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¡Es un maldito milagro!

El deseo es el movimiento de la voluntad hacia el conocimiento, posesión o disfrute de una cosa, es el anhelo de saciar un gustó, o el movimiento afectivo hacia algo que apetece; es el motor que nos mueve a la autorrealización. Sin este impulso vital, estrictamente humano, no tendríamos ningún proyecto, ni podríamos superar la angustia existencial. Este deseo siempre permanece insatisfecho aún cuando tengamos resultados; porque es el que nos obliga a continuar con la búsqueda inagotable de nosotros mismos, a visualizar un nuevo horizonte y a volver a empezar a pesar de los obstáculos.

Un sentimiento que, a pesar de ser insignificante, conlleva un gran precio, egoísmo y la necesidad de no parar a pesar de todo, sin importar el resultado final. Pero a pesar de todo también un sentimiento alentador, necesario para poder impulsar a seguir adelante, y por el que muchos se han librado de la muerte. Un sentimiento grande, peligroso, pero también valioso.

El resto de la semana los síntomas también continuaron, pero con mayor intensidad. Gulf se sentía completamente destrozado. Era... era como estar atrapado dentro de una pesadilla, que en su tiempo había sido un hermoso sueño, y que ahora lo único que hacía era asfixiarlo. Mirando hacia las nubes que se arremolinaban una tras otra en el cielo, se enrollo aún más en la sábanas. Llevaba tres días sin haber probado un bocado decente de comida, y en los cuales no había visto ni la sombra de Mew.

El hombre parecía que cada día perdería la razón al querer entrar a la habitación sin tener resultados. Gulf lo lamentaba enormemente, pero no se sentía preparado para ver al hombre. Sus miedos no se lo permitían. Sintiendo las enormes ganas de llorar inundarlo de nuevo, se levantó de golpe de la cama, y corriendo llegó hacía el botiquín que mantenían en el baño, y con manos temblorosas tomó el bote de pastillas que la ginecóloga le había recomendado.

Lo único que podía calmarlo, aunque fuera por tan solo unas cuantas horas eran esos antidepresivos, pues las otras, por más que tomará no parecían ayudarlo en nada. No había querido ir al médico desde la última vez, y cada vez que las náuseas lo inundaban estaba más que seguro de jamás volverlo a hacer. Tomando un par de pastillas más que la última vez, se miró por última vez en el espejo, llevándose las pastillas a la boca y tragando con rapidez.

----- Gulf. Abre la puerta.

Girando hacia el lado opuesto de la habitación, pudo escuchar la voz de su tía llamarlo nuevamente, como todos los días atrás. Dudó si abrir o no, pero al final lo único que pudo hacer fue resbalar a través de la puerta, y escuchar mientras se abrazaba asimismo, tratando de calmarse.

----- ¿Hasta cuándo piensas seguir así? Autocompadecerte no es la solución, y lo sabes perfectamente. Así que abre esa puerta ahora ----- Gulf sollozo anta las palabras de su tía, y pegando la cabeza contra la madera se mordió los labios para evitar llorar ----- ¿Piensas que solo eres tú el que está sufriendo? ¿Cómo crees que está Mew? ----- Mirando hacía el techo, Gulf se sintió aún más culpable ----- La oportunidad de tener un hijo de su propia sangre se le presentó, pero así como vino se la arrebataron ¡Todos sufrimos Gulf! Unos más, otros menos; pero todos al fin y al cabo. El sumirte en una burbuja de sufrimiento, lejos de las personas que te quieren solo te llenará de angustia, y nunca podrás salir de tu depresión. ¿Acaso no has pensado en esa niña que quieres adoptar con Mew? -¿En cómo ha de sentirse al pensar en que no la has visto en días? ¿En qué no te presentaras a la última reunión, y que posiblemente por ese motivo jamás pueda tener una familia? ----- Por más que Gulf trató, no pudo evitar el soltar la primera lágrima.

Era un idiota. Mirando hacía el calendario que colgaba en la pared, se dio cuenta de la importancia de ese día, y de porque Jennie había dicho todo eso. Era el día en que se suponía irían por Sammy, tras haber completado los documentos de la adopción. ¡Y lo había olvidado!  Parándose con algo de dificultad logró abrir la puerta. Jennie sintió como sele destrozaba el corazón ante su aspecto, y con manos temblorosas lo arrastró hasta su pecho, estrechándolo fuertemente, mientras Gulf soltaba su dolor en un par de gotas cristalinas.

Cuando las gotas comenzaron a arreciar contra la tierra, Gulf se bajó corriendo del auto y subió rápidamente al ascensor. A pesar de ser las 10 de la mañana el cielo estaba completamente oscuro, y la brisa provocaba que sus vellos corporales se erizaran. Metiendo las manos en su pantalón Gulf suspiró cuando el incansable ambiente de las empresas Suppasit le dio la bienvenida. Los empleados que corrían de un lado a otro parecían no darse cuenta de su presencia, y restándole importancia comenzó a caminar rumbo a la oficina de su esposo.

Durante el camino el sonido constante de la lluvia lo mantenía entretenido. Los enormes vidrios de las paredes mostraban las bailarinas gotas y sonriendo Gulf se detuvo un momento para admirarlas. Siempre le había gustado la lluvia; lo llevaban a un estado de tranquilidad innato y lleno de paz, que podría pasarse el resto del día solamente viendo las gotas estrellarse contra el suelo. Un extraño hormigueo dentro de su vientre, que pronto se convirtió en dolor le hizo trastabillar y aferrarse a las paredes, sintiendo como las piernas comenzaban a temblarle.

----- ¡Mierda! ----- Aferrándo su palma contra su vientre, apretó los labios. El dolor poco a poco comenzaba a volverse insoportable, y pronto su cuerpo comenzó a desvanecerse sintiéndose sin ningúna fuerza que pudiera detenerlo.

----- ¡Gulf! ----- El sonido de su nombre logró que sus ojos no terminaran por cerrarse, y unos brazos se envolvieron alrededor de su cintura, protegiéndolo del certero golpe que iba a darse.

----- ¿Quién? ----- Gulf parpadeó confundido, encontrándose minutos después con el tambaleante rostro de Joss. El hombre lo miraba completamente preocupado ----- Joss. Estoy bien ----- Ayudándolo a incorporarse, Joss lo revisó completamente preocupado.

----- ¿Puedes mantenerte de pie? ----- Gulf tardó en asentir, hasta que minutos después el dolor comenzó a disminuir.

----- Ya estoy mucho mejor. Gracias ----- Todavía sin soltarlo, Joss le ayudo a caminar.

----- No debiste haber venido tú solo. Mew dijo que no te encontrabas totalmente bien ----- Deteniéndose de golpe, Gulf lo miró con clara duda en su mirada. Joss soltó un suspiro.

----- Se por lo que estás pasando. No tienes que avergonzarte, o molestarte. Mew lo único que quiere es ayudarte ----- Desviando la mirada, Gulf no pudo evitar gemir angustiado.

----- ¿Él... te ha dicho algo? ----- Apoyándose contra la pared, Joss fijo su mirada en ningún punto en específico, y Gulf en las húmedas ventanas.

----- Se lo duró que debe ser para ti. Pero también sé que lo es para él ----- Gulf lo miró ----- El pensar que pudiste haber sido padre, pero que sólo es una maldita jugada del destino. Es algo que no me gustaría vivir a mí. Si embargo, el tan solo hecho de pensar en ti lo ha hecho fuerte, y lo a ayudado a superar el dolor ----- Dibujando sobre el vaho de la ventana, Gulf no pudo evitar sonreír.

Durante varios minutos ninguno de los dos dijo nada. Gulf podía sentir una paz llenar su interior conforme pasaba el tiempo, mientras Joss no podía evitar mirarlo con dulzura, deseando poder estrecharlo entre sus brazos y llenarlo de amor. Desviando la mirada, trato de no pensar más, y empezando a caminar se giró hacia el chiquillo, señalando el pasillo frente a ellos.

----- ¿Vienes? Creo que verte le hará bien ----- Sonriendo, Gulf asintió.

La oficina estaba completamente a solas, y cerrando la puerta tras de sí, Gulf se dedicó a esperar. Joss le había ayudado a llegar sin ningún percance asegurándole que el de ojos grises llegaría pronto. Sin poder evitarlo una sonrisa se formó en sus labios, le gustaba el hecho de saber que contaba con alguien como Joss. Jugando con uno de los bolígrafos que yacía en el escritorio, sus ojos se enfocaron en uno de los sobres que había en éste. Sintiendo la curiosidad a flor de piel lo abrió, sintiendo como los ojos se le llenaban de lágrimas al ver su contenido. Dentro de el se encontraban los papeles de la adopción de Sammy, y un poco más atrás unos dibujos coloreados con crayones le provocaron sollozar al ver la letra de la pequeña Sammy, preguntando cuándo llegarían por ella, si Gulf se encontraba mejor, si lo vería pronto.

Soltando los papeles no pudo contenerse más y lloró. ¿Cómo había sido tan idiota? Si lo que tanto había estado deseando estaba a tan solo unos pasos de sus manos. Tenía una hija, una chiquilla que lo quería a pesar de todo y que se preocupaba por él ¿Cómo podía no apreciarlo?

El sonido de la puerta cerrándose le hizo girar sobresaltado, encontrándose con ese par de ojos hipnotizadores y que lo miraban con tanto amor. Sin decir palabra alguna, sus pies se encaminaron hacia él, y tirándose sobre su pecho lloró, pero no de tristeza. Lloró de alegría, y de esperanza porque sus deseos se cumplieran. Acariciando sus cabellos Mew sintió por fin respirar con tranquilidad, aferrándose con fuerza al cuerpo de ese chiquillo.

----- Lo siento ----- Gulf susurró ----- De verdad lo siento. No vi más allá de mi dolor, y no pensé en lo que tú podrías estar sintiendo. Soy un maldito egoísta ----- Negando, Mew soltó un pequeña risa, separándolo de su cuerpo y clavando sus ojos en los ajenos.

----- Eso no importa ya. Yo... yo sólo necesito que estés bien, que sonrías y que sepas que te amo. Y que por mucho que muera por tener un hijo contigo, el que Sammy llegue a nuestras vidas es una bendición ----- Gulf asintió, mordiendo sus labios para no llorar más  ----- Porque ya somos una familia ----- Sintiéndose completamente sensible, Gulf escondió su rostro lloroso en la curvatura de su cuello, sonriendo cuando el hombre lo arrullo dulcemente.

Con desesperación buscó sus labios, jadeando satisfecho cuando los encontró. Amoldándose a la perfección sus labios se reclamaron el uno al otro, y sus lenguas jugaron dentro de sus bocas, llevándose el rastro de la tristeza y de la angustia de los días anteriores, reemplazándolo por la confianza y el amor, haciendo que sus corazones palpitaran alocados dentro de sus pechos, separándose, Mew pegó su nariz contra la del pequeño, sonriendo cuando esté ronroneo satisfecho, y sus manos se aferraron a su cuello.

----- ¿Estás listo? ----- Mirándolo a los ojos, Gulf asintió ante la pregunta sintiendo que podría estar tranquilo de ahora en adelante.

----- Nunca antes lo había estado como ahora.

Cuando llegaron al hogar, Sammy se lanzó a sus brazos con lágrimas en los ojos y completamente emocionada. Gylf no pudo sentirse más amado. El tener los brazos de la pequeña aferrados fuertemente a él y diciéndole te quiero, era lo más maravilloso del mundo, y el tener a Mew para compartirlo lo volvía más especial. Firmaron los papeles que por fin los acreditaban como los padres de la pequeña y tras las indicaciones de la encargada del hogar se despidieron con las risas pintadas en sus rostros.

Durante el camino, Gulf comenzó a sentirse mal de nuevo. El dolor volvió con mayor intensidad que antes, y frunciendo el ceño se mordió los labios para evitar gemir. ¿Qué le estaba pasando? El sudor helado se fue acumulando en su frente, y ni su chamarra fue capaz de calmarlo. Todo era demasiado extraño, tanto que ya no podía sentir la parte baja de su anatomía. Todo parecía dar vueltas, y cuando creyó que volvería a caer en la oscuridad el auto se detuvo.

Sammy bajo corriendo del auto, y Mew corrió a abrirle la puerta. Gulf trato de sonreír sin obtener resultados, y poniendo los pies sobre la pequeña gradilla del auto trató de no tambalearse y bajar con seguridad, sin embargo, no lo consiguió. El dolor lo obligó a sisear y su cuerpo se tambaleó al punto de caer sobre el de Mew.

----- ¡Gulf! ----- Respirando con dificultad, Gulf lo miró ----- ¿Qué sucede?

----- Estoy bien, de verdad ----- Negando, Mew lo tomó entre sus brazos, cerrando la puerta de un golpe y entrando a la casa rápidamente ----- Mew, en serio estoy bien ----- Abriendo la puerta, Jennie los recibió con una mirada atónita, mientras la pequeña Sammy llegaba corriendo.

----- Gulf ¿Qué sucedió? ----- El mocoso trató de sonreír.

----- De verdad estoy bien. Solo estoy mareado ----- Mew negó, dando un fuerte gritó que asustó a todos los presentes.

----- ¡Basta! Deja de decir que estás bien, porque no lo estás ----- Apretando sus manitas en puños, Sammy retrocedió, aferrándose a la mano de Jennie.

----- ¿Gulf va a estar bien? ¿Verdad? ----- Suspirando, Mew se arrodilló hasta su altura, acariciando sus coletas rubias en busca de tranquilizarla.

----- Todo va a estar bien, lo prometo. Ahora sube con la tía Jennie a tú habitación. Estoy seguro que tienes mucha curiosidad de verla ----- Sammy obedeció no muy convencida, y Jennie desapareció con ella rumbo a las escaleras.

----- Mew. No es nada ---- Gulf trató de pararse, pero los escalofríos hicieron que se desvaneciera entre los brazos del hombre. Mew lo miró angustiado.

----- Hay que ir al hospital. Algo no está bien ----- Gulf negó, clavando sus uñas con fuerza en sus muñecas, y mirándolo con lágrimas en los ojos.

----- ¡Por favor! No de nuevo, estoy bien. Yo... yo ----- El inmenso dolor lo obligó a  callar, y tomándolo entre sus brazos Mew trató de calmarlo. Sintiendo la angustia cuando sus manos se encontraron con la piel fría y sudorosa.

----- Dime ¿Dónde duele? ----- Gulf no pudo hablar.

Era... era como si le clavaran miles de cuchillos en su estómago y luego los retorcieran causándole semejante dolor. Mirándolo con angustia, Mew sintió como la sangre abandonaba su cuerpo cuando sus ojos se enfocaron en un punto rojo sobre la tela del sofá. Eso... ¿Eso era sangre? Acariciando el rostro de Gulf se encontró con que el chico había perdido el conocimiento. Llamándolo una y otra vez, y mirando la mancha rojiza Mew sintió como la angustia se apoderaba de su cuerpo, y el medio miedo lo paralizaba por completo.

----- ¡Gulf!

El sonido de las sirenas alertó a todo el personal del hospital, y las enfermeras junto a los doctores bajaron corriendo cuando la ambulancia se detuvo, y los paramédicos bajaron la camilla.

----- Gulf Kanawut. Adolescente de 19 años, con claros signos de una hemorragia aguda en el conducto uretral. Inconsciente, con presión arterial de 50/120 ----- Revisando las pupilas del chiquillo, la doctora anoto algo sobre su libreta, y dando indicaciones a las enfermeras reanudaron su camino por lo pasillos. Tomándola fuertemente por el brazo, Mew evitó que la mujer se fuera.

----- Por favor ----- La mujer lo miró ----- Dígame que va a estar bien ----- Sin obtener respuesta, Mew observó como la mujer se soltaba y desaparecía tras la puerta de lo que seguramente era un quirófano.

Nadie podría quitarle la angustia que había sentido dentro de esas tres malditas horas. Desde que habían llegado al hospital, Mew no había tenido ninguna noticia sobre Gulf. Y la desesperación comenzaba a matarlo. Jennie había llamado una hora antes esperando noticias, y diciéndole que Sammy se había quedado dormida luego de un buen rato de tratar.

Si alguien le hubiera dicho que su primera noche de padre la pasaría en un hospital muriéndose de angustia, le hubiera tachado de loco. Mirando por décima vez, o quizás más el letrero de emergencia suspiro de alivio cuando la puerta si se abrió esta vez, y la doctora salía por ella sin expresión alguna. Mew deseo no haber tenido que verla, pero armandose de valor se puso de pie, encaminándose hacía ella. Si tan solo el rostro de esa mujer no fuera tan indescifrable.

----- ¿Cómo está? ----- Masajeandose la frente, la mujer no respondió de inmediato. Incrementando la angustia ----- ¿Doctora?

----- Creo que necesito que venga conmigo. Mi consultorio es un lugar más apropiado para el tema.

Mew no supo cómo interpretar su respuesta, sin embargo, se dedicó a seguir a la mujer. Cuando se encontraron en la tranquilidad y privacidad de la oficina, la mujer se sentó y soltando un suspiro se tomó un considerado tiempo para poder hablar.

----- Hace aproximadamente un semana yo misma le dije a Gulf que sufría de un caso de embarazo Espurio, y creo que sabe perfectamente lo que significaba ----- Mew asintió.

----- Así es. Gulf presentaba claros síntomas de un embarazo imaginario. ¿Qué tiene que ver eso con el sangrado? ----- Quitándose las gafas, la mujer lo miró.

----- Mucho. Porque no se trata de un embarazo Espurio como yo me imaginaba ----- Mew la miró sin comprender ----- Al hacerle los exámenes correspondientes a Gulf, pude comprobar que por más reguladores hormonales que bebió ninguno surtió efecto. Porque en realidad sí está en estado gestacional ----- Mew parpadeó con confusión ----- Los exámenes volvieron a mostrar la gonadotropina y el estrógeno en altos niveles, lo que me obligó a hacer un ultrasonido y comprobar mi teoría.

----- No entiendo ¿Qué mierdas está diciendo? ----- Acomodándose mejor en su silla, la mujer se cruzó de brazos, frunciendo el ceño cuando volvió a hablar.

----- Todo esta muy claro señor Suppasit. Gulf tiene siete semanas de gestación. Y el sangrado de hoy fue un signo de aborto, debido a las pastillas antidepresivas. Para decirlo de un modo más claro, Gulf tiene un mes y tres semanas de de embarazo señor Suppasit ----- Tuvieron que pasar varios segundos para que Mew pudiera reaccionar.

¿Gulf... embarazado? ¡Era una broma! Miró el rostro de la mujer esperando que comenzara a reírse, pero eso nunca llegó a pasar. Su expresión era tan sería como cuando Gulf le había pedido que adoptarán.

----- ¿Embarazo? ----- La mujer asintió.

----- Mi cara fue la misma que la suya señor Suppasit. Sin embargo, el ultrasonido no puede equivocarse de tal forma. Gulf lleva dos fetos dentro de su cuerpo, y si hubieran llegado un minuto más tarde, no habrían sobrevivido ----- Las palabras no tenían ningún sentido, sin embargo, Mew no pudo evitar sonreír con emoción.

----- ¿Cómo está él? ¿Puedo verlo? ----- La mujer asintió.

----- Las enfermeras se encargaron de hacerle saber su situación. Pero creó que deben estar juntos cuando les diga su pronóstico ----- A Mew no le gustó el tono con que terminó de decir las palabras, sin embargo, lo único que necesitaba en ese momento, era estar con Gulf.

Recorriendo los pasillos en completo silencio, y cuando llegaron a la habitación, a Mew le temblaron las manos. Respiró una, dos, tres veces y girando la manecilla abrió la puerta. Gulf se encontraba con los ojos cerrados, con sus manos llenas de agujas y apretadas fuertemente contra su vientre. A Mew se le partió el corazón. Viéndolo así se miraba tan frágil, lejos de ser aquel mocoso impulsivo y respondón que había conocido.

Con pasos temblorosos llegó hasta él, acariciando sus cabellos con delicadeza. Sus ojos temblaron y poco a poco se fueron abriendo, recibiendolo con una sonrisa. Mew amo ver el verde de su iris, y sonriéndole tomó una de sus manos, besando con delicadeza su muñeca. Gulf solo sonrío.

----- Hola ----- Mew sintió un nudo en la garganta ante la idea de que no hubiera podido salvarlo.

----- ¡Hey! ----- Incorporándose con algo de dificultad, Gulf dejó un espacio para que Mew pudiera acomodarse a su lado, y palmeando el colchón lo invitó a sentarse. Mew dudo, sin embargo, lo obedeció, comodándolo contra su pecho cuando se hubo acomodado por completo en la camilla.

----- Yo... ----- Gulf no supo que decir. Algo dentro de él vibraba de emoción, tanto que no tenía las palabras correctas para expresarlo. Mew sonrío, besando su cabeza.

----- No te esfuerces. Lo único que importa ahora es que estés bien... ¡Que estén bien! ----- Gulf no pudo evitar la sonrisa que se formó en sus labios.

Cuando las enfermeras le habían explicado lo que había sucedido no lo había podido creer. ¿Cómo en el mundo iba a estar embarazado? Era imposible, sin embargo, había sucedido. Y lo llevaba a un estado de alegría que no podía creer que todo eso no fuera un sueño. Besando sobre el corazón de Mew, Gulf se alejó del hombre cuando la puerta se abrió, y la doctora entró junto con otra enfermera. Le revisaron el suero, y tras comprobar que todo estaba en perfecto estado la mujer salió, sin embargo, la mujer médico no se movió de su lugar. Gulf no pudo evitar angustiarse.

----- ¿Cómo estás Gulf? ----- El chico trató de sonreír.

----- Mucho mejor ahora ----- Acercándose a los hombres, la mujer se acomodó en la silla que estaba al lado de la cama. Mew la miró con atención.

----- Eso es bueno, porque lo que necesito decirte ahora es importante ----- Gulf asintió, y apretando la mano de Mew contra la suya suspiró, preparado para lo que pudiera decirle ----- Creo que las enfermeras te hablaron de tu situación ----- El chico asintió ----- Bien, porque necesitas saber los riesgos que podría traerte.

----- Al llegar aquí estuviste a punto de perder los fetos, y sé que en parte fue mi culpa debido a las pastillas y no haber descartado todas las posibilidades, pero lo importante ahora es lo que ese embarazo podría causarte. Existe una remota posibilidad de que esos fetos puedan lograrse, o de que terminen en el primer trimestre. Tú cuerpo no está completamente ambientado para consebirlos, e incluso podría quitarte la vida. Creo que lo mejor sería que te practicases un aborto ----- Apretando los puños, Gulf tragó con dificultad, y apretando los dientes habló con dificultad.

----- ¡No lo haré! Nunca en mí vida había deseado tanto tener algo, y ahora que lo tengo jamás me deshare de él ----- Mirándolo a los ojos, la mujer negó.

----- ¿No lo entiendes? Es tú vida la que corre peligro. Tu cuerpo no podría soportar el peso de un feto, y en tu caso el doble. ¡Es demasiado riesgoso! ----- Gulf estuvo a punto de ponerse de pie, pero la mano de Mew no se lo permitió. Al contrario, se aferró a él, tratando de transmitirle confianza. Sin embargo, Gulf no lo consiguió. Poniendo su mano sobre su vientre miró a la mujer.

----- Puede que no lo entienda. Y que este poniendo mi vida en peligro, sin embargo, hoy aprendí una cosa ----- La mujer lo miró sin comprender ----- Que los milagros también existen. Y estoy dispuesto a correr el riesgo ----- La mujer no dijo nada durante unos segundos y luego se puso de pie, deteniéndose por un momento antes de salir.

----- Espero que todo resulte bien ----- Gulf la miró ----- De todo corazón ----- Y desapareció tras la puerta, dejando a una pareja llena de dudas, y de miedos...

El desear algo, es llevar tus propios pensamientos a la lejanía del universo, el hacer que se realicen es cuestión de que tanto empeño pongamos para lograrlos.》

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