12🌞 Deleite visual
—¡OhporDios! ¡OhporDiooos! Eres Mister Tides, ¡El MEJOR GUITARRISTA DE TODOS LOS TIEMPOS! ERES TAAAAAN ARDIENTEEEE, ¿puedes firmarme los senos, por favor? ¡¡Por faaaaaavor!!
—Ah, los sacrificios que debo hacer por ser tan famoso—. Le responde Percy con una sonrisa de autosatisfacción, y acto seguido, sacó un bolígrafo de su bolsillo trasero y se dispuso a autografiarle las protuberancias de sus pechos —¿Nombre real o artístico, nena?
—¡Mejor ambos!— la chica soltó una risita, mirándolo con corazones en los ojos— ¡Así tus manos se demoran más sobre mis tetas!
En respuesta, Percy le dio una mirada estupefacta y boquiabierta de forma teatral y cómica; le escuché decirle: "Pervertida" en tono divertido, y por último, comenzó a cumplir el difícil pedido de su groupie, quien poseía un extravagante escote en V y no dejaba nada a la imaginación. Un montón de otras jovencitas hacían fila detrás de la primera, incluso había hombres esperando conseguir la firma de "Mister Tides", y entonces entendí la razón del ego tan elevado de Jackson. Es decir, yo también me sentiría como un gran monarca cuando la mitad del país, mataría por una foto contigo.
Al pasar a su lado, (llevando vasos de plástico que contenían una extraña mezcla de cerveza y jugo de pera), los ojos verdes de Percy se elevan y se encuentran con los míos de repente, e inmediatamente, su sonrisa se ensancha en reconocimiento. Luce guapísimo. Traía Jeans y una musculosa de color blanco que se pegaba sobre sus duros pectorales, además, se había puesto una colonia que se asemejaba bastante al aroma de la brisa del mar; el cual llegaba hasta mis fosas nasales, apenas el humo del cigarrillo se apartaba un poco.
—¡Hola, Will! — me saludó con energía, dejando brevemente olvidada a la chica, (quien me miró con un severo ceño fruncido por haberla interrumpido con su gran amor)—. ¿Te la estás pasando bien? Cualquier cosa que necesites, solo pídemelo.
"Quiero un buen revolcón contigo, Dios Griego del sexo", pensé, pero obviamente, eso no se lo dije en voz alta; en cambio lo que contesté fue:
—No, no, todo está genial. Como siempre, Leo se luce con las fiestas que hace cada que vuelve a su casa. Estoy muy a gusto, gracias.
—¡Me alegro! —sus ojos se fijan en las dos bebidas que llevo en cada mano, y entonces ladea el rostro y se acerca bastante a mí para preguntarme en un tono confidencial — Las manos ocupadas, ¿eh? ¿Se lo llevas a una chica, vaquero?
—Pues, sí... Pero no es como tú crees, — me apresuro a explicarme, y doy un par de pasos hacia atrás cuando su cercanía es demasiado para mí (el chico era más alto que yo, y me intimidaba un poco) — Se lo llevo a una amiga, creo que ya la conociste en el bar, su nombre es Calipso. Está esperándome en la cocina, allí, ¿ves?
Con una mano ocupada apunté vagamente en la dirección donde se encontraba mi amiga, Percy y yo estábamos en la sala, por lo que cuando él la buscó con la mirada; tuvo que dar una media vuelta para mirar detrás de su espalda. En un pequeño espacio cerca de la mesa y la heladera, (con otro montón de gente del pueblo a su alrededor conversando) estaba Calipso, observándonos atentamente desde hace unos minutos con expectación; así que cuando el azabache finalmente encontró su mirada, ella se mostró algo nerviosa por ser descubierta, no obstante, no ocultó su felicidad.
—Oh, ahí está— alzó la palma de su mano, dándole un saludo fugaz (el cual Calipso correspondió), y después, volvió a darle la espalda sin ningún interés. Percy, regresó a su labor de firmar las tetas de la siguiente groupie que se lo pidió —Mándale mis saludos, Will.
Fue todo lo que dijo, con una sonrisa un tanto forzada esta vez y una extraña mirada que no supe identificar. Asentí, y le dije que lo haría; acto seguido, lo dejé con sus fans y volví con una impaciente e intrigada Calipso, (aún parada en la cocina, tratando de ignorar el eructo de los ebrios cerca de ella) con quien apenas estuve en su rango de audición, empezó a embargarme con un montón de interrogaciones sobre Percy.
—¿Y bien?, ¿de qué hablaron? — sus ojos se veían ilusionados, juegueteó con el reloj de oro que tenía en la muñeca expectante, y, después, miró con mala cara a un hombre que había intentado rozarle el trasero estando distraída—. ¡Aléjate de mí, imbécil! —le gritó al tipo manos largas, y luego de que este se volviera con el rabo entre las patas, siguió insistiéndome—. ¿Y bien?, ¿te dijo algo sobre mí?
—Solo que te enviaba saludos— le respondí, con una mueca incómoda, pues la respuesta no era lo que ella esperaba—. Lo siento, no quise presionarlo con tantas pregunta sobre ti, ¡apenas nos conocemos de hace dos días! Pensaría mal de mí.
—No lo entiendo— ella soltó un bufido, (una mezcla de fastidio y tristeza) mientras miraba con anhelo a Percy de lejos, salir en una última foto con una fan; sus cejas se fruncieron con desconcierto, y me miró otra vez como si yo tuviera todas las respuestas del mundo—. ¿Habré dicho algo malo ayer para que de repente dejara de hablarme? O tal vez alguien le habló mal de mí, ¡apuesto que fue la perra de Becky Lou!
Solté un suspiro de cansancio, odiaba no poder darle, de verdad, todas las respuestas que ella necesitaba. Sin embargo, estaba casi seguro de que la susodicha no tenía nada que ver en esto. Al menos no esta vez. Ni siquiera la había visto en la fiesta, y tendría que haber estado en el bar ayer para que pudiera conocer a Percy y ella jamás pisaría un pie en un lugar "de mala muerte" como nos había dicho una vez. ¿Y a todo esto, quién es Bekcy Lou?, te preguntarás, pues...
Becky Lou era como la peor archienemiga de Calipso en todo el condado de Texas. Con tan sólo mencionar su nombre, sus ojos se encendían en furia y ponía los brazos en jarra, con puños listos para golpearle si estuviese por lo menos a diez metros de ella. Y esto, tenía una historia, por supuesto.
Todo comenzó cuando tenían doce años: Calipso había ahorrado por cinco meses para comprar un vestido que usaría en la fiesta de "Conmemoración del árbol de maple", que se realizaba cada año en el pueblo (ella estaba feliz); cuando ella fue a adquirirlo, se encontró con la sorpresa de que Becky Lou se le había adelantado. Ese fue el inicio. Cuando tenían quince, Becky le robó el eterno crush de Calipso, y después, también a su novio a los veinte. Si eso no la convertía en tu nemesis, no sé quién lo sería. Oh, ¿y lo peor? Becky Lou, es su PRIMA.
Prima segunda, para ser más exactos.
—No sé qué ha pasado. Pero apuesto que ella tiene toda la maldita culpa, ¡otra vez! —azotó cabreada, soltando un soplo de aire que movió el pelo que caía sobre su mejilla derecha.
—Tampoco lo sé, Cali. Pero recuerda que Percy es una estrella de Rock... Tal vez... no lo sé— iba a decirle que "tal vez se aburrió de ti" pero eso sería demasiado cruel de mi parte, así que me encogí de hombros—. Solo le importa el sexo y drogas, ya sabes...
—Ya lo sé, Will, y es justamente por eso que no comprendo. Si me hubiese follado y luego dejado de hablarme, ¡lo entendería! Pero él ni siquiera me ha tocado aún —replicó, cruzándose de brazos con indignación— Estaba interesado en mí, Will, lo vi. Quería conmigo, y luego de la nada, hoy, ¡me evade!, como si tuviera lepra o algo así.
Le doy un trago a mi bebida de forma metódica a la vez que asiento un par de veces, y desvié la mirada de los inquisitivos ojos de Calipso, hacia cualquier otro lugar de la habitación, para evitar contestarle con algo que sé que no la satisfacerá. En el trayecto, empiezo a inspeccionar nuestro entorno para distraerme. Cerca de las escaleras, diviso al cuñado de Nico y su hermana, charlando animosamente con los brazos alrededor del otro; el roadie del grupo, también es partícipe de la conversación, y de vez en cuando, le daba una calada al porro que tiene entre sus dedos.
Había una mesa rectangular en medio del comedor frente a la cocina, y sobre este había un montón de vasos con cerveza y platos con comida (como picaditas, salchichas, y sopa de queso) que poco a poco iba acabándose en manos de los invitados. Jason estaba ahí, sentado sobre la mesa con un pie sobre una silla, devorándose un sándwich improvisado mientras conversaba con dos chicas y tres chicos; y con Nico, haciéndole compañía a su lado, quien trataba de sonreír dulcemente por alguna razón y fingiendo que lo que decía una chica, era super gracioso.
¿A quién trataba de engañar? (A leguas se te nota el desinterés, amigo). Había tenido mis dudas con respecto a sus gustos al principio, pero ahora, después lo del billar en el bar; lo tenía por seguro: Es gay. Incluso más que yo, (que jugaba en los dos bandos), él era absolutamente, gay.
Se encontraba de costado hacia mí, de manera que podía deleitarme con total libertad del perfecto y simétrico perfil de su rostro. Tenía una camiseta negra, con una calavera en ella, y unos pantalones negros con cadenas colgando de su cinturilla; su cabello peinado estaba hacia atrás, y su mandíbula era definida y provocativa; supongo que lo miré tanto que tiempo que mi mirada adoptó peso, ya que de un momento a otro, su atención giró hacia mí, y me descubrió de infraganti admirándolo.
Por un momento, me miró como si quisiera venir hacia mí, pero la chica con la que hablaba le tocó el brazo, y él devolvió su atención hacia ella, y siguió ignorándome. Bueno, Calipso no era la única con mala suerte hoy.
—Solo quería sexo casual —continúa diciendo Calipso, sacándome de mis pensamientos abruptamente, y formando un mohín lastimero sobre sus labios—. No es como que le haya tirado indirectas para que tuviéramos una relación formal. Ugh, ¡estoy segura que alguien le habló mal de mí!
—¿Por qué no vas tú personalmente a tratar de conversar con él? —le sugiero.
— Ya te lo dije, me evade. ¡Tampoco quiero pasar por una facilona delante de él!, ya intenté acercarme a él dos veces, pero apenas me ve cerca: ¡huye!, así que tendré que conformarme con esperar.
https://youtu.be/1OjTspCqvk8
En eso, ambos vemos a un chico cualquiera acercarse hasta donde estaban Jason y Nico, con su pequeña multitud de admiradores. El chico había traído una botella de tequila con dos vasitos para ellos (más un recipiente con trozos de limón), y los dejó sobre la mesa rectangular del comedor. Jason le dio una gigantesca sonrisa y una palmada en el hombro al chico, y esto fue todo el agradecimiento que él necesitó, para iluminarse de felicidad.
—Te admiro demasiado, Thunder Knight, ¡eres el hombre!— el chico aprovechó para hablar, casi hiperventilando al tener los zafiros orbes de Jason sobre su persona— Y, uhm, yo, perdón si te ofendo p-pero me encantaría tocar como tú alguna vez. Y, u-uhm... estaba pensando sí, ¿podrías? Tú, ¿enseñarme, a-a tocar?
—Claro que sí, amigo, tranquilo. Te enseñaré todo lo que quieras más tarde — le respondió Jason, aportándole a la vez con un dedo, un pequeño rizo que le caía sobre su ojo; acto seguido, el guitarrista se acercó a su oído, y le susurró algo que sólo él podría oír; el chico en respuesta, se sonrojó violentamente y abrió los ojos de par en par, apartándose de Jason para después mirar a su alrededor nervioso.
Algo me dijo, que no había sido algo inocente.
—¿Qué tal si les enseño un pequeño reto que nos encanta jugar en Los Ángeles? —Jason exclamó de súbito, lo suficientemente alto, para hacerse oír sobre la música que suena; (los demás a su alrededor empezaron a prestarle atención)—No requiere de demasiado sacrificio a decir verdad, pero es divertido. —agarró un trocito rectangular de limón y se lo dio a una chica,— Tú pon esto en tus labios, cariño.
La chica nombrada como Carol, cumple inmediatamente su orden. A su lado, Nico se remueve algo incómodo en su lugar, la groupie que tiene a su lado, no dejaba de restregar sus pechos contra su brazo; al mismo tiempo, Jason empezó a cargar tequila en un vaso, le puso sal en el borde, y luego lo alzó brevemente al aire, para después, embullirlo en sus labios de un trago.
—Y esta es la parte favorita, —ronronea y acto seguido, coge a la chica de la cintura, y la besa en los labios para, claro, "chupar el limón de sus labios". —Delicioso. —Jason sonríe, jugando un "sube y baja" con el tirante de la señorita Carol—. Ahora, ¿quién se atreve a retarme?
Las manos femeninas no tardaron en alzarse, ofreciéndose como voluntarias. Calipso y yo nos miramos, riéndonos, porque la mayoría de las chicas que se estaban comportando de una forma tan desinhibida ahora, eran en su mayoría; conocidas nuestras desde la infancia, señoritas que siempre iban a misa todos los domingos, y habían firmado con nosotros un contrato de "virginidad" en la secundaria (aunque por orden de las monjas). ¿Qué pensaría el pastor Muzika si viera a su casta e inocente hija ahora? Chuparle la boca a un guitarrista de metal, con más empeño del que utilizaba para cantar en los coros de la misa.
¡Ah! El demonio, ¡como me tentada para que sacara una foto! Pero me recordé, que el karma era una perra vengativa después. La hija del pastor terminó por lamerle el piercing de los labios de Jason, y en un arrebato lujurioso, le dio un apretón a su trasero, el cual Jason reaccionó con una risotada. ¡Que bárbaro!
Miré a Calipso aún riéndome de lo que habíamos visto. La encontré mirando de forma lastimera en dirección a Percy, quien para mirar mejor el espectáculo de Jason con las chicas, caminó hasta llegar al sofá que estaba contra la pared del comedor; y se sentó en ella, con los brazos estirados sobre el respaldo de este, haciéndose lucir gallardo en el acto.
—Bueno, al Diablo con Percy —le dije, tratando de sonar animado—. Aún te quedan un par de rockeros a los cuales tratar de engatusar, ¿sabes?, ¿por qué no vas y tratas de conquistar a Jason? Se ve que está muy "abierto" a hacer nuevos amigos.
—Los rubios no son mi tipo, y lo sabes— ella me responde, dándome un repaso al mismo tiempo para remarcar sus palabras. Suelto una risa entendida, y le doy un pequeño empujón a su hombro con el mío— Además, todos esos piercings que trae en los labios, me provocan escalofríos.
—Creo que es sexy— contradigo, llevando mis ojos hacia el susodicho—. De acuerdo, ¿y qué tal, Leo?
—¡Ni en broma! No voy a acostarme con alguien que probablemente ya se haya tirado a la mitad del pueblo.
—¿Y crees que Percy, no? — interrogué, sin poder ocultar la incredulidad en mi voz— ¡Mister Tides, probablemente se ha cogido a la mitad de los Ángeles también, Cali! —exclamé, ¿de verdad ella podía ser tan ingenua?
—Ya lo sé, no soy idiota, Will— me responde de inmediato, sacándome un peso de encima—. La importante diferencia es que Leo se ha acostado con mujeres que conozco desde primaria. En cambio Percy, lo hizo con mujeres que desconozco totalmente.
—¿No sería lo primero una ventaja?
—No cuando pienso que podría haberse acostado ya con Becky Lou—. Sentencia, y suelta un fuerte escalofrío a la vez.
—¡WILL!— Mi nombre fue enunciado en un grito, y lo siguiente que sé es que un par de brazos están rodeando mi cuello con mucha fuerza, en un abrazo que se parecía más a un estrangulamiento que otra cosa— ¡¿Desde cuándo estás aquí, amigo?! ¡Te estaba extrañando! ¿Qué hora es, por cierto?
—Ja, sí claro — le devuelvo en tono sarcástico a Leo, a la vez que me desenvuelvo de sus largos brazos para volver a recuperar el aliento. Con lápiz labial alrededor de su cuello y su mentón, si que me convencía de su nostalgia hacia mi persona— Y son las 12: 08 minutos, estamos aquí desde las diez, ¿dónde has estado todo ese tiempo?
—En el sótano —responde, y quita una pelusa invisible de mi camisa celeste con cuadros—. Hay un equipo de karaoke abajo, por si quieres ir a hacerle competencia a un pobre infeliz más tarde.
—Lo pensaré. ¡Ah, lo siento!—Me disculpé con Calipso al percatarme que le había dado la espalda, y de inmediato, le hice espacio — Por cierto, Leo, ¿ya conociste a mi mejor amiga? Te la presento, ella es...
—Calipso, sí. Ya tuvimos el placer de "conocernos", y no me refiero al sentido bíblico de la palabra. Por desgracia —. Musitó lo último, por lo cual Cali rodó los ojos con fastidio. No obstante, la atención de Leo no se quedó mucho tiempo en ella, y adoptando una voz consternada, agregó: —Por otro lado aún más triste, pensé que "yo" era tu mejor amigo, maldito infiel.
—Me dejaste por mucho tiempo solo, hombre, tenía que seguir con mi vida y ya sabes; requería satisfacer ciertas necesidades con otra persona— proferí divertido, con un matiz teatral que Leo aceptó con una carcajada. En eso, un carraspeó por parte de Calipso atrajo nuestra atención, ella miraba a Leo fijamente y supe antes de que lo dijera; lo que iba a preguntar.
—Uhm, sí, perdón por interrumpirlos, eh... ¿Leonidas? ¿Puedo hacerte una pregunta?
—Sí, claro— sonrió con ironía, (no estaba acostumbrado a las formalidades)—. Puedes llamarme Leo si quieres.
—Ok, gracias —sonaba impaciente—. Solo quería saber... Por si acaso, ¿Percy no te ha hablado de mí? O sea, ¿no te dijo si hice algo que lo molestó, o le desagradó?
Las cejas de Leo se dispararon hacia arriba y ladeó su cabeza con legítima confusión en su rostro, con una voz dubitativa, pronunció:
—No entiendo. ¿A qué te refieres?, ¿por qué crees que se ha enojado contigo, cariño?
—Es que me ha estado evitando durante toda la fiesta. Lo cual es absurdo, porque fue él quién me invitó para que viniera —confesó Cali, soltando a la vez, el décimo suspiro de decepción de la noche—. Ahh, ¿y bien?, ¿te habló mal de mí?
Leo no contestó. Su rostro era una perfecta máscara neutra ahora, y el único gesto que delataba su desconcierto, era el casi invisible fruncir de su entrecejo. De pronto parecía haberse ensimismado profundamente en su mente, pensando y calculando cosas que jamás, podríamos adivinar, sin embargo, algo sí era seguro: Leo estaba tan, o más desconcertada que la propia Calipso por el comportamiento de su compañero, (y con una pizca de sorpresa, además).
—Eso es raro— al final farfulló, y no añadió nada más, dejando insatisfecha una vez más a mi amiga.
Un bullicio llamó nuestra atención de repente, (salvando a Leo de contestar más preguntas por parte de Calipso) y moví mi rostro buscando la fuente del sonido de risas burlescos que se hacían notar por sobre la música de rock. Sin mucho esfuerzo, me encuentro con que uno de los bravucones del colegio es el que ha gritado: su nombre era Joey, y era un patán sin clase, tenía un gorro y una camisa manchada con lo que parecía vino, y una mueca de arrogante en su su rostro feo.
Su objetivo: humillar a Jason.
—El reto es demasiado soso y sencillo— soltó, haciéndose oír sobre el resto, con un tono de mofa en sus palabras, (que sabía muy bien la utilizaba para provocar disputas)—. Además, ¿dónde está lo difícil en besar a chicas sexys? —las personas de su alrededor, asintió en acuerdo—. Cualquiera puede hacer eso, ¡por favor! Hasta mi abuelo de noventa años podría hacerlo.
—¿En serio? —Jason fingió estupefacto, (sin inmutarse de sus palabras) y se cruzó de brazos, mientras daba un par de pasos para ponerse delante del tipo, al cual visiblemente, le superaba en altura y en musculatura; detalles que Joey notó obviamente, y retrocedió con disimulo, para evitar que alguien más lo notara.
—Las cosas son bastantes blandas y Family Friendly en la metrópoli, por lo que veo— continuó Joey, sonriendo ampliamente— Aún no han aprendido a divertirse de verdad, chicos de ciudad. Solo saben aprovecharse de nuestras mujeres compiranas.
—¿Perdón?—Calipso estaba indignada— ¿Acaba de referirse, ese imbécil, hacia nosotras como su propiedad? —Pero nadie logró escuchar su queja, porque las risas que soltaron las demás personas, aplacaron su voz.
Miré por el rabillo de mi ojo a Leo, pero este tampoco se veía muy afectado por la bulla. Luego recordé, que este tipo de comentarios odiosos ellos debían aguantarlos día y noche en su debut, así que, era obvio que ya estaban acostumbrados a estas alturas. Una chispa de admiración nació en mí, por la banda, y me imaginé con diversión; a Jason comiéndose las críticas hates como desayuno y burlas como postre.
Mientras tanto, Jason y Percy compartieron una mirada confidencial entre ambos, una entre aburrida y divertida. Luego, Jason dio dos largas zancadas en su dirección, y se sentó en el sofá junto con él, (con un mínimo de espacio entre ambos) quedando el brazo izquierdo de Percy casi sobre los hombros del rubio.
—Muy bien, hombre, te escucho entonces—Jason se encogió de hombros, y le dio una sonrisa despreocupada—. Lanza un reto para mí.
—¿Seguro? Mis retos suelen ser bastante desagradables —Joey se rió, como un malévolo zorro astuto, esperando a que Jason mordiera la carnada. —¿Te animas de igual modo?
—Estoy esperando— se limitó a contestar, en tanto el azabache a su lado, se tomaba un largo trago de cerveza de una botella de tres cuarto.
—Cualquiera puede besar a un par de zorras— dijo, sin importar ofender a alguien en el trayecto, y acto seguido, apuntó a Percy con una mano — Te reto a que beses a tu compañero de a lado.
Percy tosió y derramó un par de gotas de cerveza sobre su camiseta sin mangas. Refunfuñó con enojo y trató de limpiarlo con los almohadones del sofá. Mientras tanto, el barullo del público se hizo más fuerte aún por la sorpresa y el escándalo de un beso gay en vivo y en directo. ¡Oh por favor! ¿Ese era el reto? ¿En qué siglo estábamos?, ¿de verdad aún había gente que le molestaba eso?
—¡¿Besar a Jackson?! —El rubio exclamó anonadado, tenía los labios ligeramente abiertos y se llevó las manos contra la mejilla. —¡No puedo hacer eso, hombre! ¡Imposible! ¡Es peligroso y muy arriesgado para mí!
—¿Qué? ¿Temes arruinar tu reputación de estrella de... — Jason lo interrumpió de súbito.
—No, no, no. ¡No es eso, para nada! —él movió las manos dando énfasis a sus palabras— ¡Es solo que eso podría descontrolar a Percy! Verás, una vez que inicio a besarlo, ¡el chico se vuelve loco por mí! ¡Temo que me viole en el acto!
Percy llevó la cabeza hacia atrás, (golpeándose contra el respaldo) y explotó en una carcajada grave, cuyo sonido reverberó por todo su pecho. Miró a Jason incrédulo, y le apuntó con la mano que sujetaba su cerveza.
—¡Eres un canalla! Discúlpame, pero creo recordar que es al revés, Bro. Una vez que "yo" empiezo, solo me pides más y más. Siempre.
—Oh no, ya van a empezar esos dos— escuché a Leo sisear a mi lado, y lo siguiente que hace, es sacar el celular de su bolsillo y activar la cámara de este; por último dice en un tono resignado: —Como sea, esto hará explotar las redes y servirá para que sigamos en tendencia.
—¿Qué van a hacer? —Pero mi pregunta se perdió entre las palabras de Jason.
—¡Já! ¡¡No mientas, descarado!! Si yo beso mucho mejor que tú, (no seas tímido) es normal que pierdas la cabeza por mí—alardeó, y agregó— Mis besos son los únicos que te ponen duro, Bro.
—Sigue soñando— Percy soltó otra risa, pero esta sonó aún más baja y peligrosa: el efecto fue excitante. — Yo beso mejor que tú.
—No, yo lo hago— Jason apretó la mandíbula, y le dio una mirada retadora.
—Bah, yo soy el mejor.
—Demuéstralo, Bro —ronroneo Jason, y la gente quedó muda y expectante.
Percy y Jason se dieron una mirada ardiente, y acto seguido, la mano del rubio se elevó hasta posarse dulcemente sobre la parte trasera de su cuello. El azabache se quedó quieto en su lugar, y Jason se inclinó contra su cuerpo, ambos con una sonrisa divertida sobre los labios, (sabiéndose que iban a prender en llamas la fiesta). Tragué saliva, justo antes de que los seductores labios de Jason, cayeran sobre los de Percy; y entonces, una explosión de calor estalló en mi pecho y en mi entrepierna apenas ellos empezaron a besarse. Uff, Percy le besó el labio superior, y Jason se demoró con placer con el de abajo.
Joder, ¡ambos eran tan calientes por separados!, ¿y juntos? Eran orgasmo visual.
Percy besó a Jason sin cuidar de sus inhibiciones, (como si estuvieran en una habitación a solas) y pasó su lengua por encima de su labio inferior, para pedirle permiso de entrar; Jason aceptó la invitación con gusto y abrió los labios, dejando que el azabache entrara en su cavidad, mientras inclinaba su rostro hacia un lado, para que Percy tuviera un mejor y fácil acceso. El beso era ardiente, salvaje y sin contención, lo hacían de una manera que me hacía pensar que ya estaban bastante familiarizados con los labios del otro, y esto; resultaba algo habitual entre ellos. Sentí envidia de ambos, por la forma en que se disfrutaban del uno al otro. Quería estar allí también.
Por un momento pensé que empezarían a sacarse la ropa y a hacerlo allí mismo en el sofá enfrente de todos, (acción que me encantaría observar), pero entonces (para el lamento de todos) el beso acabó. El espectáculo finalizó con un mordisco, caliente, en el labio superior de Jason por parte de Percy, y luego, ambos se separaron con una sonrisa húmeda y brillante en sus labios, curvados con una diabólica picardía. (Disimuladamente, Percy se ajustó la bragueta del pantalón).
—Reto cumplido — anunció Jason en dirección a un boquiabierto Joey, con una voz ronca y petulante, para después; relamerse los labios lentamente, como si estuviese disfrutando aún, del delicioso sabor de los labios de Percy sobre los suyos.— Y ahora, ¿tú también quieres un beso mío, campirano?
En el próximo capítulo:
—¿Qué clase de reto marica es este?— vociferó una molesta voz familiar, mis ojos lo buscan y apenas alcanzo a verlo sé de quién se trata: Troy Stenson. Un hijo de perra egocéntrico de la preparatoria, lo detestaba, por dos razones: era un idiota y un homofóbico de mierda.
🌞~~🌞
Ay, mamá, Jesús, y Maria, creo que iré a ver porno. Coño, que genial soy.
Esto es real hermano.jpg.
En colegios católicos te dan un contrato de virginidad, el cual debías firmar y además, entregar con una nota de juramento eterno de que te quedarías pura hasta el matrimonio... Yo no firmé.
AGRADECIMIENTO ENORME por la edición que me hizo RLkinn. SOLO MIREN LA PERFECCIÓN. JASON HASTA TIENE el tatuaje. Hermoso. Hermoso. Me inspiré con la imagen ♡
No olvides dejar tu votito :c tengo hambre, ¡quiero mi cena con votos! Dame plis ToT
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