Mi llegada
Aquella orilla se encontraba un joven de cabellos negros, el cual se encontraba mojado porque al parecer fue arrastrado por el mar hacia aquí, mientras trataba de recuperar la conciencia, aún apoyado en la esquina de aquella pequeña playa, unos pasos tranquilos empezaron a escucharse, miro hacia delante suyo, observando quien era la persona que estaba delante suyo.
Miro como el cabello de aquel chico pelirrojo estaba ahí, se arrodilló y estiró su brazo, para ayudarlo a levantarse. Para el pelinegro era la primera vez en ver a otra persona aparte de él.
Se levantó y con tomando la mano del pelirrojo que no pronuncio alguna palabra aparte de estirar su mano. Observo de cerca al chico, esperando saber si había alguna explicación para lo que estaba pasando.
Pero fue esta vez el momento del joven pelirrojo indicar que le siga, confundió el otro le siguió, caminaron por un buen rato, lo sentía así porque veía como el día había pasado de una mañana tranquila, a un medio dia caluroso, lo sabía por la posición del sol.
Fue ahí donde el chico pelirrojo indicó una pequeña casita de madera, el cual aunque era pequeña era muy bonita, y a un lado se encontraba unos preciosos cultivos. El chico más bajo abrió la puerta de casita, y dejó que el otro entrara, fue a unos baúles y sacó carne, para ponerlo en un horno, y en lo que esperaban que este se cocinará, este al fin hablo.
Primero le miro y luego sonrio — Ha pasado tiempo desde que no he visto a otras personas — habló, mientras buscaba en otro baúles otras cosas — lo siento por no presentarme, pero realmente no sabia como hacerlo — le sonrio de nuevo, mientras sacaba la carne del horno, y se lo entregaba al pelinegro — Debes estar con hambre — y el joven más bajo tenía razón, porque el pelinegro se podía ver como devoraba la comida — más tranquilo, que te puedes ahogar — de otro baúl sacaba un bote, y en este había leche — bebe para que te puedas llenar — el pelinegro lo tomo y también bebió — Por cierto, mi nombre es Noriaki, Kakyoin Noriaki para ser más exactos. — le sonrio, al fin presentándose.
Para el otro muchacho que había bebido la leche de manera un poco absurda respondió — Jotaro — le dijo, casi atorandose con la comida — Kujo Jotaro — se presentó, le entrego de vuelta su bote a Kakyoin — Gracias por la comida, realmente si tenía hambre —.
El pelirrojo río un poco, miro por la ventana como el atardecer estaba por llegar — creo que el anochecer llegara pronto — Miro a Jotaro — quieres ayudarme, dudo que podamos dormir en la misma cama — le dijo, mientra iba a otro cofre, sacando Lana — que color te gusta más — dijo mientras le entregaba varios colores a Jotaro, este eligió un color Morado, de otro baúl Kakyoin saco madera, y con ello, Jotaro hizo su propia cama.
Este colocó su cama, y miro, afuera donde se veía el atardecer — Gracias, aunque creo que invadi tu casa — el otro muchacho negó, para luego mirar de nuevo a la ventana, mirando el anochecer — por mi esta bien, pero creo que es mejor dormir pronto, porque realmente no me gustaría saber que otros como yo sufran afuera — le dijo, se levantó y cerró su puerta — la primera vez que llegue, no la pasé bien, realmente es gracioso decirlo, pero me tape con tierra para poder evitar a esas criaturas, me daban miedo, pero aún así, traté de hacer lo más rápido posible el encontrar como sobrevivir. — le contó.
Suspiro y dijo — Te lo agradezco de nuevo — le dijo, mientras veía como el otro iba a dormir en su propia cama, Jotaro hizo lo mismo, entrando a su cama, para caer dormido, sin recordar su esas criaturas aparecieron o no.
Al día siguiente, se levantó casi al mismo tiempo de Kakyoin, el cual apenas se levantó, metió carne al horno para comer. Luego miro a Jotaro — Buenos días, disculpa si te desperté, pero tengo que ir a minar — le dijo, mientras veía como el chico miraba como su carne se cocinaba — por cierto, no te preocupes te voy a dejar para ti también — le dijo con una sonrisa.
Entonces Jotaro dijo — si quieres te puedo ayudar — Kakyoin le miro un rato, como estuviera meditando aquello — no te preocupes, realmente sé que puedo hacerlo. — se paró y fue donde Kakyoin — ¿tienes hierro? — le pregunto.
— No, solo tenía para hacer dos picos, estoy llevando otros más de piedra — le dijo, mientras le mostraba los picos.
— Sirve, un par de armas también pueden servir — dijo husmeando en los baúles, para luego sacar algo de madera y piedras, se fue a la mesa a prepararlos, y luego se un rato — toma esta — le paso una espada — yo me quedaré con esta, dame un pico de hierra, quizás puede que encontremos algo muy bueno, y necesitaré de este para sacarlo mejor — Kakyoin asintió, sintiéndose más contento, al saber que alguien mas le ayudaría.
Fue ahí, donde ambos tomaron sus respectivas comidas, para irse juntos a donde el pelirrojo había visto un lugar muy bueno, por suerte Kakyoin siempre llevaba consigo unas antorchas, le dio la mitad a Jotaro, y empezaron a adentrarse juntos, mirando con cuidado el lugar, porque sabían que esas criaturas estarían por ahí, acechando, escondidos. Para suerte de ambos, habían encontrado carbón, y un poco de hierro.
Pero esta vez decidieron no arriesgarse a ir más dentro de esa cueva. Salieron juntos, y metieron el hierro encontrado a otro horno, para poder hacer mejores herramientas, además de que el pelirrojo fue a recoger su cosecha, para luego entrar diciendo — Ya tengo para hacer pan — le dijo muy feliz — pero pensaba que era mejor atraes algunos animales, para tener una granja — Kakyoin miraba el trigo encontrado — pero creo que más tarde trataré de atraer animales, por ahora creo que lo guardaré — le dijo al pelinegro, el cual solo asintió, mientras le pasaba carne a Kakyoin, este agradeció e gesto.
Ese día fue productivo, además para el más bajo era bastante bonito tener a otra persona con quien vivir, estar solo era casi un hecho antes, pero ahora no podía pensar así.
Para el pelinegro, aunque no lo demostrara, se sentía más tranquilo, no recordaba aún cómo llegó, aunque le preguntó a Kakyoin como llegó él, este solo le dice que apareció en medio del bosque sin ninguna memoria de lo que hizo antes, simplemente ya sabía que hacer o algo de ello.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro