
𝙲𝚊𝚍𝚊 𝚏𝚛𝚎𝚜𝚊 𝚌𝚘𝚗 𝚜𝚞 𝚖𝚊𝚕𝚊𝚗𝚍𝚛𝚊
—No, pero Winter, ¿cómo me vas a hacer esto? Habíamos cuadrado en que nos íbamos a ver en tu casa y ahora resulta que estás en el anexo. – se quejó Lia, pensando en todas las formas en las que podría acabar con la vida de su mejor amiga. — No, pero es que tú si eres avioneta, de paso que no hay transporte y yo no me voy a ir caminando, ¿qué pasa y si me roban? – la muchacha veía a su alrededor cada cierto tiempo, esperando que no se le acercara ninguna persona de apariencia cuestionable. — El chófer se fue hace un rato porque debía ir a echar gasolina en la 16, yo estoy frente a la iglesia de Santa Juana y esto aquí está muy so-
—¡PÉGATE, PÉGATE PA ALLÁ! – escuchó a la vez que sentía que la empujaban hacia la reja de la iglesia. — A ver, fresa, dame el teléfono y las lucas que llevas encima.
YeJi miraba a su alrededor, dándose cuenta de que las personas que estaban cerca simplemente preferían ignorar lo que sucedía.
—¡Apúrate antes de que te dé un pepazo, nojodaaa! – gritó, mirando a la fresa temblar de pies a cabeza, pareciendo un pequeño Chihuahua. Se puso a detallarla lentamente mientras Lia le entregaba el teléfono y el dinero que llevaba, por alguna razón su cara se le hacía conocida. — Ve, fresa, esto aquí está muy solo pa' niñas así de bonitas como uste', diga pa' dónde va y yo le doy la cola.
Lia, con los ojos lagrimeando, se quedó totalmente quieta, intentando no echarse a llorar allí mismo. YeJi esperó durante algunos segundos, sin embargo la culpa la invadió cuando vio que uno de los ojitos de la fresa dejaba caer una lágrima.
—¡No, no, no llores! – pidió, sacando la SIM card y la memoria USB del teléfono. — Mira, te doy esto pero no chilles, ¿listo? No seas llorona, fresa.
Lia hizo un pequeño puchero, haciendo que YeJi se sintiera aún más culpable, pero no podía devolverle el teléfono, su orgullo no se lo permitiría.
—Ya ya ya, ya deja de llorar. – pidió, tomando entre sus manos la cara de Lia. — Mira, ¿vas para el chama? – preguntó, Lia asintió con un puchero. — Ve, entonces yo te acompaño hasta donde vayas para que nadie más te robe, ¿listo?
—Soy Lia. – dijo la menor, limpiando las lágrimas que habían caído por sus mejillas.
—Y yo soy YeYe, gafa, un gusto y todo pero hay afán y pa' ayer es tarde. – dijo, levantando el brazo y moviendolo de un lado a otro. Lia vio a una chica en moto acercarse a ellas. — Ve, Rina, la fresa va pal chama y como no hay transporte le vamos a hacer la vuelta de llevarla hasta donde vaya, ¿listo?
Lia vio a la chica quitarse el casco y la reconoció de inmediato, sonriendo aliviada.
—Devuelve lo que le quitaste, YeYe. – pidió Karina, mirando a su mejor amiga. — Es la mejor amiga de la fulana.
YeJi se sorprendió. — ¿De la fulana?
—Sisa, menor, dale lo que le quitaste. – pidió otra vez, viendo a YeJi entregarle el celular y dinero a Lia. — Ve, fresa, ¿y tú qué haces por aquí?
—Iba a verme con Winter hoy, pero ella está en la casa de su hermana. – respondió. Karina asintió.
—Ah, listo, está donde Lisa. – le dijo a YeJi. — Mira, pero dale el casco a la fresa, chama, se caballerosa.
—Ven, yo te ayudo. – habló YeJi, quitándose su casco para ponérselo ella misma a Lia, mirando con detalle cada facción de su rostro. — Nawebona' e gocha pa bella. – murmuró embobada.
Lia se sonrojó y bajó la mirada, avergonzada. Karina comenzó a silbar y a acelerar la moto.
—Mira, sí, la gafa muy bonita y todo pero yo no estoy trabajando en Corpoelec para andar de lamparita, nojoda, así que suban a la moto o les va a tocar irse caminando de aquí pa'bajo. – dijo Karina. YeJi la miró con el ceño fruncido y la boca entreabierta.
—Nawebona', cómo que sí yo te dijera algo cuando tú andas babeando por la fulana que ni bolas te para. – le soltó. — Mira, fresa, vas en el medio de las dos así que no te preocupes por caerte, pero eso sí, pégate a Karina cómo garrapata porque la que va en la parrilla son yo y todavía no me quiero morir sin haber matado el queso que te tengo.
Por segunda vez, Lia se sonrojó y vio a YeJi, sintiendo las dichosas mariposas en su estómago.
[•••]
—Ya llegamos, fresa. – dijo YeJi, bajando primero de la moto para luego ayudar a Lia a bajarse y a quitarle el casco.
—¡Lia-yah! – se escuchó un grito, haciendo que ambas voltearan a la entrada del edificio, viendo a Winter correr hacia ellas. YeJi miró a Karina inmediatamente, quién asintió.
—Nawebona, tantas curvas y yo sin freno. – habló Karina en voz alta, sonriendo satisfecha al ver un pequeño sonrojo en Winter. — ¿Viniste a verme, mi amor?
—Oígan a esta, bajese de esa nube, mija, porque yo soy mucho pa' usted. – le dijo Winter a Karina, guiñándole un ojo. — Ven, Lia-yah, este tipo de gente no nos conviene.
Winter entrelazó el brazo de Lia con el suyo y se giró, caminando hacia la entrada del edificio y arrastrando a Lia con ella. La mayor se giró y artículo un gracias a las otras dos chicas, Karina simplemente se encogió de hombros y encendió la moto, murmurando entre dientes y con el ceño fruncido.
—Pero, ve, gafa, despídete bien. – dijo lo suficientemente alto para que Lia la escuchará, sin embargo está no se giró a mirarla.
[•••]
Lia estaba contándole todo lo que había sucedido aquella tarde mientras trataba de ir a dónde estaba su mejor amiga. Todas la escuchaban atentamente y se permitían opinar de vez en cuando, Jennie y Winter solo para despotricar en contra de YeJi y Karina mientras que Lisa y Rosé se encargaban de ver la buena intensión que tuvieron al devolverle sus cosas y de llevarla hasta allí. JiSoo se mantenía neutral.
—Pero le robó el teléfono. – dijo Jennie.
—Pero se lo devolvió en cuanto supo que era la mejor amiga de Winter. – dijo Rosé, mirando fijamente a Jennie.
—Nayeon viene a quedarse también. – dijo Jennie, avisándole a su hermana mayor.
JiSoo sonrió y asintió aunque en su interior estaba pensando en cómo acomodaría tanta gente en su casa. Miró a su novia y la vio mirar a un punto fijo, adivinando que también ella estaba pensando lo mismo.
—Ya resolveremos. – le dijo Lisa, tomando la mano de su novia para acariciarla con suavidad.
—¿Qué tiene que ver Mina con NaYeon? – preguntó Winter.
—NaYeon está enamorada de Mina y Mina de NaYeon, pero ninguna de las dos quiere estar con la otra. – contó Jennie, mirando su teléfono.
—¿Por qué? – preguntó Rosé.
—Porque Mina es todo lo que NaYeon odia y NaYeon tiene un estilo de vida que Mina no le puede dar. – respondió. — Es algo complicado...
Todas asintieron.
—Sí, lo es.
𝚈𝚘 𝚍𝚒𝚓𝚎 𝚚𝚞𝚎 𝚎𝚜𝚝𝚊 𝚌𝚑𝚒𝚗𝚐𝚊𝚍𝚎𝚛𝚊 𝚒𝚋𝚊 𝚊 𝚜𝚎𝚛 𝚞𝚗 𝙰𝚄 𝚢 𝚎𝚜 𝚝𝚘𝚍𝚘 𝚕𝚘 𝚌𝚘𝚗𝚝𝚛𝚊𝚛𝚒𝚘, 𝚕𝚘 𝚜𝚒𝚎𝚗𝚝𝚘.
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