Pancartas y carteles. Estudiantes y algunos maestros era lo que se observaba en la calle del Museo Nacional de Antropología.

Jimin estaba junto al contingente de Yoongi tratando de acomodar a todos sus compañeros que se dividían con una cuerda. Cada contingente era dividido por pequeños grupos y en cada grupo había un compañero que cuidaba el grupo y no permitía que más integrantes se unieran. Se había corrido el rumor de que había algunos infiltrados y no se darían el lujo de estropearse el plan principal.

Jimin se unió junto a Yoongi y colocándose cinta en la boca, comenzó la marcha.

La macha era completamente pacífica, silenciosa y pacífica. Lo único que podía oírse era el sonido de las pisadas de los estudiantes, maestros y algunos camiones y bochos que los acompañaban cubiertos y pintados con frases representativas de la marcha.

La valla humana que protegía la marcha era realizado por estudiantes de medicina de la UNAM y la IPN. Varias personas que pasaban cerca de la marcha aplaudían y lanzaban porras.

El objetivo se estaba cumpliendo.

Jimin solamente hacía el signo de paz con las manos y en la otra llevaba la esquina de una pancarta que Fernanda, Fernando y Diana habían hecho. Evidentemente, ya no importaba de qué escuela eras, que estudiabas, si eras de escuela fifi o de gobierno. Si eras rico o pobre, si vivías en las Lomas o en Iztapalapa. Si tu papá trabajaba como funcionario de gobierno o eras obrero en la construcción del metro.

En la marcha todos eran iguales.

Yoongi tomana fotos de lo que podía alcanzar, sabía que no debía salirse del contingente, por lo cual, solo confiaba en los del club de fotografía.

Al caer la noche, ya la mayoría se había quedado en el zócalo de la ciudad, la marcha había dado fin con saldo blanco y algunos incendiaron sus carteles como signo de protesta.

El maestro Hoseok tomo el megáfono y suspiro.

-Alumnos, hemos demostrado con el silencio que claramente el gobierno no creía que podíamos dominar.

Yoongi tomo su lugar a un lado del maestro y miro hacia todos.

-Hemos sabido marchar con silencio y en son de paz, demostremos que nosotros no somos unos simples agitadores, los estudiantes también tienen derecho a opinar porque son el futuro del país. ¡No podemos estar callados!

Alzaron los puños y gritaron consignas. El profesor miró a Yoongi y sonrió, le cedió el micrófono para que pudiera hablar.

-Compañeros, hoy es un día que será recordado en la historia de México, este 13 de septiembre hemos demostrado que no somos unos desmadrozos, agitadores o montoneros como nos han llamado a lo largo de nuestra lucha.

Todos lo miraron y Yoongi trago saliva.

-Nosotros solo queremos que escuchen nuestro Pliego Petitorio, queremos que realmente seamos escuchados, que piensen en nuestros compañeros que murieron a manos de quienes nos deberían proteger, ¡No somos delincuentes! ¡Somos simples estudiantes que quieren ser escuchados porque somos el puto futuro de un país! ¡Nosotros queremos un México donde puedan crecer libremente nuestros hermanos, hijos y nietos!

Todos gritaron ante las palabras del pianista, aplaudieron y gritaron libertad.

Los profesores aplaudieron las palabras de Yoongi. El pianista acercó de nuevo el megáfono a su boca:

-¡Autoridades! Si nos están escuchando, ¡No vamos a parar hasta que nuestra autonomía y nuestra libertad, sean entregadas!

┋✥┋

—-Vaya el discurso que diste, Min.

Diana alagó mientras le extendía una botella de agua al pianista, la tomó y después de abrirla le propinó un buen trago.

—-Ya me cansé, mataron a un compañero, secuestraron a Daniela y ahora no sabemos quiénes más están en Lecumberri.

Jimin trago saliva y suspiro.

-Yoon, en Lecumberri está también Miguel- informo Martha. -No quise decirte, pero en la mañana lo detuvieron.

Yoongi solamente escondió el rostro entre sus manos. Samantha quiso abrazarlo, pero Jimin fue más rápido.

Samantha solamente trago el coraje que comenzaba a acumularse en la garganta y regreso a su asiento.

- ¿Sabes por qué?

-No.

-Yo creo que fue por lo de José, era hermano de un gay.

—¡Y eso a ti qué putas te debe de importar, Samantha! -Yoongi se levantó furioso al escuchar las palabras de la violinista. —-Si a él le metían el pito, ¿A ti qué carajo? ¿Tenías celos de que a él sí se lo cogieran y a ti no, o qué carajo?

-Yoongi, relájate - Jimin trato de tranquilizarlo.

- ¿Apoco eres también gay Yoongi? Por eso te la pasas pegado a Jimin seguramente.

- ¿Celos o qué pendeja?

- ¿Celos de ti? Por mí que bueno que me lo quitaste de encima, así no dirán que cogía al de conta de la Poli.

De no ser por Jimin y Samantha, Yoongi la hubiera soltado algunos golpes. El corazón de Jimin había sido roto por la chica que le gustaba y que desafortunadamente...

No era la chica que había conocido.

Era sabido que había algunos rumores sobre él y su sexualidad. Algunos asumían que Jimin era gay, que era tal vez de aquellos que le gustaban vestir como chica y que el maquillaje era solamente para chicas, pero él también lo usaba.

¿Era algo malo que lo hiciera?

Tal vez para esa época, si era algo malo, que la homosexualidad era una enfermedad mental, era un pecado y que debían ir a confesarse o literalmente ir a una evaluación psicológica y recetar terapias de conversión.

Y por eso Jimin no quería asumir la responsabilidad de sus sentimientos que apenas comenzaban a desarrollarse por Yoongi.

- Lárgate de una buena vez Samantha, y en tu puta vida te me acerques.

-Yoongi yo...

- ¡Que te largues carajo!

Y con la dignidad pisoteada, Samantha salió del pequeño departamento de Martha.

Yoongi tomo asiento en el sofá y suspiro.

-Es mejor que también me vaya.

-Es muy tarde chicos, los amigos de Jimin ya se fueron a sus casas y Jimin no creo que lo vayan a dejar pasar.

-Es cierto, ¿dónde te quedarás, Jimin?

—Yo... Pensaba decirte que si me podía quedar contigo a dormir, si no se puede no yo...

-Vamos, no me es molestia.

Jimin sonrió ante la respuesta del pianista, se levantaron y después de agradecerle a Martha, no sin antes pedirle disculpas por el número, se fueron al cuarto de Yoongi.

┋✥┋

Después de un baño y una breve cena, Yoongi se encontraba acostado ya en la cama que había en el cuarto, Jimin no quería recostarse a un lado del pianista.

-Jimin, ya dormimos una vez juntos ¿Otra vez?

-No recuerdo si dormí contigo.

El pianista soltó una carcajada y negó divertido.

-Ven, no pasa nada.

El contador simplemente tomo asiento a la orilla del colchón, de un tirón cayó encima del abdomen del pianista. Ese pequeño momento de tensión comenzó a crecer a la par de los latidos nerviosos del más pequeño.

Decir que no era un momento en la que el contador había soñado era decir una mentira porque efectivamente el había soñado con ese momento.

Los corazones sincronizados, el raciocinio extinto y la moral desaparecida era lo que en esa habitación se podía ver.

Porque realmente ambos lo querían así, ambos corazones querían reencontrarse aunque sea solamente una vez.

Jimin tímidamente se acercaba al rostro del pálido y plantó un tímido beso en sus labios. Yoongi sorprendido solamente lo abrazo por su cintura y profundizó el beso.

Ambos sintieron como el tiempo se detuvo en ese mismo instante, sus labios al fin se habían encontrado después de haber retrocedido el tiempo y hacerse los tontos por esos meses que habían pasado.

Yoongi sintió realmente que había valido la pena. Jimin sintió un rencor inexplicable.

Con algunos movimientos el contador se acomodo sobre las piernas del pianista, sin saber el porque y con solamente unos meses de conocerlo, confirmo que Yoongi era la persona que realmente le generaba un mar de emociones y sentimientos.

No sabía porque, no sabía si realmente lo amaba...

Yoongi era esa persona.

Rápidamente se separó del beso y bajo de su regazo.

-Pe-perdón... No volverá a suceder.

Yoongi solamente asintió y suspiro.

-Esta bien, solamente hay que descansar.

Y con el nudo en la garganta, ambos se dieron la espalda para dormir.

┋✥┋

15 de septiembre

Palacio Nacional

-Los preparativos para esta noche ya están listos señor presidente.

El gran presidente suspiró y asintió.

-Muy bien Hernández, ¿Cómo está la seguridad?

-El comandante confirmo que toda la seguridad está esparcida por varios puntos del zócalo y otros lados.

El gran presidente asintió y se levantó del escritorio.

-Muy bien, es hora.

Ciudad Universitaria

11:50 PM

-¡Viva los que nos dieron patria y Libertad!

- ¡Viva!

- ¡Viva la Autónoma Universitaria!

- ¡Viva!

- ¡Viva México! ¡Pero México libre!

- ¡Viva!

Era la primera fiesta de independencia que Yoongi estaría viviendo.

Desafortunadamente los tiempos no eran agradables para alguna fiesta que mereciera.

Algunos alumnos que venían del mismo programa de intercambio decidieron regresar a sus países con miedo a la situación actual del país quedando solamente Min.

Demostró la valentía que tenía y el deseó de luchar por la libertad de un país que lo recibió con los brazos abiertos fue la muestra de que realmente merecía quedarse.

Aún con la mente en las nubes, Martha se acercó a Yoongi y le extendió una botella de cerveza.

- ¿Aún estás enojado con Samantha?

-Ni me la menciones.

La periodista soltó una risita y soltó un suspiro, realmente Samantha había cambiado drásticamente sin saber por motivos por la cual había sucedido tal situación.

-Se ha vuelto más testaruda, a mi también me está cayendo gorda.

Yoongi río y la miró.

- ¿Entonces con quién está ahora?

-Meh, sepa, de seguro está con la castroza de Margarita y Polette.

Yoongi asintió y tomo de la cerveza.

- ¿Que son Jimin y tú?

-Nada, solamente somos amigos y compañeros de guerra.

- ¿Enserio? Pensé que realmente eran algo, me dan esa impresión que son algo.

Yoongi volteo a verla incrédulo. - ¿Enserio?

-Si, por eso pensé que Samantha decía la verdad pero pues note que no porque hasta Jimin se puso rojo del coraje.

El pianista río y sorbio del envase.

-No, no somos nada, realmente Jimin es adorable y tierno, pero no somos nada.

Martha asintió y solamente se quedó a un lado de Yoongi escuchando al guitarrista cantar algunas canciones.

┋✥┋

—La marcha que se llevó a cabo el pasado 13 de septiembre fue una muestra de libertad de expresión por parte del gobierno. Al igual que nuestra nuestra de que la integridad social también nos importa.

El gran presidente tomo asiento frente a su escritorio y miro al general del ejército.

El general suspiro y asintió.

—Es claro señor presidente.

—Por lo cual, les daremos un escarmiento, necesito al ejército en las instalaciones de la Ciudad Universitaria después de estás fiestas patrias.

—Señor presidente, con todo respeto no creo que sea prudente que el ejército tome la Ciudad Universitaria.

El gran presidente arqueo una ceja y negó.

—Esto no es asunto de prudencia o si es ético o no, además es una orden.

El general solamente negó, claramente no podía desobecer a su jefe, pero no quedaba de otra.

Tendría que desconocer a su propio hijo.

—Como ordene señor presidente.