✞ ℂ𝕒𝕡𝕚𝕥𝕦𝕝𝕠 𝕕𝕚𝕖𝕫: 𝔸𝕞𝕠𝕣 𝕕𝕖 𝕍𝕖𝕣𝕒𝕟𝕠
Marisol salió de contrabando y camino hasta la esquina de su casa, cuando pudo verlo corrió a su encuentro y se dejó envolver por aquellos brazos.
Taehyung correspondió a aquel abrazo que esa chica le brindaba una vez que se encontraron.
—Hola
Taehyung sonrió y acomodó su cabello que encontraba rebelde. —Hola.
La chica solo tomo su mano y comenzó a caminar por la banqueta. Su destino era simplemente caminar por sus alrededores debido a que aparte era de noche y posiblemente tardarse una hora porque sus padres habían salido para ir a ver un recital de ballet.
Es increíble como en tan solo quince días aquellos muchachos habían avanzado en su amistad, y que Taehyung poco a poco lo cambiaba por amor.
Marisol se sentía un poco confundida por lo que realmente sentía por ese chico, pero tenía miedo de que todo se distorsionara y no quería sufrir por amor.
No, claro que no, a sus diecisiete años no quería sufrir por amor ¿A esa edad era posible tan siquiera?
Por la diferencia de nacionalidades, ambos se comunicaban en inglés, aunque Marisol en varias ocasiones le enseñaba un poco del español. Taehyung le agradecía ese gesto, ya que con eso ayudaba a comunicarse mejor con la gente del país.
País donde había encontrado a su primer amor.
La chica caminaba a lado del nadador mientras platicaban de la carrera de la chica y los duros entrenamientos que el surcoreano tenía previo a las olimpiadas.
—El comité de Finlandia no sabe si mandar sus atletas, por los disturbios que hay aquí en México.
—El señor presidente tampoco se ha levantado a negociar con los estudiantes. —Soltó Marisol mientras miraba hacia enfrente. —Cree que usando al ejército y a la policía los callará, pero están equivocados.
— ¿Tú apoyas a los estudiantes?
Marisol miró al chico y asintió. —Claro que sí, es mi gente, estoy cansada de prácticamente pedir permiso para poder hablar, y odio ver que cada día más desaparezcan y maten a mis hermanos.
Taehyung miró la desesperación en los ojos de la chica, sabía por medio de rumores que el ejercicio vigilaba las marchas para mantenerlos a raya.
Solamente una vez vio a unos estudiantes siendo reprimidos por la policía y llevárselos detenidos.
Pero ahorita viendo el panorama comprendió un poco.
El gobierno solo le interesa mantener a su pueblo callado.
— ¿Eres parte del comité organizador? —pregunto Taehyung.
—No, pero unos chicos que conocí sí, no pude hablar con ellos, pero si me los llegó a encontrar preguntaré si habrá algún otro evento.
Taehyung asintió y siguieron caminando.
— ¿Te puedo acompañar?
—Tae yo...
—Por favor, sabes que no me gusta que vayas sola, y menos si el ejército o la policía los tiene en la mira.
Marisol sonrió y asintió.
—Está bien y ante todo, ¿por qué me quisiste sacar a estas horas?
Taehyung río y tomo su mano.
—Déjame cortejarte, querida, quiero que seas alguien para mí y cuando acaben los juegos, seas mi novia y te llevaré conmigo a Corea del Sur.
Marisol río y negó.
—No digas tonterías, Taehyung, yo soy una chica normal, sí tal vez soy hija del procurador, pero no creo que...
—No me importa, vayámonos juntos, escapa conmigo.
Marisol solo negó y entrelazo sus manos.
—Sigamos caminando anda.
Taehyung sonrió y siguieron caminando normalmente, para ambos el tema quedó de lado y acercándose a un vendedor de churros compraron algunos.
—Pruébalos, anda—Incitó Marisol.
Taehyung mordió uno quedando impresionado por el sabor dulce, la chica río ante el gesto.
— ¿Qué pasó?
—Está delicioso. ¿Cómo dices que se llama?
—Churros, son de harina de trigo y se fríe en aceite, cuando ya están escurridos los pasan el azúcar y ya quedaron.
—Está delicioso.
Marisol quedó mirando las facciones del chico y con su pulgar limpió el azúcar que había quedado en las comisuras del chico.
—Ven.
Tomaron asiento en una de las bancas del pequeño parque y comiendo sus churros siguieron platicando del país del atleta.
—Entonces, cuando regreses, es posible que entres a la militar.
—Sí, más que nada para cumplir con el servicio obligatorio, por el momento solo ambas Coreas tienen un acuerdo de paz. —comentó Taehyung mientras tomaba otro churro de la bolsa de papel. —El entrenador me va a matar.
Marisol volteó. — ¿Por qué lo dices?
—Se supone que estoy a dieta por las olimpiadas, pero poco me importa.
Marisol solo río.
—No te preocupes Tae, tu tranquilo y come un poco de esto, mañana te llevaré a comer unas quecas o unas gorditas.
El atleta río y bajo la vista a sus churros.
— ¿Por qué periodismo?
—Quiero informar a la gente sobre lo que pasa en mi país, la verdad absoluta, la realidad.
Taehyung sonrió.
—Serás una buena periodista, verás que sí.
Marisol solo asintió con una sonrisa y agradeció aquellas palabras.
Desde que comenzó la universidad, el padre de la chica pretendía ayudarla a entrar como periodista en los principales periódicos del país, siendo así un periodista más comprado por el gobierno.
Exactamente, lo que menos quería ser, no al ver a los periodistas, solo reportaban a los estudiantes como agitadores y dando como noticia el clima o como el gobierno buscaba que todo sea pacífico.
Si tan solo dijeran la verdad sería todo un poco más ameno y accesible.
El gobierno parecía que no buscaba el diálogo pacífico.
Ya había pasado un buen tiempo y Taehyung llevo de regreso a la casa de la chica.
—Me gustó mucho la pequeña salida.
Taehyung sonrió, acarició la mejilla de la chica y besó la otra mejilla.
—Piensa en lo que te dije.
La chica solo sonrió y entro a la casa.
Taehyung caminó hacia la esquina más cercana y detuvo a un taxi. Al subir, extendió el papel con la dirección.
—Aquí por favor.
Trató de que el niño español no fuera tan evidente, ya Marisol le había advertido que tratara de sonar un poco más nativo, ayudándole un poco más en la pronunciación.
Para su suerte, parecía que el taxista ya estaba más cansado y solo quería dar este último viaje.
Llegó a la dirección y pagándole dejándole el cambio, entro al hotel donde ahora se hospedaba, entro a la habitación y solo se recostó.
Solo quería soñar con la chica que no sabía que le robaba el sueño.
┋✥┋
—Kim Taehyung.
—Aquí.
El entrenador pasaba lista y se detuvo frente al chico.
— Puedo saber ¿Dónde andabas en la noche de ayer?
Taehyung miró al entrenador y negó.
—Estaba en la alberca del hotel señor.
Su amigo solo negó. Minhyu sabía perfectamente dónde había ido ese muchacho, conocía a la chica que siempre visitaba y procuraba que su entrenador no lo reprendiera.
—Está bien, joven, para la próxima avíseme.
Taehyung asintió y miro a su amigo con una sonrisa.
Terminando el entrenamiento diario, caminaron hacia sus locker.
— ¿Qué paso Tae? ¿Ya te la cogiste?
—No Minhyu, no me la cogí.
— ¿Eres un estúpido o cómo? O, como dicen aquí en México, ¿Estás pendejo o qué?
Taehyung soltó una carcajada y guardo sus cosas.
—No Minhyu, yo no la quiero para una noche, me gusta para futura esposa.
—Pues tetecito, hazte más inteligente.
Taehyung solo asintió y guardando sus cosas camino hacia la salida.
┋✥┋
—Mañana habrá un mitin en el zócalo, hoy nos invitaron los de la CNH y tengo pensado ir.
Taehyung iba tomado de la mano de Marisol y escuchaba con atención lo que la chica decía.
Aún no comprendía al cien lo que ya le había informado con anterioridad sobre el propósito de la marcha y lo que conllevaba, pero parecía que era una mucha digna.
No había políticos de por medio, solo eran estudiantes como la chica que iba a su lado. Parecía que todo estaba confirmado por estudiantes y solo ellos.
Era algo que admirar y que le recordaba al movimiento estudiantil de Francia.
— ¿Y vas a ir?
—Claro que sí, y de hecho no te iba a decir algo. Dices que quieres acompañarme, pero no creo que sea tu ambiente.
Taehyung se detuvo y miró a la chica algo seria. Marisol tenía de lo peor por lo que había dicho y de inmediato se arrepintió de lo que había dicho.
—Iseul, pero yo quiero acompañarte, déjame ir contigo para poder cuidarte.
Tomo su mano y la miró a los ojos, se sentía desesperado y el miedo a poder perderla por su movimiento lo hacía sentirse perdido.
—Por favor, déjame cuidarte.
—Taehyung... Está bien, irás conmigo.
Sonrió y la rodeo con sus brazos.
El perfume de gardenias que tenía la chica encima inundó sus cosas nasales y lo hizo sentirse hechizado por la chica se separó levemente y dándole una sonrisa, se fue acercando poco a poco hasta que los labios de ambos se tocaron y comenzaron una pequeña danza tímida.
No sabían cómo ni porque, no sabían que ser los poseyó, pero estaban en la casa de la chica, la ropa tirada en el suelo y los gemidos y chasquidos por los besos era lo único que había en esas cuatro paredes.
Bien dicen que el amor de verano es la que nunca se olvida, pero ese amor de verano es la que iba a doler más.
Un amor de verano para Taehyung, un amor de estudiante para Marisol.
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