Consideraba indignos aquellos que nacían sin ninguna capacidad especial. A ellos amados por Maita se les consideró los portadores de dones.

En la lancha los presentes miraban la explosión con sorpresa, no tenían noticias de Epify ni del hada.

—¡¿Dónde está Epify?! —exclamó Tanok al notar la ausencia de la chica.

—No puedo escuchar el maldito corazón de Epify, lo puedo reconocer muy bien porque siempre ha tenido un sonido similar al del vidrio estrellándose con algo —dijo Drake.

—La híbrida sse adentró y ella la ssiguió, possiblemente murieron enterradass —dijo Asper casualmente.

—¡¿Por qué no hiciste o dijiste nada?! —pregunto Argent.

—Porque no ess mi problema, ellass ssabían lo que iba a passar, ssi sse quieren morir que lo hagan. No me afecta.

—Te voy a matar. —Tanok agarró a Asper del cuello.

—Tanok, calma, primero intentemos encontrar a las chicas. Es más importante salvarlas —dijo Jouktai quien luego se volteó a Asper —. Y tú, más te vale cooperar o no volveré a detener a Tanok de hacer lo que quiera contigo.

Argent saltó a la plataforma y empezó a cavar con sus manos en una medida evidentemente desesperada.

—Solo te vas a lastimar las manos haciendo esto. —El hada de agua llegó a su lado y le tomó las manos.

—Entonces, ¿qué hago? —Argent se soltó bruscamente del agarre de Drake, quien cayó al piso por la diferencia de fuerza.

—¡Cálmate! —Jouktai tomó las manos de Argent con fuerza y le forzó a pararse —. Aunque odies a las bestias tenemos habilidades que son muy útiles para estas cosas y lo primero que debías hacer es intentar hablar con Epify a través de los cristales.

—Lo siento, yo solo no quiero que Epify muera. Me ofusqué tanto que olvidé los cristales —dijo Argent arrepentido.

—No hay problema, pero ten seguro que cuando tengamos a esas dos con nosotros me voy a vengar, señor vigía —dijo Drake guiñando un ojo y dando una palmada en la espalda a Argent.

­—Epify contesta algo, por favor­ —rogó Argent al cristal fuera de su cuerpo.

—Argent, nos metimos en un portal y terminamos en Baná, dentro de Asura. La híbrida está bien, pero nos vimos forzadas a movernos ya que los demonios nos están viendo como un delicioso platillo. Desbloqueen el portal de los escombros y podremos regresar ­—La voz de Epify resonaba dentro de la cabeza de Agent.

—Iremos allá para ayudarlas, solo espera un poco más —suplicó el chico con voz quebrada.

—¿Qué contestó? — preguntó Jouktai.

Argent explicó la situación y todos se dispusieron a buscar el portal.

—No esstarán pensando en ir a Assura, ¿verdad? —preguntó Asper.

Una mirada fue suficiente para confirmarle a Asper sus temores, caminarían a la boca del lobo como obedientes borreguitos.

Argent se sentía muy inseguro, sabía que iba a un lugar muy peligroso, pero él sentía que era su culpa, había resultado un inútil que se petrificó en el peor momento y terminó vomitando, encima no pudo cuidar de Epify y el hada, había sido menos que un objeto decorativo, solo un estorbo, una piedra habría resultado igual de útil que él a sus ojos.

Tanok colocó su nariz en el piso y Asper sacaba su lengua para percibir aromas, de esa forma empezaron a buscar pistas, Tanok encontró un lugar donde se perdía el olor de Epify, el portal estaba completamente aplastado por la explosión, por lo que resultaba inutilizable.

—Sé que al norte de Losela hay un portal secreto podemos ir allá para llegar hasta Asura —dijo Tanok.

Todos se tragaron sus temores y partieron al lugar, el paso lento de un condenado se reflejaba en ellos, cada uno cargaba su propio miedo y preocupación.

Todos ingresaron al portal y llegaron hasta Asura en poco tiempo, después de ello se movilizaron para llegar hasta Baná. Argent, Drake y Asper se subieron a la espalda de Tanok quien estaba transformado en un enorme lobo de color negro, sin embargo, las quejas de Drake no se hicieron esperar.

—El calor es terrible, el aire es muy seco, tengo sed, ¿no nos estamos demorando demasiado? Tanok corre más rápido o voy a morir deshidratado, ¿cómo puede vivir alguien por acá? Es increíble que acá no exista la noche y todo el tiempo se mantenga este calor...

—¿Puedes callarte cinco minutos? Ninguno está muy contento con el clima, pero tus quejas solo molestan todavía más. — Argent estaba empezando a perder los estribos con su melindroso compañero.

—Perdona, señor vigía, pero por si eres ciego o no te has dado cuenta soy un hada de agua, el clima me molesta más que a ti.

—Ni siquiera entiendo como un tritón puede ser de utilidad en un desierto. — Argent se quedó sin paciencia.

—Para tu información, vigía, las hadas son buenas en magia de su elemento, pero también en la utilización de armas. Yo no soy un hada mago, sino esgrimista por lo que no tengo ningún problema para pelear en este ambiente, manejo la magia de objetos mejor que la de agua, las hadas sacrifican fuerza física para aumentar la mágica. Yo no seré muy fuerte, pero mi destreza con las armas lo compensa.

—Claro como no —contestó Argent con sarcasmo.

—¡Es la verdad!

—De verdad que no veo cómo puedes ser útil en un desierto y con lo débiles que son las hadas físicamente, no veo posible que puedas pelear a corta distancia. —Argent volvió a lanzar una puya.

—Es verdad que somos débiles y frágiles físicamente, pero somos muy ágiles y usamos armas muy afiladas, de esa forma no necesitamos fuerza para golpear y podemos evitar que nos golpeen esquivando. Este collar con la cruz de Leviatan me permite invocar diferentes armas y soy muy bueno usándolas, la claymore es mi tipo de arma favorita. —Esa vez la respuesta de Drake no venía cargada de burla, sino genuinamente le estaba explicando a Argent un concepto erróneo que tenía.

—Que mal gusto, las katanas son mejores que las claymore. –Argent le contestó.

—Te aseguro que soy mejor en el manejo de armas que tú, lagarto con esteroides.

—Cállate, pez con pulmones.

—Policía corrupto.

—Sapo acuático.

—¿Cómo me vas a comparar con un sapo? Soy un hada pura, la belleza es parte de mi esencia.

—Con esos ojos saltones, para mí, luces como un sapo.

—Tienes mal ojo para la belleza, vigía, mis grandes ojos son parte de mi atractivo.

—¡Cállense los dos! Si no guardan silencio en este mismo instante, los bajo de mi espalda y tendrán que correr con sus propios pies. —Tanok ya no aguantaba más las peleas de esos dos.

—Vale, pero que quede claro que no me callo porque un vigía engreído me lo pide.

Jouktai no consideró necesario entrometerse, por el contrario, la discusión le daba algo de risa y ayudaba a aligerar el ambiente, pero notaba que Asper no pensaba igual. Claramente parecía un pez fuera del agua con el grupo, por lo que propuso un pequeño descanso, en parte para que Drake dejara de quejarse y en parte para hablar un poco con Asper.

—Asper, acompáñame a buscar un poco de agua. Tanok, cuida que ese par no se mate entre ellos. — Jouktai señaló a Argent y a Drake.

Asper se levantó con cara de hastío y siguió a Jouktai, se sentía forzado a todo, era como si no tuviera voz, su falta de fuerza lo condenaba a ser un sirviente de los más poderosos.

—Aquí nos cuidamos entre nosotros y cooperamos para protegernos, que dejaras a Epify y al hada a su suerte es algo que no podemos tolerar.

—Esso no importa, dessde que nací fui invissible. Miss padress eran besstiass muy débiless por lo que tuvieron que ir a Alaya por recurssoss, ssomoss arigunass, pariass para lass bestiass. Ssoy el paria de loss pariass.

—Lo sé, yo también soy un ariguna, soy originario de Allende mi pueblo ha vivido por generaciones en Alaya debido a las dificultades históricas que tuvimos en Tártaro —respondió Jouktai.

—¿Cómo puedess sser tan fuerte ssiendo ariguna? ¿Cómo puedess no odiar a los humanos? —Asper bombardeó con preguntas a Jouktai.

—He cometido mil errores, ya pasé por dónde estás y solo puedo decirte que la fuerza que anhelas no te dará la paz que deseas. Es tu voluntad la que puede hacer el cambio, la única fuerza que se necesita es aquella que puedes usar para proteger lo que amas, el resto solo es un lujo innecesario. —La voz tranquila de Jouktai casi sonaba como una melodía para Asper.

—Los cassadores mataron a miss padress cuando tenía once añoss, ssabía cuáless eran los passoss a sseguir para ir a Alaya, al menoss en teoría, pero no fue útil. En máss de una ocación ressulté herido y ssin comer por díass, otros arigunass lo vieron y se compadessieron de mí, me ensseñaron y protegieron mientrass aprendía. Lo que me permitió adquirir experiencia y lograr obtener comida para vivir.

»Ssin embargo, ssabía que era común que noss cazaran, por lo que propusse organizarnoss para fassilitar el objetivo. Fui vissto como uno de loss arigunass máss fuertess y me regodeaba de ello, pero en el fondo ssabía que ssolo era un pez mediano en una pecera chica.

—Todos empezamos siendo débiles, pero te aseguro que atacando a los más desafortunados no ganaremos la fuerza, al menos no la que anhelamos. Entiendo tus deseos, pero créeme lo que tanto deseas no es fuerza. Es paz y esa paz solo la puedes encontrar viviendo una vida plena con aquello que te brinde felicidad.

La serpiente se quedó mirando callada a Jouktai, no sabía que decir al respecto, ante él se encontraba quien anhelaba ser y esa misma persona le dijo que todo aquello que pensaba era una falsedad, una imagen distorsionada en el espejo del rencor.

En la zona que usaban para descansar Tanok capturó un demonio parecido a un ciervo, solo que era completamente negro y unos cuernos surgían de su espalda siguiendo la columna, el lobo con sus garras abrió una herida en la piel a la altura de las costillas y empezó a sacar la carne para comer, Asper y Jouktai lo siguieron agarrando un pedazo de carne. Argent al ver como comían sin cocinar y de una forma tan sucia, la sangre y viseras estaba a la vista, se puso pálido y experimentó unas arcadas, Drake le tapó los ojos a Argent.

—Las bestias no son muy elegantes para comer, no mires o se te revolverá el estómago. Mira hacia el desierto, te prepararé algo para que tu puedas comer.

Drake inició una fogata con unos palos cercanos a la zona, invocó un pequeño cuchillo y cortó un pedazo de la cadera, lo cocinó y luego de unos momentos le entregó un pedazo de carne asada y se sentó a su lado.

—Gracias, Drake, no tenías que molestarte.

—No seas tonto, asar uno o dos pedazos de carne es lo mismo, yo tampoco me siento cómodo comiendo cosas crudas. Será una jornada extenuante, aunque no tengas hambre come, te hará falta si no lo haces.

Después de descansar un rato siguieron su búsqueda, a pesar del olfato de Asper y Tanok, y el oído de Drake no lograban localizar a dos chicas en un inmenso desierto, además que el viento les dificultaba su labor con su silbido ensordecía y con su pasar se llevaba toda huella de los aromas.

En su camino veían que algunos pequeños demonios volteaban a mirarlos, pero con un aullido o un gruñido era suficiente para mantenerlos al margen.