Los caballeros y ahora algunos amazonas estaban como desde hace unos días intentando adaptarse a este nuevo estilo de vida, en especial para las amazonas, pero en eso les llego un mensaje de Saori que quería fueran al templo principal y a regañadientes subieron allí. 

Saori les estaba esperando con una gran sonrisa, junto a un patriarca que se notaba nervioso, casi jalando sus cabellos. 

- ¿Por qué nos llamaron? -Preguntaron a la vez las amazonas con algo de molestia, acababan de interrumpir su momento de tranquilidad con sus respectivas parejas. 

-Esperen un minuto, falta que llegue una de ustedes. -Pidió Saori, esperaron un minuto hasta que vieron llegar a Seiya que se transportó desde el inframundo, fulminando con la mirada a la diosa apenas fijo sus ojos en ella. -Ahora que están todos, les quería comentar que debo enviarlos a una misión a un lugar muy lejano, sé que la paz a durado mucho tiempo, pero esto es necesario según ordenes que me dieron. -Abrió un portal como le habían indicado que hiciera, este por su fuerza termino arrastrando a cada uno sin poder quejarse ni decir nada. -Fue más fácil de lo que pensé. -Pero al celebrar su éxito, se despisto y no cerro el portal, por lo que también fue absorbida por este.