46 "Remaining fingers"
Narrador Omnisciente
Jougo una vez que eliminó a aquellos dos hechiceros, se dispuso a ir por Maki de no sentir la energía de uno de los dedos de Sukuna que no poseia en su poder.
Fue rápidamente a donde estaba Itadori lastimado en el suelo inconciente y pudo ver como dos chicas le metían a la boca uno de los dedos de Sukuna.
-Oigan, ¿Cuantos dedos le dieron?- pregunto la maldición. La chicas no respondieron, en cambio vi como en el rostro del adolescente se formaban las marcas negras como símbolo de que todavía no se acostumbraba a su poder.
Entonces las palabras de Getou que le había dado entraron en su cabeza como recuerdo, "Si le das de golpe todos aquellos dedos, Sukuna tendrá el control por un rato antes de que Itadori se acostumbre".
Aprovechando aquello, abrió el estuche que tenía mostrando a la vista de las chicas como allí había diez dedos de la deidad. Sin esperarlo más se agachó al frente del adolescente y comenzó a darle los dedos.
Les mando un ataque a las chicas para que murieran, aún así luego de darle los diez dedos sintió como las chicas se quejaban.
-¿Siguen vivas?- pregunto mirando a las jóvenes, aún así el rostro de pánico de estas junto a la voz que se escuchó luego lo hizo paralizarse por unos segundos.
- Te daré un segundo, alejate- hablo una voz ronca y firme. Los tres se alejaron rápidamente quedando casi del otro lado del pasillo.
Las chicas trataron de controlar su respiración por el miedo pero aún así sin esperar más se arrodillaron en el suelo al grado que sus frentes tocaban el suelo.
- Tu cabeza está muy alta- dijo mirando a Jougo, sin más la corto. La maldición arrodilla lo miro con asombro, seguia sin creerse del todo quien tenía enfrente.
Narra Tn
Vi como los ojos desaparecieron de la caja por lo que sin esperar la tome, no pesaba lo cual agradecí. Mire mi vientre e hice una mueca, no podría pelear.
De un momento a otro sentí una increíble energía provenir del puso de arriba. La maldición a mi lado también lo sintió. Suspire un poco relajada aunque no mucho.
-Creo que es tu día de suerte- mire de reojo a la maldición y está estaba emocionada. Era demasiado estúpida para creerse mis mentiras, pero con tal de sobrevivir uno hacia lo que sea.
Comencé a caminar yendo hacia arriba, debía salir de la estación. El olor de los cadáveres que pasaba era demasiado fuerte y me daba náuseas. De un momento a otro el golpe seco de la maldición que me seguía se sintió.
Me gire para ver quien la había derribado y era nada más que Uraume. Quien me miraba inexpresivo cono la última vez que lo vi.
- Por favor, sigame, la llevaré con Sukuna-sama- dijo, no sabía si confiar o no en lo que decía, aún así sentía que podía hacerlo.
Los seguí mientras a lo lejos se podían sentir los golpes y como el suelo temblaba, había dos personas peleando y creía firmemente saber quien era una de ellas.
Lo seguí hasta que salimos de la estación, al frente nuestro a varios metros pude ver a Panda junto a varios hechiceros, venían a ayudar. Mire que Sukuna aparecía paralizando a todos ante su precencia.
Entonces vi como Jougo, la maldición con cabeza de volcán iba a atacar hacia Sukuna y quizás dañaria a los hechiceros allí cerca, así que sin que me vieran mande un hechizo de protección hacia aquel ataque y sin esperar más tome la caja donde tenía a Satoru y la mande también para que la protegieran hasta que me recupere.
Además, dentro de cinco días debería de morir, que es lo que la mayoría espera, aún que pensándolo con el hecho de que yo mantenía por ahora el equilibrio ellos no lo querían así. Pero por más que quisieran yo "Moriria"
Cuando Sukuna termino con Jougo, Uraume no tardo en acercarse a la deidad e inclinarse. Yo sólo me acerqué de a poco.
-Sukuna-sama, he venido a darle la bienvenida.
-¿Quien eres?- pregunto la maldición dándose vuelta para mirar al chico y luego abrió sus ojos ante la impresión- ¿Eres tu Uraume?
- Es un honor luego de tanto tiempo- dijo con una sonrisa el chico- y aquí le traje a su reina- hablo luego al ver que no me había notado.
Sukuna al dirigir su mirada a mi, me examinó de pies a cabeza e hizo una mueca, se acercó a mi y giro con delicadeza mi rostro. Seguramente tenía algún corte o por el estilo.
-¿Quien te hizo esto?- pregunto.
- La maldición que luego él asesino- dije apuntando a Uraume quien aun estaba arrodillado en la misma posición.
-¿Y lo del bebé? Estoy más que seguro que tu no te pondrías a ingerir energía maldita- dijo frunciendo el ceño.
- Fueron las maldiciones que planearon esto, entre ellos al que acabas de matar- dije tranquila.
-Bien, Uraume- dijo viendo al chico- prepara las cosas para el nacimiento del bebé, y también haz los preparativos para mi regreso- dijo.
-Estoy cansada- susurre, hacia un rato que me habían dado terribles ganas de dormir, sentí la mano de la maldición acariciando mi mejilla.
-Solo reciste un poco más y volveré por ti- susurro para posteriormente besar mi frente- no te dejaré esto a ti sola, ¿de acuerdo?- pregunto, a lo que asenti cansada.
- S-solo...no los mates- dije antes de caer dormida en sus brazos.
Narrador Omnisciente
- Sukuna-sama- dijo el albino.
-Llevala a los bajos subterráneos- dijo para luego pasarle a la chica en sus brazos- y procura que no le suceda nada, iré al tiempo del nacimiento. Ya sabes que hacer- le dijo para luego alejarse.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro