━━ 𝟒𝟖
【𝙲𝙰𝙿Í𝚃𝚄𝙻𝙾 𝟺𝟾】
𝐬á𝐛𝐚𝐝𝐨, 𝟑 𝐝𝐞 𝐟𝐞𝐛𝐫𝐞𝐫𝐨 𝐝𝐞 𝟐𝟎𝟐𝟒
𝓓afne
𝐌𝐄 𝐒𝐈𝐄𝐍𝐓𝐎 𝐄𝐍 𝐔𝐍𝐀 𝐌𝐎𝐍𝐓𝐀Ñ𝐀 𝐑𝐔𝐒𝐀 𝐃𝐄 𝐄𝐌𝐎𝐂𝐈𝐎𝐍𝐄𝐒, donde la sensación de alivio se entrelaza con una euforia indescriptible que hace que mi corazón palpite con una intensidad inusual.
Cada paso dado sobre la pasarela se siente como si liberara una carga que había estado llevando sobre mis hombros, haciéndome sentir ligera y liberada.
La respuesta del público ha sido verdaderamente abrumadora, una sinfonía de aplausos y vítores que resonó en el recinto y alimentó mi espíritu.
Siento que he brillado con luz propia, que he dejado una huella en la pasarela. Cada mirada de admiración y cada palabra de elogio que recibo me hacen sentir que todo el esfuerzo y la dedicación invertidos han valido la pena.
En medio de esta felicidad desbordante, no puedo evitar pensar en mi padre. Espero sinceramente que, desde donde esté en el cielo, pueda sentir la radiante y cálida sensación que emana de mí en este momento. Sé que, de estar aquí, habría sido uno de los más entusiastas en aplaudir, compartiendo este momento de triunfo junto a mamá con admiración y amor incondicional.
De regreso en los bastidores, rodeada por el continuo bullicio del desfile, me sumerjo en una introspección silenciosa, reviviendo mentalmente cada instante que he experimentado sobre la pasarela.
En medio del torbellino de recuerdos que compiten por mi atención, uno se destaca con nitidez: el fugaz encuentro de miradas con Matías entre la audiencia. En ese momento, su mirada penetrante y llena de intensidad me tomó por sorpresa, desatando una mezcla de emociones que hicieron que mi estómago se revolviera con nerviosismo y excitación.
Con una camisa que realzaba su atractivo, Matías lucía aún más guapo de lo habitual. Su sola presencia entre el público ya era motivo suficiente para desencadenar una sonrisa en mi rostro, pero el hecho de que me dirigiera esa mirada llena de interés y admiración añadía una capa extra de emoción a la experiencia. Era como si el brillo de sus ojos reflejara el orgullo y la complicidad compartida en ese momento único.
Otro instante que reviví en mi mente fue cuando divisé a mi madre entre la multitud. ¿Cómo era posible que estuviera allí? Había pasado por alto mis mensajes, dejándome en visto, lo que me llevó a suponer que estaba sumergida en sus responsabilidades laborales en España.
Sin embargo, ahí estaba, entre los espectadores, con una sonrisa radiante que reflejaba un profundo orgullo y amor, iluminando la sala y llenando mi corazón de una gratitud indescriptible.
Aunque inicialmente su presencia me dejó sin aliento, pronto esa sensación fue reemplazada por una cálida y reconfortante felicidad. Sentir su cercanía en un momento tan crucial como este era como recibir un abrazo reconfortante en medio de la incertidumbre. El apoyo incondicional que sentía era algo que no podía expresar completamente con palabras.
Mientras el desfile avanzaba y mis compañeros desfilaban uno tras otro, mi atención se centró especialmente en Melanie y Emilia, mis queridas amigas.
Melanie irradiaba confianza y estilo con cada paso que daba. Su presencia en la pasarela era como un remolino de elegancia y gracia, con su vestido ondeando al ritmo de la música. Los aplausos del público, resonando en la sala, eran un reconocimiento merecido a su talento y carisma sobre la pasarela.
Por otro lado, Emilia deslumbraba con su seguridad y carisma. Cada movimiento suyo irradiaba determinación y elegancia, convirtiendo su paso por la pasarela en un espectáculo digno de admirar. Su presencia era como un rayo de luz entre la multitud, atrayendo los aplausos y vítores de los espectadores.
Contemplar el éxito de mis amigas llenaba mi corazón de orgullo y alegría. Saber que estábamos compartiendo este momento especial juntas, apoyándonos mutuamente y celebrando cada logro con entusiasmo, era una muestra de la sólida amistad que nos unía.
─ ¡Muy bien! ─exclamó Roxana con energía─. Ahora es momento de reconocer el increíble talento de los 10 alumnos que desfilaron. Cada uno dejó su marca en la pasarela con su talento, dedicación y pasión por la moda.
El público respondió de inmediato, desencadenando una tormenta de aplausos y gritos qué inundaron la sala con un sonido atronador. Una sonrisa se dibujó en mi rostro al presenciar este estallido de apoyo. Roxana, visiblemente conmovida por la respuesta efusiva de la audiencia, también se unió a la alegría, mostrando una sonrisa radiante.
─ Y ahora, prepárense para algo verdaderamente copado ─anunció con una emoción palpable en su voz─. Todos los alumnos van a volver a la pasarela, pero esta vez, van a desfilar juntos. ¡Mantengan bien abiertos los ojos y disfruten del tremendo final de este desfile espectacular!
La anticipación creció en la sala, se podía sentir el ambiente mientras los espectadores aguardaban con expectación el emocionante desenlace que estaba por llegar.
Mis compañeros y yo nos organizamos rápidamente en fila para el segundo desfile. Como fui la primera en desfilar en la primera ronda, me tocaba liderar nuevamente el camino. Sentí un renovado sentido de confianza mientras avanzaba hacia el inicio de la pasarela, como si cada paso fortaleciera mi determinación.
Caminaba con paso firme, cada movimiento más seguro que antes. A medida que avanzaba por la pasarela, me sentía más conectada con el ambiente, más en sintonía con la música y la energía del público. Cada mirada que recibía alimentaba mi confianza y me impulsaba a brillar más.
Al llegar al final de la pasarela, mis ojos buscaron automáticamente entre la multitud, y allí estaba él, Matías, de nuevo, con una mirada llena de apoyo y admiración. Esta vez fui yo quien le guiñé un ojo mientras mostraba una sonrisa radiante.
Con los aplausos aun resonando en el aire, llegué al inicio de la pasarela, envuelta en una mezcla de emociones que iban desde la euforia hasta la satisfacción más profunda. Mis compañeros se fueron colocando a mi lado, compartiendo la sensación de logro que inundaba el ambiente.
El público, con un gesto que me llegó al corazón, finalizó con un estruendoso aplauso, una ovación que me llenó de orgullo y gratitud. Sentí que todo el esfuerzo y dedicación habían valido la pena, y me inundó una gran sensación de felicidad y realización.
Después, uno de los organizadores nos condujo con gentileza hacia un área reservada cerca del público, donde podríamos relajarnos y disfrutar de la segunda parte del evento. Este momento de tranquilidad nos permitiría admirar a los actores y actrices, y al mismo tiempo, recargar energías para lo que aún estaba por venir.
Entre la algarabía y el bullicio que llenaban la sala, sentí un impulso irresistible de ir a saludar a Matías y a mi madre, quienes se encontraban entre el público.
─ Chicas ─susurré con una mirada rápida a mis amigas─, me voy un toque, ¿me cubren?
─ ¿A dónde te mandás, Daf? ─preguntó Melanie, con una curiosidad evidente en su voz.
─ Tranqui, solo es un toque ─respondí, echando un vistazo hacia el final de la pasarela, donde se encontraba Matías, y luego hacia el lado izquierdo, donde estaba mi madre.
─ Ah, ya caigo ─dijo Emilia, soltando una pequeña risa─. Contá con nosotras.
Con cautela, escaneé el área a mi alrededor, asegurándome de que nadie notara mi intento de deslizarme entre la multitud. Justo cuando me disponía a levantarme de la silla, lista para abrirme paso entre la gente para llegar hacia alguno de ellos, un organizador me detuvo con firmeza.
─ No podés irte ahora ─me dijo con un tono amable pero decidido, y su advertencia resonó claramente en medio del bullicio de la sala.
Me dejé caer nuevamente en mi silla soltando un suspiro frustrado, y mis amigas, Melanie y Emilia, no pudieron evitar soltar una risita al ver mi expresión decepcionada. Parecía que mi plan de encontrar un momento para acercarme a ellos había fracasado estrepitosamente.
Aunque anhelaba profundamente reunirme con mi madre y con Matías, entendí la importancia de mantener la compostura y el orden en medio del evento. Guardé en mi corazón el deseo de reunirme con ellos más tarde.
Poco después, el murmullo entre la multitud disminuyó gradualmente cuando uno de los organizadores tomó el micrófono, anunciando con voz vibrante la siguiente etapa del evento.
─ Damas y caballeros ─exclamó con entusiasmo, captando la atención de todos en la sala─. ¡Llegó el momento de adentrarnos en la segunda parte de esta velada! En esta ocasión, estamos re contentos de tener con nosotros a unos actores y actrices de lujo, quienes van a estar predispuestos a responderles sus preguntas y a compartir con todos ustedes sus vivencias y anécdotas.
El murmullo de la audiencia se intensificó, mezclándose con aplausos y una palpable expectación mientras el presentador continuaba con su presentación.
─ Ahora, para dar inicio a esta emocionante etapa, déjenme presentarles a algunos de los integrantes del elenco de "La Sociedad de la Nieve".
Al escuchar el nombre de esa película, mis ojos se dirigieron al escenario con una curiosidad creciente.
Busqué de inmediato a Matías, confirmando mis sospechas con una sonrisa. Vestía impecablemente en traje, su presencia destacaba con un magnetismo indiscutible. La combinación de confianza y carisma que irradiaba no pasaba desapercibida.
A su lado, reconocí a los demás chicos con los que había compartido algunos momentos, pero también noté algunos rostros desconocidos entre ellos, algo que despertó mi curiosidad.
─ ¡Démosles una calurosa bienvenida! ─anunció el organizador con entusiasmo, mientras los nombres resonaban en la sala─. Enzo Vogrincic, Matías Recalt, Juan Caruso, Felipe González, Agustín Pardella, Blas Polidori, Esteban Kukuriczka, Francisco Romero, Santiago Vaca, Agustín Lain, Simón Hempe y Felipe Ramusio. ¡Aplausos para todos ellos!
Durante la siguiente media hora, el público se sumergió por completo en una lluvia de preguntas dirigidas al elenco.
Desde detalles sobre las grabaciones hasta el desarrollo de las relaciones entre ellos desde el primer día, no hubo tema que quedara sin explorar. Los chicos compartieron anécdotas y momentos divertidos detrás de escena, desde situaciones inesperadas hasta la sorpresa del éxito arrollador de la película.
Cada miembro del elenco tuvo la oportunidad de expresarse y compartir sus vivencias, dejando al público absorto en sus relatos.
La audiencia, agradecida por la sinceridad y el enfoque exclusivo en su trabajo (y sin centrarse en sus vidas personales) respondió con entusiasmo. Cada respuesta recibía un aplauso de admiración, reflejando el profundo respeto por el talento y el compromiso de los actores.
Mientras observaba a Matías, noté como su carisma natural llenaba el escenario. Cada palabra que pronunciaba resonaba con una confianza cautivadora, capturando la atención de todos los presentes. En varias ocasiones, nuestros ojos se encontraron, desencadenando un cosquilleo emocionante en mi estómago y un cálido rubor en mis mejillas ante su mirada intensa.
El eco de los aplausos resonó en la sala mientras el organizador agradecía al elenco por su participación. Y para mí, ese momento marcó el final de mi atención hacia el escenario.
NO SE OLVIDEN DE VOTAR Y COMENTAR!!!!❤️❤️❤️
(cada vez queda menos para que termine el fic, yo calculo menos de 10 capítulos!!)
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