Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

👑 Capítulo 19👑

Dos meses después.

La puerta de la cafetería suena y dejo de limpiar la barra para llevar mi mirada a la entrada desde donde Liv me saluda emocionada con la mano mientras sonríe. Se acerca rápidamente hasta una de las bancas vacías frente a la barra y toma asiento.

—¿Cuánto te falta para terminar el turno?

Miro mi reloj en la muñeca y todavía me quedan tres horas de trabajo, pero gracias a dios hoy el día ha estado bastante tranquilo.

—Bastante —le respondo y ella suelta un bufido.

—Quiero que salgamos a divertirnos, desde que regresaste te pasas los días trabajando y encerrada en tu casa, me preocupas Eva.

Le sonrío con pocos ánimos y tomo asiento ya que no hay ningún cliente que atender.

—Necesito volver a adaptarme a estar de regreso.

—Ya han pasado dos meses, prácticamente ni supe cuando regresaste, Angie fue la que me avisó.

—Quería estar sola.

Ella niega con la cabeza.

—Bueno, de todos modos, cuando acabes el turno nos iremos a celebrar.

—No hay nada que celebrar Liv —le digo sin ganas.

—¡Estuviste viviendo en un palacio! Creo que es motivo suficiente para celebrar —Livia grita emocionada y me río de su actitud tan feliz aún cuando por dentro me siento algo rota.

—Otro día, hoy estoy muy agotada —me excuso y ella parece comprender porque no sigue insistiendo.

Ya han pasado dos meses desde mi regreso a la ciudad y aún lo siento como si fuese ayer. Los gritos de Jared y su mirada de odio, las cálidas manos de Kylliam y su abrazo, los comentarios divertidos de Dalton y los consejos de Adele, los extraño demasiado. Pero he decido por mi propio bienestar perder cualquier tipo de contacto con ellos.
Cuando regresé nada volvió a ser como era. Mi padre fue liberado pero ya no teníamos un hogar donde vivir, solo estaba el departamento en el que mi madre había estado todo este tiempo y en el que nos encontramos viviendo ahora, solo tiene dos habitaciones así que Angie y yo compartimos una. Angie regresó a su escuela y aunque parece feliz siento que ella también se siente algo triste. Mamá ha vuelto a ser la misma de antes, pero por mucho que lo intente sigo recordando sus maltratos el día que vine a la ciudad. Lo único que logra hacerme sentir bien es ver la sonrisa dibujada en el rostro de mi padre cada mañana, ha vuelto a trabajar en la empresa de los abuelos y hasta ahora todo parece ir bien, aunque el dinero que tenemos es escaso, por lo que me ví en la obligación de conseguir un trabajo para ayudar con los gastos y es así como terminé de dependienta en esta cafetería.

Las tres horas pasan demasiado rápido para mí gusto, Liv me acompaña hasta la salida y nos despedimos con el compromiso de salir mañana a divertirnos. Camino hasta casa, ya que solo son cuatro cuadras de distancia.

—Hola Clarck —saludo al portero y me muestra la misma sonrisa de todos los días.

—¿Que tal el trabajo, Eva?

—Como siempre —le digo y él sonríe.

—Tu familia ya está en casa —asiento y entro al elevador, cuando las puertas se abren mi hogar temporal me recibe y papá me saluda desde la mesa donde hay esparcidos muchísimos papeles.

Dejo mi cartera en un sillón y voy hasta él.

—¿Qué tal el día?

—Todo marcha viento en popa.

—Hola hermana —Angie me saluda mientras camina hasta el sillón más grande de la sala con un tarro de palomitas de maíz y enciende el televisor.

—Ahí vamos nuevamente a la televisión—digo rodando los ojos.

—Déjame ser feliz—dice con la boca llena—. Este es el único modo de entretenerme en estas cuatro paredes.

La ignoro y me voy hasta la cocina donde mamá prepara la cena y tararea una canción.

—Hola —saludo y ella me mira la tensión aún se siente entre ambas.

—¿Has comido algo?

—Me comí unos dulces en el trabajo —asiente y sigue en lo suyo.

Sentimos el grito de Angie y ambas salimos de la cocina asustadas.

—¡¿Qué pasa?!

—¡Es un concierto de BTS! —dice ella aplaudiendo emocionada.

—¡Ay no por favor! —agarro el control y lo apago.

—¡Oye! Que no te gusten no significa que los demás no podamos disfrutar de su música.

—Mejor vemos otra cosa.

Mamá enciende el televisor en algún canal tonto de noticias y ruedo los ojos cuando veo que son chismes de la realeza. Angie se acomoda con sus palomitas y escucho al periodista hablar.

—El príncipe Kylliam fue visto esta tarde con su novia, esa chica misteriosa que aún seguimos sin conocer.

Me tenso al instante y llevo mi mirada al televisor, por lo visto todos ellos siguen con su vida mientras la mía se ha vuelto un completo desastre.

—Eva, ese no es el chico que...

—Voy a mi habitación —les digo marchándome rápidamente.

Entro en la habitación que comparto con Angie y cierro la puerta con seguro.
Ellos han seguido con su vida.
Él ha seguido con su vida.
El celular en el bolsillo comienza a tentarme .

¿Debo llamar?
No, las cosas están mejor así. Son felices, sin mí.

Y aunque sigo pensando que es mala idea, mi mano cobra vida propia y agarro el celular, marco el número de Adele y escucho su voz.

¡¿Eva?! —una sonrisa se dibuja en mi rostro—. ¿Hola?

—Ade, soy yo.

¡Dios! Al fin —escucho otras voces en el fondo pero no logro distinguirlas—. Cielos, no sabes cuánto te extraño.

—Yo a ti también —mis ojos se cristalizan—. ¿Cómo están todos?

Súper bien, Dalton tiene novio, aquel chico del que nos hablaba, es súper majo —comienza a contarme emocionada—. Celine es la nueva directora de la escuela y Thomas y yo estamos saliendo.

—¡Wao! No sabes cuánto me alegro, me gustaría poder estar allí.

Me quedo sorprendida cuando esas palabras escapan de mi boca y por reflejo la cubro con mi mano.

Yo también quisiera que estuvieras aquí —dice triste—. Por cierto, no pudimos cumplir tu promesa, lo lamento.

—¿Que promesa?

Cuidar a Kylliam y a Jared.

—Oh ¿Qué ha sido de ellos? —el corazón me late deprisa en espera de su respuesta.

Kylliam está haciendo un excelente trabajo como rey, en serio, lo vez y no lo reconoces, ya casi no visita Nardinkath pero Thomas me cuenta sobre él —hace una pausa para respirar—. No sé mucho de Jared hace tiempo no está aquí en Nardinkath, está buscando a su hermano, pero él ya no es el mismo Eva.

Angie toca la puerta y me pide que abra.

—Debo colgar Ade.

Cuidate amiga y no vuelas a desaparecer.

—No lo haré y por favor, no le digas a nadie que llamé, mucho menos a Thomas.

No quieres que él lo sepa ¿Verdad? —el corazón se me oprime—. Viste las noticias.

—Te llamaré pronto —cuelgo y le abro la puerta a Angie que se lanza dramáticamente a la cama.

—¡Dios extraño Nardinkath, ser princesa y que te lo hagan todo! —exclama—. Mamá quiere que lave los platos.

—Aunque me cueste aceptarlo, yo también extraño Nardinkath, hermana —le digo y ambas sonreímos.

(...)

Finalmente Livia consiguió sacarme de casa. Estamos en el bar donde se había despedido de mi antes de marcharme a Nardinkath. La música y el baile están a tope y yo mantengo mi cara de amargada porque todo lo quiero es irme a casa a dormir.

—¡Dios! ¿Pero qué te han hecho en Nardinkath? —me pregunta mi amiga en el oído—. ¿Es que te enamoraste de algún chico?

Ruedo los ojos y me río porque es más complicado que eso. Ella pide dos margaritas y el mesero va a buscar la orden.

—Mira quienes vienen por ahí.

Giro mi vista y me encuentro con Joel y Drek que caminan hacia nosotras. Bufo porque no tengo ganas de hablar con nadie y con Joel menos.

—¡Hola chicas! —saluda Drek—. ¡Qué bueno verlas!

—¿Que tal todo? —pregunta Joel sin dejar de mirarme.

—Estamos celebrando el regreso de Eva —les responde ella.

—¿No vuelves a marcharte? —me pregunta Drek y asiento desviando mi mirada hacia la pista de baile.

Siento una mano tomar la mía y me alejo por instante llevando mi mirada hacia Joel.

—¿Quieres bailar?

—No, gracias.

—¿Estás bien? —me pregunta.

—Creo que Nardinkath le ha afectado un poco —suelta Liv y el comentario me cae bastante mal.

—¿Terminaste con tus novios? —me pregunta Joel y recordar ese día me pinta una sonrisa en la cara.

—Si —le respondo riendo.

—¿Entonces porque no bailas conmigo?

—¿Dónde está Raisha? —le pregunto y su cara cambia totalmente.

—En casa, está enferma.

—¿Y cómo crees que se sentiría mientras ella está enferma y tú estás en un bar bailando con tu ex?

Él se queda sin palabras.

—¿Es en serio? ¿Acaso no aprendes? —lo señalo con el dedo—. Te pasas la vida sin darle importancia a las cosas que tienes, para luego llorarlas cuando se van.

—Eva —Liv me regaña.

—Tú mejor no me hablas —le digo—. Te pasas el tiempo criticándome por como estoy actuando sin ponerte a pensar en cómo me siento o en como estoy. Solo quieres que vuelva a ser la de antes y esa Eva ya no existe. Si no te gusta lo que soy ahora, lo lamento mucho pero es lo hay.

Me pongo de pie de la silla y salgo del bar lo más rápido que puedo. El aire frío hace contacto con mi piel y la sensación de alivio me reconforta. Miro al sitio donde conocí a Jared y a Kylliam, hubiese dado todo en este momento para que nuevamente ese auto estuviese ahí. Tomo un taxi y regreso a casa.
Angie está sentada como siempre frente al televisor mientras las lágrimas caen por sus ojos. Levanta su mirada al verme llegar y me hace señas para que me siente a su lado.

—Esto es muy triste —se sopla la nariz en un pañuelo—. Sanem vendió su perfume y ahora Can la acaba de dejar, ellos se aman tanto.

Sigue llorando junto a la protagonista de la novela y yo me río porque se está volviendo adicta a la novelas turcas.

—¿Mamá y papá?

—Descansando. ¿Livia no iba a quedarse hoy aquí?

—Estoy enojada con ella —agarro unas palomitas de su cuenco—. No entiende que ya no soy la misma, aunque ni yo misma sé que me pasa.

—Ay Eva, dejaste muchas cosas pendientes en Nardinkath, hiciste amigos que extrañas y todo fue muy difícil para ti, es normal que no puedas continuar con tu vida.

—¿Cosas pendientes? —le pregunto perdida.

—Jared termino odiándote, ni siquiera tuviste la oportunidad de explicarte y pedirle perdón. Tampoco pudiste despedirte de Kylliam y esa tensión sexual que había entre ustedes nunca pudo resolverse.

—¿Tensión sexual? —me río—. Vivíamos peleando.

—¡Por dios! A leguas se notaba que estaban locos por lanzarse encima del otro.

Sentimos unos pasos y papá aparece en la sala. Nos sonríe y se sienta en medio de ambas en el sofá.

—¿Que hacen mis princesas?

—Llorar con mi novela turca —responde Angie.

—Quejarme por no poder avanzar —le digo.

—No podrás avanzar mientras no olvides el pasado Eva, y conociéndote, no vas a olvidarlo hasta que ese chico te perdone y resuelvas la tensión sexual.

Angie suelta la risa y yo miro a papá asustada.

—¡Papá! ¡Estuviste escuchando todo!

El ríe y me da un beso en la frente.

—Su madre ronca demasiado y hace horas estoy en esa esquina viendo la novela de Angie, por cierto cariño —Angie lo mira con un puchero en los labios—. Seguro que pronto vuelven a estar juntos, así son esas novelas.

Angie sonríe y a ella también le da un beso en la frente.

—No puedo creer lo mucho que crecieron, parece que fue ayer cuando tuve que separarlas porque se jalonearon los pelos cuando Angie te rompió la guitarra —papá ríe y mi hermana me mira con una sonrisa inocente.

—Ella tocaba fatal y no me dejaba dormir en las noches —se defiende mi hermana.

—Yo no tocaba mal —me defiendo y amabas reímos.

Papá me mira y estruja mi cabello con su mano.

—Tu maleta está lista —lo miro perdida sin comprender lo que me dice.

—¿Qué maleta?

—Adele llamó está tarde, luego de que te marchaste con Liv —me explica—. Mañana es el cumpleaños de Thomas y van a hacer una fiesta especial, quieren que vayas.

—El trabajo en la empresa ha dado resultado así que me tomé la libertad de coger algo de dinero, te compré un vuelo para esta madrugada, así llegas temprano —me dice papá y para ese instante mis ojos ya están llorosos—. Regresa a Nardinkath hija, disfruta por primera vez de ese lugar sin preocupaciones y arregla todo lo que tengas pendiente allí.

—Yo te hice la maleta —me sonríe Angie.

—Has lo que tengas que hacer Eva, te apoyaremos siempre hija.

—¿Vas a ir? —mi hermana me mira preocupada porque me mantengo callada todo el tiempo.

Papá tenía razón, hasta que no resolviera las cosas con Jared y lograse su perdón, no podría sentirme totalmente tranquila. Kylliam era un asunto aparte que había decido cancelar de mis planes.

—¡Pues iré a Nardinkath!

(…)

Son las 7 de la mañana cuando el avión aterriza en el reino de Nardinkath. He dormido tranquilamente todo el viaje y me siento menos nerviosa que cuando monté en el avión. Atravieso los pasillos del aeropuerto dispuesta a tomar un taxi que me lleve a la escuela pero para mí sorpresa unos enormes globos con mi nombre se alzan entre las personas.
Busco con mi mirada quien los trae y una sonrisa se dibuja en mi rostro cuando Adele y Dalton me saludan alegres y me hacen señas para que me acerque.

—¡No me puedo creer que estés aquí! —Dalton corre a abrazarme y Adele se nos une.

—¡Cuánto te he extrañado! —Adele se separa de nosotros y una lágrima cae por su rostro—. Ya nada es igual sin ti.

—Yo también los extrañé muchísimo.

—Venga vamos, hay mucho de lo que ponernos al día.

Una de las características limosinas nos espera fuera y nos ponemos en marcha. Dalton se pasa todo el camino contándome los últimos acontecimientos: su relación con Wellen —así se llama su novio— y como siente que finalmente ha encontrado su alma gemela, la relación de Thomas con Adele y que Thomas se había declarado con mariachis haciéndole una serenata.

—Gretchen sigue siendo una perra sin corazón, pero como Kylliam no está, no tiene quien la respalde así que se ha controlado —continua—. Celine es una excelente directora, todos la amamos, ya verás como han cambiado las cosas.

—¿Cómo te ha ido a ti? —me pregunta Adele y bajo la cabeza, ambos me toman de la mano.

—No he estado bien —les confieso—. Creí que cuando me marchara volvería a ser la misma, pero no, aunque me cueste creerlo extraño este sitio, los extraño a ustedes. No puedo ser la Eva de antes.

—¿Por qué no nos llamaste Eva? —Dal me mira con tristeza—. Aunque fuese por teléfono hubiésemos estado junto a ti.

—Necesitaba estar sola —una lágrima rebelde escapa de mi ojo—. Yo... No me perdono lo que le hice a Jared, me siento rota chicos.

—Él también lo está —me dice Adele—. Creo que ese día nos cambió a todos.

Dalton me toma de la mano y me sonríe.

—Pero viniste a divertirte, así que vamos a borrar esas caras largas y disfrutar del cumpleaños de Thomas, va a ser una gran fiesta y vienen personas de todos lados.

Eso me puso en alerta y un escalofrío me recorrió el cuerpo.

—¿Kylliam viene?

Ambos se miran.

—Está ocupado con las cosas de su reino —me explica Ade—. Thomas dice que no puede venir.

Suspiro con alivio, no quiero verlo. No quiero recordar lo que me hacía sentir, no quiero recordar sus palabras porque él las ha olvidado.

Finalmente llegamos al palacio y un sentimiento de familiaridad me invade el pecho, la majestuosa estructura se alza ante mi y río, quien iba a decirme que extrañaría este sitio. Entramos y todo es diferente. La decoración es más armoniosa y todos caminan alegres y emocionados por los pasillos, incluso saludan al pasar. Miro a Adele y Dalton y ambos me sonrien con orgullo, sin duda alguna Celine ha cambiado muchas cosas. Caminamos por el pasillo que llevaba hacia el gran salón y enseguida observo a Thomas que habla con un chico. Para mí sorpresa no solo los profesores están preparando la fiesta, también muchos de los estudiantes colaboran.

—¡Eva! —exclama Thomas en cuanto me ve y corre a envolverme en un abrazo—¡Que bueno que hayas podido venir!

Le devuelvo el abrazo y nos separamos.

—Yo también me alegro de haber venido.

—La fiesta va a estar estupenda verás —dice emocionado—. Todos han estado ayudando, sobre todo porque también celebraremos el nombramiento de Celine como directora.

De repente las puertas del otro lado del salón son abiertas y varios guardaespaldas vestidos de negro entran. Adele a mi lado mira a Thomas sorprendida y este se encoge de hombros. No entiendo que rayos pasa, pero luego de que seis guardaespaldas entren, comprendo completamente la actitud de Adele porque Kylliam hace entrada en el salón y me quedo de piedra.

Su cabello está un poco más largo desde la última vez que lo ví, lleva una ropa que destila elegancia y que seguro cuesta más que este castillo —si eso puede ser posible—. Camina erguido sin mirar a los lados pero también noto ojeras debajo de sus iris verdes y como su mirada no es la del chico divertido, se ve agotado.
Thomas se gira para recibirlo y decido esconderme detrás de Adele, si tengo suerte tal vez no note mi presencia.

—Al final viniste —le dice Thomas con alegría.

—Ninguna reunión merece la pena cuando se trata del cumpleaños de mi mejor amigo —los escucho hablar desde mi escondite improvisado.

—¡Es bueno verte después de tanto tiempo Rey Kylliam! —le dice Thomas y ambos ríen—. ¿Ahora tenemos que llamarte majestad?

—Crei que el chistoso del grupo era yo —le dice Kylliam—. Hola Dalton y Adele —saluda a mis amigos—. Veo que siguen siendo inseparables.

—Por supuesto —le dice Dalton y de repente todos se quedan callados.
Sigo escudada detrás del cuerpo de Adele y siento algunos pasos y murmullos pero no logro distinguir nada.

—Adele ¿Has engordado? —le pregunta Kylliam.

—¿Yo? Para nada —responde mi amiga.

—¿Hay alguien detrás de ti?

¡Joder! No quiero verlo, no quiero que me vea. El corazón comienza a latirme a mil por hora y decido que solo me queda una solución, que por lo visto es mi marca personal, correr.

—No, no, para nada...¡Pfff! ¿Quién iba a estar detrás de mi? —Ade comienza a divariar.

—Estoy viendo un brazo ¿A quién escondes?

Escucho sus pasos y Adele se mueve para seguir ocultándome y yo la sigo, pero esto no funcionará para siempre.

—¡Joder! ¿Puedes quedarte quieta? —lo escucho pelear pero entonces alguien más entra en el salón.

—¡Kylliam! —escucho una voz femenina—. Dijiste que ibas a mostrarme el sitio.

Él suelta un bufido y escucho a Thomas reír.

—Salvada por ahora —le dice a Adele—. Nos vemos esta noche amigo.

Escucho sus pasos alejarse y hasta que no siento como se cierra la puerta no salgo de mi escondite.

—Dijeron que no venía —les digo.

—Ya lo escuchaste —se excusa Thomas—. Tranquila, haremos lo posible para que no se topen.

Asiento no muy convencida.

—Venga —Adele me toma del brazo—. Vamos a ver a Celine y a llevarte a tu habitación.



Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro