【 𝟕: 𝐂𝐨𝐜𝐢𝐧𝐚𝐧𝐝𝐨 】
Jaune se encontraba en el salón de su casa, mirando su celular, en el que estaba mirando diferentes recetas por internet.
Mañana era el cumpleaños de Ross, el hijo de la mujer, y por una vez se había decidido a hacer ella misma el pastel en lugar de comprarlo.
¿El problema? Jaune no era una experta en cocina precisamente.
Cuando su marido estaba con ella, era este quien solía cocinar, pero después de que ambos se separasen fue incapaz de aprender, y solía tomar comida preparada o platillos muy básicos.
—Fundir el chocolate y la leche al baño María... ¿Que es un baño María? —leyó ella en voz alta— Vamos a ver
La mujer buscó "Baño María" en su celular, y comenzó a leer la definición que internet le daba, confundiéndose más a cada palabra.
—¡Esto es muy complicado! —dijo, arrojando su teléfono sobre el sofá, para cruzarse de brazos— Oh, vamos, hay gente que se dedica a hacer cientos de pasteles diarios. Tiene que haber una manera más fácil de-
🎶 I shake it off, I shake it off, hoo-hoo-hoo 🎶
El celular de Jaune comenzó a sonar, y la chica miró quien llamaba. Se trataba de Kevin, su novio.
—¡Hey Kevin! —la mujer contestó la llamada— ¿Que ocurre, necesitas algo?
—Hola, si, solo una pregunta... —dijo el hombre al otro lado de la línea— Creo que me dejé mi bolsa ayer en tu casa, y tengo ahí mi ropa de trabajo, por si podías mirar
—Ah si, está aquí, la vi esta mañana —contestó la rubia— ¿Por qué la pregunta? Creí que hoy no tenías trabajo
—Hoy no, pero mañana si, y tengo que limpiar el traje porque-
Jaune dejó de escuchar en el momento en el que una idea pasó por su cabeza.
Kevin trabajaba en una dulcería, donde vendían, por supuesto, dulces de toda clase. Entonces... él debía haber cocinado alguna vez algo dulce, ¿no? O por lo menos saber como debía hacerse.
—Entonces, ¿te importa si voy un momento a por la bolsa? —terminó de hablar Kevin, aunque la mujer no había escuchado nada de lo que había dicho este
—¡Ah si si, por supuesto! Y puedes quedarte un rato, no hay nadie en casa —contestó la mujer, y después corrigió— ¡No malpienses! Solo necesito tu ayuda con una cosa
—Tú eres la única que malpiensa, Jaune —suspiró el chico— Pero está bien, enseguida estoy allí
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Alrededor de media hora más tarde, Kevin y Jaune se encontraban en la cocina de la casa. El primero miraba el lugar con curiosidad, la cocina estaba impecable, y los armarios y la nevera llenos de comida preparada.
—No cocinas mucho, ¿no? —preguntó el hombre, y la mujer negó con la cabeza— Bueno, no pasa nada, supongo que tendrás cosas para hacer un bizcocho
El pelinegro comenzó a rebuscar entre los armarios, mientras Jaune no sabía muy bien que hacer.
—¿Y por qué esa necesidad de cocinar de repente? —preguntó él, sacando algo de harina y azúcar del armario
—Resulta que mañana es el cumple de Ross, y... bueno quería prepararle algo, pero no se me da muy bien —contestó ella tímidamente— Pensé que tú sabrías algo
—No mucho, siendo sincero —Kevin terminó de colocar todos los ingredientes sobre la encimera— Pero se puede intentar
—¡Bien! ¡Entonces vamos a cocinar, cariño! —exclamó Jaune
El chico sonrió un poco por ello. Sin duda, la alegria de su novia era contagiosa.
—Hace mucho que no hago un pastel, pero solo hay que batir todo hasta lograr una masa— dijo Kevin, abriendo los paquetes de los ingredientes
—Bah, no parece complicado— añadió la mujer
Ambos vertieron todos los ingredientes en una licuadora y la iniciaron, salpicando afuera un poco de la masa, pero con un buen resultado.
—Yo lo veo bien— comentó Jaune— ¡Voy a fundir el chocolate!
La mujer metió varias barras de chocolate al microondas, con envoltorio y todo, mientras Kevin seguía batiendo la masa. Después intentó sacarlas, pero goteaban por todas partes.
—Ehhh, quizás debería haberlas puesto en un cuenco o algo
Echó como pudo el chocolate ardiendo en la masa, y volvieron a remover. Después lo pusieron en un molde y lo metieron al horno.
—¿Cuanto tiempo debe estar ahí? —preguntó Jaune
—Hasta que esté cocinado —dijo Kevin— Pero es importante no abrir el horno mientras se hace
—¿Entonces como sabremos si está cocinado?
—Se notará, digo yo que olerá bien —contestó el chico, saliendo de la cocina— En fin, voy a buscar mi bolsa, tú vigila que eso esté listo
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Pasó otra media hora. Kevin estaba ahora en el salón, con su bolsa y mirando su teléfono, y Jaune seguía dando vueltas por la cocina.
Echó un vistazo al horno sin abrirlo. No podía ver nada.
—Bah, supongo que aún no está —se dijo a sí misma
Unos minutos más tarde, comenzó a salir un olor raro y pesado del horno.
—Debe de estar casi, solo un poco más —volvió a decir la mujer
El tiempo siguió pasando, y ahora el olor era más potente, además de estar acompañado de una densa nube de humo que inundaba la cocina.
—¿Estará ya? —se preguntó la chica— A ver, cuando la comida está hecha sale humo de ella, pero no suele oler tan mal... Será que aún le falta un poco
En ese momento entró Kevin a la cocina, y miró el horno.
—Pero que... ¿¡Por que no lo has sacado aún!? —gritó corriendo a abrir la puerta de este— ¡Lleva ahí más de una hora!
—¡Pero si aún no huele bien! —contestó ella
El hombre agarró un trapo cercano y corrió a sacar el pastel del horno, dejándolo en la encimera con un golpe.
El bizcocho se veía de un color marrón oscuro, desprendía un hilo de humo gris y parecía estar hecho de piedra. Se llevó una mano a la cabeza.
—Ehhh... —dudó Jaune, y dijo en tono de disculpa— Creo que no ha salido bien del todo
—La verdad es que no... —dijo Kevin, pero ella solo se veía decepcionada, así que intento animarla— Venga, no te pongas así, no es un drama
El hombre desmoldó el bizcocho — dejando la mitad dentro, ya que se había pegado — y probó un trozo de este.
—¿Lo ves? Se puede mejorar, pero está muy bien para ser el primero —la animó Kevin
—¿De verdad? —preguntó ella
—¡Claro! Vamos, pruébalo —el hombre sonrió y le ofreció un trozo— Estoy seguro de que a Ross le encantará. A lo mejor sonríe y todo
Jaune rio un poco al oír eso último, y comió el trozo de bizcocho.
—Bueno... ¡Supongo que no está tan mal!
—Venga, ¿quieres preparar otro?
—¡Si, vamos!
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