Minjeong POV:

Yo y Jimin estábamos en nuestra habitación compartida, jugando videojuegos como de costumbre. De repente recordé algo.

El plan.

A pesar de que era un tema del que ninguna de las dos parecía muy emocionada de hablar, teníamos que admitir que ninguna otra broma podría ser tan buena. Ya probamos varias otras ideas, pero todas parecían demasiado infantiles o aburridas para nosotras. Hemos estado haciendo las mismas cosas durante años cuando gigi era nuestra vecina y se volvió demasiado repetitivo. Así que, sinceramente, solo necesitábamos probar algo nuevo.

— Así que... —Murmuré, sin molestarme en apartar la mirada de la televisión.

— ¿Y qué? —Me miró, pero al ver que no la estaba mirando, rápidamente desvió la mirada hacia el juego.

— Sobre la broma... —Respondí, mis ojos pegados a la pantalla, enfocándome en cada movimiento que Jimin hizo en el juego.

Hubo un momento de silencio antes de que la mayor respondiera.

— Sí, ¿qué pasa con eso? —Jimin cuestionó, sin preocuparse realmente por la conversación. Se limitó a mirar la gran pantalla frente a nosotras, sus manos moviéndose suavemente en el controlador.

Genial, ahora tengo que explicar el extraño plan y se pondrá incómoda de nuevo. Simplemente genial..

— ¿No vamos a hacer algo finalmente? —Pregunté, esta vez mirándola directamente.

— ¿No hemos discutido esto ya minjeong? —Jimin suspiró y pausó el juego para que pudiéramos hablar correctamente. Me miró inquisitivamente.

— Sí, pero como... todavía no hemos hecho nada y me preguntab-

— Aun no sabemos dónde está su dormitorio. —Jimin frunció el ceño.

— La de gigi estaba en el lado opuesto de la pared de nuestro dormitorio. —Respondí rápidamente, tratando de no parecer demasiado obvia que solo quería que comenzara toda la broma.

— Cierto... —Se levantó de la cama y se estiró.

— No creo que haya cambiado las habitaciones para ser honesta. —Me levanté también y caminé hacia el baño, sin cerrar la puerta para poder escuchar lo que me sugería.

— Deberíamos comprobarlo entonces.

Jimin se giró para mirar hacia donde estaba parada Minjeong, pero cuando se dio cuenta de que estaba frente al baño, rápidamente desvió la mirada, sonrojándose.

— ¿Y cómo vas a hacer eso? —Pregunté, todavía ocupándome de mis propios asuntos, sin darme cuenta del sonrojo persistente en el rostro de Jimin.

— N-no sé... tenemos que entrar de alguna manera en su apartamento y comprobar dónde está su dormitorio. —Jimin dijo y me miró cuando escuchó el agua correr.

Terminé de lavarme las manos y me acerqué a ella.

— Realmente quiero verte intentarlo. —Me reí y ella se acercó a mí.

— Mírame. —Me dio una mirada juguetona y rápidamente salió del apartamento.

Cuando caminé hacia la puerta principal, vi a Jimin tocando la puerta de Heejin. Me hizo señas de que no me moviera y se llevó el dedo a la boca.

Después de unos segundos escuché que la puerta se abrió y una Heejin somnolienta con el cabello desordenado apareció en el umbral.

Pude ver a Heejin, pero ella no podía verme por la forma en que Jimin bloqueaba su vista, así que estaba a salvo.

— ¿Quién eres tú? —Cuestionó mientras se frotaba la nuca y bostezaba.

— Soy Yoo Jimin. —Respondió con una sonrisa, pero pude sentir la incomodidad en su voz.

— ¿Y qué quieres? —Heejin frunció el ceño, obviamente irritada por el hecho de que la despertaran de su sueño.

— B-bueno, yo um... vivo en el apartamento de al lado y uhh... solo quería saber si podría usar tu baño.

Heejin la miró sin comprender durante varios segundos.

— Si vives aquí, ¿por qué no vas y usas tu propio maldito baño? —Heejin se rió, la ira en su voz se mostró mientras cruzaba los brazos.

— Haha s-sí bueno... Olvidé mis llaves y creo que mi compañera de cuarto está durmiendo... así que no puede oírme tocar la puerta.

Observé desde lejos, tratando de no reírme de Jimin por parecer estúpida.

— Amiga, solo llámala, entonces. —Ella gimió y puso los ojos en blanco.

— Dejé mi teléfono adentro... —Dijo rápidamente, haciendo todo lo posible para convencer a la mayor de que la dejara entrar.

Oh, solo si jimin supiera que despertar a Heejin de su precioso sueño era una idea trágica y no la mejor de ganarse su amistad.

— Solo espera a que se despierte, cielos. —Heejin estaba empezando a hospitalizarse y estaba a punto de cerrar la puerta pero Jimin la detuvo.

— P-pero realmente tengo ganas de orinar...

— ¡No me importa!

— Vamos, por favor déjame entrar. —Jimin sacó el labio inferior, tratando de parecer triste.

— Uf, lo que sea. Pero sé rápida y no toques nada. —Ella gimió y la dejó entrar.

— ¡Yayyy, gracias! —Jimin la empujó y saltó alegremente como una niña.

Me reí mientras sacudía la cabeza y regresé a nuestro apartamento, esperando a que Jimin regresara de su "misión".

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