podría haber hecho sin cuestionar por la fe y confianza que tienen en la corona.

Fabia era la flor más hermosa que había crecido a través de la adversidad y se había elevado a lo más alto, como algunos nobles y sacerdotes les gustaba destacar. Serena puede ser la reina de todo el planeta, pero Fabia era la luz y esperanza de su gente, que vieron como la princesa lucho en el campo de batalla y arriesgo su vida por ellos.

Y ahora Serena iba a dañar esa luz al darle la noticia de que su mejor amiga había muerto ayudando a los Peleadores.

Cuando Rafe, el aprendiz de caballero que había enviado a la Tierra para que aprendiera de los Peleadores, le dio la noticia entre lágrimas y disculpas de no haber hecho nada por su superior, Serena tuvo que consolar al joven al decirle que no era su culpa, que si el enemigo era tan poderoso para abrumar a Serah y los Peleadores, entonces corrió suerte. Qué los verdaderos culpables eran sus enemigos y no debía cargar con eso.

Aun con sus palabras, sabía que el joven se culparía de esto por mucho tiempo. No podía esperar que los Peleadores ayudaran al joven, porque estarían tan o más devastados que él. Solo espera que la tristeza compartida ayudara un poco.

Y esa era otra razón para haber dejado todo sus asuntos a un lado y buscar a su hermana. Tras terminar la llamada, Serena apenas pudo contenerse de caer de rodillas y llorar. Serah había sido la mejor amiga de Fabia desde niñas, la vio crecer, la vio derramar lágrimas cuando sus padres y hermana murieron y la vio levantarse para pelear por su planeta y su gente. Nunca lo dijo para no mostrar favoritismo entre los soldados, pero Serah era como otra hermana menor para ella.

Ahora nunca podrá decirlo. Serena se arrepentirá de las palabras no dichas por el resto de su vida.

La reina camino erguida por los pasillos de su castillo hacía la recamara de su hermana. La guardia que siempre la acompañaba iba caminando varios pasos detrás de ella. Habían escuchado el mensaje del joven y tienen la suficiente cortesía y simpatía para darle espacio y no decir nada. Serena agradecía eso.

Ella se mostraría igual de digna y elegante que siempre frente a todos en el castillo. Es con su hermana, cuando de la fuerte noticia, que se permitirá derramar lágrimas.

-Relena esta con ella. Que bueno. No creo poder decir la noticia dos veces- pensó con cierto alivio. La joven Gundaliana había podido tomar un permiso de sus deberes para visitar a su vieja amiga.

Cuando giro una esquina, quedo congelada ante lo que sus ojos vieron: los guardias que cuidaban el pasillo estaban tirados en el suelo, formando un camino de cuerpos hacía la puerta.

Serena se arrodillo ante el hombre más cercano, ignorando las palabras y gritos de su guardia personal detrás, que comenzaban a formar un pequeño perímetro.

-M-Mi reina...- hablo el guardia que se notaba bastante golpeado.

-Tranquilo, soldado, aquí estoy- dijo Serena suavemente, colocando una mano en la mejilla del hombre. -¿Qué paso? ¿Quién te hizo esto?-.

-Era... un hombre de armadura negra y va... va a por... la princesa...- fue lo último que dijo antes de cerrar sus ojos y su cabeza se desplomara. Serena le tomo el pulso, aliviada de que solo estuviera inconsciente.

-¡Hay que movernos!- Grito el que era el líder de la escolta personal. -Ustedes dos- señalo a dos hombres. -Den la alarma. Los otros dos quédense con nuestra el reina. El resto, a buscar a la princesa-.

Todos los hombres asintieron y comenzaron a moverse. El grupo que se dirigió a la habitación corrió a toda prisa. La puerta se abrió de inmediato y entraron.

Allí, vieron a la princesa Fabia y la sacerdotisa Relena de pie, en posturas tensas ante el misterioso individuo de capa roja y armadura negra.

Antes de que siquiera pudiera gritar que se detuviera, un brillo salió de una carta en blanco que el hombre de armadura levanto entre sus dedos.

La intensa luz fue lo único que pudo sentir el soldado al tener que cerrar los ojos mientras todo se detenía... casi como si el tiempo se detuviera.
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Todo había sido bastante normal para Fabia.

Había ido a la capital para ayudar en las reconstrucciones y animar a la gente. Después de horas de hacer eso, se había enterado que Relena había venido de visita y ambas amigas estuvieron muy felices de verse después de tanto tiempo.

Fueron a la habitación de la princesa y se pusieron al día, algo que también hicieron sus Bakugan. Hablaron por lo que parecieron horas hasta escuchar ruidos afuera en el pasillo.

Fabia no pudo ir a ver cuando un hombre de armadura negra entro, noqueando a un guardia y tirándolo fuera de la habitación. Inmediatamente la princesa y su amiga se pusieron en guardia.

-¿Quién eres?- Exigió saber la princesa, levantando sus manos y separando un poco sus piernas en una pose de combate. Si este hombre había podido infiltrarse en el castillo con esa armadura y noqueado a sus guardias no era alguien que debía subestimarse.

-Soy Haou- dijo el hombre, su voz sonaba distorsionada, pero había algo... familiar. -Y lo que quiero... es poder-.

Escucho ruidos afuera de su cuarto y la princesa vio llegar a miembros de la guardia personal de su hermana. ¿Qué hacían aquí? No importaba, lo importante es que estaban aquí. Ni siquiera este "Haou" podría con ella y ellos solo.

Pero no tuvo que hacerlo. Él saco una carta en blanco de quien sabe donde y emitió un brillo que cegó a todos por unos segundos.

Cuando el brillo desapareció, Fabia y Relena ya no estaban en su cuarto.

Estaban en una dimensión cuyo cielo era una mezcla disfuncional de colores que iban del amarillo hasta el negro, pasando por el naranja, café, agua, verde y rojo. No había nada más que ellos y Haou alrededor.

-¿Qué es este lugar?- Pregunto Relena, viendo extrañada a su alrededor.

-¿A donde nos has llevado?- Exigió saber Aranaut.

-A un espacio para pelear. Este espacio era en donde los Peleadores de la Tierra tenían sus combates. Después de la creación de Nueva Vestroia, este espacio dejo de existir, pero se rescato un poco para crear una dimensión de bolsillo- explico Haou. -Quiero poder y el poder se consigue a través de las batallas- abrió su mano derecha que había formado un puño, mostrando una esfera que estaba cubierta por un miasma tan oscuro que era imposible ver más allá de la silueta. -Y ustedes son un peldaño más a ser más fuerte-.

-Todo se resume a una batalla- dijo Hammer.

-Ese podría ser el resumen de nuestras vidas- Fabia se permitió bromear en esta situación de tensión.

Al ver como única opción vencer a este enemigo para escapar, los Bakugan se cerraron y volaron hasta la mano de sus respectivas Peleadores. Haou, al verlas decidida, cerró la mano que sujetaba lo que suponen que es su Bakugan.

-Les concedo el inicio-.

-Que caballeroso- dijo Fabia con burla a su oponente. Miro a la Gundaliana. -¿Estas lista, Relena?-.

-¡Si!-.

-¡Carta portal, lista!- Comenzó Fabia, lanzando la carta. Una onda amarilla se extendió por el campo vacío fugazmente. -¡Bakugan pelea! ¡Bakugan surge!-.

-¡Bakugan pelea! ¡Bakugan surge!- Relena tiro al mismo tiempo que Fabia.

-¡Andando, Clarent Aranaut Haos!-.

-¡Levántate, Romulus Hammer Darkus!-.

Los dos Bakugan manifestaron con un brillo de sus respectivos atributos. Clarent Aranaut tenía una armadura de color blanco con un diseño ornamentado y ajustado a su cuerpo con unas placas colgando de los costados de la cintura de su armadura. Tenía una especie de látigo gris colgado detrás de su nuca y caía como si fuera una cola de caballo por un poco más debajo del cuello. Tenía un visor azul que cubría sus ojos.

Romulus Hammer era casi igual a Hammer Gorem, pero con los colores del atributo Darkus y era más pequeño que Gorem, llegándole a los hombros a su contraparte Subterra. Otra diferencia de su contraparte es que tenía alas a los lados de la cabeza y no cuernos, además de una pequeña capa violeta con bordes rojizos.

Aranaut y Hammer: 1900 G.

Debajo de la careta de su casco era imposible ver la expresión de Haou. Aunque si podían ver lo demás, el como retrajo su brazo y lo giro un poco mientras deslizaba su pierna derecha hacía atrás para tener una buena posición.

Esa postura de lanzamiento le era familiar a Fabia.

-¡Bakugan pelea!- Lanzo la esfera que seguía cubierta del miasma oscuro hasta el centro, saltando un poco antes de rodar y empezar a detenerse. ¡Baku Sky Rider, salta!-.

-¿Baku que?- Pregunto Relena.

Cuando vieron que la esfera se detuvo, al abrirse, salto al mismo tiempo, como si fuera algún propulsor o un gatillo que lo elevo al cielo, donde el miasma que lo cubría se expandió rápidamente por todo el campo, oscureciendo el ambiente y poniendo en guardia a los dos Bakugan.

Un poderoso rugido se escucho y se elevo hasta las nubes, acompañado de rayos purpura que caían alrededor de la nada, ya que este cielo no tenía nubes.

Más rápido de lo que cualquiera de los cuatro pudiera ver, más impactante de lo que esperaron, una garra tomo a Aranaut del rostro y lo estrello contra el suelo, haciendo un enorme cráter. El Bakugan Haos levanto ambas manos hacía la extremidad que sujetaba para quitársela, pero no parecía tener.

Detrás de su visor, los ojos de Aranaut vislumbraron dos brillos rojizos que supuso eran los ojos de su enemigo. Antes de que pudiera reaccionar, la figura lo lanzo como si nada hacía Hammer.

Su compañero Bakugan lo atrapo, pero la fuerza con la que fue lanzado fue tanta que incluso él fue empujado un poco.

El miasma cubrió aun más el campo de batalla hasta que un segundo rugido hizo que toda la miasma desapareciera de golpe, revelando la imponente silueta del Bakugan enemigo mientras este extendía sus extremidades y pisoteaba con dureza el suelo que se encontraba a sus pies y extendía las alas al cielo.

-¡¿LEONIDAS?!- Exclamaron todos al verlo.

La figura era sin duda Leonidas, pero a su vez no parecía el que conocían. El Leonidas que conocían era un Bakugan Haos con armadura blanca amarilla por su cuerpo. Este ser a quien veían... era muy diferente, pero a la vez igual.

El color blanco con amarillo de su cuerpo fue reemplazado por el negro más oscuro y el blanco más intenso y pálido que habían visto. Su cuerpo parecía estar cubierto de una armadura, dándole un aspecto más agresivo.

Su cabeza no había cambiado de forma, pero ahora tenía dos cuernos arriba de las orejas que apuntaban hacía atrás. Tenía hombreras grandes, filosas en las puntas y orientadas hacía arriba, la parte delantera de la armadura tenía grabados en rojo que dibujaban la cara de un dragón occidental y sigue en orden la segmentación corporal del cuerpo hasta el cuello. La protección de los brazos llega hasta debajo de los hombros y tenía salientes afiladas en la parte de los codos. La cintura tiene dos pequeños y cilíndricas salientes para los laterales. Las piernas estaban cubierta hasta los muslos y hechas por placas hasta los pies, donde sus garras estaban descubiertas. Sus alas eran tan grandes como antes, pero ahora eran más gruesas y curvas, en el dorso de las alas están recubiertas de escamas más gruesas y adquieren puntas.

Aranaut y Hammer no habían tenido la oportunidad de enfrentar a Blazar Leonidas antes que los Peleadores volvieran a la Tierra, pero a través de los datos e imágenes que la armadura de caballero que Camilo había vestido después de la primera batalla contra los Gundalianos al llegar a Neathia, pudieron ver como se veía y si pudieran resumirlo en una palabra... sería esta: poder.

Se veía poderoso. Su apariencia transmitía poder a quien lo viera, pero también un aura de confianza y seguridad para sus aliados. Era una apariencia digna de un protector, de alguien con gran poder, pero que lo usaba para proteger y dañaría a cualquiera que llamara enemigo, pero también protegería a cualquiera que considerara aliado.

Y ahora, la apariencia que veían, también se podía resumir como poder. Pero mientras usaron esa palabra para referirse a Leonidas de la mejor manera posible, esta vez se usaba de la peor forma.

La apariencia que tenía este Leonidas, junto con la sensación que les transmitía era de violencia pura. La de un demonio que sería capaz de aplastar a quien sea o cuantos sean de la forma más violenta imaginable con su poder. Los colores oscuros de la armadura, combinado con toques violeta y los grabados rojos remarcaban el aura de violencia que emanaba con solo estar ahí. Era como... un ser que salía del infierno con el único propósito de destruir.

-Surge... Inferus Leonidas Darkus-.

Un gigantesco trueno cayo del cielo, atrás de Leonidas cuando este rugió.

Habían muchas palabras que podían usarse para describir lo que veían. El como un amigo, un poderoso aliado, un héroe para su planeta, de alguna forma ahora era su enemigo. Pero ninguna serviría para explicar la incredulidad y el temor que estaban sintiendo en estos momentos.

Leonidas: 2000 G.

Era imposible que existiera un Bakugan con ese nivel de poder base. Dark Emperor había sido un monstruo, pero él no tenía tanto poder. Ese poder superaba al de Aranaut y Hammer combinados. Era absurdo por lo irreal que era.

-¡Leonidas!- Grito Fabia hacía el dragón de luz, ahora de oscuridad. -¡Leonidas! ¡¿Qué te sucedió?! ¡Responde, Leonidas!-.

Pero sus gritos cayeron a oídos sordos. Toda la atención de Leonidas estaba en los dos Bakugan que tenía delante. La intensidad con la que los veía puso incómodos a Aranaut y Hammer, quienes a pesar de haber recibido cientos de miradas de Bakugan enemigos que querían matarlos, por primera vez, si se sentían intimidados. Además del malestar de que esa mirada, en el rostro de quien fue un aliado valioso, estaba mal.

-¿Qué te hicieron?- Pregunto Fabia con un hilo de voz. En eso, se dio cuenta de algo. -No...- miro a Haou. -¿Eres Camilo?-.

¿Pero que diablos pasaba en la Tierra?

-Fabia- hablo Relena. Había adoptado lo que sería su "personalidad de batalla", que es una fase de ella más seria y concentrada, pareciendo más un soldado experimentado que ha pasado por muchos conflictos. -Sea lo que sea que les haya pasado, no son ellos-.

Relena no podía ver la cara de Haou, Camilo, o como sea que se llame; pero el solo verlo le decía que algo estaba mal. Había conocido a Camilo y él no tenía un aura tan oscura y opresora como la que emitía ahora.

-Lo que sea que les haya pasado, tal vez podamos devolverlos a la normalidad si los derrotamos-.

-Lo que dice Relena tiene razón, princesa. Si es una especie de control mental o lavado de cerebro como hacía Kazarina, entonces tal vez podamos salvarlos si ganamos- apoyo Aranaut.

Fabia sabía que ellos tenía razón. No sabe que sucede en la Tierra y planea averiguarlo en cuanto salga de aquí. Pero primero, tendrá que ayudar a sus amigos.

-Bien- asintió, cambiando su expresión a una más endurecida y determinada para el combate.

Ambas amigas se miraron y asintieron.

-Poder activado: Protector Dual-.

-Poder activado: Martillo del Fin-.

En las manos de Aranaut se manifestaron sus nudilleras blancas y Hammer saco un enorme martillo que era igual al que usaba su contraparte Subterra. Ambos se lanzaron hacía su oponente.

Aranaut fue el primero en llegar hasta Leonidas y lanzo un fuerte gancho derecho que impacto en el rostro del dragón... pero no movió la cabeza ni un centímetro. Las campanas de alerta en la cabeza de Aranaut se escucharon a todo volumen y se alejo rápidamente de un salto.

Hammer levanto su gran arma sobre su cabeza y la hizo caer en un movimiento descendente.

Leonidas levanto una garra y atrapo la punta del arma fácilmente. El suelo bajo suyo se estremeció y una onda de impacto fue liberada.

Hammer rápidamente trato de alejarse, pero se dio cuenta que no podía mover su martillo del agarre de Leonidas. Tiro con todas sus fuerzas, pero el agarre de Leonidas en el arma parecía de acero, algo increíble e inaudito para él, que era el Bakugan con mayor fuerza física en Neathia, incluso mayor que la de Goredem.

Aranaut rápidamente volvió acercarse y arremeter contra su oponente. Leonidas se cubriría con su ala izquierda como una capa. Aranaut lanzaría una ráfaga de puños y patadas, pero ninguno parecía hacer efecto en su enemigo.

-¡Es como golpearle a un muro de acero!- Pensó con sorpresa y creciente frustración.

Hammer decidió patear a Leonidas, quien esta vez se movió, brincando lo suficiente para alejarse del rango del golpe, soltando el arma de su enemigo, quien tambaleo un poco pero se recompuso rápido.

-Sabía que era fuerte, pero esto es demasiado- pensó con incredulidad Fabia.

-Apenas es el inicio del combate. Tenemos que atacar con todo mientras no nos vean como una amenaza- dijo Relena. Tenían que aprovechar todas las aberturas disponibles. -Tu abrúmalo con la velocidad y fuerza de Aranaut para que Hammer pueda asestar sus golpes-.

-Si- asintió Fabia ante el plan. -¡Doble poder activado: Realidad de Puños + Puño Artúrico!-.

Todo el cuerpo de Aranaut brillo de una intensa de su atributo y el protector de puños en su mano derecha fue reemplazada por una nudillera de aspecto más puntiagudo, que en vez de proteger sus manos buscaba dañar a quien recibiera el golpe.

Aranaut corrió hacía Aranaut, moviéndose de un lado para el otro para confundirlo al dejar con su velocidad breves imágenes residuales de si mismo que hacían parecer como si hubiera hecho clones de si o estuviera en todas partes.

Pero Leonidas se mantuvo quieto sin reaccionar a ellos más que soltar un breve gruñido entre dientes.

Notando como esa táctica no funcionaba, Aranaut se puso frente a su enemigo, aprovechando su estatura más pequeña que la del dragón para darle un gancho desde abajo.

Y cuando lanzo un gancho derecho hacía la cara de su enemigo a una velocidad que superaba la del sonido, con la certeza de que su golpe conectaría y sería el primero de una ráfaga de ataques que obligaría a Leonidas a ponerse a la defensiva y centrar su atención para que Hammer golpeara... Leonidas dio un paso atrás.

Eso hizo que todo su cuerpo se moviera y su puño pasara delante de su rostro, fallando el golpe. Por el impulso que dio, Aranaut había hecho un salto, alejando sus pies del suelo por unos instantes.

Unos instantes que el dragón supo aprovechar para conectar un fuerte golpe en el estomago de Aranaut que le saco todo el aire de su interior. Seguido a eso, vino un zarpazo de la otra garra que Aranaut apenas esquivo, recibiendo un corte en el pecho de su armadura que dejo una marca de las garras de Leonidas.

Aranaut volvió a moverse alrededor del campo a gran velocidad y se puso en el costado izquierdo de su enemigo para lanzar una patada, pero Leonidas atrapo su pie con su garra derecha y, Aranaut ataco inmediatamente al saltar y lanzar para que lo soltara, pero Leonidas atrapo el otro pie con su garra libre.

El cuerpo de Aranaut comenzó a irse hacía abajo y tuvo que apoyar sus manos contra el suelo.

-¡Aranaut!- Grito Fabia ante la posición en la que su compañero había sido atrapado. -¡Carta portal abierta: Presión de Suelo!-.

Todo el suelo se ilumino de un brillo blanco por el poder de la carta portal. Las rodillas de Leonidas se doblaron un poco y su agarre disminuyo un poco en fuerza, lo suficiente para que Aranaut, jalando con toda sus fuerzas, liberara sus piernas y se alejara.

-¡Ahora, Relena!-.

-¡Si!- La chica sabía que ahora era su momento. -¡Doble poder activado: Cuerno Oscuro + Lanzamiento de Xibalba!-.

Rodeado de energía morada y su poder subiendo, Hammer alzo su martillo y comenzó a girarlo para generar velocidad e impulso para el único golpe.

Aranaut y Hammer: 2600 G.

El martillazo de Hammer impacto de lleno en su enemigo inmóvil por la carta portal. Una cortina de humo emergió por el impacto, pero a pesar de las probabilidades a su favor, a pesar de que el golpe fue directo y parecía que ganaron, ninguna de las chicas dio por segura la victoria. La guerra les enseño que ningún enemigo cae tan fácilmente, mucho menos alguien tan poderoso como Leonidas.

Hubieran deseado equivocarse, pero resultaron que tenían razón al ver como Leonidas se había protegido con sus alas del gran golpe dado por el arma de Hammer, las alas no parecieron sufrir ningún daño y Leonidas no pareció moverse o hundirse en la tierra por el impacto.

-Parece que juntas darán más pelea que Linus- murmuro Haou, pero alcanzaron a escucharlo.

-¿Qué le hiciste a Linus?- Pregunto Relena.

Pero Haou lo ignoro. Ahora que había visto a sus enemigos y las capacidades físicas de sus Bakugan, ya no tenía sentido perder más tiempo. Espera que sean lo suficientemente fuertes para resistir este golpe.

-Poder activado: Veneno Darkus-.

Un aura oscura con toques morados salió del cuerpo de Leonidas y comenzó a expandirse como gas hacía sus dos oponentes, que nada pudieron hacer para evitar ser envueltos por esa aura. Aranaut y Hammer comenzaron a toser, como si el aura fuera humo que entrara en sus pulmones que luchaban por aire limpio. Mientras eso ocurría, el aura de atributos que cubrió a los dos Bakugan se desvaneció. También, el brillo que iluminaba el campo por la Carta Portal se apago.

-¿Pero que hizo?- Pregunto Relena.

-Darkus Venenoso cancela todo los poderes activos de los enemigos, incluyendo la Carta Portal, y todo el poder que ganaron por esos poderes se va a Infernus Leonidas- explico Haou, cruzándose de brazos.

Leonidas: 2700 G.

-Hazlo-.

El aura, aparte de quitarse sus poderes, también les impidió ver a los dos, razón que les impidió ver cuando Leonidas se movió rápidamente de su sitió y se puso detrás de ellos.

Hammer soltó un grito de sorpresa cuando una de sus piernas fue golpeada detrás de sus rodillas, haciendo que caiga de rodillas. Nada más pudo salir de sus labios cuando Leonidas se elevo de golpe en el aire y tan rápido como se elevo, descendió y estrello su pie en la cabeza de Hammer, enterrándolo de cara contra el suelo.

-¡Hammer!- Grito Relena.

Pero Leonidas no termino ahí. Golpeo a Aranaut por el costado de su cabeza con tanta fuerza que lo tiro al suelo y después lo tomo de la nuca y comenzó arrastrarlo por el suelo.

-¡Aranaut!- Grito Fabia.

Sosteniendo con fuerza el casco de su enemigo, enterrando sus uñas en el casco, traspasando su protección y sintiendo como la punta perforaban el cráneo, Leonidas arrastro el cuerpo de Aranaut como si de un trapo viejo se tratase, levantando su rostro del suelo de vez en cuando solo para estrellarlo con mucha fuerza y seguir arrastrándolo.

Hammer se había puesto de pie y estiro la mano para ayudar a su compañero; pero Leonidas, viéndolo, le lanzo el cuerpo del Bakugan Haos que Hammer atrapo.

Teniendo a sus enemigos en un solo punto, Leonidas abrió su boca, viéndose un brillo morado desde sus fauces que ascendió desde su cuello hasta formarse una bola de luz en su boca que libero como un rayo de energía que golpeo rápida y precisamente a los dos Bakugan a la vez.

La explosión resultante fue tan grande que libero una onda de impacto que las princesas tuvieron que cubrirse los ojos. Apenas pudieron ver como sus compañeros volvían a sus formas esfera y caían al suelo.

Fuerza vital de Fabia y Relena: 30%.

Leonidas soltó un gruñido, pero no era amenazante ni de triunfo. Y por la expresión que ponía, parecía... decepcionado del desempeño de sus enemigos. Su cuerpo brillo de su atributo actual y volvió a su forma esfera, a la mano de Haou.

Impotente y frustrado ante tal demostración de fuerza y superioridad que sus ojos habían visto, Fabia apretó los dientes mientras recogía a su compañero.

-¿Estas bien, Aranaut?-.

El Bakugan tardo un poco más de lo que hubiera deseado, pero se abrió. -Si... solo un poco aturdido y con el orgullo roto, pero sin daños graves-.

-Sabía que Leonidas era fuerte pero... no le hicimos nada- exclamo incrédulo Hammer tras abrirse.

-Odio reconocerlo, pero Hammer tiene razón- concordó Aranaut. -Con solo una carta barrio el piso con nosotros, y siento que ni necesito de la carta para hacerlo y lo hizo más para humillarnos-.

-Lo peor es que ni siquiera parece que usara toda la capacidad de la carta- continuo Relena. -Y no estaba burlándose de nosotros o subestimándonos, más bien... estaba probando nuestra fuerza-.

Fabia sabía que todos ellos tenían razón, pero no podían rendirse. Luchar era su única opción en este instante. Además, lo que dijo de Linus la preocupo.

-Aun no hemos usado todos nuestros trucos. Todavía tenemos los armamentos-.

-¿Y crees que eso servirá?- Pregunto Relena.

-¿Tienes una mejor idea?- Cuestiono Fabia.

No, no la tenía. Leonidas había dejado claro que la fuerza bruta no sería eficaz contra él, pero tal vez atacando a distancia con sus armamentos y esperando su momento podrían crear un hueco en su poder para atacar. Era una pequeña esperanza, pero habían aprendido que mientras haya un pequeño rayo de luz, la victoria aun es posible.

Pero... ¿qué pasa si ese rayo de luz no es suficiente para traspasar la noche más oscura?

Haou esta dispuesto a enseñarles eso.
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N/A: Hasta aquí el capitulo. Mientras las cosas siguen calentándose en la Tierra, Haou comienza a moverse y atacar a los aliados de los Peleadores, comenzando con Neathia y ya se encargo de Linus y se enfrenta a Fabia y Relena, que parece que no tienen muchas esperanzas.

Le agradezco a mi buen amigo de Wattpad, FlavioNDH por ayudarme con el nombre de "Dark Leonidas", por llamarlo de otra forma. Inferus significa Infierno en Latín, y en la serie, la Dimensión de la Perdición, que empezaré a referirme a ella DP para abreviar, es el infierno para los Bakugan. Por supuesto, no solo por eso esta el nombre, pero ya verán más adelante.

Sin nada más que decir me despido. Visiten y comenten el resto de mis historias por favor. CHAO.

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