En el cenit de la creación, una estrella titilante, agotada por el peso de su propio destino, finalmente llegó al límite de su existencia. En un estallido deslumbrante y ensordecedor, la estrella explotó, arrojando destellos de luz y energía a través del cosmos.

Mientras la explosión se extendía por el espacio, el universo mismo parecía tambalearse en su agónico suspiro. La galaxia, las constelaciones y los planetas se retorcieron y desmoronaron en un caos cósmico.

Sin embargo, en medio de la devastación, un cambio inesperado ocurrió. La destrucción del universo dejó al descubierto un misterioso vestíbulo blanco, una encrucijada entre dimensiones, donde el tiempo y el espacio perdieron su significado. En este espacio etéreo, emergió un anciano de barba blanca y ojos sabios, cuya presencia irradiaba una serenidad que contrastaba con el tumulto previo.

—Saludos a todos, me llamo Hermes, es probable que me conozcan por mis relatos en "Los Signos Del Zodiaco". Hoy les presento el "Códice de los Signos", una colección meticulosa de datos, información y la rica historia del universo Nexarion: Parallex I.

—Ahora, sé que algunos de ustedes se preguntarán qué es exactamente Parallex. Permítanme responder a esa intrigante pregunta, estimados ciudadanos. Parallex es el nombre que otorgamos al universo en el cual se desarrollan todas las asombrosas narrativas de los Signos. Este universo se encuentra anidado en un Omniverso conocido como Nexarion.

El dios, con sus manos hábiles, traza intrincados patrones en el aire, dando vida a una serie de artefactos metálicos que, cuando se ensamblan, dan origen a millares de diminutas esferas, cada una con su propia nebulosa interna.

—Aquí les muestro el vasto universo, compuesto por innumerables galaxias. Para los dioses, contemplar esta inmensidad es tarea sencilla. Las historias que aguardan en esta galaxia son incontables, y anhelo que todos ustedes las descubran en breve.