18.
El cambio de Ohma Tokita.
—Ohma, úsalo.
—¡No, largate!
—Si no usas el advance, morirás, Ohma. Úsalo y derrotaras a todos.
—¡Vete al diablo!, ¡no necesito de eso!, ¡necesito probarme a mi mismo!
—Si lo sigues rechazando, morirás.
—¡Prefiero morir, maldición!
Muy en el fondo de su subconsciente había un conflicto interno entre él y “eso”, sus instintos de supervivencia le decían que hiciera caso y que dejé de lado ese orgullo tan testarudo que formó. No importaba cuantas veces los sedujera para utilizar esa forma, no iba a caer, quería probarse que es fuerte, que es capaz de ganar con su estilo Niko.
Si visión se desvanecía, su cuerpo se sentía débil, parece que se va a desmayar, estaba apuntó de eso, se sentía al borde la muerte, al límite. Su mente hizo un “click”, algo en él se activo.
¿Era el advance?
No, para nada.
A su mente vinieron memorias que nunca pensó vivir, junto a él estaba Niko y se encontraban entrenando en un bosque. No, estaban peleando, él se veía más herido que su maestro, era un Ohma mucho más joven en ese entonces. Incapaz de recordar el porqué de esa situación, sentía que sabía el porque de eso y como fue, en su cuerpo, en sus músculos, algo lo estaba motivando, levantando, manteniendo todavía consciente hasta el final.
—Estilo...
—¿Uh?
Jack escucho el balbuceo extraño de Ohma, pensando que estaba delirando por la falta de oxígeno.
—Estilo...—murmuró. Apretó sus dientes con furia.—¡Estilo Niko: redireccion de Kata!
Pensando eso, Jack sintió algo raro, una especie de desvío en él, sea lo que sea, Ohma Tokita había sido capaz de librarse de su estrangulamiento. Lo miró impresionado, después de esa rara sensación que no sólo dejó una impresión en el propio Jack sino también el genio del aikido, Shibukawa Gouki.
—¿Uso aikido para librarse?
Ohma Tokita, jadeaba y tomaba la cantidad de aire que necesitaba, su adversario dejó las confusiones a un lado, se acercó a él para tomarlo del cabello y poder rematarlo, pero el más bajo tomó su mano.
Es enorme mano que le dobla en tamaño a la suya, ahora están juntas, Ohma lo tenía bien agarrado, sostenido, como si sus dedos fueran serpientes aferrándose, no quería soltarlo. El mayor, desconcertado por el comportamiento de Ohma, no tuvo más opción que golpearlo desde ahí, cosa que no pudo, Ohma lo esquivo.
¿O realmente fue así?
Intentó golpearlo una vez más, no funcionó, su puño no llegó. Jack Hanma es alguien que le encanta golpear, su estilo brutal es lo que más lo define, pero actualmente estaba sufriendo un extraño fenómeno, uno que no lograba entender del todo, se sentía como un muñeco controlado por los hilos de alguien.
Llegó a la conclusión de que eso es obra de Ohma Tokita, ese truco que consideró barato y similar a cierta arte marcial, lo estaba molestando, enojado, lanzó otro golpe pero está vez fue llevado con todo para adelante, cayendo de cabeza al suelo. Se incorporó de inmediato, Ohma se posicionó frente a él, con una expresión sería.
—Ahora sé que es lo que tengo que hacer.—Lo miró a los ojos.—Para vencerte.
Esa declaración enfureció a Jack, pero no actuó sin pensar, porque notó un cambio en él. Había algo diferente, ¿su aura?, ¿su espíritu?, no lo sabía, no comprendía que era, pero había algo que si sabía, y es que Ohma Tokita acababa de dar un paso más haya en esta pelea.
Doppo Orochi, el maestro de Karate nos comparte su experiencia al ver esta pelea.
—Si, él cambió. Y no, no fue esa cosa que lo pone rojo o lo que sea. Para nada.—sonrió.—Fue algo diferente. Yo había dicho que su estilo Niko no estaba completo, pero aún así... Por un momento...—su mirada se volvió nostálgica.—... Por un momento creí ver a Niko.
Sus palabras mostraban admiración y tenían ese respeto que todo el que es fuerte se merece, Doppo se quedó con muchas más cosas que decir sobre Niko, pero se quedaría corto. Se notaba el enorme cariño que le tenía a ese tipo.
—Si, es una locura, lo sé. Pero sin duda alguna, Ohma Tokita nos sorprendió a todos.
Para alguien como Jack Hanma, alguien que tiene una fuerza capaz de hacer pedazos a osos, tigres, cualquier cosa, una fuerza incomparable que se ha ganado con entrenamientos más haya de su límite y capacidad física. Y no nos podemos olvidar de las sustancias prohibidas que consume para mantener su cuerpo de esa forma y los incontables tratamientos que hizo para tener el tamaño que tiene. Gracias a la tecnología moderna, Jack Hanma pudo llegar hasta donde está.
No nos podemos olvidar de un factor muy importante también, un pequeño detalle pero muy importante que lo hizo sobrevivir al estar al borde de la muerte por la cantidad de drogas que tomaba, un detalle que lo hizo sobrellevar todo ese desequilibrio hasta ahora.
¡Su sangre!
La única sangre más valiosa en todo el mundo, el ADN más codiciado por tantos que hasta asusta. La sangre que sólo posee ese que está por encima de todos ellos.
La sangre Hanma.
Pero había algo más también... Eso que lo hizo cargar con el peso de la vergüenza de ser un fallo más, algo que provocó su esfuerzo, que despertó su determinación para continuar en un camino con un resultado casi, o aparentemente, imposible para él.
La convicción de Jack Hanma no tiene comparación, su fé en querer ser más fuerte tampoco, alguien que tiene todas las de fracasar y se vio obligado a tomar cualquier cosas le cueste lo que le cueste para volverse más y más fuerte. Sin duda alguna, un hombre así, es de temer.
Él, tan alto, corpulento, violento, brutal, robusto, rudo, fuerte, tan, pero tan, fuerte; no podía darse el lujo de perder, su orgullo no se lo permitía. Con sus músculos forjados por trabajo duro y fármacos, atacó a Ohma con toda su furia. Esa ira la almaceno en sus puños y atacó con todas sus fuerzas.
Ohma Tokita, un chico que desde niño no ha tenido padres, alguien que viene de un mundo violento, ha desarrollado un sentido capaz de saber cuando ha habido algún cambio en el ambiente, viéndose obligado a adaptarse a la peor zona de su país, sus sentidos, instintos se agudizaron, y también esa percepción a la hora de examinar a alguien, sabiendo si es o no fuerte, o un peligro. Ohma, sintió hostilidad, una inminente, los puños de Jack, se acercaban cada vez más y más, y la ola de hostilidad se hacía más grande, llevándolo por completo.
Ohma Tokita se hundió en la ola, para confrontarla.
El estilo de Jack es más agresivo que otra cosa, un estilo que se basa más en lo brutal, en la exterminacion de su contrincante, más haya de sus conocimientos y técnicas, estaba ese salvajismo que sólo pudo haber heredado de alguien, su padre, Yujiro Hanma. Esa ola de hostilidad, era una lluvia de golpes, Ohma, dio un pequeño paso hacía adelante, usando el flowing edge, predecía y percibía donde y cuando golpearia Jack.
Con un nivel fácilmente considerado maestro, Ohma esquivaba por los pelos esa brutal ráfaga de fuerza bruta; Jack, cansado de lo mismo, tomó a Ohma y lanzó puñetazo directo a cara, cosa que Ohma detuvo y redirigido de inmediato con su kata. Las personas lo vieron, los guerreros lo vieron, Ohma había hecho girar como si nada a Jack, alguien que pesa tres o cuatro veces más que él.
El enorme cuerpo de Jack giro a un lado de forma repentina y fluida, pero no cayó, por reflejo piso con fuerza el suelo para detenerse abruptamente. Los dos se miraron, Jack subió su guardia, por primera vez en esta pelea, Ohma hizo lo mismo; ahí los dos empezaron un intercambio.
Ohma Tokita estaba dispuesto a dejarlo todo en esa pelea, daba todo de sí mismo para ganar este combate sin importar que, teniendo un intercambio de golpes con Jack Hanma, quien lo supera en fuerza y tamaño, era una locura hacer tal cosa.
—Tuvieron un intercambio de golpes.—contaba Doppo, para tomar un poco de té.—Ah, no, eso no fue el final. ¿Qué si Ohma ganó el intercambio?, nope. Pero eso no significa que se haya rendido.
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