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Capítulo 8

Su corazón no se había calmado desde que salió de la oficina de su jefe.

Sus manos sudaban y tenía las marcas de sus uñas grabadas en sus palmas. También su labio estaba sufriendo por las constantes mordidas que él mismo se estaba dando.

Había aceptado porque esa era una oportunidad de involucrarse en un libro de manera individual, a pesar de que no lo haría como editor, la experiencia era una que no podía dejar pasar. No cuando esta involucraba a dos buenos escritores.

Por mucho que odiara a Namjoon como persona, no podía deshacer el hecho de que realmente era bueno en lo que hacía.

¡Como escritor!

Era bueno en lo que hacía como escritor.

Se sonrojó profundamente por el desvió de un segundo que su mente había tomado. Iba a ser un trabajo difícil si no podía dejar de pensar en ello. Para su crédito la mayor parte del tiempo había logrado mantener esa experiencia en aquel club lejos de su mente, pero siempre volvía con fuerza cuando miraba al alto moreno que en ese instante estaba sentado a su lado escribiendo en su celular.

El coche se movía suavemente, el chófer que manejaba claramente tenía años haciéndolo y siendo bueno en ello. Pero nunca había entendido esa parte de la gente adinerada. Tenían dinero para comprar hermosos y lujosos autos que podían presumir, pero no eran ellos quienes los manejaban la mayoría del tiempo, si no sus chóferes. Supuso que para los que trabajaban de ello era bueno que esa gente rica no quisiera manejar, pero para él era una tontería.

- Dame tu número de teléfono.

La voz profunda de Namjoon retumbó en el silencio que se había creado entre ellos desde que entraron en el ascensor de la editorial.

- ¿P-Para qué?

El más alto lo miró fijamente con el ceño fruncido.

- Porque necesito pasárselo a mi agente para que te ponga al corriente con mi horario. Y porque a partir de ahora tendremos que comunicarnos directamente tú y yo, ya que aceptaste ser mi agente temporal.

La voz del mayor sonó áspera, agresiva y con hostilidad desbordando. Eso lo hizo enojar inmediatamente.

- Si no querías que fuera tu agente lo hubieras dicho en la oficina del jefe Jo.

Sus dientes se apretaron con cada palabra.

- Creí que habías interpretado mi silencio como lo que era, yo esperando que no aceptarías.

Su garganta se cerró y un sentimiento de decepción latió en su pecho, lo quisiera o no, ese hombre seguía siendo su escritor favorito y saber que no quería trabajar con él lo molesto y lo hirió.

- Bueno, perdón, pero yo no soy un adivino ni un lector de mentes. Si no querías que fuera tu agente tendrías que haberlo dicho con palabras. Ahora que ya acepte me niego a decirle al jefe Jo que me retracto de mi palabra, si no me quieres tendrás que ir tú con él a pedirle que ponga a alguien más.

El mayor lo fulminó con la mirada por varios segundos. Vergonzosamente él fue el primero en retirarse del reto silencioso de mirarse a los ojos. La mirada de Namjoon era demasiado intensa para sostenerse firme.

- ¿Por qué aceptaste? - Namjoon volvió a hablar, su voz baja obtuvo un tinte de precaución que lo hizo mirar una vez más esos ojos color ónix. - Déjame reformular mi pregunta. ¿Qué esperabas obtener de esto cuando aceptaste?

Parpadeó confundido.

- Experiencia obviamente. Aún soy un novato y me encantaría trabajar en un libro de manera individual. Se que esto no será igual, pero aun creo que sería genial poder estar un poco más involucrado en este proyecto.

Su respuesta no era tan difícil d entender, pero aun así Namjoon la estudio en silencio. Él había apartado la mirada hace mucho, pero sentía la pesada mirada sobre él como si lo estuviera tocando físicamente.

Esperó varios latidos de su corazón hasta que sus nervios estuvieron tan inestables por la incertidumbre que lo llevaron a hablar.

- ¿Mi respuesta esta mal o simplemente no te agrada? ¿Por qué me lo preguntas de todas maneras, no quedo lo suficientemente claro lo buena que sería esta oportunidad para mí?

- ¿Realmente solo pensabas en ello cuando aceptaste?

Esos oscuros ojos lo observaron con cuidado. Primero se confundió con la pregunta y después el calor subió a su rastro cuando la comprendió.

- ¡Claro que sí! ¡Estábamos en el trabajo por lo tanto solo pensé en cosas del trabajo! - El espacio en el coche no era tan amplio como para que tuviera que gritar para ser oído, pero ese hombre puso sus nervios en la superficie.

- ¿Y cuando no estemos en el trabajo? ¿Cuándo estés en mi casa?

- Seguirá siendo trabajo. - Se sintió un poco feliz de que su voz se mantuviera firme y con fuerza. - Nada más.

- Perdón si me cuesta creer que esas palabras de alguien que no puede mirarme sin sonrojarse. - Los ojos del más alto lo miraron con escepticismo. - Obviamente recuerdas lo que pasó en el club cada vez que me ves.

Volteo a ver nervioso al conductor, pero este conservó su semblante profesional y en ningún momento miró en su dirección.

Si Namjoon lo había mencionado primero, quizás el chófer sabía acerca de lo que hacía en el club. No estaba seguro, pero si el más alto hablaba tan libremente, el haría lo mismo.

- Fue la primera vez que hice algo como eso, te lo dije. Mi esposo es el único con el que he... con el que había estado de esa manera y aún así a pesar de los años que tenemos de ser novios sigo sonrojándome con esos temas. No es mi intención hacerlo y mucho menos recordarlo, pero así es como soy. Lo siento si no es de tu agrado pero no puedo obligarme a ser diferente de un momentos otro.

- Y ahora que sabes que follaste con tu escritor favorito, ¿no pretendes nada más?

Miró una vez más al conductor con su cara caliente, este seguía sin mirarlos.

- ¿Puedes no hablar de esa manera vulgar?

El mayor se rió. Una risa ronca que hizo que su piel se erizara por el sonido. Namjoon tenía una voz bastante masculina. La voz fue una de las cosas que lo atrajo de su esposo Taehyung, así que realmente le gustaba cuando escuchaba una voz así de ronca, profunda y masculina.

- ¿Qué quieres que diga? ¿"Hacer el amor"? - Namjoon volvió a reír divertido. - Lo siento cariño, yo no hago el amor, yo follo.

Podía escuchar el latido de su corazón en sus oídos. Su cara se sentía tan caliente que estuvo bastante tentado a bajar la ventanilla de la puerta del auto y sacar su rostro para que el viento le diera directamente.

- Solo pensé en el trabajo. Mi esposo y yo solamente fuimos una vez para tener ese tipo de experiencia. El que seas el escritor de esos libros que me gusta leer no cambia nada porque le soy fiel a mi esposo y él lo es conmigo. - Tomó aire. Eran pocas las ocasiones en las que había hablado tanto de manera seguida, pero Namjoon sabía como tocar la fibra que lo ponía hostil y molesto. - No quiero acostarme contigo. Quiero realizar mi trabajo lo mejor posible y si es como un agente temporal, entonces así lo haré.

No esperaba que después e sus palabras Namjoon sonreirá. Esa sonrisa amplia que no dejaba de tener un toque burlón pero que al mismo tiempo mostraba dos hoyuelos.

- Bien. Entonces estamos en la misma página.

El mayor suspiro mientras le arrebataba su teléfono de las manos como si le perteneciera y comenzó a marcar un número. La llamada entró al celular que unos momentos antes había tenido toda la atención de Namjoon.

- Ese es mi número. - Su celular le fue devuelto con la misma brusquedad que con la que le fue arrebatado. - Guárdalo. Le pasaré tu número a Jimin para que se comunique contigo.

Él frunció el señor.

- Las cosas se piden, no simplemente se arrebatan.

El mayor lo miró y se encogió de hombros.

- Te lo pedí una vez y no me diste tu número. Yo no pido por las cosas dos veces, no soy alguien paciente así que espero que lo que diga sea realizado a la primera. Te haría bien recordarlo pero igual creo que Jimin te lo dirá.

Bufó molesto mientras guardaba su celular.

- No todo el mundo es tu empleado o tu sirviente. La gente no está atenta esperando para realizar una orden tuya.

- En realidad, la mayoría lo hace.

El más alto volvió a encogerse de hombros y él ya estaba odiando ese movimiento y el rostro de indiferencia.

Realmente quería trabajar en ese proyecto, pero esperaba ansioso por el momento en que el tal Jimin regresara de su permiso para que él pudiera volver a su escritorio. Lejos de Namjoon.

🔁

La casa de Namjoon...

No estaba seguro de si ese era un nombre correcto.

La mansión de Namjoon, parecía ser mucho más acertado.

Suponía que su escritor favorito era adinerado, porque sus libros encabezaba las listas de ventas. Pero pensar en ello y verlo en persona era completamente diferente. La residencia era grande, solo la fachada de enfrente mostraba más de quince ventanas, probablemente veinte, los jardines eran amplios y muy bien cuidados y había contado al menos diez personas de servicio solo de la entrada a la puerta principal. Varias de ellas eran chicas con uniformes impecables, pero también vio a un hombre con sombrero para el sol y enormes tijeras de jardinería y a otros dos jóvenes que se reunieron con el chófer que los había llevado hasta ahí.

Realmente trató de mirar al frente como si no estuviera sorprendido en lo absoluto, pero no pudo evitar que sus ojos vagaran por la estructura y su labios se quedarán entreabiertos la mayor parte del tiempo. Incluso el interior era digno de admirar.

Le costó avanzar sin quedarse mirando, tuvo que correr los últimos pasos para alcanzar al más alto que había entrado en una habitación a la derecha del pasillo. Y nuevamente quedo con la boca abierta por la biblioteca en la que entraron. Estantes de madera oscura con un tono rojizo cubriendo las paredes tres de las cuatro paredes, solo interrumpidas por la puerta doble que acababa de atravesar, pero aun así los estantes estaban por encima del marco rodeando la puerta. La última pared, la del fondo opuesto a donde estaba, era una enorme ventana con cortinas oscuras que en ese momento estaban atadas a los lados con dos cuerdas blancas gruesas. Los sillones también eran de un cuero marrón rojizo, se veían mullidos y cómodos para poder estar ahí leyendo por horas.

Él sería feliz si tuviera una biblioteca como esa en casa. Sus libros sólo alcanzaban para llenar un librero completo que estaba en la sala de su casa, en esa habitación había tantos que quizás no podría terminar de leerlos antes de morir, pero le encantaría hacer el intento.

- Realmente te gusta leer.

Parpadeó su aturdimiento cuando l voz profunda de Namjoon habló a sus espaldas. Cuando se giró estaba ahí esa sonrisa ladeada.

Se sonrojó porque fue totalmente consciente de que su boca estaba abierta, casi muerde su lengua al cerrarla.

- Si, pero nunca podría tener tantos libros.

- Eres libre de tomar libros de aquí - Namjoon señaló alrededor con su mano y después tomó asiento sacando su laptop del maletín que había llevado consigo a la editorial -, solo trata de no maltratarlos.

- ¡¿Enserió?!

- Si. - El más alto se dejó caer en uno de los dos grandes sofás colocando la laptop en sus piernas sin mirarlo. - Jimin lo hace y mi agente antes de él también lo hacía. Me gusta leer también y no me importa compartir mis libros con la gente que realmente comparte ese gusto.

Su corazón latió fuerte.

Se suponía que Namjoon tenía una horrible personalidad que lo hacía odiarlo. Pero como podía tener ese sentimiento por alguien que le dio libre acceso a esa biblioteca.

Mordió su labio inferior por unos largos segundos, indeciso. Pero realmente tenía que decir esa palabra cuando Namjoon demostró que podía ser amable.

- Gracias.

La risa ronca resonó en la amplia habitación antes de que esos oscuros ojos de ónix lo miraran, brillando con diversión.

- Tu gracias pareció costarte mucho esfuerzo. - Se sonrojó fuertemente. Sus labios se movieron para tratar de explicar que lo decía sinceramente pero el mayor lo interrumpió antes de que pudiera formar una palabra coherente. - Esta es mi oficina, si quieres llamarla así. No tengo una habitación con un gran escritorio... bueno, si hay una en la casa, pero me concentro mejor aquí. Cuando te llame para que vengas, siempre entra directamente aquí, no siempre estaré esperando pero siéntete libre de entrar y entretenerte con algún libro. Lo único que pido es que hagas silencio cuando estoy concentrado escribiendo, cuando necesitemos discutir algo relacionado con el proyecto obviamente será una dinámica diferente. ¿Entiendes?

- Si.

- Me gustaría decirte lo que tengo planeado para el resto de la semana pero Jimin es quien se encarga de ello, tengo buena memoria pero soy pésimo para recordar mi agenda, así que tienes que estar al pendiente de ello, realmente me puedo olvidar de eventos importantes. Cualquier duda pregúntale a Jimin... pero trata de no... - El más alto suspiro. - La situación por la que Jimin tuvo que ir a su ciudad natal ocupará bastante de su tiempo y me gustaría que se concentrará en ello de ser posible. Trata de contactarlo si es una verdadera emergencia.

- No te preocupes, entiendo. Haré lo posible por no molestarlo.

- Agradezco que comprendas.

El aire se atoró en sus pulmones cuando escucho la sinceridad en esas palabras, cuando vio esos ojos volverse amables.

- Pareces preocuparte por él, por Jimin.

- Claro que lo hago. Es un buen amigo y sinceramente no tengo muchos de esos. No soy bueno dejando que la gente se acerque.

Oh. Aceptar ese trabajo había sido una mala idea.

No quería conocer ese lado de Namjoon. Quería quedarse con la imagen de un hombre grosero, orgulloso y que creía que el mundo estaba a su servicio. Conocer a ese Namjoon que admitía que no tenía muchos amigos, que no dejaba que la gente se acercara, quien era amable y considerado... No era bueno. No podía firmar una amistad con ese tipo, no después de lo que habían hecho en ese club.

No cuando había callado con su esposo el hecho de que su escritor favorito, el hombre que estaría asistiendo a su editorial y ahora él hombre con el que pasaría gran parte del día, era el mismo con el que se había acostado en aquella habitación, el mismo que había marcado su piel como si Jungkook fuera de su propiedad.

El mismo que le había mostrado una parte de si mismo que desconocía.

Como prometí, aquí esta otro capítulo más de esta historia.
Bonita noche linduras

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